El Papa Francisco condena los perdigones

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En un personaje tan extraordinariamente locuaz, los silencios, omisiones y evasiones tienen siempre una importancia crucial. Después de tantos años de preguntarnos “¿qué ha dicho el Papa?”, vale la pena fijarse en lo que calla.

Hemos hablado aquí, refiriéndonos a la rueda de prensa en vuelo a su regreso de Japón, de cómo el Santo Padre logró esquivar la pregunta directa de un periodista sobre su postura ante la represión china de las protestas en Hong Kong. Mejor dicho: más que esquivarla, logró no responder con muchas palabras, mezclando protestas muy distintas en varios lugares del planeta, un modo como otro cualquiera de no desairar a Pekín, del que espera una pronta invitación, sin dejar del todo a los manifestantes a los pies de los caballos.

Pero también se le preguntó por Chile, un país tradicionalmente católico, que él ha visitado, vecino de su patria argentina, donde las protestas de los estudiantes se están centrando con una diabólica insistencia en la destrucción y profanación de iglesias. Una vez más, mucho diálogo, hablar de la ‘Operación Cóndor’ (?) y pedir “que se haga un análisis”, aunque no precisó mayores análisis para predicar sobre sus causas preferidas, sobre las armas nucleares, la energía atómica o los pollos hormonados. Ese es el contraste que llama la atención.

Pero Latinoamérica es la niña de sus ojos, y a poco de volver a Roma recibió en el Vaticano a Guillermo Whpei, empresario argentino y creador de la Fundación para la Democracia, y la Nobel de la Paz Rigoberta Menchú. No sabemos, oficialmente, de qué han hablado. Pero podemos deducirlo por un artículo de Elisabetta Piqué, periodista próxima al Santo Padre, aparecido en el diario argentino La Nación y relativo a los motines en Chile. ¿Qué opina Francisco de que en todo el país estén quemando iglesias y profanando el Santísimo? Su respuesta consiste en respaldar una “campaña mundial para erradicar de inmediato el uso de perdigones y otras armas similares en manifestaciones políticas”.

No sé si esta actitud desanima o no a los católicos chilenos. A mí, un poco, la verdad.

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Comentarios
17 comentarios en “El Papa Francisco condena los perdigones
  1. Yo ando desanimado ya desde hace varios años. Del Pastor Supremo de la Iglesia un fiel católico espera que lo confirme en la fe, pero desgraciadamente es todo lo contrario.

    1. El problema es de dimensiones colosales. Si el obispo de Roma no nos confirma en la Fe, sino todo lo contrario, pero hubiese una multitud de obispos y cardenales que nos confirmara, el problema sería menor. El problemón es que no nos confirma nadie, salvo alguna excepción excepcionalísima. Los silencios clamorosos han adquirido carta de naturaleza de culpabilidad, connivencia, cuando no de apostasía y paganismo.

  2. La credibilidad de Francis, si es que alguna vez la tuvo, está por los suelos. Ya no le aplauden ni los enemigos de la Iglesia, sus únicos amigos. Esa soledad se la ha ganado a pulso. Lo malo es que no sólo está vaciando la plaza de san Pedro sino la Iglesia Católica. No atrae a los lejanos, pues los confirma en su lejanía, y espanta a los cercanos, a base de insultos, caricaturas y persecuciones, cada día más descaradas.

    1. A los progres os cae mal la doctrina bimilenaria.
      En cuanto a las bombas, no se puede decir que seáis unos reprimidos, pues las ponéis cuando os da la gana para volar iglesias o lo que haga falta.

    2. Miguelito, Miguelito, creía que el cupo de troles estaba completo, pero veo que me he equivocado. Tu comentario te
      … «permite soltar la rabia y evita que pongáis bombas como vuestros primos fanáticos»…
      chavistas, izquierdistas, laicistas militantes, comecuras, chequistas, y sí, además tenáis hoy _como hace siglos_ quienes os pueden hacer el trabajo sucio gratis, los yijadistas

  3. El plan masónico sigue adelante. Nadie quiere hablar de eso. Pero los hechos hablan por sí mismos. Debajo de esos “silencios” lo que existe es un plan detalladamente orquestado. Los frutos son patentes.

  4. Vaciedad y más vaciedad, humo que se disipa, nada más surgir, y todo queda en nada, ó todo queda en mundanidad…
    El espíritu de un católico, en estas circunstancias dolorosas, siente más que nunca la necesidad de estarse con Aquel que SABEMOS nos ama.

  5. Vanidad de vanidades, todo es vanidad.
    El Rey del Gaynaeceum Vaticanum hace lo de siempre, confunde, engaña, miente como un bellaco.
    Y el resto mira para otro lado.

    Como van las cosas, y pintan para peor, persistamos en el Catolicismo Conceptual, porque la encarnación histórica de la sucesión Apostólica hoy, da asco, pintando a SANTA IRA !!!

  6. ¡Qué tristes declaraciones! ¡Desinhibidas declaraciones! No buscan confirmar en la fe, solo confirman a los revolucionarios que odian a la iglesia quemándola. Es lo único que le preocupa confirmar.

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