En el Día Internacional de los Derechos de la Infancia, el vicario para el Desarrollo Humano Integral y la Innovación de la diócesis de Madrid, José Luis Segovia, ha tildado de “impresentable” que el Gobierno español, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de la capital “dejen a niños durmiendo bajo la lluvia” y que, una vez más, tengan que “intervenir la Iglesia y la solidaridad ciudadana” para “evitar que se pateen su dignidad y derechos”.
A monseñor Segovia, que parece que ha descubierto la pobreza infantil de la capital tan súbitamente como tantos medios de comunicación, con el cambio de administración (ya saben, esos niños pobres que aparecen y desaparecen y reaparecen súbitamente según quién ocupe la alcaldía), le duele en el alma la vida precaria de tanto niño que malvive a la intemperie en la Villa y Corte, lo que sin duda le honra. Pero su apelación a las administraciones públicas no ha podido dejar de recordarnos las palabras del obispo italiano Nunzio Galantino, hoy responsable de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA), cuando era secretario de la Conferencia Episcopal Italiana.
Clamaba entonces Galantino contra la dureza de corazón de los italianos ante la situación de desamparo de los inmigrantes africanos que, en número de 700.000, habían llegado a las costas italianas, y exhortaba a sus compatriotas católicos a abrir las puertas de sus propias casas para dar albergue a estos sintecho. Y hete aquí que a poco de pronunciar tan noble -y gratuita- apelación a la caridad ajena, el Papa ponía a su disposición unas 5.000 magníficas propiedades inmobiliarias de carácter profano, la mayoría en Italia, propiedad de la Santa Sede. En su momento imaginamos que sería capaz de atar cabos, unir su ardiente preocupación con su nueva ocupación y, de paso, cumplir el deseo papal de una “Iglesia pobre para los pobres” albergando a decenas de miles de desamparados en las magníficas viviendas que la Providencia ponía bajo su control. Hasta ahora no ha sido así, imaginamos que a causa del lento discurrir de las cosas vaticanas.
No dudamos -es más: sabemos- que la Iglesia española hace una impagable labor con los más necesitados. Como el propio Segovia añade, “ahora mismo hay casi 60 personas acogidas en templos y centros de pastoral de la Iglesia, con el apoyo inestimable de los vecinos”. También imaginamos que la Administración tampoco se queda mano sobre mano en este asunto, aunque las iniciativas sean siempre insuficientes, como clama Segovia. Pero en estos tiempos regidos por la misericordia y centrados en la atención de los ‘descartados’, la Iglesia debería ir mucho más allá, dando ese ejemplo heróico que se le exige y sobresaliendo en esa atención que pide de políticos seculares. En este mismo momento nos viene a la cabeza un magnífico edificio propiedad de la diócesis, un imponente palacio que alberga el Seminario Mayor de Madrid. Se da la circunstancia -infeliz para quienes rezamos por las vocaciones, pero feliz para la circunstancia que nos concierne- de que solo setenta seminaristas ocupan hoy el enorme edificio. ¿No es un desperdicio que clama al cielo, no podrían albergarse cientos de niños en los venerables muros?
Es una idea inevitable, porque la mole del edificio es difícil de pasar por alto; pero estamos seguros que, con buena voluntad, a Segovia se le ocurren muchos otros edificios de esos que no pagan IBI, propiedad de nuestra generosa Archidiócesis, en un audaz gesto de caridad que la Iglesia no puede dejar al albur de autoridades seglares, tanto más cuanto el problema que conmueve el corazón de Segovia, como él mismo dice, “se puede agravar en la campaña de frío cuando en la calle coinciden personas sin hogar, personas desplazadas forzosamente y personas que padecen desahucios”.
Ayuda a Infovaticana a seguir informando
Han ? bloqueado todo.
Se que no podré entrar, pero estoy haciéndo tiempo, ?, ?
No me sorprende, ?, al rato lo quitan, ?
Lo bueno de todo esto es que por fin descansé de las pesadeces del impresentable Belzunegui y la pesada de la Mariela.
No les des ideas, Carlos. Lo que tienen que hacer, que es lo que no harán, es llenar el seminario de seminaristas y profesores católicos de verdad.
Totalmente de acuerdo con Belzunegui
El artículo me parece un ejercicio de demagogia. ¿Esos niños son españoles o son inmigrantes ilegales? ¿Donde están sus padres? Si son ilegales, habría que devolverlos a sus propios países, pues para llegar a Europa se tiene que pagar unos $3000 a las mafias y ONG que también son mafias controladas por Soros y sus compinches. ¿Por qué, si un edificio de la Iglesia no paga IBI tendría que dedicarlo a alojar a inmigrantes? ¿Y quién pagará los inevitables destrosos que se producirán en los edificios? ¿Quién va a pagar los gastos de alimentación, luz, agua etc.? ¿Y los políticos, qué hacen con el dinero públic además de robarlo para andar con putas y drogarse? ¿Y en un momento cuando parece que va a haber un gobierno del Frente Popular que va a perjudicar enormemente a la Iglesia también en lo económoco, no debería la Iglesia de hacer previsiones, vendiendo edificios de poco uso para crear unos fondos para el sustento de la Iglesia una vez que acaban con la X?
Pues estoy muy de acuerdo, y también con el comentario precedente (de Belzunegui).
Bloquean a los comentaristas de las notas presentadas pero no a los que critican sin argumento, los infiltrados
Bloquean a los comentaristas de las notas presentadas pero no a los que critican sin argumento, los infiltrados.
Estoy totalmente de acuerdo con Belzunegui