El asalto a la abadía y el silencio de los pastores

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Que un gobierno socialista en funciones mueva -literalmente- Roma con Santiago para desenterrar un cadáver que lleva 44 años en su tumba en vísperas de elecciones generales y como gran acto implícito de campaña puede parecer, desde fuera, tan extraño como macabro. Y, sin embargo, en España el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, sabe que la exhumación de Francisco Franco -con 22 cámaras de TV en el Valle de los Caídos, 1 unidad móvil, 3 cámaras de TV en Mingorrubio, donde volverá a ser inhumado, y retransmisión de todos los detalles desde todos los ángulos, varias horas seguidas en directo-, el dictador que fuera jefe de Estado antes de la restauración de la democracia en España, es para la ideología que representa una victoria póstuma y simbólica.

Pero el gesto representa muchas más cosas, como el fin de esa reconciliación entre los españoles, entre las dos Españas que se enfrentaron en nuestra última Guerra Civil, sobre la que se basaba el régimen democrático nacido en 1978, y, asunto no menor, con su invasión de la abadía benedictina y la propia iglesia donde reposaban los restos de Franco, trae a la memoria esa que fuera la mayor masacre de eclesiásticos que haya conocido Europa, con unos 7.000 clérigos asesinados, incontables fieles, cientos de iglesias, conventos y monasterios quemados hasta los cimientos, imágenes y tumbas profanadas y las más espantosas blasfemias públicas.

Y eso, en parte, es lo que hace tan inexplicable y cobarde el silencio de la Iglesia española.

Franco no fue un dictador al uso. No fue un político intrigante ni un militar con ambiciones políticas. De hecho, gracias a su enorme prestigio militar, fue requerido en varias ocasiones anteriores para participar en intentonas y se negó siempre, alegando que había prestado un juramento de lealtad a la República. Ni siquiera fue el cabecilla del levantamiento que habría de desencadenar la Guerra Civil, y solo a la muerte del líder, el General Mola, fue elegido para encabezar las tropas nacionales.

Franco se sintió liberado de su juramento solo cuando la República ya había descendido a un caos en el que una parte de España se dedicaba a liquidar físicamente a la otra parte. El levantamiento era, al fin, la reacción de una parte de la población que se resistía a morir. Como ferviente católico, Franco no podía asistir impasible a la destrucción de la Iglesia en España.

Por otra parte, así es exactamente como lo vio la Iglesia universal. Pío XII reconoció que en “la difícil tarea de restaurar los derechos de Dios y de la religión el pueblo español se alzó decidido en defensa de los ideales de la fe y de la civilización cristiana”, dijo Pío XII, que había llamado al alzamiento “Santa Cruzada”, la undécima.

No fue el único pontífice en elogiar a Franco, distinguido con la Suprema Orden de Cristo (Máxima distinción vaticana). Así, el sucesor de Pío XII, el recién canonizado Juan XXIII dirá: “Franco da leyes católicas, ayuda a la Iglesia, es buen católico, ¿qué más se puede pedir?”, y Pablo VI, que tuvo graves roces con el régimen, no obstante declaró que “Franco ha hecho mucho bien a España y le ha proporcionado un desarrollo extraordinario y una época larguísima de paz. Franco merece un final glorioso y un recuerdo lleno de gratitud”.

Mayor aún fue, lógicamente, la adhesión del propio clero al que había salvado del genocidio, el español, que la hizo expresa con una carta pública coordinada por el cardenal primado de Toledo, Isidro Gomá y Tomás.

Por lo demás, como atestigua su testamento, Franco era un ferviente católico, en absoluto un oportunista de la fe, sino un fiel que ponía su fe en el centro de su vida. Estas son las primeras palabras del texto que dejó como legado a todos los españoles, singular en cualquier dictador del siglo XX: “Al llegar para mí la hora de rendir la vida ante el Altísimo y comparecer ante su inapelable juicio pido a Dios que me acoja benigno a su presencia, pues quise vivir y morir como católico. En el nombre de Cristo me honro, y ha sido mi voluntad constante ser hijo fiel de la Iglesia, en cuyo seno voy a morir”.

Que la jerarquía eclesiástica española, a 44 años de la muerte del dictador, no quiera insistir en su vinculación con el régimen es perfectamente razonable y comprensible. Incluso pueden encontrarse censurables las abundantísimas pruebas, durante el mandato de Franco, de una gratitud que caía a menudo en la adulación servil y que inevitablemente comprometía a la iglesia con un régimen, al final, mundano e integralista en un momento en que el Vaticano experimentaba con un ‘acercamiento’ al mundo muy diferente del aplicado hasta entonces.

Franco había intentado en todo momento aplicar al gobierno de España en toda su amplitud la Doctrina Social de la Iglesia, introduciendo prestaciones sociales y derechos laborales desconocidos hasta entonces en la legislación española, incluida la de la República, la mayoría de los cuales siguen en vigor.

Pero si el clero español pecó de adulación con el régimen mientras Franco estuvo vivo, ahora es mayor su pecado en la ingratitud. Ni un solo obispo español ha alzado la voz contra desmanes que no solo atentan contra los derechos de la familia del difunto, sino contra la propia libertad religiosa en España. Otra vez.

Solo el prior de la Abadía del Valle, Santiago Cantera, ha osado enfrentarse contra todos los poderes del Estado y la opinión dominante en defensa de los derechos de la Iglesia y la familia, y sin contar con respaldo alguno de sus hermanos en la jerarquía que, por el contrario, ha dado su visto bueno a la exhumación.

Pero incluso si esta cobardía pudiera pasarse por alto, es completamente inadmisible frente a otros actos relacionados que pueden convertirse en un terrible precedente para la Iglesia española. Pese a la negativa del prior, por ejemplo, entraron en la Abadía y en la propia iglesia Guardias Civiles armados sin una orden judicial. ¿Cómo puede callar la Conferencia Episcopal Española a un asalto así? ¿Qué legitimidad les queda si ni siquiera protestan ante el allanamiento por parte de la autoridad civil de un espacio de culto, con el Santísimo presente?

La Conferencia Episcopal Española se ha convertido desde hace tiempo en una burocracia más interesada por mantener una menguante cuota de poder que por representar el mensaje evangélico o, al menos, defender los derechos de la fe frente a la voluntad del Príncipe.

Sus luchas son ya en torno a migajas con las que los sucesivos gobiernos les tienen domesticados y dóciles: clases de Religión, exención del pago del IBI, la X en la declaración de la renta… Ese conjunto de prebendas son, a la vez, el palo y la zanahoria que convierten al episcopado español en una blanda y timorata maquinaria de consenso político.

Cualquiera que conozca mínimamente la historia de España se da cuenta de que ese silencio, con el que los obispos creen comprar la conservación de sus privilegios, es un paso fatal. Nuestro país tiene una tortuosa relación con el clero, y del español se dice que va siempre detrás del cura, o con un cirio, o con un palo. La izquierda española tiene el anticristianismo en su ADN, y ya ha ‘probado la sangre’ con este asalto impune e incontestado. Se equivocan quienes piensan que esta profanación es el final; es solo el principio de algo mucho peor.

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Comentarios
43 comentarios en “El asalto a la abadía y el silencio de los pastores
    1. Yo también lo creí. Cuando desacralicen la basílica y conviertan la cruz en obelisco, ¿También callará el Vaticano? ¿Y sus adláteres de la CEE?

  1. El obispo secretario de la CEE manifestó que el Gobierno tenía derecho a trasladar los restos mortales de Franco. ¿Les reconocerá el mismo derecho si se cargan la exención del IBI, la clase de religión y la escuela concertada, ahora más amenazadas que nunca?

  2. La palabra «dictador» , usada por la izquierda mezquina y por muchos rojos eclesiásticos es una palabra falsa, intencionada para la manipulación en cuanto a las connotaciones negativas que se le atribuyen. En estos tiempos parece que -siempre manejadas por la corti-izquierda- sólo son «buenas» las democracias, y no quieren que se diga el fin último propuesto: la dictadura del proletariado. Así engañan al personal.Con el título de dictador, para quien gobierna no según la izquierda, resultaría que Dios es un «dictador» y es que no, que es un Rey. ¿Y un rey no es un dictador? ¿Y un gobernante que lo hace encabezando y teniendo la última decisión lo es? Dios quiere la participación y la admite en su gobierno, de máximo poder y sabiduría, y se deja mover por las súplicas, las intercesiones, etc. Un buen gobernante único si hace esto mismo dando participación, ¿porque tiene que ser «dictador»? ¿sólo porque es lo que interesa al rojo-progresismo para llevar al caos? Gobernante,sí ¿dictdor?

  3. Juan olvidas la doctrina perenne de la Iglesia, no es la forma de gobierno por la que Ella no se decanta, si no la forma y la moral en que se traduce esa forma de gobierno. Por esta realidad, que es conforme a razón, resulta que la tan alabada democracia moderna, está siendo cada vez peor forma de gobierno por lo que , no teniendo valores y referencias, sólo busca votos y se corrompe en sí y en sus gobernantes. Eso sí, la «dictadura del proletariado» que es la que quiere el rojo marxismo y a dónde irán aunque sea en versiones más modernas, esa será maravillosa. Ilusos.

    1. En verdad, dictadura AL proletariado. Terriblemente bien descrito por Orlando Figes en «Los que susurran» , José Landowsky en «Sinfonía en rojo mayor» , o Alexandr Solschenizin en «Archipiélago Gulag» y «Un día en la vida de Ivan Desinovich», por ejemplo, Un horror…

  4. Que facil es echarle la culpa a otros, y donde estaban los quejosos de esta página? porque no se pusieron de pie frente a la abadía para impedir los hechos de los cuales ahora se rompen las vestiduras señalando a los pastores?
    Por dicha los catolicos de Roma que botaron las pachamamas fueron más comprometidos con su fe que los catolicos españoles que solo se quejan por redes sociales.

    1. No escriba tonterías. Los civiles no pueden hacer frente a la fuerza del Estado. Si alguien hubiera hecho eso que usted dice, lo único que hubiera conseguido es que le detuvieran, pero nada más. Además, tampoco creo que la familia del Caudillo hubiese querido eso.

      1. Sin embargo, la jerarquía de Iglesia sí podía desde el principio haber dejado clara la postura de la misma en este asunto, defendiendo el derecho de la familia y la inviolabilidad de la Basílica.
        Le han dejado el camino libre al Gobierno desde el principio con su cobardía.
        Yo, ilusa de mi, pensé que el TS haría valer el derecho. Con ésto queda claro que en España no existe la separación de poderes y todo es un teatro. No hay verdaderamente un Estado de derecho.
        Los fieles no tenemos a nuestro servicio las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado (que por cierto se comportan igualmente como villanos ejerciendo injustamente su fuerza, no sé por qué se les trata como héroes, no merecen esos honores).
        Pero los fieles podemos hacer algo, además de rezar. No poner la X en el IRPF, dejar las Iglesias vacías, remitir escritos de queja….etc etc. La jerarquía no reaccionará mientras se sienta protegida por el meapilismo dominante.

          1. El pollo este, en el fondo, piensa como los avaros obispos alemanes: que si no apoquinas, no eres católico. Si es que los extremos se tocan.

        1. De dejar las iglesias vacías, ni hablar. Los católicos seguimos teniendo el deber de oír Misa entera todos los Domingos y fiestas de guardar. No añadamos más ofensas a Dios a las infamias que hemos vivido esta semana, por favor. Además, que yo sepa, los sacerdotes y religiosos no tienen la culpa de la actitud de los Obispos.

          1. A lo mejor no es una buena idea, con esa idea no quisiera hacer daño a las almas. Lo digo pensando en medidas excepcionales ante situaciones excepcionales. No por ofender a Dios.
            Los sacerdotes o religiosos no culpables a lo mejor necesitan también una ayuda por nuestra parte, ya que ellos se sienten muy presionados por la jerarquía.

  5. Cómo clérigo me siento avergonzado de todo este circo. Por un lado se han pisoteado unos derechos fundamentales recogidos en la mayoría de los tratados y legislaciones internacionales, por otro se está haciendo toda una propaganda electoralista y sectaria, creando un relato falseado de la realidad de la España de los años 30.
    Es triste, y mucho, ver cómo nuestros obispos no han dicho absolutamente nada, supongo que los unos por mero interés -no pillarse los dedos y estar a buenas con todos-, otros por puro pasotismo, otros porque les habrán vetado el decir cualquier cosa. Dado que Dom Santiago Cantera es religioso de una Orden exenta, puede hablar con más libertad.
    Pero de todo esto guardo la gran vergüenza y el sentimiento de impotencia y la persuasión de que Dios no deja pasar las cosas en balde.
    Y en anexo pediría a la banda de mamarrachos que escriben respuestas a algunos comentarios que, por favor, dejen de descargar aquí sus traumas, que es un blog de gente educada y seria.

    1. Para ser usted clérigo, habla usted de manera destemplada, carente de paz y de manera insultante a los que no piensan como usted. Jesús corrigió con amor y habló al corazón, jamás vi que le llamara «mamarracho» a un fariseo o escriba. Señor, ten piedad de todos nosotros, porque todos nosotros eatamos muy necesitados de ti. Dios les bendiga.

  6. Desgraciadamentente en España no es que halla poca Fe, es que hoy día se ha perdido la Fe. Lo inverosímil es que la pagina wed de Infocatolica ponga en un articulo sobre el tema de la exhumación de Franco, un enlace del Obispo de Huesca Sobre las exequias. Infocaolica confunde la velocidad con el tocino. Porque el hijo de Tejero ha exaltado en la homilía virtudes teologales, no Pamplinas.

  7. Francisco, lo criticable de la homilía es que el sacerdote asegurara que Franco disfruta ya del cielo. Salvo que le canonicen, no puede asegurarse algo así. Lo cierto es que es algo habitual en cualquier funeral y, en vez de rezar por el muerto, se le eleva a los altares.
    Un saludo.

    1. La canonización automática por desgracia no sólo se ha aplicado a Franco. Es algo de uso prácticamente universal y una negación de la doctrina evangélica. Aparte de eso en este caso hubiera sido todo mejor y por varias razones si hubiera predicado el P.Prior y no Tejero.

  8. Artículo bueno y valiente, se agradece. Aunque quisiera hacer dos matizaciones:

    1. El régimen del 78 no tiene como base la reconciliación entre los españoles, sino el perjurio del rey Juan Carlos y su pacto con las izquierdas y los separatistas, para entregarles España, a cambio de que a él y a su familia les dejaran tranquilos, aferrados a la real poltrona.

    2. Es posible que, precisamente, el recuerdo de lo que sufrieron los Mártires del Terror Rojo en España sea una de las circunstancias que han espoleado el miedo de los Obispos españoles. Al fin y al cabo, que a uno le saquen los ojos, le corten las orejas u otras cosas, le abran en canal, le quemen vivo o le fusilen, como hacían los rojos de hace 80 años con los católicos, no es algo demasiado divertido, por mucho que conlleve la gloria del Martirio y la salvación eterna. En caso de persecución cruenta, los Obispos, por su posición, tendrían muchas papeletas para ser martirizados y lo saben. No parece que les apetezca nada…

    1. Si se desata la caza les va a pasar igual ¿O es que crees que van a condescer con nadie? Sólo que en ese caso van a tener guerra y deshonra.

  9. Sacar a un muerto en contra de la voluntad de su familia, negarle los honores debidos por sus cargos de Capital General y Jefe del Estado, prohibir que se le coloque una bandera de España encima, y por ultimo volver a enterrarlo donde diga el gobierno es una profanación de un cadáver, aquí y en cualquier país que aún sepa de civilización.

    1. Esa interpretación suya no tiene nada que ver con lo que es canónica y jurídicamente una profanación. No niego la brutal injusticia y sectarismo del acto, pero con la mentira y la manipulación no se defiende la justicia.

  10. Alejandra existen muchos Santos que no estan en los altares y que no han sido canonizados por la Santa Iglesia Católica. Nadie puede asegurar nada yo solo creo en que Dios existe y en su Misericordia. Creo que eres una persona de Fe y te mando un saludo.

  11. Eddy, me parece que no es justa tu actitud. Franco no es un maldito. Franco te puede parecer bueno o malo como gobernante. Lo cierto es que lo peor de lo que se le puede acusar es de llevar un gobierno que puede entenderse que no garantizara algunos derechos de las personas, pero no los fundamentales. Su sistema de gobierno no es reprochable según una moral objetiva. No hay sistema intrínsecamente bueno y los demás depende de cómo se ejecuten.

    1. Y sobre la exhumación, me parece que ha sido legal, conforme a una ley completamente vengativa y sectaria. Si lees la actitud y comunicados de la Abadía no podrás encontrar afirmaciones gratuitas, falsas o juicios de valor. Han actuado conforme a su conciencia y sin visceralidad ni odios o nostalgias.
      Las fuerzas de seguridad del Estado, como suelen hacer, una vez que se les ha dado la mano, se han tomado el brazo: no tienen derecho a cerrar y abrir el templo cuando y como quieran, tener a personal dando vueltas por el interior… Espero que les sancionen por su conducta sin respeto hacia un templo y los monjes. No quiero pensar si eso hubiera ocurrido en la sede de un partido político…
      Franco estaba donde debía estar según dispuso no él, sino el Rey D. Juan Carlos y su primer gobierno, decisión legítima, aunque no la compartas.

      1. Es igual que les caigan euros; Patrimonio Nacional se queda con todo. Y encima les han quitado la subvención a la que tienen derecho por tener un colegio concertado. No hable sin saber.

  12. «Que la jerarquía eclesiástica española, a 44 años de la muerte del dictador, no quiera insistir en su vinculación con el régimen es perfectamente razonable y comprensible.»

    No es nada razonable ni comprensible que la jerarquía eclesiástica española no quiera insistir en su vinculación con un régimen cuyos principios fundamentales afirmaban: «La Nación española considera como timbre de honor el acatamiento a la Ley de Dios, según la doctrina de la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana, única verdadera y fe inseparable de la conciencia nacional, que inspirará su legislación».

  13. Buenos días don GABRIEL ARIZA. Soy un profesor de religión que trabaja en Madrid en un IES, desde hace 9 años,
    pero, en Madrid, llevo dando clases en distintos centros, ya más de 30 años. Para ser profesor de religión cursé
    el Bachillerato en Teología, acabando en Comillas, en la sede de Cantoblanco. También siendo ya profesor, hice los dos
    cursos de Licenciatura en Historia de la Iglesia, sin poder presentar el trabajo de Tesina, por motivos de causa mayor.
    Siento no compartir su valoración. Da la casualidad, que fui seminarista en Logroño, en el Conciliar o Diocesano, desde
    mis 11 años, comencé 7º de Primaria allí, y seguí hasta mis 22 años, cuando cursé 3º de Teología, después de los dos cursos de Filosofía.
    Como ya le dije antes, terminé aquí en Madrid, mis estudios y aquí me quedé. En el Seminario de Logroño, conocí de
    forma privilegiada, que el Obispo de Calahorra, y La Calzada – Logroño, fue el único Obispo que «destituyó» Frranco.
    Claro, que la Iglesia, (continuaré si puedo)

    1. (Continúo, siento haber agotado el espacio de comentario)
      Claro, que la Iglesia, en la guerra, en su mayoría, se sintió aliviada ante tanta persecución, asesinato, e incendios.
      Pero, está claro, que en la parte republicana, también hubo iglesias protegidas por republicanos, en Madrid, sólo
      una se libró de ser incendiada. La Iglesia de San Ginés. Podría dar más información, pero ahora no es vital.
      Tampoco, tengo que recordarle, algunos encontronazos de Obispos con Franco, o sus ministros, y/o su política.
      Ni, que el Concordato con Franco, no se materializó hasta 1953. Si había salvado a la Iglesia, si, se autonombró, y
      dejó constancia en las monedas con su cara «Caudillo de España por la Gracia de Dios».
      Don Fidel García, aunque se sumó en la guerra, en 1937, al escrito conjunto de los Obispos Españoles, en el que narraban
      los abusos de la República y los desmanes de la guerra que tantos mártires produjo, y solicitaban la ayuda internacional
      Lo que como usted ha apuntado (continúo

  14. Pero este silencio neutral de la Conferencia Episcopal no es para sorprenderse.

    En la llamada transición política, la Iglesia, (¿o no toda la Iglesia?) con el cardenal Tarancón al frente, quiso ya desmarcarse del franquismo y el nacionalcatolicismo, incluso pidiendo perdón por su actitud en la guerra civil. Pero antes de esto, en muchas parroquias, movimientos apostólicos, asociaciones de Iglesia, etc, se dió una actitud muy crítica ante el franquismo, a la luz del Concilio Vaticano II, especialmente por temas sociales, laborales, de derechos civiles, justicia social, etc. En los sindicatos de izquierdas hubo no pocos militantes que habían tenido su origen en la Iglesia………..después cada uno que haga sus valoraciones, pero esto es lo que hubo.

  15. Una pequeña aclaración. No es exacto decir que Franco «solo a la muerte del líder, el General Mola, fue elegido para encabezar las tropas nacionales.» Mola murio el 3 de junio de 1937 y Franco había sido promovido a la Jefatura del Estado el 28 de septiembre de 1936. Sí que es cierto que el general Sanjurjo, que iba a encabezar la sublevación, murió el 20 de julio de 1936, dos meses antes de la promoción de Franco.

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