Sosa asegura que «hay un plan» para que dimita el Papa

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Arturo Sosa, superior de los jesuitas, ha dicho en el Meeting de Rímini que organiza Comunión y Liberación que hay un complot para obligar a abdicar al Papa.

No, no ha dado nombres, ni ofrecido pruebas ni indicios. Solo esto: Hay personas, dentro y fuera de la Iglesia, que querrían que el papa presentase la dimisión, pero el Pontífice no lo hará.

Sosa, que en su día expresara sus dudas sobre las palabras exactas de Cristo reflejadas en los Evangelios con el peregrino argumento de que entonces no existían grabadoras, está convencido de que este grupo de conspiradores invisibles y anónimos no ve en esa abdicación forzada de Francisco como el capítulo final de su nefanda conjura, sino que pretenden influir en la elección del próximo Papa, creando las condiciones para que el próximo Papa no siga profundizando por el camino que ha abierto y emprendido Francisco.

No es una ‘conspiranoia’ exclusiva del general de los jesuitas. La idea de que existe una conjura para ‘derribar’ al Papa y elegir otro que gobierne la Iglesia en dirección opuesta está bastante extendida entre los ‘renovadores’, que ven en Estados Unidos el origen de la trama.

Sin más pruebas, es difícil concluir que se trate de un plan real y, sobre todo, practicable. Da más la impresión de que se tratara de lo que los psicólogos llaman ‘proyección’, ya que sí que conocemos, y de boca de sus propios protagonistas, de una conjura para hacer elegir un Papa del gusto de los conjurados: la llamada ‘mafia’ de San Galo. No podemos decir que haya sido operativa, pero sí que estaban en contra de Benedicto XVI -que, en efecto, abdicó- y que querían a Jorge Bergoglio que, en efecto, resultó elegido.