Amoris Laetitia, el centro de la controversia en el JPII (II)

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Los arquitectos y ejecutores del nuevo Instituto quieren que este tenga un enfoque más acorde de lo que ha tenido hasta ahora, por parte de los antiguos docentes y administradores, a la Exhortación apostólica, objeto de un gran debate.

De alguna manera, la Exhortación apostólica post-sinodal Amoris Laetitia está en el centro de la controversia que ha llevado a las actuales circunstancias y a la futura gestión del Pontificio Instituto Teológico Juan Pablo II para las Ciencias del Matrimonio y la Familia. Al final de la primera parte de este ensayo que examina este asunto, un cruce de política, cultura y teología, empezó a emerger la centralidad del mensaje pastoral de papa Francisco a la Iglesia. En esta segunda parte, nos centraremos más en esta cuestión.
Los arquitectos y ejecutores del nuevo Instituto quieren que este tenga un enfoque más acorde de lo que ha tenido hasta ahora, por parte de los antiguos docentes y administradores, a la Exhortación apostólica Amoris Laetitia. El presidente del nuevo Instituto, mons. Pierangelo Sequeri, ha explicado todo este tema en una entrevista concedida a Avvenire, el periódico de la Conferencia Episcopal italiana, publicada el 19 de julio: «La Exhortación apostólica Amoris Laetitia (sic) estará naturalmente integrada en el currículo y en las materias que proporcionan apoyo magisterial a los varios cursos; también apoyará una mayor profundización en los seminarios y en las publicaciones universitarias. Es seguro que la incorporación de una nueva facultad y la reorganización de los planes de estudios, posible ahora con los nuevos estatutos, permitirá el desarrollo adecuado de la reflexión y el estudio de temas que ahora son motivo de debate entre los teólogos. La relevancia de la enseñanza magisterial de Amoris Laetitia (sic), que debe guiar la comprensión teológica y pastoral de la familia -incluso en sus circunstancias más problemáticas- implica dar crédito a la expresión autorizada de la enseñanza viva de la Iglesia».
Me parece bien. El Instituto es del papa, y puede hacer con él lo que le dé la gana. Siempre que estemos hablando de una ampliación real para traer otras voces -diferentes y comprensivas- o incluso de una remodelación de la parte administrativa en favor de unas voces mejor dispuestas, no hay razón para expresiones indignadas y quejas.
Sin embargo, el 30 de julio, Avvenire publicó un artículo de un veterano periodista del diario, Luciano Moia, en el que este, obedientemente, repetía como un loro la política del partido sobre los profesores mons. Livio Melina y el padre José Noriega DCJM, cuya posiciones no forman parte de la «renovación en la continuidad» que el papa Francisco desea y que el arzobispo Paglia lleva a cabo siguiendo las órdenes del pontífice.
Según la política del partido, Melina y Noriega no han sido despedidos; sencillamente no hay lugar para ellos en el nuevo equipo y, de todas formas, Noriega es el superior de su congregación durante otros cuatro meses después del inicio del nuevo año escolar inelegible. Moia también ha explicado que Melina y Noriega son personas problemáticas que han recibido su merecido.
«Nadie puede olvidar», ha escrito Moia, «que en la intensa estación sinodal y en los meses que siguieron a la publicación de Amoris Laetitia, algunos representantes de la dirección administrativa del Instituto, junto con algunos docentes, trabajaron sin descanso publicando, haciendo declaraciones e intervenciones en congresos y conferencias con el fin de minimizar la relevancia del cambio deseado por el papa Francisco».
El problema con esta cuestión es doble.
Primero: o es todo negocio y nada personal, o Melina y Noriega son unos descontentos contrarrevolucionarios. Ambas cosas a la vez no pueden ser. Segundo y más importante: para una mayor plática en la Iglesia, Melina y Noriega han intentado explicar cómo se puede comprender Amoris Laetitia a la luz de la enseñanza anterior y de acuerdo con la disciplina universal establecida. Como teólogos morales de una institución pontificia, este era su trabajo.
A principios de agosto mons. Melina replicó a Moia en Avvenire, impugnando la acusación de intentar «minimizar la relevancia del cambio deseado por el papa Francisco» y objetando enérgicamente a algunas de las insinuaciones de Moia: «Habiendo sopesado la vaguedad de esa expresión, deseamos subrayar que el argumento pertenece al debate natural del ámbito teológico y pastoral, en el que la hermenéutica de la renovación en la continuidad con la Tradición es un criterio que, hasta la fecha, no ha sido nunca condenado ni retirado del Magisterio. Esto, con el fin de tutelar el «buen nombre» de los profesores, que son víctimas de esta disposición y ahora también de las calumnias; pero, sobre todo, por el deseo de tutelar la «libertad de los hijos de Dios». Entre estos profesores también hay teólogos; no son meros doctores o escritorzuelos de corte, veletas que persiguen los caprichos del viento, ni siquiera mentores asalariados que expresan las opiniones de otros; salarios de los que ahora algunos [de estos profesores] están privados por motivos que juzgamos infundados y que perjudican seriamente nuestra dignidad. Por último, déjeme recordarle que la difamación no es sólo un pecado grave contra el que el papa Francisco siempre se ha opuesto en reiteradas ocasiones, sino que es también un crimen perseguible por la ley».
Moia respondió a la carta de Melina -que había sido firmada también por los profesores José Noriega, Stanislaw Grygiel, Monika Grygiel, Vittorina Marini, Przemyslaw Kwiatkowski y Jaroslaw Kupczak- diciendo que la verdad de sus acusaciones está clara en los escritos de Melina y en otras declaraciones públicas.
Moia aducía dos textos, ambos de una ponencia que el profesor Melina dio en 2016, en una conferencia en el Instituto JPII, para ofrecer las claves de interpretación de Amoris Laetitia, y que más tarde se convirtió en un libro titulado Quale pastorale dopo Amoris Laetitia? (¿Qué pastoral después de Amoris Laetitia?), en el que se reunieron las actas de la conferencia. En el primero Melina escribe: «… según esto, que es enseñado por la Familiaris consortio (n. 32) y por la Veritatis splendor, que es una encíclica con una intención claramente doctrinal y que, por lo tanto, tiene un rango magisterial respecto a una simple exhortación de naturaleza pastoral».
Si usted tiene que mirar dos veces, preguntándose dónde pueden estar el sujeto y el verbo principal en la última frase citada, deténgase. Moia no se molestó en ponerlos. En ese fragmento tenía lo que quería. Pensaba que tenía una pistola humeante. «Uno no sabe de dónde viene la creencia», comenta Moia, «según la cual la doctrina (ley) viene antes que la atención pastoral (hombre). Ciertamente no procede del Evangelio, donde se dice que «el sabbat fue hecho para el hombre, no el hombre para el sabbat»».
No importa que cualquier estudiante de teología de primer año sea capaz de afirmar que Melina tiene razón sobre la jerarquía de los documentos magisteriales, y le explique el porqué. Ignore por un momento que la doctrina no es la ley, y que la atención pastoral bien entendida y practicada es para ayudar a los cristianos a conformar sus vidas a las enseñanzas de la Iglesia. La utilización por parte de Moia de una frase sacada de contexto no demuestra absolutamente nada, incluso si trata la Sagrada Escritura como poco más que un eslogan de campaña.
Moia respondió con un eslogan a una discusión académica profesional, cierto, pero esto no importa cuando un gángster mitrado está en lo alto de la escalera.
La otra cita que Moia aduce contra Melina es esta: «Por lo tanto, debe afirmarse claramente que incluso después de Amoris Laetitia, admitir a los divorciados «que se han vuelto a casar» a la comunión, fuera de las situaciones consideradas por Familiaris consortio y Sacramentum caritatis 29, va contra la disciplina de la Iglesia, y enseñar que es posible admitir a un divorciado «que se ha vuelto a casar» a la comunión, más allá de estos criterios, es ir contra el Magisterio de la Iglesia». Moia introduce estas frases de Melina con estas otras, escritas por él: «Según Melina, en ningún momento Amoris Laetitia abre la puerta a esta posibilidad [admitir a los divorciados civilmente casados a la comunión]. Para evitar caer en una contradicción, ignora tomar en consideración las notas 336 y 351, que son parte esencial del texto». Melina no tuvo en cuenta la letra pequeña.
El problema con todo esto es que el papa Francisco y todos, con la excepción de unos pocos lectores ideológicamente comprometidos, están de acuerdo con Melina en este punto. El debate no es si Francisco ha cambiado la doctrina o la disciplina, sino si hay espacio para este tipo de flexibilidad pastoral que el papa Francisco ambiciona en Amoris Laetitia para las personas en situaciones irregulares. Formulado más finamente: el desacuerdo no es sobre si hay una libertad pastoral -todos están de acuerdo en que la hay-, sino en cuánta hay, dónde encontrarla y cómo controlarla.
Desde la publicación de Amoris Laetitia, no hay una visión cándida de la Iglesia que pueda de ninguna manera concluir que hay algo que se parezca mínimamente a un acuerdo en estas cuestiones. Ni siquiera en jurisdicciones que han puesto en marcha Amoris laetitia, a través de medidas políticas o normas especiales, hay un acuerdo generalizado sobre cuál es el objetivo del desarrollo de las características de Amoris Laetitia. Uno se podría preguntar, justamente, por qué una exhortación que hace un llamamiento a un discernimiento pastoral más profundo necesita esta apresurada puesta en marcha por doquier, pero este es totalmente otro tema.
Todo esto es discutible. O lo era. Sin embargo, Moia afirmó en el periódico oficial de la Conferencia Episcopal italiana, que contextualizar la cuestión no sólo levanta sospechas, sino que constituye un acto de deslealtad contumaz.
Pero Moia no se detiene ahí. A continuación amenaza con su cuchillo a otros tres profesores del Instituto JPII: José Granados, Stephan Kampowski y Juan-José Perez-Soba, impugnando un libro del que los tres son coautores, titulado: Amoris Laetitia, accompagnare, discernere, integrare. Al menos dos de estos tres profesores -Granados y Kampowski- aparentemente han sido elegidos para continuar su trabajo en el Instituto. Por consiguiente, su inclusión en las acusaciones de Moia puede ser una demostración de la limitación con la que todo este asunto se ha llevado a cabo, o una advertencia para que ambos se mantengan en su sitio, o ambos.
«La tesis básica», ha escrito Moia sobre su libro, «es que un texto magisterial es válido sólo si se interpreta en continuidad con el magisterio previo». Bien, pues sí. Los autores son católicos, no mormones. A continuación Moia cita su ponencia: «Cuando aparece en Amoris Laetitia un texto ambiguo o discutible, la única interpretación válida es leerlo en continuidad con el magisterio previo».
«Esto significa», sigue Moia proclamando su triunfo de manera retorcida, «que en Amoris Laetitia hay pasajes «ambiguos y discutibles», una valoración que no es muy benevolente hacia el papa». El propio papa Francisco se sentía inseguro sobre la ortodoxia de Amoris Laetitia. Nos sentíamos tranquilos porque Granados, Kampowski y Perez-Soba estaban en terreno seguro.
Pero este terreno empezó a moverse bajo los pies de los autores cuando estos escribieron que la nota a pie de página 351, enormemente discutida, era «muy general» y que «no puede hacer referencia al caso de los divorciados que se han vuelto a casar, porque a este respecto existe un magisterio muy claro que sirve de guía en caso de duda». Los autores, en este caso, se expusieron a ser legítimamente criticados. Este ensayo lo escribieron al principio del debate y, de todas formas, tienen razón sobre la amplia aplicabilidad de la nota 351, que no debe utilizarse para referirse sólo -o de manera principal- a la comunión para las personas en situación irregular.
Es lo que dijo el cardenal Christoph Schönborn de Viena. El día que Amoris laetitia fue publicada, habló en la Radio Vaticana [entrevistado por Christopher R. Altieri, ndt]:

«Estoy profundamente convencido de que, 35 años después de la Familiaris consortio, el papa Francisco nos ha dejado un bello ejemplo de lo que el beato John Henry Newman llama «el desarrollo orgánico de la enseñanza». San Juan Pablo II ya había innovado algunos puntos: no una ruptura con la tradición, pero su «Teología del Cuerpo» era algo muy nuevo; sus palabras sobre la gradualidad en la Familiaris consortio eran bastante inusuales; sus palabras sobre el «discernimiento» en la Familiaris consortio, n. 84, fueron bastante sorprendentes -su firme invitación a discernir las distintas situaciones. El papa Francisco está en continuidad con esto, y el sínodo -los dos sínodos- también. «Discernimiento» es una palabra clave de la Exhortación del papa Francisco. Es muy «jesuítica» -el discernimiento del espíritu- y esto le lleva a una actitud que ya estaba presente en la enseñanza del papa Benedicto, del papa san Juan Pablo II, y que la Iglesia ofrece a quienes están en lo que se llama «situación irregular». El papa añade una breve nota en la que dice: «En algunos casos, también, la ayuda de los sacramentos». Esto es todo lo que dice.
CRA: Esto nos lleva amablemente al punto porque, cuando hablamos de discernimiento, estamos discutiendo inevitablemente de la conciencia -pero debemos dejar que la Madre Iglesia forme nuestras conciencias- y el papa Francisco ciertamente lo sabe, aunque evita mencionarlo. Los sacramentos: ¿cuáles? ¿Y en qué orden?
Card. Schönborn: Creo que está muy claro: hay circunstancias en las que personas en situación irregular pueden realmente necesitar la absolución sacramental, a pesar de que su situación general no pueda aclararse. El papa Francisco ha puesto un ejemplo: cuando una mujer [en una situación matrimonial irregular] confiesa haber abortado -el pecado, el pecado grave del aborto-, no aliviarla, a pesar de que su situación es irregular -el discernimiento del pastor puede ser, y yo diría, «debe ser»: tienes que ayudar a esta persona a liberarse de su carga, a pesar de que no puedes decirle que su situación matrimonial se ha regularizado debido a esta absolución-, pero no puedes dejar que deje el confesonario con la carga de su grave pecado, que por fin, con valentía, ha ido a confesar. Este fue el ejemplo que él dio, y creo que es un buen ejemplo de lo que esta breve nota puede significar en ciertos casos: p.ej. «[…]incluso la ayuda de los sacramentos»».

Moia a continuación cita un pasaje del profesor de la renombrada cátedra Juan Pablo II, Stanislaw Grygiel, que en mayo de 2016 escribió lo siguiente sobre la Exhortación post-sinodal: «Amoris Laetitia nos obliga a una profunda reflexión sobre la fe, la esperanza y el amor, es decir, el don de la libertad que hemos recibido de Dios, porque Amoris Laetitia no proporciona un mensaje claro sobre los «dones de Dios» que son la verdad, la bondad y la misericordia». Esto tal vez no sea halagüeño, pero difícilmente cumple con el increíblemente vago criterio que el propio Moia estableció como el punto de referencia con el cual medirse.
Moia también cita las frases del ensayo de Grygiel que, en 2016, predijo: «Los pastores y los archi-pastores» «proponen una casuística «sí, pero…», tomando en consideración no tanto la conciencia del hombre cuanto su inclinación al mal». Moia cita de nuevo a Grygiel: «Si las cosas siguen así, pronto veremos aparecer el caos, en el que personas con inclinación al mal irán por las parroquias e incluso por las diócesis en busca de los casuistas más inteligentes». Gracias a Dios esto no ha sido así.
Casi al final de su extensa diatriba, Moia vuelve al trabajo del profesor Melina, que hizo unos comentarios en 2018, en la presentación del libro póstumo del cardinal Carlo Caffarra, el presidente fundador del difunto Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre el Matrimonio y la Familia, «quien, por un extraño destino, falleció el 6 de septiembre de 2017, un día antes de que el Instituto Juan Pablo II dejara de existir por decisión del papa. Instituto que él [Caffarra] había visto nacer. Fue como si el Señor quisiera ahorrarle esa visión».
Por consiguiente, el profesor Melina, al recordar a esta figura, que había dedicado una parte importante de su vida a levantar una institución que ambos amaban, expresó lo que justamente puede interpretarse como una leve insatisfacción ante el desmantelamiento de su amado Instituto. Y Moia ve en esto base suficiente para desafiar y rechazar la declaración de Melina de «respecto filial y obediencia cordial».
La crítica de Moia es tan profundamente inadecuada que podemos preguntarnos si no fue una operación de bandera falsa. Si no hace lo que debe, cómo esperar que se ponga realizar tareas que van más allá. No es ninguna sorpresa que, después de aparecer, los poderes le hayan enviado a Moia una invitación secreta para que deje de ayudar.
Todo esto basta para decir que si las «pruebas» de carácter como las que Moia ha aducido se convierten, en un futuro, en suficientemente efectivas como para establecer la contumelia de justificar cualquier despido, entonces ese será el día en el que ambos, la investigación libre y el debate de ideas a ultranza en búsqueda de la verdad, encuentren una muerte sin sentido en el sistema pontificio de educación superior.

Publicado por Christopher R. Altieri en The Catholic World Report.

Traducido por Verbum Caro para InfoVaticana.

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Comentarios
76 comentarios en “Amoris Laetitia, el centro de la controversia en el JPII (II)
  1. Demasiadas palabras para evitar decir que la linea oficial de la Iglesia católica, en realidad, ya no cree en Jesucristo, su Palabra claramente plasmada en los santos Evangelios canónicos, la doctrina bimilenaria de Cristo custodiada durante más de 2000 años, vivida por todos los santos habidos y por haber.
    No sólo se refleja la apostasía de la Fe en Amoris Laetitia, sino en muchos otros gestos, palabras y afirmaciones durante este pontificado actual, y sinceramente creo que ha llegado el momento de plantarse.
    Yo oro por la conversión de Fran cisco, pero no por sus intenciones. Oro por las intenciones y los padecimientos de Benedicto XVI, me uno a este último en oración.
    Si deseamos ser fieles a Jesucristo, distanciémonos de la linea oficial, al menos a nivel interno. Cualquier intento de rodeo linguístico fracasará.

    1. Buen análisis, Neila. Muchas gracias por tus reconfortantes y católicas palabras, que tanto escasean en estos tiempos de apostasía generalizada, para quien quiera verla.

      1. No hay otra, Iglesia. Lo otro (la tuya) es una asociacion sincrética del gran arquitecto que se lío con la madre tierra y fue el símbolo de un judío iluminado.

        1. La tuya que siempre a cooperado con los asesinos de católicos, por lo manos desde Lutero sois una 5ta columna. Explicame, José, no creo que seas Católico, según tú, los mártires fueron uno fanáticos que no se adaptaron a sus tiempos, mira que morir por no arrodillarse, si eso es un segúndo , y tos tan contentos.

          1. ¿Los mártires del cristianismo, los del islam, los de otras religiones, los de las sectas que toman veneno para irse a un mundo mejor? , ? De que mártires me hablas?

          1. Cierto, Jose. Cada época inventa su religión. Ahora ha tocado la del relativismo. Sin embargo, la Iglesia Católica la instituyó (no la inventó) Nuestro Señor Jesucristo de una vez para SIEMPRE, para que fuese columna y fundamento de la Verdad.

  2. Hay una cosa que los conservadores no quieren comprender, aunque la tienen delante de sus narices: la moral sexual y matrimonial de la Iglesia se basaba hasta ahora en la filosofía griega y el derecho romano y se fue estrechando como un dogal, según se estrechaba también el dogal del celibato de los clérigos. Pero es que la sociedad y la psicología actuales han permitido comprender que todo eso era un inmenso disparate, basado en una interpretación farisaica de las Escrituras, por lo que la sociedad actual, creyentes incluidos, “pasa” totalmente de lo que venía diciendo la Iglesia. Como el sexo y el matrimonio son algo fundamental en la vida humana, si la Iglesia sigue por ese camino, las iglesias se seguirán vaciando, y la Iglesia quedará como una especie de secta, estilo Testigos de Jehová, pero en vez con la fobia a las transfusiones de sangre, con la fobia al sexo, lo que es mucho peor. De eso va la Amoris Letitia, de corregir ese rumbo nefasto.

    1. Sota de Bastos, Mateo 19:6 «lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre» lo dice Jesús, que ni es griego ni romano.
      Mateo 19, 11-12: “Él [Jesús] les contestó: No todos entienden esto, sino aquellos a quienes ha sido dado. Porque hay eunucos que nacieron así del vientre de su madre, y hay eunucos que fueron hechos por los hombres, y hay eunucos que a sí mismos se han hecho tales por el amor del reino de los cielos. El que pueda entender, que entienda”.
      Pero eso…el que pueda entender y el que tenga amor al reino de los cielos. Ya sabía Jesús que algunos no entenderían ni aunque se lo explicaran despacio.
      Y decir que la Iglesia tiene fobia al sexo, me parece ya el remate.
      Imagino que se refiere a la secta luterana, ya que Lutero estaba totalmente atormentado por ese tema.
      De todas formas, con la palabra mágica todo se arregla, ¿verdad? Pues la voy a usar yo también para decir que a lo que tenemos fobia es al mal uso de la sexuaalidad y a las aberraciones sexuales.

      1. «lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre» Se te ha olvidado que también dice «Salvo caso de fornicación». Y que así lo interpretó la Iglesia durante los primeros 1.000 años, permitiendo el divorcio en casos graves. Siempre hacéis lo mismo: citáis solo lo que os place y cortáis por donde no os place.

      1. ¿Y eso lo sabes porque ayer tomaste el té con Jesus y te lo dijo, o es solo que crees que lo que tu imaginas tiene que ser la verdad porque tu mamá te lo enseñó y ella no puede estar equivocada?

        1. Efectivamente, José. Neila lo sabe porque ha leído las Escrituras y si lo sabe porque su madre se las ha leído de pequeña, pues mucho mejor. Ojalá todas las madres enseñaran la Biblia!!!! Su madre y la de cualquier otro, se puede equivocar, pero tratándose de repetir la Palabra de Dios, no habrá fallo ninguno.
          Juan 6:39 Y esta es la voluntad del que me envió, del Padre: Que de todo lo que me diere, no pierda de ello, sino que lo resucite en el día postrero.
          Mateo 11.28
          28 “Vengan a Mí, todos los que están cansados y agobiados, y Yo los aliviaré.

          1. Y so escribo un libro donde digo que hablo en nombre de Dios ¿también se lo creerá tu mamá?, porque al final su fe no es en Dios, nunca habló con él, es en el que escribió la Biblia y afirma que habla en nombre de Dios en quien cree, no es fe en Dios es fe en un hombre o un grupo de hombres

        2. Lo sé porque Jesucristo es la Verdad, el Camino y la Vida. Si deseas experimentar el Amor infinito del Corazón de Cristo, sólo tienes que invocarle con sincero corazón, con deseo genuino de encontrarle. Lo demás lo hará Él. No tengas miedo. Te ama infinitamente.

    2. Pues Francisco y el francisqueo están desertizando mucho más las iglesias de lo hasta ahora se había visto. La gente no se cree que Cristo señale la senda estrecha en la escritura y que venga ahora un argentino sin cabeza ni fuste a decir que hay que darle gusto al cuerpo porque eso es lo cristiano. Y como no cuela, al final lo mandan todo a hacer gárgaras. Pero ninguno de estos crímenes quedará impune.

    3. Sota de Bastos: ¡si será basto! ¿De dónde obtuvo esa información sobre las bases de la moral sexual y matrimonial de la Iglesia? Pero, aún suponiendo (suponiendo, repito) que así fuera, Cristo confirmó la moral sexual y matrimonial del Génesis y Éxodo, que fue en lo que se basó la Iglesia. (Falta que usted demuestre que los autores sagrados de esos dos libros se basaron en lo que usted dice.) Y si Cristo estaba equivocado, cerremos esta Iglesia y cada quien adonde quiera. Pero, primero su demostración, basto…digo, Bastos.

        1. Pues mira, si en aspectos de moralidad sexual, los griegos y romanos de entonces y anteriores a Jesús concordaban con lo que dijo Nuestro Señor, pues mejor para ellos. ¿No será lo que después dieron en llamar «semillas del Verbo»?

    4. Ni de broma!!! Los romanos y griegos eran muy abiertos en cuanto a sexualidad, como todos los pueblos europeos hasta que llegó el cristianismo, la moral de la iglesia es la imposición a europa de la moral judía, digan lo que digan los cristianos ahora, el cristianismo es ajeno a la tradición europea, por ejemplo ningún pueblo europeo era monoteísta hasta que el cristianismo lo trajo del judaísmo y así muchas otras cosas, el cristianismo fue la destrucción de lo europeo y su sustitución por una mentalidad judía muchísimo mas cerrada y primitiva

      1. José, los romanos eran «muy abiertos a la sexualudad» tan abiertos abiertos, que copulaban con la madre con la hermana, entre 3 entre 20 entre unos y entre otras. De verdad que el Cristianismo es muy cerrado, destructivo y primitivo.
        Tal vez encuentres muy bellos aquellos bacanales, que hacian la vida más honorable ¿verdad?

      2. “Ni de broma!!! Los romanos y griegos eran muy abiertos en cuanto a sexualidad”. Esa “apertura a la sexualidad” que dices es la reacción explosiva –como ocurre siempre- a la filosofía platónica y gnóstica que consideraban el sexo sucio y malo. Y al derecho romano que prohibía la poligamia, con lo que los señores, en vez de casarse con las esclavas, como hacían los judíos, las utilizaban como barra libre, para luego denostar de ellas y llamar a sus hijos bastardos. Detrás de todo ello, tras la cortina de humo de “moralidad” y “pudor”, lo que se escondía era puro clasismo y codicia, porque si te diviertes con una esclava, esta y sus hijos no tienen derechos, pero si te casas con ella, se reparten las herencias.

      3. Aunque practicaran aberraciones, no eran permitidas por el estado. Un sodomita tenía familia como la tenía un hombre normal. ¿Que era hipocresía? Pues claro que lo era. Lo gracioso es que nos quieren hacer creer que era una sociedad abierta y libre.

    5. Pasan de la moral sexual porque pasan de todo, del credo ni una frase de verdad, y pasa porque los sacerdotes con las nueva historias no la han trasmitido la Fé (y esto un hecho). Primero se cree y luego como fruto de tu fe corriges tus actos de todo, no solo de lo sexual. Nuca al reves como no lo hago no voy. Eso es no creo. Me hes más importante ser aceptado que mi fe. La sexualidad que te refieres ha existido epicúreos, no se lo que se ha descubierto nuevo, como sea que no hay embarazo. Pero eso es otro tema.

    6. Desde el punto de vista biológico el sexo, función sexual, pura y dura como especie homo sapiens sapiens, es “fundamental”. El matrimonio, lo siento, pero no, el matrimonio trasciende, creas o no a esa función biológica, parte de un compromiso superior, y si eres católico, de un compromiso ante Dios y ante los hombres. Nace de una voluntad y de un deseo meditado y reflexionado, y en el caso de los católicos es, ni más ni menos, una vocación discernida y libremente adoptada.
      Por favor no confunda sexo con matrimonio, que aunque dentro de la matrimonio el sexo existe y es necesario, éste no deja de ser un elemento más del mismo, no el centro alrededor del cual gira toda la vida matrimonial

  3. Bueno, con el truco de la hermeneutica de la continuidad todo se soluciona y todo se tapa. Este truco ha funcionado desde el cvii, a ver si cuela esta vez.

  4. El texto de Amoris Laetitia es revolucionario y ambiguo, como lo demuestra el hecho de que fue interpretado de manera diferente en Alemania y Polonia. Parte de la responsabilidad es el lenguaje utilizado, que es alusivo y no declarativo. Llamar al pecado «fragilidad» es ambiguo. Pero es una ambigüedad que tiene razones no aleatorias . La Nuova Bússola Quotidiana entrevista al profesor Stefano Fontana, autor del libro ¿Exhortación o revolución? Todos los problemas de Amoris laetitia. «La novedad de AL consiste en cambiar la doctrina sin decirlo. Una revolución, una ruptura.

    1. ¿ Es compatible la indisolubilidad del matrimonio, restablecida por Jesucristo, que elevó el matrimonio a rango de sacramento, con la comunión adulterina propiciada por AL ? Obviamente no, pero, si esto es así, sobra toda la Al, redactada para justificar lo injustificable, por lo que hay que derogarla cuanto antes. Pidamos Dios que un Papa de verdad lo haga. Yo así se lo pido, por la salvación de las almas, de todas, incluida la mía.

  5. Cuando las cosas comienzan con ambigüedad, sigue la confusión, de la confusión sigue el caos, del caos sigue el año 2019, ¿ qué es lo que viene después, ya que urge tranquilidad en las mentes y corazones que formamos la Iglesia?

  6. Los primeros cismas en la Iglesia ya comenzaron en los tiempos de la predicación apostólica cuándo San Pablo ya denunciaba a personas que venían predicando otro evangelio distinto del que él había predicado, y cuando acusaba a determinadas comunidades de tolerar, como si no pasase nada, esta predicación de falsos evangelios; con lo cual el problema es un problema inherente a la propia existencia de la Iglesia Católica, y las Escrituras nos dicen claramente cuál debe ser nuestra actitud ante las desviaciones que se presentan, y es la de no tolerarlas, o levantar nuestra voz, no aceptarlas o como mínimo resistir a ellas. Ya más recientemente San Pío X en 1900 nos relataba cómo años atrás los herejes tenían por costumbre irse de la Iglesia para predicar sus propias desviaciones, pero sin embargo ya en aquellos años el problema más grave ya no era sólo la herejía, sino que los herejes ahora exponían abiertamente sus propias desviaciones pretendiendo permanecer dentro de la Iglesia, y que

  7. , y que ahora el peligro no estaba tanto fuera de la Iglesia como dentro de ella. El papa Pío XII ya nos advertía de que estaba rodeado de personas que pretendían cambiar las cosas más sagradas dentro de la Iglesia; el papa Pablo VI después del Concilio Vaticano Segundo manifestó públicamente cómo estamos asistiendo a la auto demolición de la Iglesia Católica, palabras textuales suyas.
    El problema es que a lo largo de todos aquellos años el Papa era el principal defensor de la doctrina frente a los herejes externos e internos, pero ahora la principal novedad que tenemos en este momento es que el Papa Francisco resulta que parece, según los datos objetivos que llevamos recogiendo durante sus 6 años de pontificado, más bien pertenecer al grupo de los desviados que al grupo de los fieles a la doctrina. Incluso peor todavía como ya nos lo advertía San Pío X en Pascendi, tiene la sorprendente habilidad de que un día condena el aborto como un crimen pero al día siguiente ensalza a una mu

  8. Lo de cambiar la doctrina sin decirlo con documentos ambiguos no es un invento de Francisco y su Amoris Laeticia, sino una técnica que por lo menos data en la Iglesia oficial desde los años 60, y es una tecnica linguistica que ya condenó San Pio X, que ese sí que era un Papa Santo. Claro, no se han dado cuenta hasta que se ha tocado la materia de doctrina moral. Cuando el resto de doctrina la trastocaron otros Papas bien poco que os importó. Aplicad la hermeneutica de la continuidad ahora. Repetid conmigo: amores leticia se continúa del evangelios, amores leticia se continúa del evangelios… todo se soluciona así, donde está pedro está la iglesia y quien obedece no se equivoca. Dais pena.

    1. Ya están empezando las bendiciones de los chamanes paganos del amazonas a monjas y obispos, imagen calcada de san juan pablo ii de Asis el magno. A ver si esta vez aparece otra vez la famosa sacerdotisa de Shiva poniendo marcas de sus dsmonios en la frente. Me cachis, ya me ha salido la jotapeiifobia, corramos entonces un tupido velo como el que corren para Asis.

      1. No teneis remedio, por eso debeis relajaros y disfrutad de este nuevo esperpento con tranquilidad, que en vez de en Asis es en la amazonia. Mejor pensad que son cardenales malvados que le hacen una encerrona a Francisco, así os vacunais de antemano. Uy, qué emocionante.

        1. Totalmente de acuerdo. No quieren (queremos) aceptar que la Jerarquía ya apostató y que solo hacen malabares lingüísticos para tapar su deriva y para llevarse consigo muuuchas almas (debe ser que eso les tranquiliza la conciencia, o es que son muuuuy perversos). Cada vez menos, claro está, porque saben que hay mucho personal que les sigue sin pensar, sino solo por decir que están con la línea oficial. ¡Pero la línea oficial es Jesucristo!

          1. La jerarquía no apóstata, estúpidos, si acaso algunos de sus miembros como es, en la actualidad vuestro querido Bergoglio.

        2. Si tú disfrutas con la que está cayendo en la Iglesia, Esposa de Cristo, NO LA AMAS, porque los verdaderos católicos sufren con su Madre la Iglesia, que está siendo atacada ferozmente. Sólo un hijo malnacido disfrutaría con el padecimiento de sus hermanos en la fe.
          Tú sí que das pena

  9. Pensando en lo que dice Uno, y con total razón, hay que decir “muy bien” por Infovaticana, Adelante la Fe, y algunos otros pocos portales, que no han tenido miedo de denunciar la deriva apóstata de los jerarcas de la Iglesia. Es muy triste ver la traición de los que deberían velar por la Verdad

  10. Muy a vuestro pesar S.S
    Benedicto XVI sigue siendo Papa. Y no es el mundo quien debe juzgar a la Iglesia, sino la Iglesia al mundo.

  11. El sacerdote Don Alberto Strumia se pronuncia, en el blog Stilum Curiae del gran Marco Tosatti, en contra de la nueva iglesia, de la que provienen todos los males que estamos padeciendo. Ni qué decir tiene que, en breve, sufrirá persecución, como tantos otros, por los enemigos de la verdadera Iglesia, que están muy dentro y muy arriba, ocupando incluso la cátedra de Pedro mediante una elección cuya validez resulta altamente cuestionable, como lo es la renuncia de Benedicto.

    1. Según Benedicto no hay nada raro, aunque puede que hasta el héroe sea un mentiroso, para los conspiranoicos no hay límite a la hora de retorcer historias, puede que los cardenales del conclave fueran en realidad extraterrestes que los mantienen presos y sustituyen a los verdaderos cardenales

  12. Tengo curiosidad por saber cómo piensa, el Papa Francisco, convencerlo a nuestro Señor Jesucristo el día del Juicio Final, cuando le deba rendir cuentas de todas las atrocidades que está haciendo. No le va a resultar nada fácil. No quisiera estar en su pellejo. No le arriendo la ganancia.

  13. ¿Ahora la misión de un papa es felicitar a un chiflado que se va a mostrar un crucifijo a una manifestación?, pues si que ha descendido la misión apostoloca del papa, ¿lo próximo es felicitar a un pastelero que no quiera venderle galletitas a un cliente por ser gay?

    1. No lo próximo será felicitar a todos los gay pederastas incluidos clérigos progres. Por su generosidad con los niños, que a la vez que los adoctrinan en el cambio climático.

  14. Amoris Laetitia, se lee a la luz de las enseñanzas divinas de nuestro señor Jesucristo, de lo contrario , mejor es salirse de la Santa Iglesia Catolica y formar su propia iglesia, pues para ello hay libertad.

  15. Muchachos si tienen tantos problemas con la SANTA MADRE IGLESIA JERÁRQUICA funden su propia religión. Mientras tanto obedezcan. A ustedes la Historia y la voluntad de Dios los pasó por arriba, creen mas en un misal que en la Revelación.

  16. Parece que Aceprensa-Opus Dei, va abriendo los ojos.Ojalá los abra del todo y sin miedo a la Verdad, por muy dura que sea. El artículo de Ignacio Aréchaga así lo indica.

  17. Lo que no comprendéis es que la sexofobia que se desató en la Iglesia al verse contaminada por la filosofía griega es una fuente de descrédito y aleja a la gente, no solo de la Iglesia sino incluso de Dios. Le estáis haciendo un flaco servicio a ambas cosas al combatir la Amoris Laetitia.

  18. «La tesis básica», ha escrito Moia sobre su libro, «es que un texto magisterial es válido sólo si se interpreta en continuidad con el magisterio previo». Santa palabra. Luego, con mayor razón todo texto magisterial que se oponga al Evangelio no es válido. Y eso es lo que les ha ocurrido a muchos textos magisteriales desde que en el siglo V, comenzaron a desvirtuar a la Iglesia, hasta dejarla casi irreconocible.

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