De hambre y sed, esa es la sentencia definitiva del Tribunal de Casación francés. El tribunal ha dado permiso a los médicos que atienden al tetraplégico cuya vida defienden sus padres con el apoyo de grupos provida de Francia y todo el mundo, para que le dejen de administrar agua y comida.
El pasado mayo renacía la esperanza, cuando el Tribunal de París ordenó al Estado francés velar por la vida de Vincent Lambert, de 42 años, tetraplégico como consecuencia de un accidente de moto en 2008. Desde el año 2013, sus padres han luchado en los tribunales franceses han luchado para mantenerlo con vida en contra de la opinión de su esposa Rachel y de los hermanos de Vincent, que pedían que se le desconectara del sistema que lo mantiene con vida.
Los médicos del Hospital Chu de Reims, Francia, donde Vincent recibe su tratamiento, decidieron retirarle la hidratación y la alimentación para dejarlo morir. Sin embargo, horas más tarde la Corte de Apelaciones de París rechazó la decisión de los médicos y ordenó que se le repongan los soportes vitales.
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos se pronunció contra la voluntad de los padres en 2015, pero los médicos no aplicaron inmediatamente su plan de retirarle los tubos mediante los cuales recibía hidratación y alimento. El 20 de mayo, los médicos empezaron a retirarle los tubos de alimentación, pero el Tribunal de Apelación de París ordenó que volvieran a proporcionarle agua y comida, y el caso pasó al Tribunal de Casación.
Ante la decisión del hospital de acabar con la hidratación y la alimentación, el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, y la Pontificia Academia para la Vida publicó un comunicado conjunto en el que se señala que “la suspensión del tratamiento representa, más bien, una forma de abandono del enfermo, fundamentada en un juicio despiadado sobre la calidad de la vida”. También se recuerda en el comunicado que la desconexión de la única fuente que mantiene con vida a Vincent es “expresión de una cultura del descarte que selecciona a las personas más frágiles e indefensas”. En el comunicado se subraya, además que “la continuidad de la asistencia es un deber ineludible”.
“Deseamos confirmar la grave violación de la dignidad de la persona que comporta la interrupción de la alimentación y de la hidratación. El estado vegetativo es, efectivamente, un estado patológico ciertamente grave que, a pesar de ello, no compromete en modo alguno la dignidad de las personas que se encuentran en esta condición, ni sus derechos fundamentales a la vida y a los cuidados entendidos como una continuidad de la asistencia humana básica”.
Pero con la inapelable decisión del Tribunal de Casación, última instancia de la judicatura francesa, acaba la esperanza: Lambert es condenado a morir una de las muertes más crueles, la de morir de sed.
Ayuda a Infovaticana a seguir informando
No podemos dejar que los poderes públicos decidan cuando una vida puede ser vivida y cuando no. Están dejando cortos a los Hitler y los Stalin. Son igual de totalitarios.
Sus padres quieren cuidarlo, al igual que otros hospitales, pero debe morir para que cuadren los presupuestos. Todo sea por el euro, la moneda elevada a rango de divinidad. ¿ Dónde está el electricista De Francisco para reconectar la alimentación y la hidratación ?
Hay que evitar, de una vez por todas, la palabrea «estado vegetativo», indigna del ser humano, con una alma inmortal, que se ha introducido hasta en documentos eclesiales imprecisos.
En verdad, Belzunegui, es mucho peor que el nazismo, no iguales.
En efecto, la propagación y difusión en extensión y profundidad de la cultura de la muerte hoy es desembozada y abierta. Hitler y el hitlerismo hablaban eufemísticamente de la “solución final” pero mientras se mantuvieron en el poder no se sabía bien en qué consistía esa “solución”. LUEGO de terminada la Segunda Guerra Mundial se supo con precisión la magnitud del holocausto al entrar las fuerzas aliadas a los campos de concentración y ver las gigantescas fosas comunes. Así como las matanzas comunistas en Polonia en Katyn.
Pero Hitler tuvo un mínimo de vergüenza y jamás confesó sus horrendos crímenes al mundo.
En cambio, el tamaño y la sinvergüenza del aborto y la eutanasia son proclamados a NIVEL MUNDIAL con total desparpajo.
Es el mundo de las conciencias débiles, donde lamentablemente la Santa Sede, el mejor faro de luz vivificadora hoy se encuentra en penumbras con el bergogliato. Que cambia, entre otras bajadas de pantalones, el término bien real “cultura de la muerte” por el light e impreciso “cultura del descarte”.
Y sin percatarse además que los descartados somos los católicos, descarte al que contribuye, hasta con entusiasmo, un Francisco complaciente con el pensamiento único-nom-gender.
El Vaticano tendría que posicionarse de manera inmediata y contundente a nivel diplomático. Un estado que permite que sus jueces se inmiscuyan en la vida privada hasta ese punto es claramente totalitario. Pero no caerá esa breva.
La Santa Madre y Maestra se pronunció en la Const. past Gaudium et spes del Sagrado Concilio Vaticano II con contundencia nada ligth y no apta para quienes les parece una “obsesión” proclamar el evangelio de la vida.
«Todo lo que se opone a la vida, como los homicidios de cualquier género, los genocidios, el aborto, la eutanasia y el mismo suicidio voluntario………………..todas estas cosas y otras semejantes son ciertamente oprobios que, al corromper la civilización humana, deshonran más a quienes los practican que a quienes padecen la injusticia y son totalmente contrarios al honor debido al Creador».
Y San Juan Pablo II alza la voz de un modo «obsesivo» en Evangelium Vitae, que hoy no resuena en el Vaticano ecólogico de Jorge Mario, muy preocupado por el descenso del hielo en el Polo Norte y el «buen salvaje» del Amazonas.
«Por desgracia, este alarmante panorama, en vez de disminuir, se va más bien agrandando…….surgen nuevas formas de agresión contra la dignidad del ser humano, a la vez que se va delineando y consolidando una nueva situación cultural, que confiere a los atentados contra la vida un aspecto inédito y —podría decirse— aún más inicuo ocasionando ulteriores y graves preocupaciones: amplios sectores de la opinión pública justifican algunos atentados contra la vida en nombre de los derechos de la libertad individual, y sobre este presupuesto pretenden no sólo la impunidad, sino incluso la autorización por parte del Estado, con el fin de practicarlos con absoluta libertad y además con la intervención gratuita de las estructuras sanitarias.»
El «seréis como dioses» siempre presente, decidiendo sobre el derecho a vivir y el tiempo de morir de los hombres, olvidándose que el Autor de toda vida humana nos dijo bien claro: «Yo soy Yahvé, tal es mi nombre; no doy mi gloria a ningún otro ni a los ídolos mi alabanza» (Is 42,8).
Ante Él rendirán cuentas «obradores de iniquidad». Sería bueno que fueran pensando qué le responderán cuando les pregunte: «¿Dónde está Vincent Lambert? (cf. Gén 4,9) ¿Qué hicieron con él?
Mi consuelo, oraciones y bendiciones a Vincent, sus padres -es duro vivir presenciando que te maten a un hijo desvalido y en cámara lenta- y a su familiares y amigos que aman la vida.
El consuelo y la esperanza la tenemos en el Señor que aceptó libremente por nosotros la tortura, el dolor y la muerte en cruz, la más dolorosa y también en cámara lenta.
Vincent, otro pequeño Jesucristo sacrificado por los hijos de Satán, siempre estarás en nuestro recuerdo y lo que más importa, cerca, muy cerca de Dios, por siempre.
ESTAS SON MIS ULTIMAS PALABRAS: Me habéis curado de todas las heridas que la ICAR habia dejado en mí, y os lo agradezco. Quien me recomendó que entrase en esta página tuvo un gran acierto. Me dijo que debía venir para que mis heridas se abriesen y sanasen. Ha sido como regresar a mi infancia, en muchos sentidos. Como entrar en las profundidades de la mente fundamentalista de los curas que me educaron. A veces como estar frente a la Inquisición, acusado de cosas, sin saber por qué. He podido entender lo terrible que ha debido ser para tantas personas sufrir injusticias de todo tipo. Ahora puedo decir con toda claridad QUE NO SOY MIEMBRO DE LA ICAR. Perdonadme, pero es tal el peso que me quito, que solo puedo daros las gracias. No volveré a escribir ni a leer nada más, pero siento que debía venir a despedirme. Vuestro mundo no es el mío. ADIOS, QUE OS VAYA BIEN. OS AMO ?
Miguel, no puedes irte de esa manera “culpando” a la Iglesia de tu historia. No se trata de culpar a nadie, la historia se presenta como un ladrón. Si supiéramos el futuro, quizás Vincent no se hubiese comprado una moto y toda su vida sería normal. Pero no es así. ¿Acaso la Virgen sabía lo que le iba a pasar a su Hijo? Evidentemente que no. ¿Acaso Isabel sabía que a su Hijo Juan lo iban a decapitar? Por supuesto que no.
Somos de una Iglesia de la “carne”, no se puede “culpar” a la Iglesia por la historia. Ten en cuenta que también existen muchos mártires que dieron SU vida por la Iglesia, porque ellos eran conscientes que no se puede culpar al todo con una parte.
Al final de nuestras vidas TODOS seremos juzgados por nuestros actos y todo eso va a depender de la misericordia de Dios. No olvidemos que Jesucristo experimentó las peores INJUSTICIAS más que nosotros. Este es nuestro mundo, que nosotros mismos la hemos «creado».
Saludos.
Luis Alberto, perdón, pero hasta donde sé, la Virgen María sabia perfectamente el fin que tendría su Hijo. Lo supo desde antes de decir SI. Ella conocía las escrituras en ellas está claro el fin que tendría el Mesías esperado , además el anciano Simeón le recordó su futuro doloroso. Es por éso de más admirarla, de más quererla, de más compadecer a la jovencita valiente que se arriesgó a ser lapidada por su futuro embarazo.
Y de Madre, a ser traspasada de su corazón, como su Divino Hijo.
Spes, gracias por ayudarme con tu comentario. Me gusta aprender de otros.
Saludos
Luis Alberto,
Es tanto en lo que me equivoco, que pena me da decir algo por mi cuenta, casi todo lo que ando poniendo es de otras personas.
Y si no está bien,! Pues yo no tengo la culpa! ?
Dice Pablo, mal o bien sea anunciado Jesucristo. No interesa de donde viene, en otras palabras, «se dice el milagro pero no el santo».
Saludos y ánimo que todos «ignoramos» de algo.
Miguel,
Yo ya te he respondido en la entrada del Dalai lama.
Un saludo
Miguel,
Una cosa dices cierta: «vuestro mundo no es el mio» .Es cierto, el budismo y el cristianismo son mundos distintos.Por más q se esfuercen los budistas tú mismo te has dado cuenta. Yo también llegué a esa conclusión.Jesús mismo lo dice : «yo soy el buen pastor…» no hay otro. Y también : el mundo os odia pq no sois de este mundo.
Y nada más Miguel. Cuando lo necesites, aquí estamos…siempre esperandote…con Cristo.
Un abrazo
Vaya no ha salido mi comentario anterior.A veces tarda unas horas o un día.
En fin…
Miguel,
En mi opinión, no te has curado de nada.Simplemente has descargado sobre nosotros y sobre la Eucaristia tu resentimiento.Pero hasta q no perdones no te habrás curado.Es la tercera vez q te despides lo cual demuestra q muy en paz no te vas.Te falta algo.Es la paz interior.Tal vez la esperes en forma de reconocimiento, de disculpa o …quien sabe! pero es la paz de Cristo lo q te falta.
Sólo el perdón te llevará al silencio en el cual podrás escuchar a Cristo.Sólo Él sana las heridas, como si nunca hubieran existido.
Te hablo como a un hijo.Con ese cariño.Pero también con esa confianza y sinceridad.Aunque no leas esta respuesta, como dices.Una madre está acostumbrada a no ser escuchada.Jesús también.El dolor q sufriste lo sufrió Él en tí, contigo y por ti. Dices q es tu maestro.No creo, tu maestro es tu dolor q te domina.
Jesús te está esperando para sanarte.Ahora guarda silencio pq has venido cargando contra Él.Perdona y le encontrarás.Te ama, te está esperando.
Un abrazo.
Hice un comentario que aparentemente no lo han publicado. Es curioso cuando leo adjetivos que van contra los principios de la persona, y sin embargo, lo publican. El comentario que hice fue unirme a lo que en estos momentos le está sucediendo a la persona en mención.
Considero que esto no es justo, por consiguiente ya no participaré, salvo mejor parecer.
Saludos en Cristo.
Luis Alberto, perdón por inmiscuirme.
A todos nos han dejado, como decimos acá, agarrados de la brocha. Nos quitan lo que hemos escrito pero no creo que sea adrede.
Yo he sido hasta majadera, para vergüenza mía, y me han soportado. Agradezco.
Pido perdón, porque pensé que mi comentario no se había publicado. Reconozco mi culpa, debí de esperar un poco de tiempo. Como dice San Agustín: «Es propio que el hombre se equivoque».
Saludos y reitero mis disculpas.
Adios Miguel, ahora admiro más a la Iglesia, que hace el bien sin mirar a quien. Te curó, que medico más buena es, si hubieras ido con un psicólogo te cobran por hora, y bien cobrada. ! Qué hermosa la Iglesia, ni te cobró nada!
Ahora, la Iglesia sufre porque un miembro de Ella, está condenado a muerte. Y está condenado a muerte por tener la desgracia de seguir vivo.
Como no se mató el pobre Vincent en su accidente, pues ahora hay que matarlo a como de lugar. Los jueces inicuos que esto deciden, pueden un día ellos o sus hijos tener la misma desgracia, y verán entonces lo que padecen Vincent y sus pobres padres, la esposa no lo parió, ella también se une a las voces de :Crucifíquenlo,!
Los Tribunales de Justicia Civil se crearon para litigar cosas y bienes civiles, no vidas. En los Tribunales siempre se razona, es decir, que la razón y el pensamiento expresados en forma convincente y persuasiva modelan el pensamiento social y consolidan los valores. ¿Acaso es un valor social haberse cansado de cuidar a una persona tetraplégica?, ¿en un país desarrollado que tiene de todo para cuidarlo?. ¿Acaso es razón, «razonable», respaldar la conducta de los cansados de cuidar al tetraplégico, por encima del deseo de sus progenitores?, tal parece que la voluntad de la esposa (que dejó de serlo desde que se cansó de cuidarlo) es superior a la de los progenitores. ¡ Increíble !!, y nos falta ver más, y mucho más