El lobby LGTB obliga al obispo Thomas Tobin a ‘matizar’ un tuit sobre el Orgullo

El lobby LGTB obliga al obispo Thomas Tobin a ‘matizar’ un tuit sobre el Orgullo

Un tuit del obispo de Providence, Thomas Tobin, recordando a los fieles la obviedad de que no deben participar en los actos del Orgullo Gay, ha provocado tal avalancha de respuestas injuriosas en la red social que la diócesis ha tenido que publicar una nota aclaratoria.

Obispo de Rhode Island lamenta haber dicho que los actos del Orgullo son nocivos para los niños, titula el británico The Guardian, en una evidente ‘fake news’ construida con ciertos mimbres de verdad. No es cierto que el obispo se esté en absoluto retractando del contenido de su tuit, pero sí es cierto que ha tenido que dar explicaciones de un sencillo tuit en el que expresaba algo que no solo responde fielmente a la visión católica sino que llama la atención por el hecho de que haya sido el único pastor en recordarlo en el episcopado norteamericano.

Pero vamos por partes. El sábado por la mañana, la cuenta en Twitter del obispo de Providence, en el estado norteamericano de Rhode Island, publicó este sencillo comentario a cuenta de los actos del Orgullo Gay, una celebración que empezó siendo de un día y se ha ampliado a todo un mes: Un recordatorio de que los católicos no deben apoyar o asistir a actos del ‘Mes del Orgullo’ LGBTQ que se celebran en junio. Promueven una cultura y animan a actividades que son contrarias a la fe y la moral católica. Son especialmente nocivos para los niños.

Uno entiende lo que tiene ese mensaje de fuertemente contracultural, pero debería ser cualquier cosa menos sorprendente el hecho de que un obispo católico exprese lo que debería ser obvio para cualquier fiel. Pero no parece ser así. Fue publicarlo en la red social y abrirse las puertas del infierno: un aluvión de insultos, amenazas, blasfemias, rasgado de vestiduras. No solo de tuiteros ajenos a la Iglesia católica, sino de muchos sedicentes feligreses, que se ‘escandalizaban’ de la falta de ‘compasión’ y lo retrógrado del mensaje episcopal. Muchos de los detractores en Twitter confiaban, incluso, en que la Iglesia censurara oficialmente el comentario de Tobin, y aunque muchos fieles escribieron para mostrar su apoyo y el alivio de leer a un obispo desafiando al poderoso ‘lobby’ para aclarar la doctrina en este punto, la proporción fue aproximadamente, como resalta un autor, de cinco a uno.

Del episcopado de Estados Unidos, solo un prelado, el obispo J. Strickland, de Tyler, Texas, se lanzó a la palestra en defensa de su colega, comentando una noticia sobre la polémica que calificaba el tuit de Tobin de homófobo: Por favor, dejen de tachar de homófobos a los obispos que predican la verdad del Evangelio. Dios nos dio la intimidad sexual para la procreación de la prole y la más profunda unión de un hombre y una mujer en el matrimonio. Expresar esta verdad no es homofobia, es simple realidad.

Es comprensible e incluso parcialmente cierto que el ‘lobby’ y sus aliados vieran como una victoria de imagen el hecho de que la diócesis de Providence, en su página oficial, tuviera que publicar una nota aclaratoria en torno a la polémica. El tuit es tan claro y ortodoxo que el mero hecho de que tenga que ‘explicarse’ es una desanimante prueba del poder de este grupo de presión y la facilidad con que se puede amedrentar a los pastores norteamericanos.

Pero no es una retractación en absoluto, lo que supone un considerable alivio. Dice así, firmada por el propio obispo:

Lamento que mis comentarios de ayer sobre el Mes del Orgullo hayan resultado tan polémicos en nuestra comunidad, y ofensivos para algunos, especialmente la comunidad gay. Esa no era ciertamente mi intención, pero entiendo por qué un buen número de individuos se han sentido ofendidos. También reconozco y aprecio el amplio apoyo que he recibido en este asunto.

La Iglesia Católica respeta y ama a los miembros de la comunidad gay, al igual que yo mismo. Los individuos con atracción por el mismo sexo son amados hijos de Dios y nuestros hermanos y hermanas

Pero como Obispo Católico mi obligación ante Dios es guiar a los fieles encomendados a mi cuidado y enseñarles la fe, con claridad y compasión, incluso en cuestiones muy difíciles y sensibles. Eso es lo que siempre he intentado hacer -en una diversidad de temas- y seguiré haciendo a medida que surjan debates contemporáneos.

Ahora que la comunidad gay se reúne en una marcha esta tarde, espero que el acto sea una experiencia segura, positiva y productiva para todos. Al tiempo que se reúnen rezaré por un resurgir del respeto y la comprensión mutua en nuestra muy diversa comunidad.

Ni la Conferencia Episcopal de Estados Unidos ni otros obispos concretos además del de la diócesis de Tyler han salido en defensa del acosado obispo que, como vemos, incluso manteniéndose fiel a la doctrina ha tenido, en parte, que claudicar.

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