Monseñor Argüello lamenta que se pongan barreras en las fronteras

|

El secretario general de la Conferencia Episcopal Española, monseñor Luis Argüello, ha denunciado que España ponga “barreras, muros y alambradas a los inmigrantes con lo importante que es acoger al que viene”.

Es singular que, en dos mil años, la jerarquía eclesiástica no hubiera caído en la cuenta de que las fronteras son un mal e incluso Papas y teólogos, cada vez que han tenido que tratar este tema en absoluto central a nuestra fe, se hayan decantado por reafirmar el derecho de los Estados a guardar sus puertas y decidir quién entra y quién no.

Es singular, digo, este despiste bimilenario porque, de oír y leer a nuestros clérigos hoy se diría que es el eje mismo del mensaje cristiano, este de adoptar la postura más radical y extrema imaginable sobre política migratoria.

Da un poco de vergüenza ajena observar cómo, en un momento en el que el propio Santo Padre insiste tanto en la sinodalidad, la colegialidad y la descentralización del poder eclesial, la clerecía caiga como nunca en un servil ‘corta y pega’ de las obsesiones personales y más que cuestionables del Papa, manteniendo incluso las formas y metáforas, como si todos quisieran ser pequeños Franciscos y les aburriera ya predicar el mensaje salvífico de Cristo.

Ha estado el secretario general de la Conferencia Episcopal Española, monseñor Luis Argüello, en La Tarde de la COPE, su casa al fin, donde ha lamentado que mientras hablamos de la España vaciada pongamos “barreras, muros y alambradas a los inmigrantes con lo importante que es acoger al que viene”.

Quiero pensar que Argüello ha hablado con prisa y sin pensar mucho lo que pensaba, una dolencia común en nuestra jerarquía, repitiendo servilmente consignas mil veces repetidas en los últimos meses. Porque no queremos concluir, en contrario, que Argüello crea que tiene algún sentido una frontera que no tenga algún tipo de dispositivo para que no entre sin control todo el que quiera. Estamos por apostar que monseñor ha dado a menudo gracias a Dios de ese gran invento, la puerta, al menos cuando se trata de su propia casa. Lo contrario sería de un nivel de ingenuidad que rozaría con la estupidez más alarmante.

Nadie se corta con una alambrada si no tiene intención de asaltar ilegalmente un terreno, ya sea un simple solar o un país; no hay nada ofensivo en una alarma doméstica para quien no planee robar la casa u okuparla. Acoger al emigrante es algo tan bonito como dar posada al peregrino, algo que, para que tenga mérito, debe ser libre y no impuesto al anfitrión, así como debe ser moderado para que la casa no quede arruinada para todos, huéspedes y propietarios por igual.

Si Argüello es partidario de que no existan fronteras -que es exactamente lo mismo, idéntico, que proponer que no haya países soberanos-, que lo diga tal cual y observe lo radical y extremista que resulta, lo ajeno al pensamiento de la cristiandad a lo largo de dos milenios y de un mínimo de conocimiento de la naturaleza humana y las realidades geopolíticas. Porque si no es así, si no es partidario de expediente tan utópico, que al menos no nos tome por idiotas y entienda que, si hay fronteras, deben tener barreras y, cuando son frecuentemente violadas, alambradas y muros.

Ayuda a Infovaticana a seguir informando

Comentarios
20 comentarios en “Monseñor Argüello lamenta que se pongan barreras en las fronteras
  1. Monseñor: Si no tuviera usted una barrera de seguridad formada por la habitual cápsula de escolta, hace tiempo que alguien le habría propinado una justamente ganada bofetada, por majadero.

      1. Pues miren qué casualidad, también lamento mucho ver las iglesias cerradas. Lo que deduzco de las palabras de Monseñor es que en su casa no tiene puerta y por supuesto, tampoco lleva escoltas.

  2. Será que en la casa de monseñor arguello entra y sale todo el mundo cuando quiere. No usa ni llave. En vez de puertas usa cortinas.
    Cuanta tontada por centimetro cubico de cerebro

  3. Lo mejor que puede hacer este solemne i… y este auténtico m…, sin olvidar que es un perfecto t…, es publicar dónde vive y facilitar que todo el mundo pueda ir a su residencia: a comer, a ducharse, a entretenerse o a…
    ¡Y en estas manos estamos!
    Los payasos al circo, por favor, es su sitio.
    ¡Cobarde! ¡Irresponsable!

  4. Jesucristo debía de estar muy equivocado, pues nunca hablaba de puentes y muros, y eso que Judea estaba bajo dominación romana. La jerarquía actual lo va a llevar a un curso de reciclaje. Creo que a ciertos señores obispos, en especial al de Roma, habría que ponerlos a construir puentes, pero además de verdad.

  5. 1. La guarda de las fronteras es una de las misiomes básicas del Estado.
    2. Que comience por denunciar las fronteras internas que imponen las Taifas autónomicas y que frenan las migraciones internas en España
    3. ¿Está dispuesto decididamente a misionar, evangelizar, bautizar e integrar en las parroquias a quienes vienen?.
    (Perdón, pero el proselitismo está prohibido)
    4. De lo contrario se limitará a ser el sicario del programa que se proponía en la revista SISTEMA (del PSOE) hace años: imponer el multicultiralismo religioso para «desmontar el discurso católico sobre la libertad religiosa y de enseñanza e ppner como única solución una moral y enseñanza bajo el monopolio de Estado (masónico)

  6. Hay que hacer méritos para el birrete cardenalicio, pero ya son demasiados los que se han apuntado a última hora a los puentes y los muros y no hay birretes para todos. Tendrán que decir que los gays tienen muchos dones que ofrecer a la comunidad y que la doctrina crea mentes rígidas. Eso por lo menos. ¿ Quién da más en el concurso eclesial-sinodal de la estupidez ?

  7. Pues nada que ponga su direccion en internet, para que vsyan a su casa. Pongo una sugerencia que nos hagamos con las direcciones de los obispos y a cada uno que veamos por ahi le demos su dirección, porque se predica con el ejemplo

  8. Quien preguntaba en la entrevista? Cisneritas,Hago,Jesús Luis,Restan…?Son muy importantes las preguntas y repreguntas que se le han realizado.

  9. Yo también estoy en contra de las alambradas pero más aún contra la necedad.
    Ahora imagina que los inmigrantes asaltan el obispado y se instalan a vivir en sus dependencias y verás como el obispo llama inmediatamente a la policía para su desalojo por la fuerza si es necesario.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 caracteres disponibles