Miguel Aranguren presenta este jueves en Madrid ‘J.C. El sueño de Dios’, una novela que narra los primeros años de la vida de Jesucristo y que se adentra en la intimidad de la Sagrada Familia, al tiempo que se atreve a retratar el maravilloso vértigo de la misericordia de Dios desde antes del comienzo de los tiempos.
En el acto, que tendrá lugar hoy en la librería Códice a las 20:00, participarán también el periodista Gonzalo Altozano, Andrés Rojo, corresponsal de La Razón, y Jesús García, escritor y director de Gospa Arts.
Sobre la novela
Sin embargo, a pesar de tratarse de una novela protagonizada por Jesús de Nazaret, el último libro de Miguel Aranguren no está escrito exclusivamente para el lector cristiano. Tampoco se trata de un libro de espiritualidad o de una “novelita pía”. De hecho, advierte su autor, puede llegar a ser una novela desconcertante, ya que el narrador se cuela en momentos desconocidos o poco recreados de la vida de Jesús y de las personas de su entorno.
En las páginas de este libro, el lector descubrirá a un Herodes Antipas deleznable y ridículo. A Juan, el hijo de Isabel, que vive sus últimos días acosado por las dudas y a Zacarías, un buen hombre, torpe y algo descreído, como casi todos nosotros. Que los vecinos se reían de José, castigado por su abuelo con una carga insoportable. Que María era más bien callada y que nació un niño que vino a ser piedra de escándalo para muchos desde el mismo momento de su primer llanto.
Se trata, en definitiva, de una novela apasionante y comprometida que, tal como señala su autor, se cuela en la historia que mueve la Historia, la única que no se desgasta por más que se contemple, se lea y se conozca.
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Espero y deseo que Miguel Aranguren nos presente un Jesucristo entero y verdadero, no el recortado, censurado y desfigurado por Francisco para complacer al pensamiento único, al lutero testigo de la fe o al islam religión de paz. ¡ Basta de mentiras !
Yo creo que esta noticia no da para machacar de nuevo con el tema Francisco. Quizás tendrías que evitar la obsesión, pues es una herramienta del Enemigo.
Pues sabes que te digo, que ojalá todos tuviéramos esa obsesión. Ya habría caído Francisco hace tiempo e iniciado el camino de la restauración, que no se atisba siquiera.