«La farmacia vaticana se renueva». Así comienza el artículo del periódico L’Osservatore Romano que informa acerca del nuevo departamento de cosmética que la farmacia de la ciudad del Vaticano acaba de abrir.
Según explica la cabecera de la Santa Sede, este nuevo departamento se ha instaurado «tras la ampliación y reestructuración de los espacios adyacentes a la sala utilizada para la venta de medicamentos».
A la inauguración acudió el cardenal Giuseppe Bertello -presidente del Governatorato del Estado de la Ciudad del Vaticano-, junto al secretario general del Governatorato, el obispo Fernando Vérgez Alzaga y el Padre Jesús Etayo Arrondo, superior general de la orden hospitalaria de San Juan de Dios.
‘Un espacio único para la línea de cosméticos’
Binish Thomas Mulackal, director de la farmacia vaticana, explicó que el motivo de introducir esta nueva línea de productos se debe «al creciente deseo de las personas que buscan alcanzar un buen estado de salud». Asimismo, asegura que en el centro de la iniciativa «están las personas que con sus necesidades no solo buscan curar una enfermedad, sino también alcanzar un bienestar individual y social».
«Se quiere dar un espacio único a la línea de cosméticos para ofrecer al cliente una más fácil e inmediata oferta de los productos. De esta manera la farmacia tendrá la posibilidad de ampliar notablemente el espacio de exposición y el espacio laboral, con el objetivo de mejorar y de hacer más rápida la elección de los productos expuestos y las operaciones de venta».
A continuación, podrán ver algunas de las «ofertas» de los productos de cosmética que la farmacia Vaticana ha ofrecido durante la semana de su reciente apertura:
La Farmacia Vaticana es la única farmacia de la Ciudad del Vaticano. Fue fundada en 1894 por Eusebio Ludvig Fronmen y es considerada la farmacia más visitada del mundo con aproximadamente 2.000 clientes cada día.
Cabe destacar que, al no pertenecer a la Comunidad Europea, sus productos no presentan las tasas de impuestos de otros países y además están exentos de los controles de calidad que se exigen cualquier otra farmacia del mundo. Debido a este atractivo, hoy en día son más de 40.000 las personas que están autorizadas para comprar en la farmacia del Vaticano.
A pocos metros de la farmacia se encuentra el Spaccio Annona, el supermercado del Vaticano, que ofrece también bebidas alcohólicas libres de impuestos. Además, en la ciudad del Vaticano se pueden comprar algunas marcas exclusivas de joyas, relojes e incluso puros, a los que solo podrán acceder aquellos «privilegiados» que cuenten con la tarjeta que permite la compra de dichos productos.