La publicación del libro «Sodoma» en 20 países y 8 idiomas, prevista para el 21 de febrero, se presenta como una gran operación mediática dirigida a promover la legitimación de la homosexualidad en la Iglesia. Pero podría volverse contra ese papa Francisco al que, sin embargo, el autor pretende defender.
(Ricardo Ninguno de nosotros cree que haya un problema homosexualidad en el clero, llevamos hablando de ello desde hace años, desde cuando todavía ninguno de los grandes medios de comunicación había empezado a interesarse. Precisamente por eso la operación “Sodoma”, es decir, el libro que, traducido en ocho idiomas, saldrá contemporáneamente en veinte países el 21 de febrero, apesta a fraude desde lejos. Se presenta como un gran trabajo científico: el autor, Frédéric Martel, es un sociólogo francés que afirma haber entrevistado durante cuatro años a 41 cardenales, 52 obispos, 45 nuncios apostólicos, decenas de guardias suizas y muchos más por un total de 1500 personas, entre todos los consultados en el Vaticano y por todo el mundo. El resultado es un volumen de casi 600 páginas, cuyo dato más sorprendente es que en el Vaticano cuatro de cada 5 sacerdotes serían homosexuales.
En realidad, la salida de este libro huele a gran operación mediática con una finalidad «política» además de comercial. La salida programada contemporáneamente en muchos países supone una inversión y una organización importante difícilmente justificada por las ventas previstas del libro. Desde luego no se trata de un hecho casual que la salida esté programada para el primer día de la cumbre en el Vaticano sobre los abusos sexuales, pero este no es el problema fundamental. Francamente, cuesta mucho imaginar que se formen largas colas en las librerías por un ladrillo que contiene mucho ruido y pocas nueces, que lanza insinuaciones y guiños en vez de documentar, desilusionando muy pronto a quienes crean que van a encontrar un sólido trabajo sociológico o un verdadero libro de investigación.
En cambio, desde el prólogo encontramos las tesis que sirven de clave de lectura de todo el trabajo, hasta el punto que uno se podría quedar tranquilamente en ese apartado, porque el mensaje que se quiere transmitir ya está contenido ahí, tal vez en previsión de que nadie iba a tener fuerzas para llegar a leer hasta la conclusión. Y son suficientes pocas páginas para entender adónde quieren ir a parar.
De hecho, la conclusión es esta: si el 80% de los consagrados que hay en el Vaticano son homosexuales está claro que el problema fundamental es la hipocresía, así que es un deber salir al descubierto y reconciliarse con la realidad, es decir, aceptar la homosexualidad como una orientación natural. Es interesante observar que Martel coincide plenamente con la misma tesis del padre James Martin, el jesuita que quiere legitimar la homosexualidad en la Iglesia e incluso entre los curas, o lo que es lo mismo: el problema reside en el secretismo en el que los homosexuales están obligados a vivir a causa de la homofobia, esto también por lo que respecta a los abusos. Sólo hay que hacer que salga todo a la luz del sol, aceptarlo como normal y asunto arreglado.
A propósito de homofobia, no está de más recordar que se trata de un concepto inventado en el mundo gay, que no tiene ninguna base en la realidad y está dirigido a normalizar la homosexualidad. Y acto seguido entra un segundo teorema de Martel, otro lugar común: los homófobos lo son porque se sienten atraídos por la homosexualidad, son homosexuales latentes. Esto explica también cómo se llega al 80% de curas gais, y sirve también para explicar que el verdadero objetivo son los prelados conservadores, tradicionalistas o “doctrinarios” o como se les quiera llamar. Cuanto más condenan la homosexualidad, dice Martel, más gais son, es más, muchas veces llevan una doble vida. Y aquí pasa a apoyar los frecuentes discursos del papa Francesco contra los curas que llevan una doble vida.
Obviamente es un teorema sin ninguna prueba, pero sirve para atacar a los presuntos “enemigos” de las reformas del papa Francisco. Sobre todo uno: el cardenal americano Raymond Leo Burke, uno de los firmantes de los famosos Dubia, al que Martel le dedica todo un capítulo en el que se le describe como el jefe de la alianza anti-gay, y precisamente por eso es sospechoso de tener tendencias homosexuales, puede que reprimidas puesto que no hay un solo testimonio que le acuse de ello o de complicidad en los abusos. Todo el capítulo se basa en las posturas extremadamente rígidas desde el punto de vista de la doctrina, su hostilidad hacia el Papa y su lujosa casa, descrita como si fuese una residencia de los Casamonica. Un retrato que, para quienes conocen al cardenal Burke, está muy lejos de la realidad, pero sirve para darle fuerza al teorema, que se repite varias veces: «Cuanto más homófobo es un prelado, más probable es que sea homosexual ». Por el contrario, «cuanto más pro-gay es un prelado, menos susceptible es de ser gay». Si las premisas son estas, podemos imaginarnos lo atendible que es un estudio de este tipo.
Pero lo mejor aún tiene que llegar: al usar la homosexualidad como clave de interpretación de todo lo que pasa en la Iglesia de unos decenios a esta parte – los escándalos del Ior, la guerra a la “teología de la liberación”, la dimisión de Benedicto XVI, Vatileaks I y II, la prohibición de los preservativos en la lucha contra el Sida, etc. – Martel afirma otra tesis surrealista. Según él, «el fin de las vocaciones» está relacionada con la homosexualidad. ¿De qué manera? Muy sencillo: hasta los años 60, a causa del clima homófobo que había, «los jóvenes italianos que se descubrían homosexuales, o tenían dudas sobre sus inclinaciones» se veían prácticamente obligados «a refugiarse en el sacerdocio». Pero «con la liberación homosexual de los años 70 y la socialización gay de los años 80, las vocaciones católicas se redujeron de forma natural». Es decir, desde hace algunos decenios los adolescentes italianos gais también tienen otras opciones fuera del sacerdocio. En fin, que «la revolución homosexual» no es la única pero desde luego sí «una de las causas fundamentales del fin de las vocaciones».
Honestamente ¿se le puede dar crédito a un personaje así? La respuesta resulta evidente. Sin embargo, hay que pensar que, aunque todo esté construido para apoyar la batalla del papa Francesco contra conservadores y tradicionalistas («homosexuales en cuanto homófobos»), esta operación tan torpe y grosera podría transformarse en el típico boomerang.
De hecho, el pontífice y sus colaboradores están haciendo de todo para mantener lejos el tema homosexualidad de la cumbre sobre los abusos, no quieren hablar a pesar de que el 80% de la violencia en los menores se trata precisamente de actos homosexuales. Según la línea oficial el problema es el clericalismo, y de la cumbre saldrán sólo instrucciones para los episcopados sobre cómo llevar los casos de abuso allí donde se produzcan. Pero el alboroto que ya está provocando este libro entre los medios hará que sea aún más difícil evitar un tema que en el asunto de los abusos es central. Y es precisamente lo que la lobby gay quiere: aprovechar esta ocasión para cargar la mano y dar otro paso importante hacia la plena legitimación de la homosexualidad en la Iglesia y el clero.
Publicado por Riccardo Cascioli en la Nuova Bussola Quotidiana; traducido por Teresa Chaves para InfoVaticana.
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Hay que restablecer la oración a san Miguel, infelizmente retirada de la santa Misa.
Sancte Michael Archangele, defende nos in proelio,
contra nequitiam et insidias diaboli esto praesidium.
Imperet illi Deus, supplices deprecamur:
tuque, Princeps militiae caelestis,
Satanam aliosque spiritus malignos,
qui ad perditionem animarum pervagantur in mundo,
divina virtute, in infernum detrude.
Amen.
Esperemos que le salga el tiro por la culata a este miserable.
No entiendo porqué hay que darle publicidad a un libro salido de un estercolero.
Y no olvidemos que esta web se entusiasmó cuando aparecieron las primeras noticias al respecto…
Se apresuraron porque cuando salieron a apoyar el libro todavía no había hablado el profeta Di Mattei que les explica las escrituras y por ende, lo que tienen que opinar.
Bravo para El Mangui
Martel, que pretende ensalzar a Francisco, destroza su figura, al contar y asegurar que sabía quien era McCarrick, y su condición depredadora, y, a pesar de ello, lo protegió, le levantó las restricciones, lo promocionó. Francisco salpicado, una vez más. Su credibilidad es menos cero. Debe dejar paso, debe renunciar.
Lo cuenta Marco Tosatti en su blog Stilum Curiae.
No debe renunciar -le ahorramos ese paso de reafirmación de que en algún momento fue Papa de verdad- debe irse que es distinto.
Un Papa en serio, no uno falso, desde que sabe que un Cardenal es homosexual activo, no le levanta las sanciones impuestas, y menos lo promueve con misiones delicadas.
Todo es masoneria satanica sionista mangoneando el mariconismo que ha fomentado a su antojo para poder terminar justificando el fin del celibato y más cosas para la destruccion final de la iglesia. Todo está planificado a largo plazo, y como la iglesia ya han logrado protestantizarla a base de vaticano II que nadie termina de interpretar bien puesto q no existe tal interpretacion, todo lo gordo ya está hecho. Via obediencia al Papa tragarán cualquier cosa.
Instruccion permanente de la alta venta de los carbonarios, Gregorio xvi y Pio IX.
Si Dios quiere permitir q la Iglesia casi caiga, caerá, aunque el remanente sea solamente cuatro curas quizás mal ordenados predicando a cuatro viejas en un piso.
Esto pasa por creerse por encima de Dios y cambiar el magisterio verdadero por otro falso con el pretexto de que no era dogma de fe, pues toma, que tragarás papa que te cambie tambien el dogma de fe. El q obedece no se equivoca, pues sigue obedeciendo.
Si permitiese Dios un Papa que obligara a los catolicos a hacerse satanicos, la mayoría obedecería antes a un hombre q obedecer a Dios.
Se leen mas herejias aquí entre los foristas que en Religion Digital!!!!
Parece que hay un error al principio (me ha chocado al leerlo). Dice en italiano «Nadie está más convencido que nosotros de que hay un problema de homosexualidad…»
El libro sodoma no tiene ninguna credibilidad, pero hay esta para joder la iglesia me parece una falta de vergüenza mas que una preocupación pues solo convencerá a los que de por si estuvieron siempre en contra de la iglesia.
El Papa ya está señalando que la cumbre dará pocos resultados. Él ha lamentado las «expectativas infladas». En otras palabras, los fieles no deben esperar que la Iglesia elimine la cultura que protegía a McCarrick. Una señal de que todo va a seguir como siempre es que, la pasada semana, el Papa ha laicizado a McCarrick y, al mismo tiempo, promovido a uno de sus amigos, el cardenal Kevin Farrell, a la posición de camarlengo. La credibilidad se resiente hasta cota cero.
No me llaman la atención los ataques, las evaluaciones de un libro que nadie a leído. Parecen que provienen de los hijos de Di Mattei, el católico siglo XXI.
«Ninguno de nosotros cree que haya un problema homosexualidad en el clero» ????
Cascioli dice lo contrario en el original italiano: «nadie está más convencido de nosotros de que hay un problema de homosexualidad en el clero»
El problema radica en la traducción de Infovaticana.
«Si Dios quiere permitir q la Iglesia casi caiga, caerá, aunque el remanente sea solamente cuatro curas quizás mal ordenados predicando a cuatro viejas en un piso.»
Los católicos creemos que las puertas del Infierno no prevalecerán sobre ella.
¿Un panfleto escrito por un connotado homosexual y pro-homosexual jorgista, que vivió largo tiempo en el Vaticano aupado por la banda de Bergo glio?
¿Qué pasa cuando en Martel aparezcan citas con entrecomillados, también es un panfleto?
El testimonio de este francés va a ser del mismo alto valor -a pesar del profeta lefe-jorgista Di Mattei- para evaluar la farsa vaticana de Bergo glio. Será equivalente a los brindados por Dannels y Austen Ivereigh: a confesión de parte relevo de prueba.
Que simple deja Martel el diagnostico de homosexualidad, el simple hecho de oponerse a algo te convierte en fan reprimido de esto. Lo que llevaria a pensar de que ¿si me opongo a la homosexualidad quiere decir que soy un homosexual reprimido? entonces ¿si alguien se opone a la pederastia y pedofilia quiere decir que es un pedofilo/pederasta del closet? ¿si alguien esta en contra de la violacion y abuso sexual quiere decir que es un abusador y violador reprimido? ¿si a alguien le desagrada la zoofilia es porque es un zoofilo del closet?
En fin, que forma mas bajera de hacer diagnosticos, los psicoanalistas se quedarian sin trabajo si todo fuera asi de simple.
Nadie dice que Martel es perfecto, y menos siendo un connotado bergo gliano que trabajó 4 años en el Vaticano con la anuencia de, entre otros de la banda jorgista, Spadaro y Baldisserri.
Más allá de las interpretaciones hay que analizar los hechos que narra y una queja de falta de sinceridad: les pide a las redes homosexuales que salgan del closet, y a Bergo glio que los apoye abiertamente y no tras las bambalinas.
Una queja curiosa: pedirles a los mentirosos que dejen de mentir, de ocultar. Jorge jamás lo va a atender. Es como pedirle que reconozca que no es Papa. Se acabaría el show, que se basa precisamente en ese gran engaño.
Pero hay que resaltar que confirma el informe Herranz -que nuestro Papa le dejara a Jorge sobre el escritorio- y el informe Viganó, en cuanto a los hechos: Bergo glio sabía de McCarrick en tiempo y forma, a pesar de ello lo rehabilita contando con su homosexualidad, en pago de los favores recibidos en el cónclave de 2013.
Sois una pandilla de zumbados viviendo en una realidad paralela, no teneis remedio
Eres un mal payaso. Y un mal payaso no puede descalificar. Ni siquiera hacer reir.
Si va a resultar que los abusos homosexuales no estan perpetrados por homosexuales !!!
Y los laicos heterosexuales que nos sorprendemos asqueados por esos abusos y por sus encubridores sistemáticos y pertinaces somos culpables de sentir asco y de identificar a los pervertidos que los cometen !!!
Basta de Abusadores, de Encubridores ,de Justificadores y de Explicadores de Mentiras!!
El cardenal de Boston, Sean O’Malley, quien se presenta como el gran inquisidor de los abusos, admitió que ignoró una carta en la que se detallaban los abusos cometidos por el cardenal Theodore McCarrick.
Esto ocurrió más de un mes después que se supo que en el 2015, un sacerdote de Nueva York, el padre Boniface Ramsey, le había escrito una carta sobre los abusos homosexuales del cardenal McCarrick.
El cardenal de Boston negó haber sabido algo sobre estos abusos o sobre la carta de Ramsey que fue “manipulada por un miembro del personal”. En ese momento, McCarrick era un liberal influyente que tenía el apoyo del papa Francisco y de los medios de comunicación contrarios a la Iglesia.
Ahora, O’Malley pidió disculpas a Ramsey “por no haberle respondido en una forma apropiada”.
Pienso que si hay falta de vocaciones sacerdotales debe de ser porque, los jovenes, sabiendo que desde hace decadas pueden acabar entre las sabanas de una persona autoritaria que les amenaza con acusarles a ellos pues no es de extrañar que no haya suficientes seminaristas.
Es verdad, con el agravante que el Goebbels jorgista, Andrea Tornielli, negara en setiembre de 2018 que McCarrick fuera homosexual, sino que se excedió en abuso de poder por obligar a los seminaristas a pasar unos días con él en una casa de playa. A Tornielli el profeta Di Mattei le tiene una fe ciega.
Pobre McCarrick, no entendían sus métodos de evaluación de seminaristas. Y que jamás fue homosexual.
A este libro no se le puede dar pábulo y credibilidad. Acusa sin pruebas; si yo en mi ciudad voy al bar y digo que fulanito que es un casado respetable en el fondo es homosexual y que por la noche va a no se que bar a liarse con personas del mismo sexo y cómo y dónde lo hace será un chisme dañino que atenta contra el honor y la fama de esa persona y como consecuencia me puedo arriesgar a varias posibilidades, o que el ofendido me de una buena paliza o me ponga una querella o me pida daños y perjuicios de modo civil por dañar su imagen, honor e intimidad.
Si en ese caso siendo cierto aporto pruebas fehacientes porque ese señor al que acuso trabaja con niños la cosa cambia y es por interés público.
Aquí el único interés es dañar a la Iglesia por parte de uno que es homosexual y justifica esa ideología que es en lo que se han convertido.
Que denuncien y se querellen.
Qué manía con morder más de lo que pueden masticar.
Si el estudio se hubiera quedado en «EL 80% de los sacerdotes son gays» habría hecho mucho daño, pero al querer hacerlo más fuerte y añadir toda la ideología sobre la que está fundada, le han restado toda la credibilidad que habría podido tener. El mal siempre peca de esto…