Cardenal Müller: «Nadie tiene derecho a pedirle al Papa que renuncie»

Cardenal Müller: «Nadie tiene derecho a pedirle al Papa que renuncie»

El ex prefecto para la Doctrina de la Fe, el cardenal alemán Gerhard Müller, está que no para dando entrevistas. Ahora lo hace con Vatican Insider, donde arremete contra el arzobispo Viganò. ¿La de cal después de la de arena?

«Nadie tiene derecho a enjuiciar al Papa o pedirle que renuncie», fulmina en la entrevista concedida a Vatican Insider el cardenal Gerhard Müller, antiguo prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, en crítica a la actitud del arzobispo Carlo Maria Viganò, ex nuncio en los Estados Unidos y hoy en paradero desconocido, por su célebre y explosivo testimonio de este verano pasado. «Es evidentemente posible tener opiniones diferentes sobre los actuales problemas y los modos de resolverlos, pero debemos discutirlos cada uno desde su papel».

Apenas hace una semana que Müller protagonizaba titulares -muy distintos en sesgo- con una entrevista concedida a LifeSiteNews, diciendo en esa ocasión que no puede tolerarse en ningún caso la conducta homosexual en clérigos. No es, naturalmente, que unas y otras declaraciones sean en absoluto incompatibles, pero parece obvio que el mensaje transmitido en cada publicación resulta especialmente acorde con la línea editorial de una y otra.

A nadie se le escapa que las declaraciones vertidas en la entrevista representaban duras críticas con la actitud de la Curia, igual que las que ahora dedica a Vatican Insider ‘disparan’ contra los críticos de Francisco, empezando por su némesis, el arzobispo Viganò, a quien indirectamente reprocha no haber presentado sus objeciones «en privado, en los lugares adecuados y sin jamás convertirlo en objeto de controversia pública».

Müller va aún más lejos, y asegura estar íntimamente persuadido de que el Papa «está haciendo todo lo posible» para resolver la cuestión de los escándalos de abusos clericales y para hacer que los sacerdotes adopten «una nueva espiritualidad» centrada en lo que sea mejor para los niños y los jóvenes.

El cardenal condena la polarización en la que parece sumida la Iglesia, donde se usan las acusaciones de pederastia clerical como un arma en disputas internas, «dañando la credibilidad de la Iglesia». «Desgraciadamente, tenemos estos grupos, estos ‘partidos’, los llamados ‘progresistas’ y ‘conservadores», dice. «Pero lo que nos une es una fe revelada, no los prejuicios de ideologías políticas. No somos una entidad política».

Müller hace votos para que Francisco tome las medidas necesarias para esta reconciliación, y sugiere la conveniencia de formar una comisión de cardenales que estudie la crisis de los abusos y sugiera las medidas oportunas para superarla sin «oposiciones, luchas entre facciones, recelos mutuos y propaganda llevada a cabo por campañas mediáticas».

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