Ya hay milagro para el Venerable John Henry Newman, el famoso converso del anglicanismo que ya fuera beatificado por Benedicto XVI en Birmingham en 2010, con lo que se prevé que pueda subir a los altares para la próxima Pascua de Resurrección.
La Archidiócesus de Chicago ha declarado que los médicos no tiene explicación para la súbita recuperación de una mujer que se encomendó a la intecesión de Newman tras sufrir un «embarazo que ponía en peligro su vida», lo que hace esperar a los obispos de Inglaterra y Gales que, tras la aprobación de este milagro, el cardenal Newman, ya beato, pueda ser canonizado el próximo año.
Esa es la esperanza que ha expresado el obispo de Portsmouth, Philip Egan, en una carta dirigida a sus fieles en la que afirma que «parece que Newman podría ya ser canonizado, si todo va bien, el próximo año», asegura el Catholic Herald, publicación católica británica a la que el postulador de la Causa, padre Ignatius Harrison, confirmó que solo quedaban «dos vallas más» por salvar en la Causa antes de que Newman pueda ser canonizado: la aprobación de la comisión de obispos y una declaración del Papa Francisco. «Estoy rezando para que sea el año que viene, pero no hay modo de saberlo», añade Harrison.
Otra fuente cercana a la Causa aseguró al Herald que tanto la Archidiócesis de Chicago como la Congregación para las Causas de los Santos, que presidente el cardenal Angelo Becciu, han juzgado milagrosa la curación citada. Es probable que la canonización se produzca después de la Pascua de 2019.
Newman fue quizá el más famoso converso del anglicanismo al catolicismo en el Siglo XIX. Era ya un reconocido teólogo anglicano, fundador del Movimiento de Oxford, dedicado a recuperar las raíces católicas del anglicanismo, antes de dar el paso definitivo hacia Roma.
Su conversión fue un duro golpe para la Iglesia de Inglaterra, y un ‘triunfo’ para Roma, no solo por la proyección pública del converso como por su renombrada piedad y su formidable intelecto, lo que llevó al Papa León XIII a ascenderle al cardenalato. Murió en Birmingham en 1890, a la edad de 89 años, tras fundar el Oratorio de Birmingham. Su extraordinaria producción intelectual ha llevado a muchos a pedir a la Iglesia que, posteriormente a su canonización, sea declarado Doctor de la Iglesia.
No deja de ser significativo que esté próximo a subir a los altares en este tiempo de fuerte controversia entre los pensadores católicos sobre la ‘renovación’ eclesial anunciada por Francisco quien en su día se opusiera al dogma de la infalibilidad papal proclamado en el inconcluso Concilio Vaticano I, naturalmente antes de convertirse en doctrina segura.
Newman llegó a escribir en una carta a su amigo el padre Ambrose St. John de 1870: «Pero debemos esperar, porque uno está obligado a esperar, que saquen al Papa de Roma y no siga adelante el Concilio, o que haya otro Papa. Es triste que nos veamos forzados a alimentar estos deseos».