¿Trata Roma de evitar por todos los medios enfrentarse a la infiltración LGBT en el clero?

AP Photo/Angelo Perruolo
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Desde el estallido de la crisis de abusos clericales este verano, todos los pasos dados por Roma, incluidos los silencios y la inacción, son inexplicables a menos que su objetivo sea evitar a toda costa enfrentarse al alarmante problema de la infiltración homosexualista en el clero católico.

El nombramiento del cardenal Blaise Cupich, arzobispo de Chicago, como uno de los cuatro organizadores del encuentro de febrero dedicado a tomar medidas contra el encubrimiento de abusos clericales es ya un indicio enormemente llamativo.

¿Por qué Cupich? ¿Por qué no el cardenal DiNardo, presidente de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos? En principio, es difícil pensar en un prelado menos adecuado para hacer frente a la crisis de abusos.

Esta crisis, recordemos, estalla a principios de verano con la noticia de que se ha admitido como ‘verosímil’ una acusación de abusos sexuales a un menor por parte del antaño todopoderoso cardenal Theodore McCarrick, aún arzobispo emérito de Washington. Y Cupich -al igual que Kevin Farrell en Dallas y Joseph Tobin en Newark- es inesperadamente elevado al arzobispado de Chicago, la tercera diócesis más importante del país, por consejo del propio McCarrick. Cupich no tenía demasiadas posibilidades, y ni siquiera aparecía en la terna presentada por la diócesis de Chicago a la Congregación de los Obispos; ni siquiera estaba entre los diez primeros de la ‘short list’ de candidatos a presidir la sede.

Y si elegir para hacer frente a una crisis iniciada -cronológicamente en la opinión pública, al menos- por el ex cardenal McCarrick a un prelado promocionado por el propio McCarrick puede parecer ya suficientemente desconcertante, por decir poco, su actitud desde entonces lo hace aún más difícil de entender.

Una vez más, al igual que Tobin y Farrell, Cupich ha sido extraordinariamente permisivo, por decirlo suave, con los sacerdotes homosexualistas de su archidiócesis. Ha declarado públicamente en una entrevista que es partidario de dar la comunión a homosexuales ‘casados’ según el ‘matrimonio paritario’ impuesto por el Tribunal Supremo durante la Administración Obama; ha negado que la homosexualidad tenga nada que ver con la crisis de abusos, a pesar de los datos flagrantes de que más del ochenta por ciento de los casos denunciados tienen a un varón por víctima; ha disculpado la pasividad de la Curia alegando que el Papa Francisco tiene una «agenda más amplia», en la que citó no la evangelización o la salvación de las almas, sino el medio ambiente y la inmigración; ha tratado de enviar a un centro psiquiátrico a un párroco que permitió que sus feligreses quemaran una bandera arcoiris hallada por el sacerdote en su iglesia, testimonio de la misa progay de su inauguración; y en la pasada asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos fue el único obispo que se apresuró a defender y elogiar la decisión vaticana de vetar la aprobación de medidas contra los abusos; y, por si vale de algo, aparece mencionado expresamente en el Testimonio Viganò como uno de los prelados que está haciendo avanzar la agenda homosexualista en la iglesia americana.

En definitiva, si hay un hombre en la Iglesia que va a asegurarse en Roma el próximo mes de febrero que no se mente siquiera la homosexualidad del clero en relación con los abusos, ese es el cardenal Blaise Cupich. Pero, con ser una ‘pistola humeante’ bastante clara del interés vaticano por eludir la citada relación, no es en absoluto la única que apunta en esta dirección.

Podríamos empezar con el propio veto a las medidas que iban a aplicar los obispos americanos, que incluía un panel de laicos dedicado a investigar acusaciones contra obispos y que se justificaba con el pretexto de que era mejor esperar a que en febrero se aprobaran medidas aplicables a toda la Iglesia. Eso no impidió ni a la Conferencia Episcopal Italiana ni a su homóloga francesa aprobar sus propios mecanismos ‘ad hoc’ con el placet de Roma, por no hablar de que, como expresó a un periodista el cardenal DiNardo, dice muy poco del súbito amor por la sinodalidad y la colegialidad de que hace gala Roma en estos días.

Pero las evidencias se acumulan y, lo que es peor, no aparece ninguna en sentido contrario. Está el celebérrimo “¿Quién soy yo para juzgar?” del Papa en una rueda de prensa en el aire, que fue interpretado por los grupos LGBT de todo el mundo como un acercamiento evidente de Roma a sus tesis. Y las palabras nunca desmentidas del Papa a Juan Cruz, víctima chilena de abusos, a quien aseguró que Dios le había hecho gay y así le quería. Y el extraordinario favor mostrado a Monseñor Ricca, sujeto de escándalos homosexuales, a quien puso al frente de las finanzas de la Iglesia.

También, aunque se rechace de plano la acusación de Viganò según la cual Francisco ‘levantó’ la sanción no formal que Benedicto XVI había impuesto a McCarrick, se desprende incluso de los desmentidos del cardenal Ouellet y otros que Roma conocía perfectamente las andanzas homosexuales del ex cardenal, y Francisco le sacó del ostracismo para confiarle delicadas misiones diplomáticas en Armenia, Arabia y China.

Y, sobre todo, la propia interpretación que ha expresado y sostenido el Papa desde su primera reacción a los escándalos en Estados Unidos, su carta al pueblo de Dios, no solo no menciona en ningún momento la homosexualidad evidente de los autores de los abusos, sino que nombra un claro y único culpable, el ‘clericalismo’, un fantasma de vaga definición que, de tener alguna, debería ilustrarse con la negativa tajante a que los laicos puedan investigar a obispos.

Cuando, acabando el verano y los medios católicos ardiendo con los escándalos, Roma dejó la solución para el próximo año, la noticia sonó a cruel sarcasmo, como si no hubiese la menor prisa para atajar este mal. Pero el nombramiento de Cupich confirma todo este tren de evidencias apuntando en la misma dirección y hacen casi imposible esperar que de la reunión de febrero vaya a salir otra cosa que la enésima maniobra de ofuscación para esquivar lo obvio.

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Comentarios
31 comentarios en “¿Trata Roma de evitar por todos los medios enfrentarse a la infiltración LGBT en el clero?
  1. El encabezamiento de este artículo es muy claro:
    ¿Trata Roma de evitar por todos los medios enfrentarse a la infiltración LGBT en el clero?

    ¿Alguien tiene dudas de que el lobby gay eclesiástico tiene totalmente controlada a la Iglesia Católica?

  2. ¿Estallido de la crisis de abusos este verano? ¿Dónde? ¿Cuándo?

    Los abusos llevan ahí al menos 50 años… El primer estudio serio es del 2003 (con pedófilos desde 1950 a 2002). Los casos llevan ya más de un cuarto de siglo saliendo a la luz… Han pedido perdón de momento tres papas consecutivos, empezando por Juan Pablo II:

    news . bbc . co . uk/2/hi/europe/1671540.stm

    Hay que ser muy chistoso para decir que los abusos se destaparon este verano…

    Y los católicos llevan toda la vida escondiendo los abusos, apoyando al abusador y atacando a la víctima… Básicamente del primero al último (con algunas excepciones…).

    El verdadero escándalo es el tamaño de los abusos… estimado entre un 20% y un 40%… y la defensa férrea del abusador por parte de sus superiores en todos los casos (hasta donde yo sé no hay ni una sola excepción en que un obispo fuera a comisaría a denunciar nada más conocer los hechos, apoyando a la víctima).

  3. Desidereo,

    ¿Sabe usted si existen pederastas entre los que frecuentan las logias masónicas, por poner un ejemplo? ¿Sabe la diferencia? El poder violar a niños y que ni uno sólo se atreva a denunciar el caso. ¿Cuántos de ellos viajan a los países latinoamericanos o asiáticos para violarlos y al volver siguen mostrándose como personas respetables? Sin ir más lejos, en Londres, una red de pederastia fue descubierta por la policía y nunca más se supo. Afectaba a partidos e instituciones de todo tipo y color. Para que los casos de violación infantil no salgan a la luz deben controlar los resortes del poder de un modo brutal. Hasta un clérigo anglicano se autoinculpó sin que mediase denuncia ni sospecha, tal era la presión sobre los sacerdotes católicos. Verdaderamente infame, como usted.

    1. Filemón: Todos los datos que yo le doy son fácilmente contrastables. La mayoría son de la propia Iglesia Católica (ej. Informe John Jay, con unos 400 casos al año en 1970-1980, la mitad que de sacerdotes ordenados… ¿o me equivoco?). Puede usted comprobarlo en esta página web (oficial de la Iglesia Católica), e la página 28:

      www . usccb . org/issues-and-action/child-and-youth-protection/upload/The-Nature-and-Scope-of-Sexual-Abuse-of-Minors-by-Catholic-Priests-and-Deacons-in-the-United-States-1950-2002.pdf

      Dicho ésto, ¿podría usted enviar algún enlace con la información que usted proporciona? Que hay desalmados que van a Tailandia o a Cuba para tener sexo con niñ@s es bien sabido. ¿Y? ¿Cuál es su argumento aquí? ¿Que la mitad de sacerdotes son igual de desalmados?

      1. El argumento aquí es que afirmar que la mitad de los sacerdotes católicos son abusadores sexuales de niños es una infame falsedad. Y, por ende, que la mayoría de los abusos sexuales de menores se producen en otros ámbitos contra los que no se aplica el mismo rasero que se aplica a los cometidos por miembros del clero. Eclesiásticos que son una minoría exigua proporcionalmente, pero a la que no sólo se magnifica sino a la que se aplica el injusto, desmesurado e interesado cliché «por uno, todos». La propaganda anticatólica, sectaria e interesada es más que evidente. Su finalidad es destruir la Iglesia católica y socavar totalmente la confianza social hacia ella. Algo que viene de lejos. Lo asombroso es que el papa y la jerarquía no se hayan dado cuenta hasta que, como era de prever, han comenzado a ir a por ellos.

        1. Dígame usted entonces, si es falso, dónde me he equivocado. Usted hace un montón de afirmaciones, pero ¿en qué se basa usted para afirmar todo lo que afirma? En nada… claro.

          Yo en cambio le he mostrado LOS DATOS. ¿De Menedero? ¿Del Wyoming? NO, de la propia Iglesia Católica. Repito: años 1970-1980, gráfica de la página 28, unos 400 sacerdotes pedófilos al año, la mitad de los ordenados…

          1. Mentira. EMBUSTERO. La grafica no dice eso. Solo en un año se superan los 400. En el resto, no llegan. No es la media.

            Y ocultas que la p. 35 coloca el procentaje de sacerdotes ACUSADOS (no condenados, por lo tanto, inocentes en la mayoría de los casos) por diócesis, y que la media está mas cerca del 4% que del 5%. EMBUSTERO. TROLLÓN TROLÓN.

      2. Desidereo, ya hemos quedado en que te tienes que leer los informes completos y que tu inglés es deficiente. Sí, se equivoca o manipula los datos del propio informe Jay. El nivel de pederastia y pedofilia entre el clero es menor que el de ámbito familiar y el educativo civil. Los niveles de abusos a menores en ámbitos civiles son terribles y hoy están disparados. El problema en el clero es de ámbito moral, no penal. De ahí que no puedan meter a todos a la cárcel, porque el abuso a seminaristas de 18 años o más forma parte del problema, y son adultos. Ahí hay que demostrar abuso de poder o violación contra los deseos de un adulto. Mac Carrick. La cuestión del consentimiento y la cuestión de la prescripción del delito. Y está demostrado que los abusos descienden cuando se impide el acceso al clero de homosexuales, en la Iglesia Católica. Pero los datos de la Iglesia, que incluyen celibato, no son extrapolables al ámbito civil, que no lo incluye. Es una cuestión técnica, no de higadillos.

        1. Estupefacta:

          ¿Cómo lo hace usted? ¿Coje carrerilla y se pone a inventar cosas… sobre la marcha, o piensa primer qué cosas inventarse? Que el nivel de pedofilia entre el clero es MAYOR que en cualquier otro ámbito es obvio, evidente. Ni de broma hay un 30% de pedófilos en los colegios, dando clase. Ni de broma.

          Repito: Informe John Jay, página 28, 400 casos de sacerdotes pederastas al año. En 10 años serían 4000 y en 50 años de vida activa de un sacerdote serían 20 mil, la mitad del clero activo en esos 50 años. P-U-N-T-O.

      1. Porque por encima no hay una jerarquía, que llega hasta el Papa, apoyando a los pedófilos… ¿verdad?

        Si de 40 mil sacerdotes que hay en los EEUU, en el informe John Jay aparecen 4 mil… ¿Cuántos pedófilos tenía que haber en España, por ejemplo, entre el profesorado? ¿Cuántos miles? ¿Dónde están las denuncias en masa…?

    1. La infiltracion en la Iglesia se lleva preparando desde el siglo XIX. Gregorio XVI destapó la trama de la secta carbonaria de la Alta Vendita para propagar ideas liberales en el clero y los seminarios gracias a la colaboración del Estado francés. De Francia se propagaría luego por toda la Iglesia, como la Revolución.

  4. Gracias InfoVaticana. Tenemos enquistado en la Iglesia un entramado mafioso que está siendo protegido para que siga produciendo frutos de abusos sexuales y escándalos que luego son utilizados como instrumento de chantaje por los poderes del mundo para mantener postrada a la Iglesia.
    Cuesta asimilar que el Papa Francisco actúa como un médico que, en vez de sanar al paciente, lo mantiene enfermo deliberadamente porque favorece intereses de terceros; entiendo que esto está en el núcleo del testimonio de Mons. Viganò y los acontecimientos le van dando cada vez más la razón.

    1. Sí, Mikel… sí. Es todo culpa de los socialistas y los comunistas. Fue Podemos el que infiltró a la Iglesia Católica… Miles de podemitas sacrifican sus vidas y su vida sexual… ¡Bravo! ¡Vivan los argumentos basados en evidencias!

  5. Desidereo y Lonelydriver siguen encontrando inocentes que les contestan a sus pavadas.
    A palabras necias, oídos sordos.

    Cuál sera la razón por la cual Berg hace lo que hace ?
    Porque encubre lo que encubre ?
    A quién encubre ?
    Quizás a él mismo ?

    Por sus frutos lo conocemos.
    Son frutos asquerosamente amargos.
    Podridos

    1. Ok. Queda claro que usted no tiene argumentos, ni se le ocurre nada que responder.

      Cuando yo digo: Informe John Jay, página 28, 400 abusos al año en los 1970-1980, la mitad de los ordenados (aprox.).

      Eso puede ser CIERTO o puede ser FALSO. Es fácil. Cualquiera puede ir allí y comprobar que ES CIERTO.

      ¿Por qué se le llama troll a quien hablando de los abusos indica ese dato sobre abusos? ¿Por qué NADIE me responde con argumentos, refutando lo que digo? Ah… sí… ya… no puede ser… no … es inimaginable que un 30% – 50% de los sacerdotes sean pedófilos, ¿verdad? Porque entonces se le cae el castillo de naipes en el que han basado toda su vida… Pues lo siento, no es culpa mía. Los datos están ahí, y son de la propia Iglesia Católica.

      1. EMBUSTERO. MENTIROSO La gráfica no dice eso. Solo en un año se superan los 400. En el resto, no llegan. No es la media.

        Y ocultas que la p. 35 coloca el procentaje de sacerdotes ACUSADOS (LA MAYORÍA no condenados, por lo tanto, inocentes) por diócesis, y que la media está mas cerca del 4% que del 5%. EMBUSTERO. TROLÓN TROlLÓN.

  6. Solo por curiosidad. ¿Cuantas horas al día echa desidereo en navegar por Internet? No sólo él, pero su caso es llamativo. Porque esa presencia arrolladora en cada noticia y respondiendo a cada comentario requiere, o de una dedicación exclusiva o de un amplio equipo de colaboradores. Me quito el sombrero ante su «laboriosidad».

  7. Pues no vaya tan lejos. En Sevilla, caso Pub Arny, o en Barcelona, caso Raval, se descubrieron sendos casos de pederastia y rápidamente pasaron al olvido. La acusación de pedofilia o pederastia al clero tiene sólo un objetivo, «normalizar» el abuso sexual de niños por adultos. Por eso la Psoe rebajó, de la mano de la defensora de los acusados en Sevilla, la edad legal para mantener relaciones sexuales a los trece años. En lo de Barcelona no abundo porque ahí no rige el Estado de Derecho y se comportan como auténticos salvajes.

    1. ¡Cómo mola! ¡Se denuncian los abusos para «normalizar» los abusos!

      No. Señor mío… NOOOO. Se denuncian los abusos para ACABAR con los abusos. Porque si no se denuncian, entonces no se hace nada… Y si no se hace nada… la cosa sigue igual. Y NADA tiene que ver la edad legal para tener relaciones (sea un chico de 13 con una chica de 14… etc…) con los abusos. Porque darle una droga y violar a un niño también se puede hacer con un adulto, y es también grave (más grave si es un niño, claro).

      Es RIDICULO decir que la denuncia de los abusos en la Iglesia Católica se hace para «normalizar» los abusos. La respuesta es NO. Un NO rotundo. Se denuncia para ACABAR con los abusos. Quien no quiera que se denuncie, que se pregunte por qué… quien ataca a los que denuncian que se pregunte por qué…

      Yo recuerdo lo del Arny y lo del Raval… luego NO pasaron al olvido. También recuerdo Irlanda, Chile, Australia, etc… que tampoco pasan al olvido… ¿Y usted?

  8. Cupich es un diablo vestido de oveja. Lo que pasa es que no se ha escondido bien; toda la iglesia americana sabemos como es. Aun siendo Cardenal Arzobispo de la «segunda ciudad» del pais, el año pasado los obispos votaron en su contra cuando se presentó como candidato para la presidencia de la comisión pro-vida de la conferencia episcopal. Nadie confia en él, salvo el Papa, quien odia EE.UU. y la iglesia americana. Que no le extrañe a nadie cuando la iglesia americana se separe de Roma, dejando atrás a Cupich y a unos cuantos más.

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