¡Era la sinodalidad, estúpidos!

Foto: Víctor Sokolowicz
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Vaya, al final la palabra clave parece no ser esta vez, como temíamos, ‘homosexualidad’, sino más bien ‘sinodalidad’, un concepto al que por lo visto dedican dos capítulos del documento final. ¿Que qué significa eso? Si lo tienen tan claro como el arzobispo peruano de Trujillo, Héctor Cabrejos Vidarte, tenemos un problema. ¿Jóvenes? ¿Qué jóvenes?

«Que hagan ellos las leyes, que ya haré los reglamentos», solía decir el Conde de Romanones. Porque la ley no es nada sin su aplicación concreta, sin su desarrollo específico, que son los reglamentos, que pueden usarse para atenuar lo que no gusta e incluso para introducir cosas que la ley no dice.

Eso, en la Iglesia, podría aplicarse a lo que se conoce, abusivamente, como ‘pastoral’. Por poner un ejemplo evidente, ningún obispo o conferencia episcopal ha tenido que rebelarse contra la doctrina católica contenida en la Humanae Vitae para ignorarla por completo. Basta con apartarla en absoluto de la ‘pastoral’, es decir, de la relación cotidiana del clero con el pueblo fiel. Lo vemos todos los días, en sacerdotes como el padre James Martin o los sacerdotes de Nuestra Señora de Madrid, que pueden mostrarse abiertamente en contra de la doctrina católica sobre la homosexualidad sin perder el favor de sus superiores, antes al contrario.

Esa es una herramienta de renovación que usa mucho Su Santidad, pero no la ha inventado él, sino que nos viene del Concilio Vaticano II, que empezó ya por definirse como un concilio «pastoral y no dogmático».

De hecho, es como temíamos que el presente sínodo introdujera un cambio de la actitud de la Iglesia con respecto a la homosexualidad, por la vía ‘pastoral’, sin tener que cambiar una iota de la doctrina. Todavía podría ser, por lo que sabemos, pero las fuentes mejor informadas -aquí mismo hemos ofrecido la visión del prestigioso vaticanista Sandro Magister- indican que ha sido el propio Francisco quien ha dado instrucciones de dejar el asunto para mejor ocasión. Es probable que haya tenido mucho que ver en su decisión la firme defensa de la ortodoxia en este aspecto del episcopado africano, y sin duda ha pesado el Testimonio Viganò y los escándalos de abusos homosexuales asociados, que aún colean y no tienen visos de ir a menos.

Pero la revolución de este sínodo parece ser, precisamente, el sínodo como instrumento de gobierno de la Iglesia, esa ‘Iglesia sinodal’ que ha dicho querer Francisco en otras ocasiones y que define con términos adecuadamente vagos y biensonantes. En la práctica viene a ser instituir la revolución permanente.

De hecho, ha sido una enorme sorpresa que ha enfurecido a no pocos padres sinodales saber a estas alturas que a este aspecto, que se ha ignorado por completo a lo largo de todos estos días a juzgar por las ruedas de prensa, se va a dedicar dos capítulos enteros en el texto final, los dos primeros de la Tercera parte: ‘Sinidalidad Misionera en la Iglesia’ y ‘Sinodalidad en Nuestras Relaciones Cotidianas’.

La ‘sinodalidad’ es el modelo por el que optó hace ya décadas la Iglesia Anglicana, con los resultados que están a la vista: su práctica desaparición y su absoluta irrelevancia. ¿Recuerdan cuando el cardenal alemán Walter Kasper, teólogo favorito del Papa, respondió de forma algo despectiva a las objeciones de los obispos africanos diciendo que África «no nos va a dictar cómo hacemos aquí las cosas»? Bien, pues en la nueva Iglesia sinodal, muy probablemente los alemanes podrán tener ‘su’ catolicismo a medida y los africanos, el suyo.

«Enterrar a Benedicto», lo definía Matthew Schmitz en mayo del año pasado en la revista americana First Things. Allí señalaba que Francisco parecía dedicido a trastocar todo lo que Ratzinger -primero como prefecto para la Doctrina de la Fe y luego como Papa- había intentado dejar sentado para siempre, como la abolición de esa aparente primacía de la pastoral sobre la doctrina de la que hablábamos antes. Y otro mal que Benedicto pretendía conjurar era el de las fuerzas centrífugas en la Iglesia, cuando escribía insistiendo en que la Iglesia Universal era «una realidad temporal y ontológicamente anterior a todas las iglesias particulates concretas».

Cómo se va a articular ese modelo, es más que dudoso, al menos si tenemos en cuenta la respuesta que ha dado hoy en la rueda de prensa el arzobispo peruano de Trujillo, Héctor Cabrejos Vidarte a esa misma pregunta, que parecía un artista conceptual explicando su obra: «El Papa Francisco hace hincapié en la noción de caminar juntos, con todos, también con los que están más alejados, es importante participar, cooperar, escuchar». También añadió que «la sinodalidad es el fruto del Espíritu Santo, que ha indicado que la Iglesia debe practicar la sinodalidad». No estudié yo eso en catequesis, pero quizá estaba distraído. Cabrejos ha sido algo más prolijo que todo esto, pero en ningún momento más claro, por lo que mejor lo dejamos aquí.

Y esta falta de claridad es lo que nos hace recelar, más aún de lo que ya podamos desconfiar de un modelo revolucionario que ha destruido la Iglesia Anglicana. Porque, en principio, la sinodalidad sería una descentralización, una cesión de poder del centro -la Curia romana- a las iglesias nacionales. Ahora bien, Dios no nos ha dado ojos para que pretendamos no haber visto en estos cinco años que el Santo Padre no es hombre se deshaga del control con facilidad y ligereza. A lo largo de su pontificado le hemos visto empeñarse en causas concretas incluso más allá de lo que cualquier juzgaría razonable, especialmente en el apoyo a determinados prelados de su confianza.

Del mismo modo, habla desde el primer día con un hombre que tiene una misión y que está decidido a llevarla a cabo contra viento y marea. Ya comentamos en otra ocasión la conversación que mantuvo en Vilna, durante su visita a las repúblicas bálticas, con un grupo de jesuitas, a quienes confesó sentir que Dios le pedía que completara lo decidido en el Concilio Vaticano II.

¿Cómo conciliar estas dos realidades? De un modo perfecto. Que el sínodo está amañado -como lo estuvieron, al menos parcialmente, los dos dedicados a ‘la familia’- es creencia común entre muchos comentaristas, entre ellos el citado Magister. De hecho, para quien lo organiza, y más si es el Papa, es relativamente sencillo ‘teledirigirlo’, disponiendo del control de la elección de padres sinodales, del equipo de redacción y, naturalmente, de todos los resortes del primado petrino. Así que este nuevo instrumento -el sínodo cuasi permanente, transformado por la constitución Episcopalis Communio- se convierte en la maquinaria perfecta para que el Papa pueda imponer todas sus reformas sin tener que responsabilizarse individualmente de ellas: ya ven, es lo que quieren mis colegas en el episcopado, no hago más que respetar los deseos del pueblo de Dios.

Y ustedes se preguntarán: todo esto, ¿qué tiene que ver con los jóvenes? A lo que solo se me ocurre responder: ¿y a quién le importa?

 

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Comentarios
38 comentarios en “¡Era la sinodalidad, estúpidos!
    1. Estoy de acuerdo con Uno. De hecho eso fue el papado de Pablo VI. Sólo se ejerció la disciplina cuando la discrepancia provenía de una dirección, ahora bien, si provenía de la izquierda Su Santidad como mucho se lamentaba del humo de Satanás que había entrado en la Iglesia por una renfija, pero ni por asomo correr a taparla. Cuando todos los obispos cogieron la Humanae Vitae y la tiraron al cesto de los papeles, no hubo una sola sanción por eso. Comenzó el invierno demográfico parejo a la descristianización de Europa.

  1. ¡Dios mío, ven en auxilio de Tu Iglesia. Señor, date prisa en socorrerla! ¡Ven, Señor Jesús, que las cosas se están complicando bastante dentro de Tu Iglesia!
    Pero yo confío en Ti, y sé que no quedaré defraudada.

  2. Nada hay tan práctico como una buena teoría.; Se dice esto con muy buena lógica.

    Sólo será adecuada la Pastoral si se basa estrictamente en la Doctrina bimilenaria de la Iglesia Católica.; nada menos que establecida por Jesucristo, que es el Camino, la.Verdad y la.Vida.

    Cómo no iba a saber Dios que Ésa , Su Doctrina, era perfectamente necesaria y aplicable en la.vida del hombre, para desarrollarse hacia la perfección y la FELICIDAD eternos, o sea el FIN ABSOLUTO DEL ser humano.nSi Dios crea al hombre SÓLO ÉL conoce de forma absoluta la naturaleza y necesidades de la persona y , por consiguiente la.Ley Natural a que debe someterse.

    Por tanto,.la práctica,Pastoral- debe someterse a la Doctrina; y es APLICA le en la individualidad de la persona ,porque dentro del género humano, Dios nos creó a casa uno distinto único.

    Pero claro, sin formación religiosa y sentido común
    , cabe todo tipo de onconvruen las.:doctrina y pastoral en se todos distintos u opuestos.

    y

  3. Yo n9 me fío de la.inconstancia y volubilidad de Francisco.
    Es su estrategia para confundir ;o sea , hacer pasar el Sínodo como admisible en su contenido y en la Pastoral de su nuevo.paradigma de.Iglesia que sea irreconocible.

    Es la trampa.y ESQUIZOFRENIA de su.pontificado, oscuro y liante.

  4. El.Opus Del ha sido hasta el.pontificDi de Francisco fiel a la Doctrina y a.la Liturgia Católicas.Todo un ejemplo ,;sobre todo cuando se desvirtuada progresivamente la Iglesia post- conciliar.

    Era un refugio para
    Muchos católicos.que buscaban esa autenticidad.
    Ahora tristemente la Obra in omprensublemente sufre de peligro a Papolatría hacia elPapa actual.

    El.papel.del Papa sólo.tine sentido.en cuanto.VIcario de Cristo,preservando el depósito de la Fe que tiene encomendado
    Si no.cumple FIELMENTE con.esta función el.papado no tiene sentido y cometería una gravísima irresponsabilidad

  5. Obediencia al Santo Padre, eso es lo que hace falta. Mientras no se acepte el Concilio VATICANO II y no se acabe con el clericalismo, la institución Eclesial no se desprendera de aquello que la corrompe. La doctrina no la puede cambiar nadie, se necesita Santos no funcionarios.

    1. Pero Lee Frodo, entonces no hace falta aceptar el magisterio preconciliar para ser católico, hay que eliminarlo?¿ está equivocado o está equivocado el de ahora?¿ dicen lo mismo? Pues si dicen lo mismo, con aceptar el preconciliar es suficiente, puesto q es el mismo¿ cual es el problema entonces si es el mismo?.¿ sólo hay que aceptar el vaticano II y el magisterio postconciliar para ser católico y olvidarse del preconciliar y Trento? Tu aceptas preconciliar y postconciliar al mismo tiempo?¿ tú aceptas los anatemas de Trento o no los aceptas?¿ pero te los has leido o el vaticano II ya es el compendio de todo? Acepta tú el preconciliar primero, que está de antes.

      1. Uno, el Concilio VATICANOII no contradice en nada la doctrina de Trento, mucho menos en cuestiones dogmáticas. La Iglesia ha existido también antes de Trento y precisamente Trento fue un Concilio donde se combatió muy duramente a Lutero y sus tesis por ello hubo muchas restricciones. Pero tienes que saber diferenciar cuáles son dogmáticas y cuáles no lo son, las que no lo son pueden cambiar en el transcurso de los tiempos. El VATICANOII cambia y regresa a la Iglesia primitiva en muchos aspectos pero jamás contradice ningún dogma de Trento, ni en costumbres, ni en doctrina, ni en liturgia. Que se haya abusado en la aplicación de lo que dice el Concilio VATICANOII no es por culpa del Concilio sino de aquellos que lo han aplicado mal. El Papa Francisco es el sucesor de Pedro y es quien el Espíritu Santo a puesto al frente de toda la Iglesia, quien no acepte esto no está en comunión con Cristo.

        1. Lee frodo. Léete los anatemas de Trento, son dogmas de fe. Mirate los de la liturgia. Es Pablo VI el que los incumple con el pretexto del vaticano II, y los siguientes papas han hecho lo mismo. Lo que hace el vaticano II es modificar el magisterio ordinario infalible que ya es definitivo y no contiene error por otro que no tiene ninguna base evangelica ni tradicional y por tanto es erróneo. El magisterio ordinario de la iglesia, si ya es infalible no evoluciona, y menos se puede cambiar por su contrario. Las verdades de fe q estan por debajo del dogma de fe, tambien hay q creerlas y no hay q cambiarlas. Por eso el Vaticano II no es herético sino erroneo. De ahí el desastre, pq cambiando lo ordinario se termina cambiando lo extraordinario q es el dogma.

        2. Te equivocas de parte a parte. El magisterio ordinario infalible no es arbitrario segun las ocurrencias de los papas, sino q consiste en verdades de fe que hay q creer pq se derivan logicamente del magisterio extraordinario q es el dogma de fe. No confundas este magisterio con el magisterio ordinario falible, q sí q se puede modificar por ser falible. Si modificas lo ordinario terminas modificando el dogma de fe extraordinario. Si la misa la modificas para q parezca una misa anglicana, q eso es el novus ordo, entonces no expresará la teologia católica sino la protestante, no modificas el dogma, pero lo pones en peligro. A que para tí, la misa es una cena? Pues Trento, al definir dogmaticamente la misa, lo q hace es condenar la misa como cena, pq es lo protestante. Trento es contra los protestantes y su falso concepto de misa como cena. Sesion XX concilio de Trento, anda y lee lo q es una misa y luego opina.

          1. No han publicado la respuesta amplia que te he dado. Esta claro que ni tú ni los que revisan los comentarios queréis respuestas que contraigan vuestros argumentos. Para mí punto y final.

    2. Que el Santo Padre obedezca primero a San Pio X que tambien es el santo Padre y que condene lo que condenaba san Pio X, porque el que obedece no se equivoca, ergo si no obedece se está equivocando. Esa es la funcion del Papa, transmitir lo que ha recibido y no inventarse doctrinas nuevas que no ha recibido de nadie, se las han sacado de la manga.

    3. Lo que corrompe a la Iglesia es que se ha apostatado de lo que dice Trento y el magisterio preconciliar. No lo quieren aceptar, pues q no exijan aceptar inventos que Cristo no predicó.

  6. Todo Papa es libre y responsable de cambiar la doctrina de la Iglesia heredada; con una insignificante pero notable diferencia: Que mientras que el que ya pasó no puede cambiar la doctrina del que le sigue o vendrá; éste si que puede corregir o cambiar la del que ya pasó.
    No hay que desesperar, ya que él mismo ha dicho que su reinado será corto, y cortedad y fecundidad parece que no se acuerdan demasiado como para preocupar.
    Miremos más, pues, al cielo que a las entrañas del muerto si nos preocupa el inminente futuro, no sea que éste nos pille discutiendo aquello de que si serán perros o serán podencos y se nos escape la liebre.

    1. Eso que lo dices tú. El magisterio ordinario q se sucede en el tiempo, es infalible y carece de error, y por tanto, por mucho q un papa lo cambie, lo nuevo será erroneo, puesto q una cosa y su contraria no pueden ser al mismo tiempo infalibles. El error de la evolucion del magisterio ordinario pruduce la evolucion del dogma con el tiempo, puesto q el magisterio ordinario se deriva del dogma como verdades menores. Ejemplo: del dogma de fe «fuera de la iglesia no hay salvación», se deriva lógicamente y sin error la condena de la falsa libertad religiosa, q es el derecho a elegir la religion de tu conciencia, error predicado por el vaticano II y por los papas. La verdadera libertad religiosa es el derecho a buscar la unica religion verdadera, q es la q Dios se ha molestado en revelar, tolerando a las falsas, puesto q no se puede obligar a creer. El error se tolera pero no se le da la libertad. Pq es la verdad la q te hace libre y no la libertad la q te lleve a la verdad.

  7. Si alguien fue defensor y promotor del CVII , fue Benedicto XVI. La papolatría no es sólo hacia Francisco. Pedís que la gente abra los ojos con Francisco y vosotros los tenéis cerrados con todos los anteriores. No digo que sean tan nefastos, pero ellos han puesto semillas de maldad. Benedicto la semilla del liberalismo católico, Juan Pablo II su ecumenismo que cosecha el indiferentismo religioso y de Pablo VI, mejor no hablar, para no caer en la depresión. Si abrimos los ojos los abrimos con todos y no solo con los que nos caen mal.

  8. Rastri, no todo Papa es libre de cambiar la doctrina. Será responsable, pero no libre. Justamente su encargo es confirmar en la doctrina, no cambiarla. En cuanto a la sinodalidad, es obvio que no tiene nada que ver con los jóvenes. Este es el pasito que van a dar ahora. Cosmicon, eres como el Papa Francisco y sus secuaces ¿Qué tiene que ver lo que dices con lo que está pasando? Pero este es el problema de la Iglesia. Creo que la estrategia está clara. Los propios partidarios del Concilio Vaticano han hecho imposible su implementación al negarse a interpretarlo en la hermenéutica de la continuidad. El desprestigio del papado creciente, y el impulso a una presunta sinodalidad quiere hacer imposible cualquier via de solución via buen Papa que resuelve el problema anterior. El tradicionalismo sirve, como sirvió el Opus en su momento, de muro de contención. Pero algunas de las cosas que dicen no son ciertas. Y se va todo al carajo. Eso es lo que quiere Satanás

  9. En cualquier caso, hoy en día las cuestiones están claras. Hay que realizar una contrarreforma litúrgica, hay que revisar el concepto de ecumenismo para preservar a Cristo como único y auténtico salvador, hay que recuperar el concepto de pecado y salvación, hay que buscar la auténtica tradición y la auténtica libertad, no esperar cesaropapismos absurdos que no llevan a nada, y dos mil años de historia nos lo demuestran, hay que volver al Evangelio íntegro, con su radicalidad moral, hay que poner a Dios por encima de todo, volver al presentar la fe en toda su integridad y radicalidad, incluida la necesidad de morir por Cristo, hay que decir la verdad: ser cristiano sin aspirar a la santidad es imposible. Y eso exige y mucho. Pero eso nos exige a todos. Pretender que el problema es solo el Concilio es una bobada. ¿Cómo fue posible el Concilio sin la gente que impulsó todo eso? Estaba todo orquestado. Y estaban antes del Concilio, no nos engañemos. Lo lograron porque los demás fallaron.

  10. En los aeropuertos, y otros edificios públicos, actualmente hay un detector de armas y explosivos, que pena que no haya un detector de malos espiritus para los católicos cuando hablamos de la Iglesia.
    Probablemente, si existiera, nos impediría tantas condenas, críticas viperinas, descalificaciones personales, injurias, calumnias etc.
    Y digo yo si para defender a Cristo, al evangelio, a la iglesia, hace falta tantos improperios. ¿Acaso no se puede defender lo que nosotros creemos es la verdad sin sacar los cañones ? ¿ Porque no le dejamos a Dios que sea el juez de todos nosotros ?
    Es mejor pensar que un día todos nosotros vamos a estar delante del Unico Juez que conoce toda la verdad, y que nos va a juzgar según lo hayamos hecho: «no juzgueis y no sereis juzgados, no condeneis y no sereis condenados» Lc 6, 36. Ese día nos moriremos de verguenza porque veremos la verdad tal cual es, veremos nuestras injusticias, pero entonces será demasiado tarde…

  11. Argia, los insultos y todo eso se dan en unos pocos. Pero explicar lo que está pasando no es insulto ni vituperio, es la verdad. El Señor llamó a los fariseos raza de víboras y otras lindezas y se quedó descansado. Se puede defender la Verdad sin insultar, pero claro, hay gente que opina que la Verdad es un insulto, y eso crea problemas. Los fieles tenemos derecho al discernimiento en conciencia, a que se nos diga la Verdad. Tenemos cerebro y responsabilidad. A mí me asombra la interpretación que de todo esto hace Cosmicon, , porque yo este debate me lo tomo en serio. Quizá no debería. Los monjes católicos que forjaron la Cristiandad no dependían del ordinario del lugar, y capillas privadas ha habido siempre. Todos los monjes santos han estado fuera de la obediencia diocesana. Entre otras cosas, porque el ordinario del lugar solía ser un sinvergüenza de tomo y lomo con hijos y barragana. A estas alturas de la peli, cosmicon me parece tan irreal como Francisco. Será su edad, supongo.

  12. En un foro de internet es difícil explicar lo que supuso realmente el Vaticano II y lo que está pasando ahora, pero el artículo es acertado en lo esencial: la sinodalidad es un problema. Como todo, es reversible. Pero para revertir todo esto, evidentemente hace falta santidad, reflexión, conocimiento teológico, rigor, amor de Dios. Yo no ataco las reformas erróneas y patéticas de Francisco porque sí, sino porque veo que están destruyendo la Iglesia porque no nacen del amor del Dios sino del cálculo político. Me duele todo lo que está sucediendo. Pero amo a la Iglesia, el papado y no pretendo enrocarme en una caricatura eclesio-franquista de los años 50. Estoy con Viganó, hay que luchar porque nos jugamos la salvación. En Francia, el movimiento tradi está unido a los carismáticos, en una feliz fórmula denominada tradismáticos por algunos. O sea, que lo de carisatánicos no sé a qué viene.

  13. Este es el problema de los tradis españoles, que no sois como los franceses, lo alemanes o los americanos. Pero es cierto que los kikos y los del Opus a veces desprecian el tradicionalismo católico de esos países, y de Inglaterra en los ordinariatos, y se comportan como los tradis aquí, como ignorantes. Gracias a Dios, los carismáticos muchas veces han sabido comprender la cosas. Creo que en la Iglesia actual hace falta menos ignorancia, tanto progre como tradi, más estudio, más capacidad de reflexión y más sensatez. Los jesuitas tienen fama de ser gente con mucha ciencia, pero yo no lo creo. Son gente con muchos títulos, pero poca ciencia. Y a la progresía en general le pasa lo mismo. La ignorancia es atrevida, y la intelectualidad es ignorante y biográfica: somete su razón a su vivencia y a su orgullo herido. Es incapaz de buscar la Verdad. Muchos jesuitas son intelectuales, no sabios. Y muchos tradis … son jesuíticos. Y Francisco es totalmente jesuítico.

  14. «Es probable que haya tenido mucho que ver en su decisión la firme defensa de la ortodoxia en este aspecto del episcopado africano, y sin duda ha pesado el Testimonio Viganò y los escándalos de abusos homosexuales asociados, que aún colean y no tienen visos de ir a menos».
    Card. Sarah y Viganó: Providenciales en la Iglesia de hoy.

  15. A ver, sobretodo que nos quede esto muy claro : » Un dogma es una verdad absoluta, definitiva, inmutable, infalible, irrevocable, incuestionable y absolutamente segura sobre la cual no puede flotar ninguna duda. Una vez proclamado solemnemente, ningún dogma puede ser derogado o negado, ni por el Papa ni por decisión conciliar. Por eso, los dogmas constituyen la base inalterable de toda la Doctrina católica y cualquier católico está obligado a adherir, aceptar y creer en los dogmas de una manera irrevocable. (Catholic.net)

    Por ejemplo, un papa puede ordenar que el pecado del aborto se confiese exclusivamente ante un obispo, y otro papa disponer que cualquier sacerdote puede confesar dicho pecado, como ha pasado.

    Pero por ejemplo, la existencia del infierno, es un dogma de fe. Ningún papa, por mucha jurisdicción que tenga, puede revocar este dogma.

  16. Juela, cuantos artículos escriros poe las mismas personas. No entendí que es lo que publican quienes revisan los escritos, o bajo qué directrices enmarcan los artículos.

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