El Papa alaba a Wuerl al aceptar su renuncia

La Oficina de Prensa de la Santa Sede acaba de hacer pública la aceptación de la renuncia del cardenal Donald Wuerl como arzobispo de Washington DC, presentada hace ahora 3 años.
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Con algunos años de retraso y tras semanas de mantener una situación insostenible en la Archidiócesis de Washington, el Papa ha aceptado la renuncia del cardenal Donald Wuerl en una elogiosa carta al prelado, que se mantiene como Administrador Apostólico.

Su Santidad ha aceptado al fin la renuncia ‘negociada’ de Cardenal Donald Wuerl, sucesor de Theodore McCarrick al frente de la Archidiócesis de Washington, poniendo así fin a semanas de protestas y especulaciones tras, primero, la deposición cardenalicia de su predecesor y ‘padrino’, Theodore McCarrick, y luego la publicación del informe del gran jurado de Pensilvania sobre encubrimiento de abusos sexuales por parte de clérigos, en el que Wuerl aparece citado casi doscientas veces.
Francisco no quiere dar en su carta de aceptación, que el propio Wuerl ha calificado de «muy hermosa», la sensación de que cede a las presiones o de que la medida supone alguna forma de reconocimiento de culpabilidad; al contrario, la misiva elogia la labor de Wuerl en términos que sobrepasan los formalismos burocráticos con creces.
«Usted tiene elementos suficientes para justificar sus acciones y distinguir entre lo que significa encubrir los crímenes o no, para hacer frente a los problemas, y cometer algunos errores», se lee en la carta. «Sin embargo, su nobleza le ha llevado a no elegir esta forma de defensa. De esto, estoy orgulloso y agradecido».
El ‘silencio’ que Su Santidad alaba en Wuerl es más que relativo, incluso menos evidente que el del propio Pontífice, ya que Wuerl, tras la aparición del informe del gran jurado, lanzó con dinero de la archidiócesis un sitio online dedicado en exclusiva a defender su actuación cuando era el ordinario de Pittsburgh, que duró un solo día, ante la reacción airada del público.
Todo el mundo daba ya por hecho que Wuerl estaba más que amortizado y que la aceptación de su renuncia, presentada canónicamente hace tres años al cumplir los 75, era solo un puro trámite. De hecho, Wuerl viajó a Roma en agosto y el Santo Padre le pidió que consultara con sus sacerdotes. Luego volvió a la Santa Sede en septiembre y a la vuelta informó que había reiterado su renuncia al Papa, sometida al mismo tres años atrás.
Mucho ha durado, y aun podría durar bastante más, ya que el Papa le ha pedido que se mantenga como Administrador Apostólico de la diócesis -obispo en funciones- hasta que se nombre un nuevo ordinario, un proceso cuya duración es imposible predecir.
La Archidiócesis de Washington, pura y simplemente, no estaba funcionando. Prácticamente todos los esfuerzos de la curia episcopal estaban dirigidos a la defensa de una reputación que yacía por los suelos, y el propio arzobispo se zafaba de los medios y de cuantos eventos programados pudieran exponerle a la furia de sus fieles. Sus sacerdotes habían perdido la confianza en él.
Ahora Francisco, en la carta en la que acepta su renuncia, le cita como un modelo de obispos. Bueno, al menos ya nos hacemos una idea del tipo de obispos que prefiere Su Santidad.