Con el APSA, Galantino dispone de casi mil millones de euros para ayudar a los inmigrantes

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Ayudar eficaz, inmediata y sencillamente a miles de refugiados y, a la vez, cumplir el deseo de Francisco de crear una «Iglesia pobre para los pobres» es el doble objetico que puede cumplir Monseñor Galantino -sin experiencia administrativa previa- con los casi mil millones de euros a que ascienden las propiedades inmobiliarias del Vaticano.

Tenemos más noticias, buenas noticias, que anuncian sin duda una verdadera revolución en los modos y maneras de la Santa Seda en el sentido anunciado por Su Santidad hace ya cinco años.

Nos referimos a ese sorpresivo nombramiento de Monseñor Nunzio Galantino, de 70 años, hasta ahora secretario de la Conferencia Episcopal Italiana, como presidente de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA), es decir, como el hombre que va a firmar contratos de compra, venta, alquiler y otras operaciones sobre las propiedades inmobiliarias de la Santa Sede.

No teniendo Galantino experiencia administrativa alguna, y habiéndose destacado por su ardiente defensa de los inmigrantes ilegales procedentes de África, al punto de dedicar acerbas críticas contra el Gobierno de Giuseppe Conte por su postura antiinmigracionista y de animar a los fieles a albergar refugiados en su hogar, nos parece obvio que la ‘jugada’ del Pontífice con este nombramiento solo puede ser, por así decir, matar dos pájaros de un tiro: por un lado, ayuda de un modo inmediato, eficaz, directo y sencillo a miles de esos inmigrantes por cuya entrada en Europa tanto ha hecho con sus discursos animando a la acogida. Puede, además, producir un hondo efecto no solo en la vida de miles de estos pobres desesperados sino, sobre todo, ofrecer un ejemplo universal de caridad, de ese «dar posada al peregrino» por el que, junto con otras Obras de Misericordia, seremos juzgados «al atardecer».

Presionar al Gobierno italiano en particular y a los gobiernos occidentales en general, aunque sin duda útil, tiene el inconveniente de que se diluye la caridad, se convierte en una operación deshumanizada y se hace, en fin, colaborar a la fuerza a quienes no lo desean y, por tanto, no se beneficiarán del mérito de la medida. Roma puede, sola, dar un paso de gigante, tiene los medios.

Pero el segundo ‘pájaro’, el segundo objetivo de esta operación sería mil veces más importante: acercarse a ese objetivo tantas veces repetido por Francisco -que no ha elegido al azar en nombre del ‘poverello’- de crear una «Iglesia pobre para los pobres», siguiendo la recomendación que dio Jesús al Joven Rico.

Porque hablamos aquí de mucho dinero. Ayer nos referíamos a unas 5.000 propiedades repartidas por Italia y el extranjero; en cuanto al monto total que supone, es más difícil de calcular porque, a diferencia del IOR, el banco vaticano, el APSA no informa de sus cuentas (no tiene obligación de hacerlo, al no ser de dominio público). Pero el periodista Gianluigi Nuzzi calculaba en 2013 sus activos en casi mil millones de euros (998.000 millones, concretamente), con una cartera de inversiones de 475 millones.

Eso es mucho, muchísimo dinero con el que Galantino podrá superar ese ‘problema de restricción presupuestaria’ que recientemente alegó para explicar por qué los obispos, los mismos que pedían a los católicos italianos que alojaran a africanos en sus propios hogares, no hicieran otro tanto en los suyos.

Hay pocas restricciones presupuestarias cuando se maneja un patrimonio de casi mil millones de dólares, mucho bien que puede hacerse con ese dinero del que ahora dispone y que puede dedicar hasta el último céntimo en una prodigiosa obra de caridad que asombrará al mundo.

Por si quedara alguna duda de que esa debe ser su intención, tenemos sus propias palabras cuando, hace algún tiempo, declaró literalmente: «Debemos reconocer que un exceso de bienes en la Iglesia no ayudan a ponerse en pie y adentrarse por los caminos del mundo como Iglesia en salida».

Le damos cordialmente la razón y le felicitamos ya de entrada por tener la ocasión perfecta para poner en práctica sus propias palabras.

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Comentarios
3 comentarios en “Con el APSA, Galantino dispone de casi mil millones de euros para ayudar a los inmigrantes
  1. Interesante artículo de Carlos Esteban sobre incoherencias bergo glianas.

    Si no se predica con el ejemplo, los reclamos para que otros se ocupen por inmigrantes pasan de ser altruistas a ser farisaicos.

  2. La iglesia se pondrá en primera fila de la cola de las ayudas de Europa en el tema de los inmigrantes, montan unas cuantas ONGs, con dinero subvencionado y luego se pone medallas. Pero la multitud de conventos abandonados algunos en mitad de las ciudades que valen un potosí a la espera de inversores. Y luego critican a esos grandes inversores que les compran sus propiedades y acumulan riquezas, al menos estos crean familias y puestos de trabajo. Y total no sé para que quieren tantas propiedades, si son todos religosos solterones y solteronas de 70 años, eso si podridos en pasta. Los católicos debiéramos saber cuántas propiedades tiene la iglesia, y cuantos conventos están vacíos. Porque es muy bonito, «adopta un inmigrante».

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