Según comunica la oficina de prensa de la Santa Sede, el Papa Francisco ha aceptado la renuncia del obispo de Osorno, Juan Barros. También ha aceptado las renuncias de otros dos obispos chilenos, la de Cristián Caro Cordero, arzobispo de Puerto Montt, y la del obispo de Valparaíso, Gonzalo Duarte García De Cortázar.
Hoy, lunes 11 de junio, el Papa Francisco aceptó la renuncia de tres obispos chilenos tras los escándalos levantados en Chile con motivo del encubrimiento de abusos sexuales por parte de algunos eclesiásticos.
Tras la renuncia en bloque de todo el episcopado chileno la pelota estaba en el tejado del Papa, que esta mañana ha dado un paso aceptando la renuncia de tres de ellos, siendo Juan Barros el que más ruido mediático ha hecho, también al que más defendió el pontífice argentino contra viento y marea, a pesar de las acusaciones que había contra él.
Todo cambió en el viaje que realizó el Papa al país andino a principios de este año, cuando tuvo que matizar sus palabras -que hirieron a las víctimas- en las que negaba la existencia de ‘pruebas’ contra el prelado por él nombrado en 2015, cambiando la palabra en la rueda de prensa que dio en el avión de vuelta del viaje por ‘evidencias’.
Tras el viaje, después del revuelo mediático que supuso el caso ‘Barros’, el Papa envió a Chile a monseñor Scicluna, arzobispo maltés, para llevar a cabo una investigación y tomar las declaraciones de las víctimas que acusaban a Juan Barros del encubrimiento de abusos por parte del sacerdote Fernando Karadima.
Tras las investigaciones, el Papa llamó a Roma a todos los obispos chilenos, donde estuvieron reuniéndose con el pontífice a principios de mayo, tras lo cual, con un hecho insólito en la historia de la Iglesia, presentaron su renuncia al Papa todos ellos sin excepción.
Un mes después el Papa ha aceptado la renuncia de tres de ellos, nombrando tres administradores apostólicos que deberán hacerse cargo de las tres diócesis en el periodo de sede vacante en el que a partir de hoy se encuentran.
En un comunicado aparecido en la web de la archidiócesis de Puerto Montt, Cristián Caro, hasta hoy arzobispo de la citada diócesis, dice que presentó la renuncia en febrero de 2018 «por por razones de límite de edad». También dice que acepta con fe «la decisión del Pastor universal, la cual llega en un momento crítico de la Iglesia en Chile, por la pérdida de la fuerza profética de la evangelización y la “cultura del abuso y el encubrimiento” (palabras del Papa) que ha causado daños a muchas personas y ha debilitado la credibilidad de la Iglesia».
Al final del comunicado, manifiesta «delante de Dios Nuestro Señor» que ha «tratado de servir de la mejor forma posible a todos», y pide perdón por «mis omisiones o a aquellos que tal vez no se sintieron tomados en cuenta o tengan algo que reprochar».
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Resulta indignarte que Caro manifieste que renuncia “por por razones de límite de edad”, sin admitir su conducta criminal como encubridor.
También es perturbador que pida perdón con aquellos que tengan «algo que reprochar», al parecer, sin saber qué pueda ser.
Finalmente es lamentable que el Papa lamente el «debilitado la credibilidad de la Iglesia» ya que la víctima no es la institución sino los niños brutalmente abusados.
Sí, es cierto que la Iglesia finalmente actuó, pero solo cuando la presión mediática era insostenible y tras décadas de encubrimiento activo, relativización de los crímenes, desacreditación de las víctimas y respaldo explícito institucional a los criminales.
¿Es esto lo mejor que puede hacer una institución que se supone que tiene que ser la brújula moral de la humanidad?
Pido a Dios misericordia para que cada día se pueda seguir adelante limpiando los malos momentos en que está atravesando la iglesia de cristo y maría. Pedimos a Dios misericordia para nuestro papa Francisco y que solo siga siendo usado por el poder del Espíritu santo ? que es quien tiene la fuerza de hacer que se cumpla su voluntad en todas las tierra y se cumpla nuestro objetivo de recibir una santidad en el nombre poderoso de Dios padre su hijo Jesucristo y nuestra madre la virgen maría amén