El votante católico, Ciudadanos o cómo renunciar a lo ‘irrenunciable’

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Ciudadanos empieza a ‘tentar’ a muchos católicos como ‘partido de sustitución’ tras el naufragio en tiempo real del PP. Será la primera vez que votan con los ojos abiertos a un partido anticristiano, sin coartadas posibles.

La flamante ‘selección nacional’ que ha alineado Sánchez para gobernar dos años -para ganar las próximas elecciones, en realidad- ha eclipsado un tanto la debacle del PP, con la dimisión (a destiempo) de su presidente, Mariano Rajoy, y la creciente pujanza de sus herederos naturales en el espacio que achican, Ciudadanos.

En España, como en resto de Occidente pero a marchas aceleradísimas, el catolicismo retrocede y la jerarquía eclesiástica asiste impávida a la sangría de fieles. En ese sentido, el panorama electoral español, el reflejo de las opiniones de la gente en escaños parlamentarios, no me parece demasiado sorprendente.

Pero los católicos siguen siendo una fuerza considerable como nicho electoral en España. Son, por ejemplo, abrumadoramente más numerosos que los homosexuales que, sin embargo, parecen tener incomparablemente mayor peso en la política española.

El problema parece ser doble: por un lado, el votante católico no tiene consciencia de su propia fuerza como ‘bloque electoral’, quizá en parte como inercia de un tiempo en que el español era católico por defecto.

Por otro, el católico español no vota como católico. Empezó dando mayoritariamente su voto a un partido, el que ahora podría seguir los pasos de la UCD, que inicialmente les arrojaba algunas migajas verbales, cada vez más vagas referencias a «principios cristianos», y se ha mantenido más o menos fiel a este partido mucho después de que haya tirado por la borda hasta el último vestigio de pensamiento cristiano.

Y ahora, con nuevas elecciones en un plaz que nadie puede prever, el católico se siente tentado por la novedad de Ciudadanos. Y a los principios irrenunciables, que les zurzan.

Probablemente el PP nunca fue un partido cristiano, en el sentido de tomarse medianamente en serio las raíces cristianas de España o la ética sobre la que se ha fundado nuestra política. Pero Ciudadanos ni siquiera lo pretende.

Ciudadanos no tiene ni un ligero atisbo, no se molesta en lanzar al electorado católico ni un ligero guiño. Ciudadanos es abiertamente abortista, entusiasta de la ideología de género, obsequioso como el que más con el mundo LGTBI e incluso el más dedicado defensor de esa aberración mercantilista que son los ‘vientres de alquiler’.

No hay, para el católico, razón alguna para preferir a Ciudadanos sobre Podemos o el PSOE, ni una sola. Queremos decir, ninguna razón que surja de su fe.

El católico español, ayuno de representación real, se acostumbró a votar a un partido conservador y ha acabado por identificar la ideología con la fe hasta hacer más importante, al menos en lo público, la primera que la segunda. Y Ciudadanos, al fin, es más ‘derecha’ que PSOE o Podemos.

No es, por lo demás, que tenga unos pastores a los que pueda elevar la mirada en busca de consejo en este sentido. De nuestra Conferencia Episcopal sería exagerado decir que el «celo de su Padre le consume»; lejos de abrasarle, habría que hablar de un celo a temperatura ambiente, a todo tirar.

Nuestros jerarcas han jugado a la componenda en política, a mercadear para conservar cuotas de poder y actuar en todo lo demás como si España siguiera siendo católica. Leyéndoles, uno se queda con la triste impresión de que en la apostasía generalizada ven más bien una pérdida de contribuyentes.

No es un secreto que la CEE ha apostado, y fuerte, por el Partido Popular, y no hay aborto a la carta, matrimonio gay o leyes de género que les hayan hecho vacilar en su lealtad, reflejada en los medios de comunicación que controlan, COPE y 13tv.

Pero si votar al PP era inercia comprensible, algo parecido a seguir suscrito al ABC, o ignorancia perdonable, o esperanza irracional de una ‘vuelta a las esencias’, el católico que ahora se propone votar a Rivera ‘en sustitución’ no tiene ninguna de esas coartadas. Ciudadanos no engaña a nadie, Ciudadanos nunca ha jugado a ser el partido de los católicos, nunca les ha prometido con la boca pequeña tener en cuenta sus valores.

Ciudadanos es un partido anticristiano, en el sentido literal de pasarse por el forro lo que Benedicto XVI definió como «principios irrenunciables» de un católico en la vida política. Y el católico que les vote debe, al menos, hacerlo con los ojos bien abiertos.

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Comentarios
17 comentarios en “El votante católico, Ciudadanos o cómo renunciar a lo ‘irrenunciable’
  1. Sí que existe un partido que e los principios cristianos irrenunciables que señalo Benedicto XVI: Vox
    Especialmente, familia, aborto, cuestiones de vida, terrorismo…

    1. Perdone que le diga que tiene moral de derrota. Que vox base toda su ilusión en estran en el congreso con uno o dos escaños, es derrotarse uno mismo. Nadie vota a los perdedores. Hay que soñar, hay que pensar que se va ganar o al menos quedar cerca de la victoria, que luego ya se contarán los votos o los asignará el ordenador, que mientras no se publiquen los resultados mesa por mesa, cabe el tongo.

      Y ahí vox tiene una idea para la campaña, pedir que se publiquen los resultados mesa por mesa. Eso puede que capte el interes de muchos.

      1. Un partido que empieza y sobre el que hay orden de silencio total en los medios y, que en sus inicios, tiene que superar dificultades sin cuento, no puede pretender ganar por mayoría a las primeras de cambio. Con tres o cuatro escaños, ya se puede conseguir mucho, no habiendo mayorías.

        1. Sobre todo porque si no sales en la tele, no existes. En el momento en que gane escaños ya tendrán que invitarlos a los programas como tertulianos «de cuota».

  2. Buen resumen. Real como la vida misma. Un servidor añade un poco más aunque en lo meramente político. Ciudadanos nació como partido que proponía enfrentarse en las instituciones a los nazis independentistas catalanes. Incluso en los inicios, abiertamente pedía el retorno de competencias como Educación y Sanidad al gobierno central. Pasado el tiempo y espoleado a partido con posibilidades de gobernar España de todo eso, nada. Ciudadanos recoge votos huérfanos de la derecha pero es de izquierdas. Su idea de España no difiere casi en nada de la izquierda tradicional o los nacionalistas: España es un error histórico, un fracaso, debe ser regenerada no restaurada, por eso su determinación en diluirla en ese elefantiásico Estado que pretenden crear y dominar Alemania y Francia, llamado UE.

  3. Hagan campaña por Vox con entrevistas etc. para darles a conocer. Que en la Cope que quiten a ese Herrera inútil y frívolo y pongan a unos católicos de verdad. Si no que la vendan. De qué sirve?

  4. No existe el votante católico, como no existe conciencia de clase, porque los curas no han hecho nada. Han sido cuarenta años de negación de todo. Con la excusa de ser neutrales o apolíticos, han dejado a la gente a su aire y dado que la Iglesia ha renunciado a ser maestra, no podemos pedir responsabilidad a los católicos que votan a los aborteros.

    No digo que traspasen la línea que supone recomendar el voto, pero sí pueden dar catequesis y explicar, por ejemplo, por qué es malo el aborto y explicar en qué consiste la libertad de enseñanza y ya en campaña, recomendar el voto meditado, que eso sí es lícito hacerlo.

    Pero da la impresión que la jerarquía sólo se moviliza en la campaña de la renta.

  5. El católico no tiene escusa ya para no votar a VOX . Votar otros partidos es votar aborto. No se puede votar a Ciudadanos o al PP que financian el aborto a mansalva y luego comulgar tranquilamente.

  6. ¿Voto católico? ¿De que Iglesia? ¿de la de los curas independentistas? ¿de la Iglesia que se calla cuando el PSOE ataca? No busquen justificar el voto en la Iglesia, se llevarán ustedes un fuerte chasco, no defendáis a los que no quieren defenderse. Primero que la Iglesia Española se defina y evangelice y luche y se enfrente a los destructores y llenen las Iglesias predicando el mensaje de Jesucristo porque cada día están mas vacías. La Iglesia Española se ha mundanizado y frente algunos defensores a los que se los arrincona, el resto son como la sociedad, lo que prima es lo políticamente correcto, estamos deseosos de que nos guíen los buenos pastores.

  7. Pues Ciudadanos no es partido para católicos en absoluto y el PP sólo de imagen. Aparecer en la procesión del Corpus, besar la mano de tal o cual cardenal en una misa oficial no da carné de católico. Sus políticas han estado muy alejadas de sus postulados tradicionales en varios temas y así les ha ido. Si tú te alejas y renuncias a tus valores queda la nada, cuando el sillón en que estás sentado se rompe o te lo rompen te caes al suelo. Es lo que le ha pasado al señor rajoy y al PP de estos últimos tiempos, no ha estado a la altura siquiera de sus militantes. Han jugado al zapaterismo bis, y han consolidado todo lo nefasto de esta patética etapa incluido el problema catalán. En el tema de principios no negociables un desastre pues el aborto campa a sus anchas, la ideología de género alentada, les encanta el matrimonio LGBT y caen en todos los complejos no les llamen casposos, fachas y no se qué más.

  8. Hace muchos años que superé el síndrome del mal menor y del voto útil. Más que nada porque el mal menor acabó siendo el mal mayor en entregas por fascículos, y porque el voto útil acabó siendo bastante inútil. Votaré a VOX, para que en conciencia pueda dormir tranquilo en mi faceta de partícipe de la comunidad política. Y lo haré sin preocuparme de los resultados electorales, de eso Dios proveerá.

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