Francisco se refiere al aborto como «interrupción del embarazo»

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De las credenciales provida de Su Santidad es difícil dudar. No es solo que, siendo Vicario de Cristo, no pueda por menos que reafirmar una obvia postura mantenida con absoluta claridad durante toda la historia de la Iglesia, sino que, además, ha repetido en numerosas ocasiones su condena tajante y sin paliativos al aborto.

Eso es lo que hace tan desconcertante que no haya dicho una sola palabra de ánimo dirigida a los votantes católicos irlandeses durante el referéndum sobre la despenalización del aborto en el único rincón de Europa donde todavía era ilegal para las madres acabar con sus hijos en su vientre, o de consuelo y esperanza después del descorazonador resultado.

Y es eso lo que hace incomprensible que ahora se refiera a esta atroz e implacable plaga moral como «interrupción del embarazo».

Ha sido en el discurso dado con motivo de una audiencia a los miembros de la Federación Internacional de Asociaciones Médicas Católicas, donde ha dicho: «Por ello, que sea vuestro compromiso en sus respectivos países y a nivel internacional, cuidar este aspecto, interviniendo en ambientes especializados, pero también en las discusiones que se refieren a las legislaciones sobre temas éticos sensibles, como por ejemplo la interrupción del embarazo, el final de la vida y la medicina genética».

¿Interrupción del embarazo? En la crucial batalla por las ideas, perder el modo correcto de llamar a las cosas es perder el combate antes incluso de iniciarlo. «Interrupción del embarazo» es el absurdo eufemismo pergeñado por la cultura de la muerte para disimular que se estaba eliminando a un ser humano con la aquiescencia de su propia madre. El emabarazo no se puede ‘interrumpir’, solo frustrar; ¿o es que luego va a continuar, tras la interrupción?

No es ninguna exageración, ni es darle importancia a algo banal. El lenguaje es importante, mucho más en cuestiones tan graves y lábiles. Toda la disputa arriana, que a punto estuvo de convertir nuestra fe en una religión totalmente diferente -de hecho, así fue durante un largo periodo en amplias zonas de Europa, incluida España-, giraba en torno a una sola letra, la más pequeña del alfabeto griego, la iota: la diferencia entre ‘homousios’ (de igual naturaleza) y ‘homoiousios’ (de naturaleza semejante).

Publicamos a continuación el discurso dirigido por el Santo Padre a los presentes en la audiencia:

Discurso del Santo Padre

Queridos hermanos y hermanas:

Me complace daros la bienvenida y saludaros a todos, empezando por el  Presidente, el Dr. John Lee, a quien agradezco sus palabras.

Vuestra calificación  de «médicos católicos» os compromete a una formación permanente espiritual, moral y bioética con el fin de poner en práctica los principios evangélicos en la práctica médica, a partir de la relación médico-paciente hasta llegar a  la actividad misionera de mejorar las condiciones de la salud de las poblaciones en las periferias del mundo. Vuestra obra es una forma peculiar de solidaridad humana y testimonio cristiano; de hecho, vuestro trabajo se enriquece con el espíritu de la fe. Y es importante que vuestras asociaciones se comprometan a sensibilizar sobre esos principios a los estudiantes de medicina y a los médicos jóvenes involucrándolos en las actividades asociativas.
La identidad católica no compromete vuestra colaboración con aquellos que, desde una perspectiva religiosa diferente o sin un credo específico, reconocen la dignidad y la excelencia de la persona humana como el criterio de su actividad. La Iglesia está a favor de la vida, y su preocupación es que nada esté en contra de la vida en la realidad de una existencia concreta, aunque sea débil o indefensa, aunque no esté desarrollada o sea poco avanzada. Ser médicos católicos, por lo tanto,  es sentirse profesionales de la salud que,  de la fe y de la comunión con la Iglesia reciben el impulso para hacer  cada vez más madura su formación cristiana y  profesional, su dedicación incansable,  e inagotable la  necesidad de penetrar y conocer las leyes de naturaleza para servir mejor a la vida (véase PABLO VI, Carta Encíclica Humanae Vitae, 24).

Son conocidas  la  fidelidad y la coherencia con la que las asociaciones de vuestra Federación, en el curso de los años, han  dado fe de su fisonomía católica, poniendo en práctica la enseñanza de la Iglesia y las  directrices de su Magisterio en el ámbito médico-moral. Este criterio de reconocimiento y de acción ha favorecido vuestra colaboración en la misión de la Iglesia para promover y defender la vida humana desde su concepción hasta su fin natural, la calidad de la existencia, el respeto de los más débiles, la humanización de la medicina y su plena socialización.

Esta fidelidad ha conllevado y conlleva fatigas y dificultades que, en circunstancias particulares, pueden exigir mucho coraje. Continuad con serenidad y determinación por  este camino, acompañando las intervenciones magisteriales en los ámbitos de la medicina con la correspondiente conciencia de sus implicaciones morales. Tampoco el campo de la medicina y la salud no se ha librado, efectivamente,  del avance del paradigma tecnocrático, de la adoración del poder humano sin límites, y de un relativismo práctico donde todo se vuelve irrelevante si no sirve a los propios intereses (cf. Lit. enc. Laudato si ‘, 122).

Frente a esta situación, estáis llamados  a afirmar la centralidad del enfermo como persona y de su dignidad con sus derechos inalienables, in primis el derecho a la vida. Es necesario enfrentarse a la tendencia de envilecer al enfermo como si fuera una máquina que reparar, sin respetar los principios morales, y de explotar a los más débiles descartando lo que no corresponde a la ideología de la eficiencia y el beneficio. La defensa de la dimensión personal del paciente es esencial para la humanización de la medicina, en el sentido también de la «ecología humana». Preocupaos por comprometeros en los respectivos países y en el ámbito internacional, interviniendo en  los entornos especializados, pero también en los debates relativos a las legislaciones sobre cuestiones éticas delicadas, como la interrupción del embarazo, el final de la vida y la medicina genética. Que tampoco  falte vuestra solicitud en defensa de la libertad de conciencia, de los médicos y de todos los trabajadores de la salud. No es aceptable que  vuestra  función se reduzca a la de un simple ejecutor de la voluntad del enfermo o a las exigencias del sistema sanitario en el que trabajáis.

En vuestro próximo congreso, que se celebrará en Zagreb en unos días, reflexionaréis sobre el tema «La santidad de la vida y la profesión médica, desde la  Humanae vitae a la  Laudato si ‘». Esto también es un signo concreto de vuestra participación en la vida y la misión de la Iglesia. Esta participación, -como lo subrayó el Concilio Vaticano II, -es tan necesaria que » sin ella el mismo apostolado de los pastores muchas veces no puede conseguir plenamente su efecto.» (Decr. Apostolicam Actuositatem,10). Sed cada vez más conscientes de que hoy es necesario y urgente que la acción del médico católico se presente con un carácter de claridad inconfundible en el ámbito tanto del testimonio personal como asociativo.

En este sentido, es deseable que las actividades de las Asociaciones de médicos católicos  sean interdisciplinarias y también involucren otras realidades eclesiales. En particular, sabed  armonizar vuestros esfuerzos con los de sacerdotes, religiosos y religiosas y de todos aquellos que trabajan en la pastoral de la salud, estando con ellos junto con las personas que sufren: tienen gran necesidad de  vuestra contribución y de la suya. Sed ministros, además que de curas, de caridad fraterna, transmitiendo a cuantos os acercáis con la aportación de vuestros conocimientos, riqueza de humanidad y de compasión evangélica.

Queridos hermanos y hermanas, muchos os miran, así como a vuestra obra. Vuestras palabras, vuestros  gestos, vuestros  consejos, vuestras elecciones tienen un eco que va más allá del campo estrictamente profesional y se convierten, si son coherentes, en un testimonio de fe vivida. La profesión se eleva a la dignidad de un verdadero apostolado. Os animo a continuar el camino asociativo con alegría y generosidad, en colaboración con todas las personas e instituciones que comparten el amor de la vida y se esfuerzan por servirla en su dignidad y sacralidad. ¡Que la Virgen María, Salus infirmorum, apoye vuestros propósitos, a los que acompaño con mi Bendición! Y por favor, rezad por mí también. Gracias.

 

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Comentarios
28 comentarios en “Francisco se refiere al aborto como «interrupción del embarazo»
  1. Es muy fácil despreciar a los no nacidos. Es que defender a los asesinados en el vientre de su madre no da los mismos titulares que rasgarse las vestiduras ante el fallecimiento de los inmigrantes ilegales.
    Sencillamente despreciable.
    Esto no es un error. Esto es un paso mas para avanzar hacia la mentira. El Trolas de la Pampa, el Trilero porteño, ejerce su especialidad. El primer paso para abrazar la mentira es aplicar eufemismos a la dura verdad. Asi vamos desnaturalizando el concepto preparando el terreno para promover la falsedad.

    1. Cierto. De toda la vida a esto se le ha llamado «tirar la piedra y esconder la mano», y Fco. es especialista. Aunque después de cinco años de pontificado y unos cuantos más en BB.AA. ya se le ve el truco.

  2. Interrupción del embarazo, final de la vida…hmmm! Todo esto nos suena, y mucho. Pero no dicho por el Papa…o ¿Es que quizá no sea el Papa quien lo ha dicho? Yo, al menos tengo mis dudas. Por lo de San Galen.

  3. Que el Papa Francisco use la jerga de los satanistas abortistas es lamentable. Más todavía tras su silencio cobarde durante la campaña del plebiscito irlandés. Estas palabras desafortunadas crean confusión y faltan a la verdad.

  4. «interviniendo en los debates relativos a las legislaciones sobre cuestiones éticas delicadas, como la interrupción del embarazo, el final de la vida y la medicina genética.».

    No, Papa Francisco, no hay nada que debatir sobre los dos objetivos irrenunciables del Nuevo Orden Mundial: 1) el ASESINATO del ser humano más indefenso (ABORTO, no interrupción del embarazo). 2) el ASESINATO del ser humano DESCARTABLE (como le gusta decir a usted), que sería la EUTANASIA.
    Dios NO delegó en nadie decidir sobre la vida del ser humano, tema de su exclusivo dominio.

  5. Ya lo aseguraba ayer mismo en el diario «El País» la ensayista agnóstica de gran éxito María Elvira Roca Barea: «A Francisco le falta un tornillo».
    Tal cual.

  6. A su santidad le falta la osadía de los apóstoles el día de Pentecostés. Desde el primer momento de su pontificado se escora devotamente hacia la izquierda ideológica y por el contrario muestra bastante desafecto con todo aquello que huela a tradición sobre todo en lo eclesial, lo político y lo moral. Da pena ver que el sucesor de san Pedro no se atreva a hablar al mundo con libertad y franqueza como él: «Todo Israel esté cierto de que al mismo Jesús, a quien vosotros crucificasteis, Dios lo ha constituido Señor y Mesías.» El buen pastor, como Cristo o como Pedro, no temió perder la fama, los elogios del mundo e incluso la propia vida por el rebaño a él encomendado. Oremos por el papa, para que con la fuerza del Espíritu Santo proclame sin sutilezas verbales la Verdad de Dios y denuncie todo pecado incluso los que el mundo aprueba: aborto, relaciones homosexuales, divorcio, etc. y no sólo aquellos que el mundo desaprueba: el hambre, la pobreza, la inmigración, la corrupción o la guerra

  7. Pues yo no entiendo nada equivocado en este discurso, simplemente creo que ha utilizado interrupción del embarazo, porque se dirige a médicos, es un lenguaje para ellos, diriamos más cientifico, pero no quiere decir otra cosa que aborto, lo mismo que con el final de la vida, que en términos morales se llamaría eutanasia. Creo que dice exactamante lo mismo, y muy claro, además nombra la Humanae vitae.
    Si no tenemos cuidado, al final el Papa, no va a poder decir ni mu, porque todo se le va a intrerpretar como «sospechoso».

    1. argia, ten en cuenta que el papa san juan pablo Ii (al igual que sus predecesores) decia que las cosas se deben llamar por su nombre y francisco no acostumbra hacer esto, por ejemplo en AM el adulterio se denomina union irregular para no ofender a los hermanos que estan en esta situacion en palabras de jesus PECADO.

  8. La «interrupción del embarazo», es el galardón más preciado del demonio, ha luchado con todas sus garras por ése premio, y siendo el padre de la mentira, que lo llamen así, y no crimen, pues le va de maravilla

  9. Para desnortados en general: Arzallus decía, mintiendo, que matan las balas, no las balas, obviando la diferencia entre motor y ruedas. Francisco se complacía, al principio de su papado, en autodenominarse «obispo de Roma», y no mentía: ¿Cuánto tiempo hace que no repite la expresión, por otra parte cierta? Pues eso, que las palabras son el instrumento del pensamiento y que el gesto es el maestro de las convicciones. Y Francisco puede ser cualquier cosa, pero tonto no; y ya van muchas de estas imprecisiones para creer que son lapsus linguae y no muy intencionadas y confusas expresiones. Y así, tacita a tacita…ya se sabe.

  10. La referencia al aborto como “interrupción del embarazo” puede fácilmente atribuirse a un descuido en un pontífice que ha denunciado en anteriores ocasiones que acabar con la vida de un niño no nacido es “un crimen abominable” o “un mal absoluto”.

    “El aborto no es un mal menor: es un crimen. Es echar fuera a uno para salvar a otro. Es lo que hace la mafia. Es un crimen, es un mal absoluto”, aseguró en su encuentro con los periodistas en un vuelo de México a Roma.»
    Estas palabras son de una publicación de Infovaticana del 07 de Febrero 2017.
    Parece que tiene bastante claro lo que es un aborto, aunque a veces le llame interrupción del embarazo, y si es una interrupción del embarazo, o sea que si está llamando a las cosas por su nombre, cualquiera sabe que si interrumpes un embarazo, matas a la criatura, no hay otra posiblilidad. Creo que el demonio se frota las manos cuando se critica lo que no hay que criticar porque se está diciendo lo mismo, cuando crea división entre los creyentes.

    1. Argía, como ya te he comentado (aunque ya veo que pasas en canoa), el término no es preciso, en contra de lo que tú dices. UNA INTERRUPCIÓN VOLUNTARIA DEL EMBARAZO NO IMPLICA NECESARIAMENTE LA MUERTE DEL BEBÉ. SE PUEDE INTERRUMPIR UN EMBARAZO PROVOCANDO UN PARTO PREMATURO (por ejemplo, porque la madre requiere un tratamiento radiológico urgente) Y ESO NO ES UN ABORTO.

      Te lo pongo en mayúsculas para que puedas leerlo mejor. Un saludo.

  11. Yo creo que no se refería al aborto, sino a los partos prematuros provocados, que son interrupciones voluntarias del embarazo…. No?

  12. «Interrupción del embarazo» no tiene nada de «más científico», sólo de «más eufemístico» y ocultador de la realidad.

  13. «Interrupción voluntaria del embarazo», además de eufemístico es inexacto, ya que no se interrumpe, sino que se termina y liquida.
    «Aborto» es más exacto al margen de que hay abortos espontáneos involuntarios, etc., que no tienen nada que ver con el asesinato de un ser humano.
    «Feticidio» es un término muy poco empleado (como tampoco lo son «conyugicidio», uxoricidio» y se emplea en su lugar violencia de género, que es una expresión tan desafortunada como la ideología de la que es fruto), pero quizá bastante preciso para denominar el acto de matar a un feto en el vientre materno; aunque hay una matización, cuando alguno de estos fetos sale vivo al exterior y es eliminado en una trituradora (creo que es el procedimiento) ya no podría denominarse «feticidio», sino «infanticidio», algo que no está legalizado en ninguna parte, pero está claro que la justicia hace la vista gorda a este tipo de delitos.

  14. Ya en un Angelus el papa Francisco llamó al aborto «interrupción del embarazo». En ese momento quedé atónita, ahora confirmo que Él denomina y etiqueta de esa manera al aborto. Al » Crimen Abominable del Aborto» como en su momento y siempre lo denunció San Juan Pablo el grande.

  15. ¿»Debatir» sobre «la interrupción del embarazo»?, ¿»debatir» sobre «el final de la vida»?
    A esta altura de mi vida me vengo a enterar que hay que «DEBATIR» sobre el ASESINATO del ser humano más indefenso (que se llama «ABORTO», no «interrupción del embarazo») y del ASESINATO del ser humano «descartable» (como le gusta decir al Papa Francisco), que no es otra cosa que la «EUTANASIA».
    Hasta donde yo sabía es Dios el que decide al respecto. Recién me estoy enterando que el tema es factible de ser sometido a consulta popular.
    Por favor, recemos mucho por el Papa Francisco, que es lo que pide sin cesar, para que el Espíritu Santo lo ilumine y pueda cumplir la misión que nuestro Señor Jesucristo le ha encomendado.

  16. El termino correcto es «infanticidio prematuro», o sea antes del nacimiento, por distinción del infanticidio stricto sensu, referido al cometido después del nacimiento.

  17. Lo de interrupción, lo usan las mafias mundiales , incluyendo la mafia eclesiástica , con su jefe, porque es útil a sus fines . Lo que se interrumpe ….luego se puede dejar de interrumpir.
    Lo del asesinato de los no nacidos es definitivo, es horroroso, pero el está al servicio de otro.
    Lo mismo, lo del final de la vida, porque final no hay.
    Eso lo sabemos los cristianos, pero en cambio los masones son solo terrenales, y así también se ahorran el de hablar de muerte, y van metiendo la eutanacia.
    En fin , esto es guerra, y hay enemigo que manda, y enemigos por todos lados.

  18. ARGÍA
    Por lo que escribes bien se ve que no te has leído la parte esa del Evangelio que dice sed astutos como serpientes.
    Y si algún día te la lees dudo que puedas aplicártela por mucho que te esfuerces.
    Para que no te engañen te digo que los niños no vienen de Paris, y que la primera vez también te puedes quedar embarazada. Y si eres tío, que sepas que el enano de los deseos no existe.

  19. San Juan Pablo II :

    Ante una situación tan grave, se requiere más que nunca el valor de mirar de frente a la verdad y de llamar a las cosas por su nombre, sin ceder a compromisos de conveniencia o a la tentación de autoengaño. A este propósito resuena categórico el reproche del Profeta: « ¡Ay, los que llaman al mal bien, y al bien mal!; que dan oscuridad por luz, y luz por oscuridad » (Is 5, 20). Precisamente en el caso del aborto se percibe la difusión de una terminología ambigua, como la de « interrupción del embarazo », que tiende a ocultar su verdadera naturaleza y a atenuar su gravedad en la opinión pública.

  20. Está claro lo que piensa el santo polaco de Bergo glio y su «interrupción del embarazo»: terminología ambigua…que tiende a ocultar su verdadera naturaleza y a atenuar su gravedad en la opinión pública.

    Otro éxito sangallense más de su Iglesia Nuevo Paradigma.

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