El documento final del presínodo incluye temas que más parecen salir de las pretensiones frustradas de teólogos de escuelas caducas que de las preocupaciones de los jóvenes católicos del mundo. Temor a que el documento final del Sínodo de octubre esté ya redactado y firmado en algún escritorio.
A Su Ilustrísima Manuel Linda, nuevo obispo de Oporto, le preocupa la creciente demanda de misas en latín en Portugal «porque atrapan a algunos jóvenes e intelectuales. No sabemos por qué estas personas encuentran satisfacción en esos ritos». Cualquiera diría que monseñor está hablando de las drogas o la pornografía, y no de lo que ha sido el rito de la Santa Misa durante casi toda la historia de la Iglesia.
Left: What young Catholics want
Right: What old Catholics wants young Catholics to want#Synod2018 pic.twitter.com/WW6WPuJCg4— CatholicBrit???? (@Englishpapist) 24 de marzo de 2018
Precisamente la semana pasada se reunieron en Roma los 300 jóvenes que van a participar en el Sínodo sobre la juventud, donde prepararon los documentos -lineamenta- que van a servir como guión del trabajo de la Asamblea General del Sínodo que se reunirá en Roma el próximo mes de octubre.
Después de una semana, en la víspera del Domingo de Ramos, se concluyó esta reunión pre sinodal donde los más de 300 jóvenes reunidos en representación de toda la juventud pidieron una Iglesia cercana e interactiva.
Left: What young Catholics want
Right: What old Catholics want young Catholics to want pic.twitter.com/3teH5i0CeW— Monsignor Ferrari (@ServizioVatican) 26 de marzo de 2018
Uno no entiende bien esta reunión presinodal, como tampoco confía demasiado en que esos 300 jóvenes representen ni aun con aproximada fidelidad el sentir de los jóvenes católicos. No lo entiendo, porque el joven debe aprender, no enseñar; sobre todo porque tiene muchísimo que aprender y poquísimo que enseñar. Por eso, precisamente, es joven.
Ser joven no es como ser mujer o africano; ser joven no define una naturaleza, sino una fase de la vida. Mucho de lo que ahora piensan y opinan los veinteañeros no lo sostendrán dentro de unos años, con toda probabilidad, sin dejar, sin embargo, de ser ellos mismos.
Left: What young Catholics want
Right: What old Catholics wants young Catholics to want#Synod2018 pic.twitter.com/Pvcbf0B5V9— Gabriel Ariza (@GabrielArizaIV) 26 de marzo de 2018
En segundo lugar, la Iglesia es la custodia de un mensaje, no un foro de debate. La verdad no depende en ningún caso de qué opinión sea mayoritaria en cada momento, pero es que ni siquiera la definición de la misma, en el caso de la fe, puede someterse a un proceso de este tipo. Los jóvenes necesitan maestros, y la Iglesia es, precisamente, Madre y Maestra. Situarse en la posición de aprendiz, aunque solo sea como pose, envía el terrible mensaje de que tiene algo que aprender de la sección más voluble e inexperta de la población, los jóvenes. Es, en definitiva, fallarles.
Left: What young Catholics want.
Right: What old Catholics want young Catholics to want. pic.twitter.com/fxzHSCWezD
— Monsignor Ferrari (@ServizioVatican) 25 de marzo de 2018
Pero incluso con estos dos argumentos de peso, nos falta una tercera razón por la que vemos con recelo, por decir poco, esta curiosa celebración: no nos la acabamos de creer. Y conectamos con las palabras iniciales del obispo de Oporto y con nuestra exposición de la ‘modernidad inmutable’.
Leo en una de las múltiples informaciones: «Los jóvenes con un corazón abierto y sincero piden a la Iglesia que sea más transparente, cercana e interactiva, abierta a sus propuestas, ya que los jóvenes tienen mucho que ofrecer, “quieren ser protagonistas y no simples espectadores”.
Intenten, les ruego, cribar la retórica insoportable que parece fijarse a todas las declaraciones por el estilo como mejillones al casco de un barco viejo. ¿Qué significa «una iglesia abierta a sus propuestas»? ¿Qué propuestas son esas?
Bueno, tenemos a Alina Oehler, una teóloga y periodista alemana de 27 años, que se pregunta que por qué no hay mujeres entre los cardenales, algo que secunda y amplía la americana Nicole Perone. Naturalmente, se lamentó que el tema de la ordenación de las mujeres se haya dado por ‘cerrado’, hubo un ateo -¿qué pinta un ateo en un presínodo católico?- esperanzado con los indicios de apertura de la Iglesia.
Lamentaron los jóvenes reunidos en Roma la dureza de la Iglesia Católica (??): «La Iglesia parece a veces demasiado severa y se la asocia a menudo con un excesivo moralismo. A veces, en la Iglesia, es difícil superar la lógica de «se ha hecho siempre así». Lo cual resulta especialmente llamativo, porque precisamente el católico que hace años dejó oficialmente de ser joven sabe de muchas cosas que «no se han hecho siempre así».
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— Monsignor Ferrari (@ServizioVatican) 25 de marzo de 2018
Se barajaron, en fin, exactamente los mismos temas que se vienen repitiendo como demandas de la ‘juventud’ católica desde los días posteriores al último concilio. Quizá sea a eso a lo que se referían con el «se ha hecho siempre así».
Es decir, haciendo unas cuentas sencillas, se trata de una juventud que debe rondar los 70 años, año arriba o abajo.
Todo debe cambiar salvo, al parecer, la juventud; todo es líquido y mutable excepto, se diría, la modernidad, que ha quedado grabada para siempre en piedra imperecedera.
¿Quién ha elegido a estos 300? Las conferencias episcopales nacionales, instituciones católicas y los propios organizadores del sínodo. Bien. También se abrieron grupos de discusión en Facebook en cuyos debates participaron unos 15.000 jóvenes.
Y entonces empezaron a aparecer en redes sociales algunos de estos jóvenes que aseguraban que sus comentarios eran automáticamente borrados de la red social. Dejemos la palabra a un miembro de la comisión preparatoria, según un comentario compartido online:
«En el viaje, entré en la comunidad online del grupo presinodal en inglés y descubrí un diálogo en marcha muy diferente del que nos presentaban. Había una enorme comunidad online pidiendo que se incluyera en el documento la demanda por la Forma Extraordinaria, y me di cuenta leyendo estos comentarios que nosotros, como equipo redactor, no habíamos reflejado la riqueza de comentarios online. Solo se nos dio un sumario de estos comentarios, y me entristeció ver que muchos en este grupo se sentían decepcionados e ignorados. Me volví a mis colegas editores -libanés y latinoamericano- para preguntarles si se les había traducido las expresiones «Forma Extraordinaria» o «Misa en latín» y no atendidos. Respondieron que no sabían de qué les estaba hablando, así que incluí la expresión ‘liturgias reverentes’ esperando expresar todo aquello, pero mirando las discusiones online advertí que el documento hubiera sido distinto si se hubiera representado adecuadamente lo que se debatía en las redes».
Caramba, ya está aquí la ‘droga dura’ contra la que nos advierte el obispo de Oporto.
Left: what young Catholics want.
Right: what old Catholics want young Catholics to want. pic.twitter.com/DL1vnCiwTp— Man of Catholicism (@CatholicismGuy) 25 de marzo de 2018
He leído muchos, muchos comentarios de jóvenes frustrados por lo que empiezan a considerar un fraude. Quizá valga la pena recopilarlos, porque tienen nombres y apellidos. Mientras tanto, les propongo un sencillo juego. Vayan a una de las ‘misas indultadas’, esas en las que todavía se celebran según la Forma Extraordinaria (ordinaria durante siglos); y luego pásense por otra, elegida al azar en cualquier parroquia. Y cuenten los jóvenes que vean.
No es un muy científico, pero apostaría que el resultado confirmaría los temores de Monseñor Linda.
#whatyoungcatholicswant
Left: What young Catholics want.
Right: What old Catholics want young Catholics to want.(Had to post twice, because the image on the right is so disorienting and infuriating I had them flipped) pic.twitter.com/K2pu3E9lsH
— I (@isaacwmiller) 25 de marzo de 2018
Denunciaba hace ya meses el popular periodista y autor converso Vittorio Messori el peligro que advertía en una visión constantemente cambiante de la doctrina que se podría estar larvando tras la fachada de ‘renovación’ eclesial. Lo llamaba ‘pensamiento líquido’, y lo contrastaba con lo que, históricamente, ha sido siempre la enseñanza de la Iglesia, comparada habitualmente con una roca por su firmeza inmutable.
Pero hasta el relativismo de la modernidad es relativo, y si considera mutable lo que siempre se ha considerado fijo, proyecta como fijo aquello que siempre se ha tenido, por definición, como cambiante.
El caso más llamativo es el de la propia modernidad. En puridad, ‘moderno’ significa ‘lo de ahora’, pero los mandarines del discurso, los amos del dominante pensamiento progresista, están convencidos de que eso se detuvo en torno a 1968, y lo moderno quedó fijado para siempre.
Left: What young Catholics want.
Right: What old Catholics want young Catholics to want. pic.twitter.com/E1d9DJyoC0— The Spirit of Vatican Two Speaks (@TheSpiritofVat2) 25 de marzo de 2018
A lo largo de la historia se ha seguido un modelo por el que cada generación se opone a la anterior y espera a llegar a la edad adulta para arrebatarle el poder -político, económico, cultural-, antes de cederlo a la siguiente cuando empiezan a fallar las fuerzas y la memoria. Cada generación es rebelde cuando carece de poder, y deja de serlo cuando lo alcanza. Sólo los baby-boomers tienen el inefable descaro de pretender seguir siendo rebeldes cuando ya llevan décadas dictando las reglas. Quieren comerse la tarta y guardarla para la cena.
Hijos mimados de una generación que anhelaba la vida después de ver tanta muerte, los baby-boomers arrebataron antes de tiempo a sus padres el cetro de la cultura, y no parecen dispuestos a cederlo cuando ya peinan canas, los que todavía tienen algo que peinar; los que gritaban «nunca te fíes de alguien con más de 30» no están por la labor de confiar el timón cultural a quien tenga menos de 40. Han inventado la última paradoja, la modernidad intemporal. Cada generación es moderna mientras decide las normas culturales, pero entiende el contrato tácito que hace que el tiempo dicte qué es moderno y qué ya no lo es; el baby-boomer es moderno por definición, así pasen cincuenta años: «la modernité, c’est moi».
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CArlos, ¡qué grande eres!
Qué artículo tan bueno…y preocupante. Yo no tengo ninguna esperanza de que de este «Sínodo» salga algo bueno. Va a estar manipulado. Si lo quisieron hacer con la famosa misiva de Benedicto XVI a Viganó, ¿qué podría detenerlos a hacerlo de nuevo?
Sí te descuidas ya está pergeñada la exhortación apostólica… Me apuesto un dedo del pie a que también lo estuvo la AL.
Proselitismo, no. Predicación, menos. Pero selfies, a todas horas.
Ricardo,
La mejor manera de que no quede ni un joven en la Iglesia es intentar contemporizar con según qué. Eso ya lo habéis intentado, y los resultados son evidentes. Para fumar porros y echarse polvetes se bastan ellos solos, no necesitan ninguna intermediación eclesial. Lo que hay que hacer es presentarles a Cristo, y Cristo crucificado, escándalo para los judíos y necedad para los griegos. Pero ya están hablando de que la Iglesia es demasiado moralista ¿Pero qué se creen que están buscando los jóvenes? Me temo que el que está instalado en su zona de confort eres tú. Es muy confortable decir que la Iglesia católica es muy dura y excesivamente moralista. Pero es lo que los jóvenes quieren, una Iglesia radical que se lo exija todo en nombre del Amor de Dios, del seguimiento de Cristo. Eso es lo que les arrastra. Eso es lo que les arrebataba de Juan Pablo II. Eso es lo que funcionó en Madrid en la última Jornada Mundial de la Juventud.
Para eso hay que creerse el mensaje de Cristo, claro, con toda su radicalidad. Y eso resulta agotador para los viejitos monseñores cansados y cansinos que preparan el Sínodo, para los progresistas que no entienden nada. Entre otras cosas, no entienden por qué hay que morir por Cristo. En Francia uno de la Francia insumisa, equivalente a Podemos, se ha reído del gendarme muerto. El converso católico que ofreció su vida a cambio de otra rehén. La indignación ha sido tal, que hasta Macron se ha tenido que poner duro. Lo siento, pero los jóvenes necesitan la épica del amor de Dios, y esa no se la van a dar los monseñores y los clérigos que opinan que Cristo era demasiado exigente.
Es cierto que hay que abrirse a las propuestas de los jóvenes, que tienen mucho que ofrecer. Pero los jóvenes que pueden ofrecer a Cristo son los que tienen la experiencia de Cristo. Una cosa es lo que piensan los ateos, los agnósticos, y otra cosa es lo que piensan los jóvenes católicos, esos que tienen experiencia de Cristo y que la pueden transmitir. Creo que la metodología es obvia: por un lado están los jóvenes periféricos, alejados, que necesitan de Dios. A esos se les puede y se les debe preguntar qué esperan de la Iglesia. Pero no es definitivo. Lo definitivo son los jóvenes católicos, que son a los que hay que movilizar.
Por otra parte, ¿Se van a pedir la opinión de las iglesias en crecimiento, la del tercer mundo, o solo las de las acomodadas y burguesas iglesias occidentales?
Por otra parte, yo también pido una Iglesia más cercana, transparente y sincera, no solo ellos. El último caso de dimisión de obispo irlandés encubridor nos indica que necesitamos mucha transparencia. Y sinceridad.
Trucar las preguntas, otro método para llegar a respuestas previamente acordadas.
Tradición. Solo tradición. Eso es lo que quieren los jóvenes.
¡ Qué ingenuos los cardenales que creyeron que la misericorditis era la medicina para la Iglesia cuando es el veneno que la está matando, aunque ahora ya sabemos que es veneno mortal ! ¿ Y el antídoto ? El paradigma de siempre : El evangelio entero, sin recortes, el magisterio entero, sin recortes, la liturgia entera, sin recortes, los sacramentos, sin recortes y en las debidas condiciones.
Es que lo radical es emocional y no racional y lo emocional siempre acaba igual: mal. El radical empieza movido por el santo amor a Dios y acaba adosandose bombas a la cintura, quemando gente en hogueras, quemando templos ajenos, decapitando a los que no se quieren convertir, la radicalidad es la puerta hacia la perdición, se haga en nombre del islam, del fascismo, de la religión catolica o del comunismo, todos lo hacen por el bien de la humanidad, y todos traen miseria.
En la Iglesia los radicales siempre han sido los santos. A miles. Por eso marca –o tal vez haya que decir marcaba– la diferencia.
No existe la vida sin Leyes Naturales, Morales y de Dios. Los jóvenes demandan normas y conductas basadas en esas Leyes para configurar su comportamiento personal y social, estas se encuentran en la milenaria Doctrina Católica inspirada por las enseñanzas de Jesús Cristo. A muchos de ellos por curiosidad como a nosotros, en su momento, también habrá que aplicarles las parábolas de la alegría de Lucas por los pecados cometidos.
La misericorditis ha querido manipular a Benedicto XVI para buscar la tan ansiada legitimación, que no acaba de encontrar ni encontrará nunca. Ahora quiere manipular a los jóvenes, con mucha selectividad, para introducir en la Iglesia lo que todos sabemos que quiere introducir: celibato opcional, diaconado femenino, como paso previo al sacerdocio femenino, viri probati usuarios habituales de sacristías y curias, relaciones prematrimoniales a discreción, sodomía a tope con especial bendición, misa ecuménica, lutero testigo de la fe, todavía más, sinodalidad siempre que diga lo que yo quiero que diga, eutanasia disfrazada de cuidados normales como encarnizamiento terapéutico, comunión para todos, especialmente la sacrílega, la preferida por la misericorditis, confesión genérica sin necesidad de especificar los pecados ni arrepentimiento, etc, etc, igualito que los viejos protestantes en vías de extinción.
El Papa de Soros-Clinton-San Gallen le pide a los jóvenes que no se callen (obviamente para que repitan las mentiras del NOM que él promueve) , mientras tanto intenta callar a Infovaticana gastando una fortuna en el bufete de abogados más caro del mundo, que no es gratis, utilizando el dinero de la Iglesia Católica para reprimir con su Iglesia «sinodal», manipuladora por esencia, y como buen dictador que es, a un sitio informativo católico, libre e independiente.
Pero sí quiere que se callen, y hasta les tapa la boca, los jóvenes hartos de trabas a la aplicación de la Summorum Pontificum. ¡ Misericorditis hipócrita y farisea !
Por cierto, un cum laude al artículo, tan incisivo y mordiente, de Carlos Esteban, magnífico fichaje de Infovaticana.
Por cierto, todos esos jóvenes de la foto, tan amigos de la libertad de expresión, ¿ sabrán que el de blanco quiere cerrar Infovaticana ? Seguro que no. De otro modo, para rato se hacen un selfie con el perseguidor de católicos.
Gracias, Carlos Esteban, por desnudar esta nueva parodia del Sínodo juvenil de la Iglesia Nuevo Paradigma, que tiene como propósito seguir destruyendo a la Iglesia Católica.
Pisoteando su esencia, que es la fe en Cristo crucificado y su moral, sintetizada en la pregunta fundamental –qué he de hacer para ser santo- que formula toda persona de recta intención, que se deja iluminar por Jesús. Esto se ve claro en un joven, que quiere alcanzar la santidad, tal como se narra en la parábola del Joven Rico. Esta parábola es la base de la impresionante, magnífica reflexión moral de San Juan Pablo II en la Veritatis Splendor, expresión suprema de la teología moral cristiana que este falso papado actual viene a destruir para sembrar el neo-materialismo LGTB.
El método falsificador y tergiversador es siempre el mismo, el que usa este falso Papado de la Iglesia NP en su misión destructora de la Verdadera, la Católica: la Iglesia no debe predicar la Verdad, sino escuchar a “jóvenes” previamente guionados por los viejos teólogos de la moralina mundana NOM, empezando por el Trucho, Anselm Grun y el rehabilitado Haring, el promotor de la anticoncepción, y condenado por la Iglesia Católica, y ahora colocado en los altares de la Iglesia Nuevo Paradigma por Francisco, el falso Papa de la triste realidad San Gallen.
Los jóvenes están sedientos de tradición, no porque sean tradicionalistas como algunos creen, sino porque los carcas sesenteros están intentando erradicarla a toda costa y además no pueden ya r disimular que están mas existencialmente perdidos que Heidi en Guatemala. Sin raíces el árbol se pudre…esta realidad tan basica los proponentes del nuevo paradigma ni la huelen. Cuando se ama y se conoce la tradición se puede entonces ‘progresar’ de verdad, con sentido, con el Espíritu Santo, atrayendo almas a Dios, para darle Gloria, y no como los locos llendo en todas las direcciones por las que va un mundo que se regodea con sarna y ahora ya hasta con ‘orgullo’ en el abismo.
Qué bien escribes, Esteban.
Todavía conservo por casa el número 1 de Alba.
De todo este mejunje postconciliar, lo que menos me gusta en la Iglesia es lo feo que es todo. Feo hasta no poder más. Himalaya de mentiras y de maldad. Pero sobre todo feo… Difícilmente habrá religión más fea que la Iglesia de hoy.
Si no les importó utilizar y manipular la carta de un papa emérito; si no les importó utilizar y manipular a aquellos padres sinodales que participaron de buena fe en el Sínodo de la Familia; cuantimenos les importará utilizar y manipular las opiniones que puedan tener unos jóvenes sobre los que, por otra parte, nadie sabe qué madre los parió. Es la crónica de una manipulación anunciada. Será un «Los Amores de Fornicia» pero en versión hard: aún más pornográfica.
Los jóvenes necesitan entregarse a ideales elevados y exigentes que les obliguen a ascender hacia las altas cumbres sin fango. Pero si esos ideales se hacen mundanos y persmisivos, para que puedan seguirlos con facilidad, lo que se consigue es que los abandonen. Porque , a Cristo hay que seguirle radicalmente, es decir, desde la raíz. El mismo nos lo dice: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. (Mc 12,30),. ¡Con TODO el corazón, el alma, la mente y las fuerzas! . No valen las medias tintas. Así es como Dios quiere que le amemos : Con todo nuestro ser y sobre todas las cosas.
Si Jesus hubiera actuado como se esta haciendo con este falso sinodo hoy no habria cristianismo. Jesus no hacia asambleas ni sinodos : predicaba. A los apoatoles no les pregunto que tenian ganas de hacer: los envio
.Al joven rico no le hizo preguntas sino le contesto que cumpliera los mandamientos y mejor aun que vendiera sus bienes repartiendo todo a los pobres y lo siguiera. No le pregunto nada : le dio respuestas. Eso necesitan los jovenes: respuestas no preguntas.
Hablan mucho de iglesia sinodal, pero es una sinodalidad prefabricada y manipulada, con invitados indeseables en su mayoría y algún que otro presentable, para que la manipulación no dé demasiado al ojo, para que salga lo que quieren que salga, cosa que no acabaron de conseguir en los dos manipuladísimos sínodos de la familia, lo que levantaron las protestas de 13 cardenales. Ahora, en la presentación del libro panegírico «Dios es joven», los cardenales y obispos han desertado la sala de presentación, a la que sólo se presentaron 25 personas, a pesar de que se pasaba lista y se persigue a los ausentes o a los que acostumbran decir la verdad, como Infovaticana. Por eso se le persigue, contratando al bufete más caro y debidamente homologado por el lobby gay, la que dice ser iglesia pobre para los pobres ¡ pobres ingenuos !
O sea que 2.000 años de catolicismo, de dogmas de doctrina social de la iglesia y de creencias, y de teologáía está en mano de un grupo de jóvenes.
También se los llama «sesentistas», por la década del 60. Son los jóvenes (de espíritu) revolucionarios actuales, que buscan desesperados jóvenes de verdad que se dejen poner la camiseta con la foto del Che Guevara, previo adoctrinamiento, porque obvio que no saben nada de todo aquello. Es que modernidades eran las de antes, como bien dice Carlos. Todo muy cómico y lamentable a la vez.
Ricardo,
Me temo que no. Estoy contigo en que no deben entrar en Infovaticana, porque se pueden llevar un disgusto si conocieran la verdad de lo que está pasando en la Iglesia y no compensa. Fíjate que sí sé los jóvenes que van de voluntariado a según qué países. Muchos menos que hace unos años, y la cosa sigue descendiendo. Y además, los voluntariados ahora son muchos profesionales, un trabajo más, y no son católicos. Los jóvenes de hoy buscan dos cosas: divertirse a tope y sentido a su vida. Como los de todos los tiempos. Para divertirse no nos necesitan. Y los progres son super aburridos, muy, muy aburridos. Y la vida con ellos no adquiere sentido. Yo no miro a tu Iglesia jerárquica, esa que tú defiendes. A mí, la jerarquía me importa poco y no la sigo. Pero veo lo que pasa, no estoy ciega. Y no tienes ni idea si la mejor forma de ahuyentarlos es leyéndome. Podríamos probar. Porque tus sistemas ya se ve que funcionan estupendamente: no queda ni uno.
Pero da igual. Si a raíz de este Sínodo la Iglesia experimenta un nuevo renacer y se llena de jóvenes, yo estaré encantada. Y le reconoceré su mérito a todo el mundo. Simplemente digo que conociendo la experiencia sesentera, no parecen que estos sistemas funcionen. Es una observación más científica que otra cosas. Pero vamos a dejar un margen: veamos si el Sínodo y no cambalache, veamos las conclusiones, y veamos los efectos. Es fácil. Yo rezaré por el Sínodo, para que funcione todo y salga como Dios quiere
¿Y cuál es el problema de decir que no necesitan mediación eclesial para echarse un polvete? Es absolutamente real. Para eso, las nuevas generaciones no necesitan tu permiso ni el de nadie. Hacen lo que les da la gana, y hacen bien.
Las juventudes francisquitas de la misericorditis aguda están envejecidas, muy envejecidas, vistos sus cortos, cortísimos, ideales.
La misericorditis reductora es incapaz de dar respuesta alguna a las preguntas auténticas de los jóvenes. https://www.corrispondenzaromana.it/notizie-brevi/giovani-e-fede-dati-scoraggianti-da-unindagine/
“Uno no entiende bien esta reunión presinodal, como tampoco confía demasiado en que esos 300 jóvenes representen ni aun con aproximada fidelidad el sentir de los jóvenes católicos”
Pues yo lo entiendo muy bien: ¿Se acuerdan del La Guardia Roja de Mao, las Juventudes Comunistas… durante la Revolución Cultural China? Pues eso.
Don Carlos: ¡Bravo! ¡Bravo! ¡BRAVISSIMO!
La misericorditis aguda está tan envejecida, tan en encefalograma plano, que necesita de las juventudes misericordíticas para sobrevivir, pero ni por esas. Una y otra están caducas, afortunadamente. El futuro es de los católicos, los únicos que tienen vocaciones, llamadas divinas para seguir evangelizando y no mundanizándose.
Me sumo al ¡Bravíssimo! para Carlos.
Pero, para hablar de “la fe” y para hablar y debatir sobre “el discernimiento vocacional” -supongo, aunque quizá me equivoco, que será “en el ámbito católico” y para “vocaciones dentro de la Iglesia”, ¿no?-, tipo “sacerdote” o “religioso” y fe “católica”, ¿qué pueden “aportar” al respecto los no-católicos y los ateos? ¿Qué va a decir sobre “la Iglesia” una persona que no la ha pisado en su vida?
En algún otro sitio que no sea la Iglesia Católica, si se hace un congreso sobre “cardiología”, por ejemplo, ¿se invita y se les paga, para que asistan como invitados, a “curanderos”? ¿Y a físicos nucleares? ¿Y a astrónomos?
Aberásturi.
A mí me ha hecho daño el artículo. Es tan cierto… Muy bueno. Soy la generación posterior a esa que revolucionó todo y se cargó todo, hasta el planeta, pasando por la familia, todas las iglesias, no solo la católica… Veía como trepas de mi edad entonces, que decían sí a todo menos al evangelio, iban subiendo, barriocanales potenciales que ahora copan las plazas de docentes y rectores en universidades católicas… Ja jajajaja… Me río. Este mundo es un asco. Si el leño verde es así, como será el seco.
A mí me ha hecho daño el artículo. Es tan cierto… Muy bueno. Soy la generación posterior a esa que revolucionó todo y se cargó todo, hasta el planeta, pasando por la familia, todas las iglesias, no solo la católica… Veía como trepas de mi edad entonces, que decían sí a todo menos al evangelio, iban subiendo, barriocanales potenciales que ahora copan las plazas de docentes y rectores en universidades católicas… Ja jajajaja… Me río. Este mundo es un asco. Si el leño verde es así, como será el seco.