Todos en algún momento de nuestras vidas hemos sentido la necesidad de viajar, unos por salir de la rutina, otros por emprender nuevas aventuras, y otros por reencontrarse con su espiritualidad.
El Camino de Santiago tiene una particularidad única: te llena de preguntas y búsquedas secretas, casi insospechadas. Los mitos, leyendas e historias sobre la ruta jacobea se han transmitido de peregrino en peregrino a lo largo de estos años.
Te contamos cuáles son sus símbolos más representativos.
- LA VIEIRA O CONCHA DEL PEREGRINO
Existen muchos mitos sobre el origen de la concha del peregrino, el símbolo más representativo del Camino de Santiago. Antiguamente, este objeto representaba la culminación del recorrido, y era entregado a los peregrinos cuando llegaban a la capital gallega.
Hace algunos años, muchos caminantes llevan la concha durante la ruta, como símbolo de su peregrinación, e incluso, la usan para beber agua de los arroyos que se encuentran a lo largo del trayecto.
Desde el punto de vista religioso, este elemento simboliza las buenas acciones, y se dice que mientras el peregrino la lleve consigo, debe someterse a los mandamientos de la religión cristiana.
- LAS FLECHAS AMARILLAS
Caminar es emprender una experiencia espiritual para encontrarse consigo mismo, y como en la vida, hay señales que nos indica qué ruta debemos seguir.
Durante el recorrido por las rutas jacobeas, los peregrinos encontrarán flechas amarillas dibujadas en piedras, fachadas, árboles o paredes, que simbolizan la dirección espiritual del alma, y marcan la dirección que se debe seguir.
La idea surgió del párroco Elías Valiña, y su color es producto de la casualidad, pues parece ser que alguien le obsequió botes de pintura amarilla, y éste, en compañía de varios voluntarios, recorrieron el camino, marcándolo con flechas que son repintadas cada año por cientos de peregrinos.
- LAS CRUCES DE SANTIAGO Y LOS CRUCEIROS
Encontrar cruces de piedra o también llamados cruceiros también es habitual durante tu recorrido. Estos sitios, considerados como lugares sagrados de la ruta, según algunas creencias, sirven para bendecir los caminos y realizar ritos de sanación y purificación.
Las Cruces de Santiago son considerados como el símbolo protector del camino. Antiguamente sus portadores eran los miembros de la Orden de Santiago, y se le atribuye la defensa de los caminos y la de sus peregrinos.
- LA CATEDRAL DE SANTIAGO
La plaza del Obradoiro es el destino final de los peregrinos que recorren las distintas rutas jacobeas. Allí, se alza una imponente catedral de origen románico que, según la leyenda, alberga los restos del Apóstol Santiago.
El valor histórico y cultural del templo es incalculable. La Catedral es todo un símbolo del Camino de Santiago, y su arquitectura una de las más imponentes, pues reúne estilos como el barroco, el gótico, el neoclásico, o el románico en una sola construcción.
- LA CREDENCIAL DEL PEREGRINO
Durante la Edad Media, este documento era entregado a los peregrinos que realizaban el Camino de Santiago, pues se consideraba como un salvoconducto que acreditaba al caminante y certificaba su paso por los pueblos que hacían parte de la ruta jacobea.
La credencial es el documento que acredita al peregrino como tal, y se convierte en una especie de guía para registrar el Camino. Se entrega solo a aquellas personas que peregrinan a Santiago de Compostela a pie, en bicicleta, a caballo, o a vela.
LA RUTA DE PEREGRINACIÓN MÁS POPULAR DEL CAMINO DE SANTIAGO
El Camino de Santiago desde Sarria, que hace parte del Camino Francés es la ruta más transitada por peregrinos de distintas partes del mundo.
Sarria es un pueblo de Galicia ubicado a 111 kilómetros de distancia de Santiago de Compostela. El recorrido, que se divide en 7 etapas, es rico en paisajes, preciosos bosques, tierras de cultivo, aldeas rústicas, monumentos y sitios históricos que se encuentran durante el Camino.
Atraviesa ciudades históricas como Portomarín, Palas de Rei, Arzúa y Rúa, y es ideal para aquellos que quieran experimentar por primera vez la esencia del Camino de Santiago.
Por último, y lo más importante, es seguir las señales espirituales, que son la esencia del camino, y que se convierten en verdaderas revelaciones para los peregrinos.
¡Buen Camino!
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