«Cambio climático, migración y cambios laborales», máximas preocupaciones del episcopado europeo

|

El arzobispo de Munich y miembro del C-9, Reinhard Marx, ha sintetizado en la presentación del diálogo «repensando Europa» de la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea los que consideran «retos de la Unión Europea» en la situación actual.

Cambio climático, cambios en el mundo laboral y los movimientos de fuga y las migraciones surgidas de la crisis de refugiados. Estos son los desafíos a los que se enfrenta Europa, según ha señalado el cardenal Reinhard Marx, arzobispo de Munich.

En la presentación del Diálogo “(Re)Thinking Europe. Una contribución cristiana al futuro del proyecto  europeo” organizado en el Vaticano por la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea (COMECE), Marx ha asegurado que la Unión Europea y toda Europa se enfrentan a grandes desafíos ante los cuales se esperan respuestas definitivas o al menos objetivos y perspectivas claros.

El cardenal Marx ha desechado, frente a estos retos, la tendencia a «buscar respuestas en el ayer» de la que son expresión, según ha mantenido el purpurado, «las corrientes populistas y que miran al pasado».

«Pero esta no es nuestra perspectiva: la nuestra no es una mirada retrospectiva que embellece la realidad, sino una mirada lúcida a nuestro presente y, sobre todo, al futuro», ha afirmado Marx, añadiendo que por esa razón el lema del diálogo que se celebra estos días en el Vaticano es «(Re)thinking Europa».

El arzobispo de Munich ha indicado en esta presentación que el contenido y la finalidad de esta reunión en Roma es reavivar el diálogo entre los políticos y los representantes de la Iglesia en Europa y la Unión Europea sobre expectativas, esperanzas y decepciones. «La pregunta principal es: ¿Qué podemos y queremos hacer para vivir juntos en esta Europa y avanzar en el Proyecto Europa?»

A continuación, la intervención de S.E. el cardenal Reinhard Marx

La Unión Europea y toda Europa se enfrentan a grandes desafíos (que no se limitan solo a Europa) ante los cuales los ciudadanos esperan de los políticos y de la política, si no respuestas definitivas, al menos objetivos y perspectivas claros.  Enumeraré solamente algunos de ellos:

• El cambio climático y la consiguiente necesidad de cambiar, a medio plazo,  nuestro estilo de vida no sostenible. Vinculado a ello  también está el problema de los costos del cambio ecológico y su distribución.

• El aumento de los cambios en el mundo del trabajo a través de la digitalización, la tecnología robótica, las relaciones laborales precarias y especialmente el alto desempleo juvenil en los países. Vinculado a ello está la cuestión fundamental del valor del trabajo y la dignidad del hombre.

• Los movimientos de fuga y las migraciones surgidos de la llamada «crisis de los refugiados». Los hombres buscan seguridad y refugio de la guerra y el terror, buscan mejores condiciones de vida y mejores oportunidades que en su tierra natal, que no parece ofrecerles perspectiva alguna. Las causas de estos movimientos migratorios son muchas y hay que buscarlas, entre otras, también en Europa, en nuestro estilo de vida que a menudo va en detrimento de otros. Las soluciones y respuestas sostenibles requieren un examen exhaustivo.

Frente a estos grandes retos se reconoce una tendencia a buscar respuestas en el ayer, en un mal entendido retorno a soluciones probadas, que a menudo es sólo la nostalgia y la transfiguración romántica del pasado.  De ello son también expresión las corrientes populistas y que miran al pasado. Pero esta no es nuestra perspectiva: la nuestra no es una mirada retrospectiva que embellece la realidad, sino una mirada lúcida a nuestro presente y, sobre todo, al futuro. Por esta razón, el lema de nuestro diálogo es «(Re) thinking Europa».

La Unión Europea, el «Proyecto Europa», ha logrado grandes resultados: durante los últimos 60 años ha contribuido fundamentalmente a la paz, la solidaridad, el crecimiento y el progreso en Europa. Al mismo tiempo, muchos ciudadanos de la UE han adoptado una actitud desapegada: la UE parece cada vez  más tecnocrática; por un lado, los ciudadanos esperan todo de «Bruselas» (desde el punto de vista consumista) y están decepcionados si no lo consiguen. Por otro lado, a menudo no esperan nada en absoluto, pero al mismo tiempo no están dispuestos a hacer de este «Proyecto Europa» «su propio proyecto».

Ante estos desafíos y situaciones complejas se plantea el siguiente problema: ¿Cómo puede la contribuir la Iglesia a encontrar respuestas y qué puede hacer? No tenemos respuestas ni soluciones listas y, por otra parte,  no nos dedicamos concretamente a la política. Sin embargo, creemos que es necesario que los ciudadanos de la UE, con sus diferentes experiencias, sus expectativas diferentes y con sus capacidades ricas y diferentes, se vuelven a colocar en el centro del «Proyecto Europa» y puedan  ser sus protagonistas.

Este es también el contenido y la finalidad de esta reunión en Roma: queremos reavivar el diálogo entre los políticos y los representantes de la Iglesia, como entre los representantes de las organizaciones sociales, en Europa y la Unión Europea, sobre las expectativas, las esperanzas, pero también sobre las  decepciones. La pregunta principal es: ¿Qué podemos y queremos hacer para vivir juntos en esta Europa y avanzar en el Proyecto Europa?

De ahí que esta manifestación no sea el «congreso clásico», sino más bien un diálogo después de una discusión introductoria sobre los temas enumerados por el Papa Francisco en su discurso en la concesión del Premio Carlomagno:

• «Integración» (con  las fracturas y rasgaduras dentro y entre los Estados miembros de la UE).

• «Diálogo»  y estado de  nuestras democracias occidentales.

• ‘Capacidad de generar’ (qué forma de modelo económico necesitaremos en el futuro).

Continuaremos el debate en pequeños grupos para escuchar tantas intervenciones como sea posible y contar con la  participación activa de todos.

Estos análisis, ideas y  propuestas se recopilan y discuten posteriormente. Este encuentro en Roma no es  la conclusión de un proceso de reflexión y debate sobre Europa y la UE, sino el principio: continuaremos con el debate en seno a la COMECE y en la Asamblea General, así como seguiremos intensificando aún más el diálogo en diversos niveles – entre la Iglesia (la COMECE) y la política (europea).

Al final de  nuestro encuentro, esperamos del Papa Francisco ánimos y ayuda para proseguir este diálogo con la mirada puesta en el futuro de Europa (y de la Unión Europea). Para continuar con una comparación utilizada por el Papa Francisco: En su primer discurso en Europa frente al Parlamento Europeo, dibujó a Europa como una «abuela» cansada y agotada. ¿Cómo podemos contribuir a que esta «abuela»  agotada – que a pesar de las arrugas de su edad es una persona amable – no se limite a vigilar y defender sólo lo que ha conseguido  sino que pase a las generaciones sucesivas la riqueza de sus experiencias y les anime a emprender el camino hacia el futuro con confianza? Apreciamos enormemente el hecho de que el Papa Francisco  pronunciará ya su quinto discurso sobre Europa y la Unión Europea. Hasta ahora, todos sus discursos han brindado notables puntos para la reflexión, que nos guían en nuestro trabajo en la COMECE y  ofrecen a Europa, en su conjunto, palabras de esperanza y aliento.

Ayuda a Infovaticana a seguir informando

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 caracteres disponibles