El arzobispo de Oviedo y miembro del Comité Ejecutivo de la CEE, Jesús Sanz, valora el comunicado leído por Blázquez y la actitud de ciertos clérigos de Cataluña.
A continuación, algunos extractos de la entrevista publicada hoy por el diario asturiano “La Nueva España” al arzobispo de Oviedo, el franciscano Jesús Sanz Montes.
–“Al César lo que es del César, a Dios lo que es de Dios”. La eventual secesión de Cataluña ¿compete a Dios o al César?
–Es una pregunta parecida a la que hicieron a un cura en Cataluña: si Dios está a favor o en contra de la independencia. En España nos dimos hace 40 años una Carta Magna que es perfectible, pero que fue un verdadero ejercicio de respeto, consenso y concordia. Pusimos por encima lo que nos unía. Pesaban la sombra de conflictos bélicos fratricidas, el aislamiento internacional de España y una pesada gobernanza que condicionaba libertades dictatorialmente.
Ese marco legal de convivencia supuso acercamiento, hacer concesiones, siempre y cuando fueran razonables en aras de una memoria histórica atendible y respetable. Y, sobre todo, no tanto mirando al pasado, sino hacia adelante para construir juntos desde nuestra rica pluralidad un futuro mejor en la paz y en la concordia.
–¿Y ahora?
–Romper este marco de modo unilateral, cizañarlo con la insidia que enfrenta y divide, falsear con la mentira todas sus alternativas trucadas, engañar con vileza a un pueblo para hacerle cómplice de una inconfesada deriva, todo eso no sólo atenta contra el Estado de derecho, no sólo mina la convivencia a tantos niveles, desde el más elemental y doméstico, como son las familias, sino que es profundamente inmoral. Y cuando hablamos de inmoralidad ya no estamos hablando de una cuestión política siempre discutible; no sólo hablamos de los 40 años de democracia en España, con toda la pluralidad de las diferentes regiones que componen esta patria…
–¿Patria?
–Me gusta más la palabra patria que estado, porque el estado puede ser sólido, líquido o gaseoso, o los tres al mismo tiempo si hay alguna explosión. La patria tiene que ver con algo que nos ha permitido engendrar, crecer en un hogar y madurar en familia. Esta patria tiene regiones, es decir, diferentes expresiones culturales, lingüísticas, históricas, que hacen de ella un conjunto, un todo, una suma de fragmentos de la que surge algo bello. Y cuando acertamos a convivir resulta algo hermoso. Es lo que llamamos el bien común. Y no solamente son los 40 años más recientes sino los cinco siglos que nos presiden.
–Esta conclusión no es la que se deriva del comunicado de la Conferencia Episcopal Española, en cuya redacción intervino usted como miembro del comité ejecutivo y de la comisión permanente. Ese documento maneja términos más moderados, más tibios según los críticos, más equidistantes.
–Formo parte del equipo redactor, y no voy a decir aquí cuáles fueron mis aportaciones, cuáles se admitieron y cuáles no se tuvieron en cuenta, porque me debo al respeto de ese secreto. Pero sí puedo aclarar que yo dije más cosas. En ese texto están presentes todos estos conceptos que acabo de enhebrar. Pero era difícil hacer algo entre veinte personas venidas de todos los puntos de España: de la región de España en la que esto está sucediendo, y de las regiones de España en las que estamos bien atentos porque eso tiene que ver con nosotros, y no podemos tener una especie de neutralidad aséptica.
–¿Estaba condenado al fracaso ese documento?
–Hacer un comunicado breve, que no pase de la cara de un folio, en el que tienes que tener en cuenta a los destinatarios de allí y de las otras regiones de España, donde tengas en cuenta comunicados anteriores de los obispos, alguna referencia a un Papa reciente que ha hablado sobre la cuestión…
Cuando tienes que tener en cuenta tantos factores puede salirte una nota que, siendo correcta e incluyente, termina por no entenderse. Cuando he escuchado y leído comentarios acerca de nuestra nota me parecían injustos, porque todos los temas están ahí. Pero se ha dicho de una manera tan quintaesenciada y tan neutral, que al final no ha convencido, no digo que a nadie, pero no ha ayudado a tantas personas. No es que esperaran de nosotros que organizáramos una barricada o que dijéramos “¡a las trincheras!”, pero hemos hablado de una manera tan suave, tan respetuosa, que parece que estamos hablando de otra cosa distinta.
–La apelación al diálogo ha escocido a algunos seguidores de la Iglesia.
–Esa apelación es justa y necesaria, pero no es un diálogo a cualquier precio. Yo dialogo mal con los que mienten, con los que se corrompen, con los que malversan lo que es de todos para el beneficio propio, ya sea privado o de partido. Yo dialogo mal con aquéllos que hacen de la infancia y la juventud un proyecto a quince o veinte años, como se ha hecho, para transformar a una generación…
Porque esto que está sucediendo ahora se empezó a trabajar hace años a través de una educación que tenía este cometido: utilizar la inocencia y vulnerabilidad, la maleabilidad, de niños y jóvenes para que ahora pudieran dar esa batalla. Cuando mientes, te corrompes, malmetes, insidias, engañas a un pueblo con alternativas trucadas, y eso está demostrado en tantas intervenciones y en tantos debates que se han puesto en marcha; si toda tu alternativa y tu legítima aspiración a la independencia está basada en este paquete de trufas, entiendo que aquí hay un delito tan grave que es inmoral; y esta inmoralidad es la que la Iglesia debe denunciar, cosa que no se deriva de modo directo de la nota de la comisión permanente de los obispos. Hay que interpretarla y, cuando practicas la exégesis con este texto, claro que llegas a estas conclusiones, pero haciendo tanto esfuerzo que casi ninguno ha llegado.
–La Iglesia católica es, por definición, universal. ¿Tiene patria la Iglesia? ¿Tiene nación, ya sea española, catalana o asturiana?
–En absoluto. La Iglesia es lo que hemos expresado en la gesta misionera de nuestros dos mil años de historia. Nosotros tenemos como patria y como nación el mundo entero. Allí donde hay personas que buscan, que se preguntan, que sufren, que son atacadas, que se les cercena la esperanza, que injustamente malviven, que están enfrentadas entre sí… ahí es donde debemos hacer llegar el mensaje del Evangelio que suene a buena noticia y que encienda en ellos la esperanza. Y eso no tiene fronteras, para eso no pedimos pasaporte.
Cuando hay una exclusión, cuando pones fronteras desde el púlpito y estableces un derecho de admisión, sencillamente eso termina siendo una praxis no cristiana, sino sectaria, de secta, o politiquera, de formación particular.
–Quizá esos mismos piensen que un mensaje como el que usted preconiza encierra una especie de nacionalismo español.
–No, porque yo hago referencia al esfuerzo que hemos hecho personas desiguales, distintas, que no hacemos de nuestras diferencias un arma arrojadiza, sino algo que nos enriquece, algo que suma para ser mejores. El otro no es un rival al que hay que abatir y excluir, sino un hermano al que hay que acoger sabiendo que me trae dones y regalos, como yo también abro los míos para él. A eso no lo llamo nacionalismo de otra sigla, sino que sencillamente apelo a lo que nos ha unido durante 40 años, regulado por una Constitución, a eso que nos ha unido a través de los avatares de 500 años. Eso no es parapetarnos en una trinchera opuesta para decir que desde mi nacionalismo denuesto el tuyo.
Ése no es el mensaje que hemos dado.
–Se han pronunciado unos 350 sacerdotes catalanes, la Conferencia Episcopal, algunos obispos de manera más individual… ¿A qué debe atenerse un católico?
–La Iglesia no solamente tiene un discurso espiritual, no solo ha generado un Derecho, no sólo ha puesto en marcha todas las artes para pasear esa buena noticia; la Iglesia también tiene un discurso social. La doctrina social de la Iglesia recoge el compromiso de construir, con todo el respeto, una sociedad desde una perspectiva cristiana.
–¿Piensa usted que sería capaz de mantener este mismo discurso si fuera arzobispo de Barcelona u obispo de Lleida?
–Intento ser coherente y, por lo tanto, no acomodaticio. No me imagino en ese escenario (risas).
He toreado en varias plazas, y espero que ahora no me digan cómo es que un franciscano pone ejemplos taurinos… (risas). En todos los lugares en los que he tenido que expresar mi parecer, personal o como pastor de la Iglesia, he tenido la libertad de exponerlo y defenderlo.
Porque entiendo que esa libertad es propia de quien no teme los desprecios y no busca los aplausos. Cuando tú no buscas premios ni medrar, y cuando no temes el desprecio o el arrinconamiento, eres libre para decir lo que en conciencia piensas. Por tanto, llegado el caso de decir esto mismo en cualquier diócesis catalana, yo diría lo mismo. Es un buen anuncio para el señor Nuncio, para que no me manden allí (risas).
–Desde luego, parece que de alguna manera está privándose usted mismo de un posible itinerario de ascenso.
–Bueno, no sería en cualquier caso un ascenso, porque estando en Asturias cualquier otro destino sería bajar, y mucho (risas).
–¿Qué opina el Papa sobre esta cuestión?
–El Papa no entra en el pormenor de los conflictos internos de las naciones, o entre nación y nación. El Papa invita, como no puede ser menos, a un diálogo. En nuestra nota hacemos alusión a un texto del Papa Francisco de la exhortación apostólica “Evangelii Gaudium”. Fíjese que yo también aporté, y me hubiera gustado que se reflejara, el texto de la Conferencia Episcopal que más ilumina, a mi modo de ver, toda esta cuestión. Es un célebre documento del año 2006 que fue largamente trabajado y que se titulaba “Orientaciones morales ante la situación actual de España”. Fue una instrucción pastoral; no es una nota de un folio, sino todo un documento que en los números 70 a 76 aborda directamente esta cuestión. Y en ese puñado de números, mucho más que en la nota del otro día, mucho más que en notas particulares que han hecho mis hermanos catalanes llamando a la moderación, al diálogo…
–Disculpe que le interrumpa. ¿Comprende a sus hermanos los obispos catalanes?
–Evidentemente que les comprendo. Yo no diría eso nada más. Diría también eso, pero diría mucho más. En Cataluña hay personas independentistas cuya aspiración es legítima mientras no rompan las normas comunes, el Estado de derecho, la legalidad vigente…
Si eso no lo rompes, claro que es legítimo que aspires y pienses lo que en conciencia tengas a bien. Pero no puedes, como acabo de decir, aspirar a eso mintiendo, robando, insidiando, malversando, educando con ideología… porque entonces las reglas se han roto. Tú puedes decir: “Yo quisiera una Cataluña sin España”. Perfecto, pero puesto que aspiras a eso tienes que aceptar que haya españoles que quieran una España con Cataluña. Incluso catalanes que, frente a lo que tú dices, se imaginan también una Cataluña no separada de España.
–¿Comete un pecado un catalán que defiende el separatismo?
–No, pecado no, porque es legítimo entenderte separado; eso no es ningún pecado. Tú te entiendes con una lengua y un territorio que a ti te gustaría, que incluso defenderías justamente… eso no es un pecado, es una opción política.
Pero si eso lo defiendes con mentiras, con violencia, con insidia, con corrupción, con malversación, eso es lo inmoral, eso sí es pecado.
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Muy bien. Se nota que es ESPAÑOL de pura cepa.Y Arzobispo del Principado.
Nadie debe olvidar, y menos los catalanes; que España es Asturias; lo demás Tierra conquistada.
Esta entrevista debería acompañar el texto emanado por la Conferencia Episcopal
¡Cómo nos gustaría a los católicos españoles que otros obispos se desmarquen también de la infamia de la Permanente de CEE! Pero unos por asentimiento, otros por incuria y más de uno por miedo a perder expectativas que dependen de Francisco, muñidor de la nota de Omella y Cía, no lo harán. Y, digan lo que digan, la X de la Renta se resentirá, porque la Iglesia no es una ONG gorda, sino una comunidad de salvación que tiene, consecuentemente, actividades benéficas importantes; mas lo nuclear es el Evangelio, no los comedores de Cáritas.
Lo que es una vergüenza y de un cinismo criminal es decir que el Papa no se esta entrometiendo en asuntos de estado , haciendo de DIOS y CESAR al mismo tiempo cuando impone un » DIALOGO»
¿ Quien es el PAPA apara recomen dar o dar prioridad a una opción sobre cualquier otra? ¿ Quien es el Papa para juzgar? ¿ Quien es la iglesia para decidir o recomendar nada, cuando han sido cómplices del adoctrinamiento fascistas de los niños catalanes y vascos, cuando han sido no solo cómplices sino defensores de los asesinatos de ETA?
Una Iglesia que esta en todos los posibles bandos, haciendo ceder a unos en beneficio de los otros a su criterio absolutista y totalitario?
De manera que los obispos catalanes son secesionistas , para ello han inventado una nación ( Que por ejemplo no inventan en Francia) y los obispos » españoles» recomiendan ceder ante la creación de la iglesia «catalana» , o en su caso de la vasca, donde la implicación en el ecumenismo del odio a España ha sido mas evidente asesino y brutal, ¿ Pues nos explica la Iglesia católica que eso que llaman «EUSKADI» sino el delirio aberrante que ha generado miles de muertos en España?
Así vemos que lo que pasa en España es totalmente inducido por la Iglesia católica que ahora nos impone un «diálogo» sobre aberraciones que ella misma ha construido por medio de la predica del odio.
Y ahora nos vienen con que dialoguemos con el odio que ella ha causado y fomentado contra España, en una intolerable intromisión que revela de nuevo su verdadero carácter. La Iglesia es pues CESAR y DIOS al mismo tiempo, una aberración criminal y anticristiana. Una iglesia del Poder, un imperio universal. Es lo opuesto a Jesucristo
Lo que es pecado es aportar dinero a 13tv para fomentar el odio a Catalunya
Es decir señores obispos.
Es entonces la iglesia la que IMPONE que los españoles no podamos defendernos de unos golpistas con los cuales ustedes se alinean, con herramientas legales que están en la constitución. Mientras nos imponen una negociación y un diálogo con el odio que ha propiciado ese golpismo que ustedes avalan y apoyan contra España.
Los españoles no podemos defendernos con el 155. solo podemos » negociar» con los golpistas, es decir » un dialogo» con el odio que satisfaga al odio.
La iglesia pues ha decidido crear Cataluña como » nación» y obligar a los españoles a aceptar esa aberración que no impone a los franceses con respecto a Bretaña, Alsacia, Borgoña, Córcega, o las propias cataluñas y provincias vascas francesas ( que por lo visto allí no son nación en España si)
¿ Cabe mayor oposición a Jesucristo que el de la Iglesia romana mundial?
Si Sanz Montes no estaba de acuerdo con el la nota difundida por la Conferencia Episcopal Española lo tenía bien fácil: al igual que ocurre con los magistrados, debía de haber emitido un «voto particular» dejando bien claro que él no era partidario de cuanto se recogía en ese texto.
Lucas.
Si, naturalmente ese es el objetivo, eliminar el único instrumento de la iglesia que reconoce el carácter nacional de España. Las conferencias episcopales naZionalistas catalana y vasca que dicen que no existen pero existen ni cargan contra ellas ni las critican y menos a la imposición de obispos naZionalistas catalanes y vascos en las diócesis catalanas y vascas españolas pero no en las francesas.
Esta usted siendo utilizado por el mismo poder que ingenuamente pretende combatir.
Espero que en este país no vuelvan esos a los que ahora apoyan estos curitas en Cataluña a matar curas como hicieron antes y a quemar iglesias pues le va a defender Rita la Cantaora.
La misión pastoral al carajo por un puñado de curas, y una dirección de la iglesia en España cobarde ,y transformada, que parece que lo apoya con su silencio y es un principio para cerrarla en Españ, y lo malo es que lo van a conseguir pues como yo conozco muchos que me dicen «nunca lo hubiese pensado pero si siguen así me borro de esta Iglesia»
Y el Vaticano? Mejor callar? O es que en la cúpula se comparte esta situación de los caritas independentistas.
Lo que le pase a la iglesia a partir de esta situación se lo habrá ganado a pulso.
Así y todo no le deseo el mal a nadie por lo que ,suerte.
chus: Aunque te expresas de forma vehemente, lo que comentas tiene bastante sentido y comparto muchas de tus reflexiones. Es difícil y complicado separar lo social de lo político, por lo imbricado de sus génesis y consecuencias.
Con todo respeto al Sr. Arzbispo, lo que dice acerca de la Tra(ns)ición me parece bastante discutible. Y me pregunto si el perjurio ha dejado de ser pecado o si es que habido «rebajas» desde la Tra(ns)ición para acá.
En lo que se refiere a la denuncia del Arzobispo en relación a la educación, eso debería haberlo dicho hace décadas. Ahora llega un poco tarde… Quiero pensar que más vale tarde que nunca…
Respecto a que el separatismo ·per se» no es pecado y que es sólo una opción política, me llama la atención, teniendo en cuenta que el Cuarto Mandamiento de la Ley de Dios ordena amar a la Patria. Querer romper con la Patria propia y con los compatriotas no me parece que sea una mera opción política, sin connotaciones morales, la verdad.
Finalmente, las palabras del Arzobispo sobre el uso de la mentira para fomentar la secesión me parecen impecables y se las agradezco mucho.
El entrevistado se manifiesta con la luz propia del evangelio. De todas formas pone en evidencia a todos aquellos curas que, conociendo los insidias y las mentiras, actúan como verdaderos pecadores y más al ser pastores de rebaño. ¿No se tiene en cuenta el daño que se hace al no desautorizarlos tajantemente? ¿Tienen que seguir utilizando los púlpitos para propagar el pecado? Que difícil ponen el ser cristiano dando ejemplo tan distinto al que debería dar un verdadero pastor de Cristo. Definitivamente no le defienden a El sino al mantenimiento de sus cargos y la búsqueda de su ascenso político.
¿Pesada gobernanza que condicionaba libertades dictatorialmente?. Si , es verdad, no existía la libertad de abortar, ni la libertad de corromper a los niños con una educación inadecuada, ni la libertad para robar, ni la de mentir por todo y en todo, ni la libertad de calumniar y difamar, ni la libertad de sentir miedo porque la justicia a los delincuentes los introdujera por una puerta y al día siguiente los sacara por la otra, ni la libertad de entes diversos para amargarnos la vida. Pero teníamos otras libertades: teníamos la libertad de salir a la calle sin miedo a cualquier hora del día o de la noche, la libertad de abrir la puerta de nuestra casa a quien llamara a ella sin pensar que pudiera ser un asesino, la libertad de vivir en una sociedad sana, no enferma como la actual, la libertad de acudir a la Universidad que era muy barata porque la subvencionaba el Estado y elegir la carrera que vocacionalmente queríamos estudiar, la libertad de no pagar impuestos prácticamente por nada, la libertad de poder elegir con facilidad el bien y el camino correcto, porque no existía un sistema específicamente diseñado para corrompernos moralmente y destruir los valores cristianos de la sociedad y alejarnos de Dios, y finalmente teníamos la libertad de poder elegir ser felices sin que mecanismos institucionales varios se dedicaran a amargarnos todos los días de nuestra vida.
Maria R.
La dictadura franquista y su carencia de libertad, su imposición católica y su alimento del supremacismo catalán y vasco a costa del resto de España y de los españoles es tan solo una de las manifestaciones del poder que ROMA siempre ha tenido en España. Tan dictadura católica fue el franquismo como lo es la actual transición en la que tampoco hay libertades reales.
Los españoles quedamos sin la mas mínima representación de nuestros intereses en uno y otro régimen político, lo cual es patente en el caso que se trata: el pruses y la » solución» que decide la iglesia y que , como ve se apresuran a convertir en realidad todas las fuerzas políticas de España sin s distinción de izquierdas y derechas.
Eso Maria R, no es libertad ni el mas mínimo respeto por lo que deciden los españoles es la imposición de lo que decide la Iglesia católica en uno y otro régimen político.
Lo mismo puede decirse al respecto del reparto de la riqueza, la influencia y la soberanía, como vemos en uno y otro casos totalmente volcados hacia la satisfacción de las oligarquías catalana y vasca ( al parecer mas hijas de Dios que el propio Jesucristo)
No es defendible el franquismo como tampoco el actual régimen político impulsado el uno como excusa del otro (tesis y antítesis) en los que en ningún caso la decisión y la soberanía de los españoles, es respetada ni por los agentes políticos ni por la iglesia católica que los impone.
La iglesia nos ha mostrado su verdadera naturaleza , al hilo de las imposiciones del prusés en particular esa de ese supuesto » diálogo» que solo viene a ser la imposición de «su monologo», una iglesia que no deja lugar a Dios ni que Dios se manifieste en el mundo o que ordene el mundo, sino que siempre ha sido ella la que se ha arrogado tal poder ordenador negando así la voluntad de Dios manifestarse en el universo.
Nova
¿ Le parece » moral» el separatismo vasco , la ETA nacida en los seminarios católicos vascos , la predica sabiniana – católico el- del odio sostenida por la iglesia vasca , los asesinatos de esa ETA vasca para conseguir una separación política?
¿ Y le parece Inmoral un divorcio legal?
¡ En donde queda la moralidad católica? ¿ Vería usted con buenos ojos a l un sacerdote conminado al marido a la mujer a dañar la relación con c violencia con tal de lograr una » separación» reconocida y legal ?
¿ No esta viendo que la Iglesia católica vasca con el silencio cómplice del resto de la jerarquía católica ha separado lo que Dios había unido a lo largo de la historia?
Ignoren a Chus . Es monotemático obsesivo y previsible. ¿Habrá hecho algo bien alguna vez la iglesia católica española? Seguramente ahora nos cuenta muchas cosas buenas , pero yo en ninguna de sus intervenciones que he leido hasta ahora lo ha hecho.
Desde este mismo momento elimino para próximas declaraciones de la Renta o IRPF marcar la casilla para la iglesia Catolica por el comportamiento indigno de algunos obispos y sacerdotes independentistas. Dedíquense a Evangelizar con el ejemplo.
Como Cristiano me avergüenzo que sacerdotes (catalanes ) no hayan entendido una palabra del mensaje de Jesús: Humanismo siempre ,tribalismo nunca.
Es cierto que ETA se formò en las sacristias de las parroquias vascas y gozaron de la
simpatia y proteccion del clero vasco que era totalmente separatista . Lo mismo sucede
en Cataluña donde vemos que el clero es SEPARATISTA y hacen propaganda de una
maravillosa independencia en sus Iglesias incluido Montserrat donde piden la proteccion divina para llevar a cabo todo lo planeado .
ME HA APORTADO MAS ORIENTACION CRISTIANA ESTA ENTREVISTA QUE LA NOTA DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL.
GRACIAS.
Cristianismo es Humanismo.Crear fronteras hacia afuera;y aún peor hacia dentro de Cataluña ( en este caso) es vergüenza para nuestra Iglesia.