En una entrevista con el portal One Peter Five, el filósofo austriaco Josef Seifert, cuyos artículos sobre Amoris Laetitia han sido recientemente reprobados por el Arzobispado de Granada, expone los motivos de su preocupación por algunas afirmaciones de la exhortación apostólica postsinodal.
(Maike Hickson / One Peter Five)– A la luz del reciente ensayo de Josef Seifert, que examina algunas de las peligrosas consecuencias lógicas de Amoris Laetitia -un ensayo por el cual fue despedido de su cargo docente por el arzobispo de Granada- el doctor Maike Hickson de 1P5 se dirigió al filósofo austriaco para realizarle algunas preguntas adicionales no sólo sobre la exhortación post-sinodal que ha generado tanta controversia sino sobre el estado de la enseñanza moral y la praxis en la Iglesia a su paso.
Maike Hickson (MH): Hace un año, en agosto de 2016 -después de la publicación de Amoris Laetitia- publicó un ensayo en el que usted criticó cortesmente este documento papal y le pidió al Papa que hiciera correcciones de algunos errores o incluso a veces declaraciones «objetivamente heréticas». ¿Cuál es la razón por la que ahora una vez más levanta la voz con un nuevo ensayo sobre este tema de Amoris Laetitia?
Josef Seifert (JS): Después de publicar mi artículo, un gran número de acontecimientos ocurrieron: mi buen amigo Rocco Buttiglione y mi ex alumno Rodrigo Guerra defendieron a Amoris Laetitia (AL) ferozmente contra todas mis objeciones y escribí muchos correos electrónicos y algunas respuestas aun inéditas a ellos. Un grupo de teólogos y filósofos acusó al Papa dos veces por una gran serie de herejías y otros errores que atribuyeron a la AL, y entraron en detalles para demostrar las razones por las que pedían al Papa Francisco que retractara estos errores. Me pidieron que firmara su carta, pero no lo hice por una variedad de razones. El arzobispo de Granada me suspendió el permiso de enseñar a sus seminaristas a causa de mi primer artículo. El arzobispo de Vaduz del Principado de Liechtenstein, me felicitó por este artículo y me agradeció el tremendo servicio prestado a la Iglesia que vio en él. Los cuatro Cardenales expresaron su dubia (todavía sin respuesta). Por lo tanto, tenía muchas nuevas razones para pensar en AL y sobre mi artículo anterior que había enviado primero como una carta personal (hasta ahora nunca contestada ni reconocida) al Papa Francisco.
Sin embargo, la causa inmediata de mi segundo artículo fue mi lectura sobre una comisión convocada por el Papa Francisco, supuestamente para revisar Humanae Vitae (HV) y para adaptarlo a AL. Por otra parte, escribí al profesor Buttiglione, un querido amigo que tomó una visión muy diferente de AL de la mía, que temía que también HV y Evangelium Vitae caerían presa de la misma línea de pensamiento expresado en AL. Aumentó mi miedo y mi sensación de alarma por esto, respondiendo que por supuesto en relación a Humanae Vitae y Evangelium Vitae el mismo discernimiento y los mismos principios tendrían que ser aplicados como se declaran en AL sobre asuntos de matrimonio. Esto me sacudió profundamente. (Yo había escrito muchos artículos para defender también filosóficamente Humanae Vitae y Veritatis Splendor, y el pensamiento de que todas estas verdaderas doctrinas serían revocadas, relativizadas o socavadas simplemente aplicando la lógica a la observación citada de AL, me inquietaban profundamente).
Por todas estas razones, medité nuevamente las mismas preguntas y pensé haber encontrado una causa de preocupación mucho más grande que las que había expresado en mi artículo anterior.
Por lo tanto, decidí escribir un artículo nuevo e incomparablemente más corto que se limitaba a una sola afirmación en AL y que no había considerado suficientemente en mi primer artículo. Esta sola afirmación me impactó profundamente porque parecía probar que los cambios de la enseñanza moral en AL potencialmente fueron mucho, mucho más lejos que cualquiera en el debate actual (incluido el Papa y yo) mucho más de lo que había considerado alguna vez, todo se fijó primero, por así decirlo, sobre la admisión de los adúlteros y homosexuales no arrepentidos a los sacramentos. Tenía, por decirlo así, una visión de una inmensa amenaza escondida en este texto, para toda la enseñanza moral de la Iglesia. Por lo tanto, me pareció mi estricta obligación para servir bien al Papa y a la Iglesia, plantear la pesada cuestión que mi nuevo artículo plantea, sin contestarla, sino ponerla de manera tan clara que el Papa y cualquier otro otro lector pudieran responder correctamente ellos mismos. Me sentí obligado a escribir esto, para evitar una bomba atómica moral-teológica destructiva que pudiera desmoronar toda la enseñanza moral de la Iglesia. Por lo tanto, tuve la intención, al plantear esta cuestión con la mayor claridad posible, proporcionar una ayuda al Magisterio del Papa Francisco para evitar tal daño.
Porque las consecuencias lógicas y potenciales de esta afirmación que vi en mi visión interior fueron tan terribles, y porque sentí al mismo tiempo impropio acusar al Papa de un grave error (que fue una de mis razones para abstenerme de dar mi firma a la acusación formal de herejías del Papa, dos grupos de teólogos me habían pedido que firmara), y porque sólo el propio Papa, y posiblemente el Colegio de Cardenales, o un Consejo, podrían corregir esta afirmación y evitar el dibujo en la praxis de sus consecuencias lógicas, formulé mi artículo como una cuestión importante, y como una serie de preguntas que se derivan de la pura lógica aplicada a la mencionada afirmación y la pregunta.
MH: ¿Presentaría aquí para nuestros lectores su principal preocupación con Amoris Laetitia?
JS: Mi principal preocupación es expuesta en mi segundo artículo. Si nuestra conciencia puede saber (no cuando opina falsamente) que Dios quiere que cometamos en una cierta situación actos intrínsecamente malos, adúlteros o actos homosexuales, entonces, por lógica pura, se deben sacar las consecuencias de que lo mismo se aplica a la anticoncepción, al aborto y a todos los demás actos que la Iglesia y los mandamientos divinos excluyeron «absolutamente». Esta es exactamente la posición y éstas son exactamente las consecuencias de la llamada «ética puramente teleológica» que el teólogo jesuita Josef Fuchs y muchos otros defendieron hace años, antes y después de Humanae Vitae, y que investigé y traté de refutar en un gran cantidad de artículos y un gran libro alemán inédito. El Papa Juan Pablo II condenó clara y definitivamente este error de Fuchs y otros y lo hizo solemnemente en la Veritatis Splendor y en Evangelium Vitae, aclarando así la perenne enseñanza moral de los Evangelios y de la Iglesia. En esta última encíclica, el Papa Juan Pablo II invoca la autoridad de San Pedro (EV 68) y declara (creo dogmáticamente) que desde el primer momento de la concepción cada niño merece el pleno respeto de una persona y por lo tanto el aborto es siempre y intrínsecamente un acto gravemente inmoral.
Así, sentí un profundo sufrimiento personal. Pues mi impresión era que ahora todo el edificio de la ética absoluta (ya enseñada antes de Cristo por Sócrates y Cicerón) del Antiguo y Nuevo Testamento y de la Iglesia podía empezar a desmoronarse simplemente aplicando la lógica a esta afirmación.
Antes, en mi primer escrito, también expresé muchas otras preocupaciones:
Que toda la distinción por el discernimiento entre los buenos y los malos adúlteros, donde el primero, aunque no arrepentido, pudiera ser admitido a los sacramentos, mientras que sólo los últimos tendrían que ser excluidos, presenta una totalmente imposible tarea de discernimiento a un sacerdote entre buenos y malos pecadores graves (como muy bien afirmó la Conferencia Episcopal Polaca).
El largo texto de AL propone la admisión de parejas a los sacramentos, que objetivamente hablando viven en pecado grave, pero no menciona con un una sola palabra el peligro de la blasfemia y el sacrilegio, contra el cual el apóstol Pablo nos advierte en los términos más fuertes, diciendo que nos arriesgamos a «comer y beber el juicio divino sobre nosotros» si recibimos la Sagrada Comunión en un estado de grave pecado.
AL declara que «nadie (incluyendo ningún adúltero) será condenado para siempre», lo cual parece negar el infierno y está directamente en conflicto con las palabras de San Pablo que ningún adúltero no arrepentido irá a el cielo y así todos serán condenados para siempre si no se convierten.
Que algunos cristianos no tienen la fuerza para cumplir los mandamientos divinos (con la ayuda de los sacramentos y la gracia de Dios), que fue una de las principales herejías de Lutero condenada por el Concilio de Trento.
Todavía tengo todas estas y otras preocupaciones acerca de AL, pero quería a) formular en el segundo artículo sólo un punto que me parece el verdadero «quid» de AL, y b) hacer algunas preguntas lógicas al Papa y otros lectores, de las cuales no veo cómo podrían ser respondidos de forma negativa. Sin embargo, si se les responde afirmativamente, esta única afirmación de AL conduciría, por pura lógica, a la destrucción de toda la enseñanza moral de la Iglesia y, por lo tanto, debería ser revocada, lo cual imploro (condicionalmente) al Papa que lo haga.
Condicionalmente suplico al Papa con toda caridad y amor, si él también debía responder a las preguntas lógicas que le planteo con un rotundo «Sí», revocar al menos esta única oración de AL y no hacerla el fundamento de una reforma moral-teológica de la Iglesia. Ciertamente, el Papa no mantendrá una afirmación, si da origen, por su propia respuesta afirmativa a la cuestión de mi artículo, a la destrucción de la roca de la enseñanza moral católica, y de la ética natural también (como enseñan Sócrates y Cicerón).
MH: ¿Piensa usted que todavía queda alguna duda sobre si el Papa Francisco tiene la intención de permitir que algunos divorciados «casados de nuevo» tengan acceso a los Sacramentos? ¿Cuáles son para usted los argumentos más fuertes para su posición?
JS: ¡No hay dudas sobre eso! También los defensores muy alabados de AL, como Rocco Buttiglione, el Cardenal Blasé Cupich y el Cardenal Christoph Schönborn ven esto claramente y elogian a AL por ello. A diferencia de mí, y de muchos otros, sin embargo, toman esta admisión a los sacramentos de pecadores no arrepentidos como un fruto de la misericordia y de una legítima consideración pastoral del Papa Francisco. Además, creen que la AL, que admite a los adúlteros no arrepentidos, a los homosexuales y a otras parejas en «situaciones irregulares» a los sacramentos, no contradice a Veritatis Splendor, ni a Familaris Consortio 84 que excluye esto al referirse al Evangelio. Su razonamiento es así: si estas parejas fueron capaces de entender que lo que están haciendo está gravemente mal, y tuvieron la fuerza del libre albedrío que el Papa Juan Pablo II asume, no podrían ser admitidos a los sacramentos, como el santo Papa enseñó. Pero si estos pecadores no cumplen con estas dos condiciones subjetivas necesarias de un pecado mortal (y Buttiglione, con el Papa, piensa que posiblemente la mayoría de los hombres y mujeres contemporáneos carecen de una o ambas condiciones de pecado mortal), deben ser admitidos a la sacramentos, como el Papa Francisco enseña en AL.
Así, según esta interpretación, ambos Papas tienen razón y no se contradicen. De esto se ve que también estos defensores de AL están de acuerdo en que AL en realidad se propone admitir a los adúlteros no arrepentidos y a otros pecadores, después de un debido discernimiento, a los sacramentos. (Los obispos filipinos, en su primera respuesta a AL, hicieron una invitación a los sacramentos dirigidos a todas esas parejas, sin discernimiento e inmediatamente.) Además, el Cardenal Schönborn y el Padre Antonio Spadaro, SJ llegaron a decir que AL eliminó cualquier distinción entre parejas irregulares y regulares.
Además, la propia alabanza del Papa a los obispos de Buenos Aires, en el sentido de que su interpretación de AL, que admite a los adúlteros no arrepentidos y otras parejas, después del discernimiento, a los sacramentos, era «la única lectura correcta de AL», confirma esto. Lo mismo se aplica a su alabanza de la interpretación mucho más liberal de AL de los obispos de Malta que se basa en presuposiciones de la ética de la situación radical. Estas y muchas otras palabras y actos del Papa Francisco demuestran que tu pregunta tiene que ser respondida afirmativamente, aunque el Cardenal Gerhard Müller o Mons. Livio Melina adoptasen la interpretación de que AL no había cambiado la disciplina sacramental.
Sin embargo, al mismo tiempo, el Papa aceptó la posición de la Conferencia Episcopal Polaca y de la Conferencia Episcopal de Alberta en Canadá, que continúan siguiendo Familiaris Consortio y rechazan cualquier cambio de la disciplina sacramental. El Papa Francisco aceptó el rechazo unánime de los obispos polacos a cambiar las reglas que FC había expuesto al afirmar que el Magisterio no debe tener una sola enseñanza sobre tales asuntos y puede tolerar la diversidad cultural y nacional de las «tradiciones morales». Hay una preocupación generalizada en la Iglesia de que esto añade un relativismo histórico y cultural a los otros problemas de AL. Pues ciertamente parece inaceptable que lo que en Polonia constituye un pecado grave y excluye al pecador no arrepentido de la Sagrada Comunión y de la confesión, no tiene ninguno de estos efectos cuando el adúltero cruza la frontera alemana y va a la comunión y a la confesión en Alemania, al oeste del ex sacerdote polaco, que se niega a concederle la absolución y admitirlo en la Santa Comunión.
MH: En su ensayo de 2016, usted dijo que Amoris Laetitia podría causar «una avalancha de consecuencias muy destructivas para la Iglesia y para las almas». Un año después, ¿ve usted las consecuencias destructivas ya en desarrollo?
JS: Si sólo uno o algunos, y mucho menos la mayoría, de las muchas parejas en «situaciones irregulares», que ahora reciben los sacramentos, cometen un sacrilegio y un pecado grave, obviamente las consecuencias espirituales destructivas de AL ocurren, y las palabras de Cristo a un vidente en Granada son verdaderas, según las cuales estas «doctrinas falsamente erróneas» («falsísimas doctrinas» ) llevan muchas almas al infierno.
Además, se causan graves daños a las almas, si ahora algunos seminaristas no quieren ser sacerdotes, porque se ven obligados, contra su conciencia, a dar los sacramentos a los católicos que se casaron de nuevo y cuyo matrimonio no ha sido declarado nulo por la Iglesia. Se les dice que las puertas del seminario están abiertas. Si no quieren aceptar esto, deben irse. Así, muchos de los mejores futuros sacerdotes se van y no hacen su trabajo sano para las almas. Los sacerdotes son alentados o incluso mandados por sus obispos a actuar en contra de su propia conciencia, algunos son amenazados con ser despedidos de sus parroquias, si siguen su conciencia. Los obispos oprimen a los sacerdotes que respetan la tradición de la Iglesia y la enseñanza expresada en Familiaris Consortio por el Papa Juan Pablo II. Algunos sacerdotes, que viven en contra de las enseñanzas de la Iglesia, se sienten alentados a recibir los sacramentos y a celebrar la misa, profesando una falta de libre albedrío para abstenerse de actos homosexuales o relaciones sexuales con las mujeres. Una gran confusión reina: muchos pierden su fe en la Iglesia que experimentaron como la roca de la verdad, y ahora la ven como una Babel de confusión, etc.
MH: En su nuevo ensayo de 2017, se pregunta si Amoris Laetitia «afirma claramente que estos actos intrínsecamente desordenados y gravemente pecaminosos […] pueden ser permitidos, o incluso objetivamente ser ordenados por Dios y usted dice que, si este es el caso, estamos frente a una» bomba atómica teológica» ¿podría explicarnos esta expresión?
JS: Si esto es así, lo que AL dice en el texto que analizo, es decir, si Dios en algunos casos, o en sólo un caso, puede querer que nosotros, en nuestra situación concreta, cometamos un acto intrínseca malo como los actos homosexuales o el adulterio, no hay una razón lógicamente razonable para no aplicar esto a la anticoncepción, al aborto, a la venganza de la sangre, a las mentiras, a los engaños, etc. Puedes ciertamente no fallar al aplicar los mismos principios de toda la verdad para una clase de actos intrínsecamente malos, a cualquier acto intrínsecamente incorrecto. También puedes negar simplemente que este acto, o cualquier acto humano, sea intrínsecamente desordenado y malo.
Sin embargo, toda la ley y los profetas, la enseñanza moral completa de la Iglesia, depende del reconocimiento de muchos de estos actos que no deben ser cometidos nunca y en ninguna parte. Por lo tanto, si se extrae una consecuencia puramente lógica de esta afirmación de AL, esta declaración provoca una avalancha de consecuencias y es una bomba atómica espiritual que destruye el maravilloso edificio de la Enseñanza Moral Católica (y de la ética natural).
MH: En este contexto de los «actos intrínsecamente desordenados y objetivamente gravemente pecaminosos», usted mismo menciona explícitamente no sólo las parejas divorciadas y «vueltas a casar», sino también las uniones homosexuales. ¿Crees que el término «parejas irregulares» usado por Amoris Laetitia pretende ser aplicado de manera más inclusiva también a las parejas homosexuales?
JS: Lo hace claramente, y muchas otras declaraciones del Papa y de las Conferencias Episcopales, como las de Filipinas lo hace claramente.
MH: En el contexto de las leyes morales absolutas que ahora parecen ser socavadas en esta discusión actual, usted mismos evoca el tema de Humanae Vitae y un posible reexamen futuro de su enseñanza sobre la anticoncepción. ¿Tiene usted usted mismo información concreta sobre esta recién formada comisión vaticana? ¿Alguno de sus miembros para usted ya es un indicador de la dirección del trabajo de la comisión?
JS: Ha aparecido un gran número de artículos y blogs, de fuentes confiables y bien informadas, que han confirmado este aviso. Sin embargo, incluso sin confiar en éstos, la lógica pura nos dice: Si algunos adúlteros no arrepentidos pueden ser admitidos a los sacramentos y si su adulterio puede «ser lo que Dios quiere que hagan en la complejidad de su situación», ¿cómo puede excluir, por el mismo razonamiento, que algunas parejas, que practican la anticoncepción, también deberían ser admitidas a los sacramentos? ¿O que incluso Dios, en la complejidad de su situación concreta, quiere que utilicen la anticoncepción y la esterilización, en lugar de la abstinencia temporal, porque esta abstinencia puede llevar a un esposo o esposa a cometer peores pecados?
MH: Usted ha añadido a su nuevo ensayo que usted mismo había sido «elegido por el Papa Juan Pablo II como miembro ordinario de la Pontificia Academia para la Vida» (un encargo que terminó con la destitución de todos los miembros del PAV por el Papa Francisco en 2016 y el fracaso de ser reelegido como miembro de una PAV profundamente cambiada en 2017.) «¿Podría explicarnos estas palabras? ¿Significa esto que usted ha sido removido del PAV a pesar de que usted fue designado (por Juan Pablo II) como miembro vitalicio del PAV?
JS: De acuerdo con los estatutos del PAV, todos los miembros ordinarios eran miembros de por vida. El Papa Francisco ha cambiado primero la constitución del PAV. Por lo tanto, ahora el período máximo de mandato como miembro ordinario en el PAV es de cinco años. En segundo lugar, el Papa Francisco ha despedido a todos los miembros actuales de la PAV y ha cancelado la Asamblea General en 2016 como estaba previsto antes. En tercer lugar, ha nombrado algunos nuevos y ha reintegrado a algunos de los antiguos miembros del PAV, incluyendo algunos muy buenos. Yo estoy entre los que han sido apartados y no han sido reintegrados.
MH: ¿Tiene usted idea de porqué fue apartado del PAV?
JS: Como todos los miembros del PAV han sido apartados, como mencioné, está claro por qué he sido apartado. Por qué no he sido reintegrado, sólo el Papa podría responder con certeza, pero podría especular, si lo desea, sobre esto. ¿Tal vez a causa de mi artículo de 2016 sobre AL? ¿Posiblemente porque he criticado repetidamente y públicamente a dos ex presidentes de PAV (bajo el Papa Benedicto) y le pedí al papa que los reemplazara (lo que hizo en un caso)? ¿Porque he escrito para varias reuniones del PAV y 2 Encuentros de la Pontificia Academia de las Ciencias (que me invitó como experto en la cuestión), y después por dos años en una comisión sobre la muerte cerebral (BD) las definiciones convocadas por el cardenal Elio Sgreccia, largas críticas de las «definiciones de muerte cerebral»? ¿Tal vez porque he enviado estas críticas a dos Papas anteriores (Juan Pablo II y Benedicto XVI) en la esperanza (no cumplida) de que la Iglesia rechazara claramente las definiciones BD y los criterios BD como inválidos? ¿Tal vez porque públicamente he criticado la comunicación de Monseñor Marcelo Sánchez Sorondo, enviada a un Congreso Mundial de Medicina sobre el Coma y la Muerte en Cuba, que identificaba la «muerte cerebral» con la muerte humana como una especie de «dogma de la Iglesia Católica» y su adhesión obligatoria y su falsa afirmación de que la aceptación de este criterio era ahora «la enseñanza católica oficial»? ¿Tal vez también porque, durante este mismo Congreso Médico Internacional sobre el Coma y la Muerte y los dos anteriores, tengo algunos discursos pronunciados que critican la identificación de «muerte cerebral» con la muerte humana? ¿Tal vez porque informé a la audiencia en el último congreso que, y por qué, el Papa Juan Pablo II, después de dirigirse al cirujano de trasplantes en la que parecía apoyar esta identificación de la «muerte cerebral» con la muerte humana, expresó las más serias dudas sobre esta identificación de la muerte humana con «muerte cerebral»? ¿O quizá porque dije públicamente que el Papa Juan Pablo II había convocado personalmente un Simposio sobre este tema en la Pontificia Academia de Ciencias, en el que la gran mayoría de médicos, filósofos, juristas, anestesistas, etc. rechazaron esta identificación? ¿Tal vez porque revelé a los presentes que el texto prometido (ya revisado) de los actos de este simposio había sido suprimido, aparentemente por el mismo Mons. Sánchez Sorondo y que el PAS convocó otro simposio, en el que sólo una minoría (muy notable) rechazó la identificación de la muerte humana con «muerte cerebral»?
MH: Usted dice que el nuevo PAV, ya que se ha reorganizado desde finales de 2016, está «profundamente cambiado». ¿Podrías explicarnos cómo? ¿Cuáles son los cambios que ve en el nuevo PAV?
JS: En primer lugar, no quiero idolatrar el viejo PAV fundado por San Juan Pablo II. Después de la presidencia del santo médico Jerome Lejeune, para quien está en marcha un proceso de beatificación (y que descubrió la causa del Síndrome de Down y combatió ferozmente por la vida de cada uno de los niños afectados por este síndrome), y que murió de cáncer unos meses después de su nombramiento como presidente, tuvimos otros dos presidentes. El primero de ellos fue el Profesor Juan de Dios Vial, Rector de la Pontificia Universidad de Chile, asistido por el Excelentísimo Vicepresidente Monseñor (ahora Cardenal) Elio Sgreccia, quien luego se convirtió en un Presidente de PAV igualmente sólido y competente (aunque algunos de los miembros, incluido yo mismo, criticaron la forma en que se llevaron a cabo algunas cuestiones, por ejemplo, el debate sobre la muerte cerebral). Incluso en sus tiempos dorados, el PAV tuvo una serie de disputas, por ejemplo sobre la cuestión de si la llamada «muerte cerebral» es realmente la muerte humana, y los que lo negaron, como los profesores Allan Shewmon, Wolfgang Waldstein, Alejandro Serani , yo mismo, etc., fueron cada vez más marginados. Luego tuvimos dos presidentes de PAV que han hecho declaraciones contrarias a la verdad ética y a la enseñanza de la Iglesia. (El primero, [Arzobispo] Fisichella, defendió la legitimidad y la misericordia de algunos abortos), el segundo organizó, por ejemplo, un Congreso de PAV en el que, de siete ponentes invitados sobre el tratamiento de la infertilidad, seis hicieron propaganda de métodos directamente opuestos a la Doctrina de la Iglesia. Estos y otros acontecimientos suscitaron una bien merecida oposición de parte de algunos miembros. En mi opinión, y en opinión de muchos, esto contradecía descaradamente los objetivos de la Pontificia Academia para la Vida y el Juramento Pro-Vida que cada miembro tenía que asumir, y, sobre todo, la Enseñanza de la Iglesia. Escribí dos cartas abiertas sobre la situación intolerable que el «viejo PAV» estaba pasando en ese momento. Por lo tanto, no glorifico el «Viejo PAV» ni niego que una reforma del «viejo PAV» pudo haber sido lo más loable.
Sin embargo, los cambios profundos que ocurrieron ahora parecen ir mucho más lejos y en la dirección opuesta. Por un lado, a nivel administrativo, el Papa Francisco ha cambiado la Constitución, como he dicho, eliminando así el núcleo firme de miembros incondicionalmente comprometidos con la vida que eligió el Papa Juan Pablo II, creando una sociedad flexible y cambiante que ha perdido su identidad que al menos algunos miembros duraderos y comprometidos habían dado al PAV. Más importante aún, los nuevos Estatutos eliminaron el Juramento Pro-Vida que tuvimos que tomar en el antiguo PAV. Algunos miembros abiertamente anti-vida han sido nombrados. El nuevo presidente y obispo Mons. Vincenzo Paglia ha ordenado, antes de su elección, frescos en su Catedral de Italia, que le muestran a él y a muchas otras personas desnudas, comprometidos en pecados homosexuales y otros, y llevados por un Jesús, que tiene las características de un prominente barbero homosexual local en una red grande al cielo, mientras continúan cometiendo los mismos pecados en su red. El gran pintor Bosch había pintado los mismos pecados que se glorificaban en este fresco en sus famosas pinturas del infierno. El obispo Paglia dirige también el Instituto Juan Pablo II, donde se ejerce una gran presión sobre los profesores para que no apoyen las enseñanzas sacramentales morales y disciplinarias de Familiaris Consortio, sino las de AL.
MH: ¿Está usted mismo preocupado por algunos de los nuevos miembros del PAV , como el profesor Nigel Biggar, el padre Maurizio Chiodi, el padre Carlo Casalone, SJ, o el padre Alain Thomasset, SJ, algunos de los cuales defienden activamente el aborto o el uso de la anticoncepción? (Aquí un enlace: http://www.ncregister.com/daily-news/respected-u.s.-pro-lifers-prominent-among-latest-pontifical-academy-for-lif).
JS: Por supuesto, lo estoy. Tuvimos algunos de esos miembros antes, por ejemplo, un austriaco que promovió la «familia de sus sueños» (die Wunschfamilie) cuya realización en su centro incluyó FIV (fertilización in vitro), selección de huevos fertilizados por sexo o salud, eliminaciones de niños «deficientes» o «indeseados» y, por lo tanto, abortos tempranos. Sin embargo, se ha pedido a estos miembros que renuncien. Ahora parecen ser directamente nominados por el Vaticano. Esto significa un profundo cambio de visión de la PAV.
MH: A la luz de la discusión anterior sobre Amoris Laetitia – y los muchos intentos fieles de defender la enseñanza moral tradicional de la Iglesia Católica – ¿ves paralelismo al ahora posiblemente desarrollo de la re-interpretación de Humanae Vitae y su resultado?
JS: Estoy convencido de que la lógica pura dicta que, si el Papa Francisco no revoca la enseñanza que analizo en mi último artículo, y si no responde a la dubia de los Cardenales, al claro efecto de que hay actos intrínsecamente malos, y que estos actos nunca se justifican en ninguna situación, la Humanae Vitae será interpretada como un ideal que no se puede exigir a todos; y que, después del discernimiento, los que practican la anticoncepción (con o sin efectos abortivos), pueden ser admitidos en los sacramentos y que Dios mismo, en algunas situaciones difíciles, quiere que usen la anticoncepción. Esto se derivaría de cualquier negación de los actos intrínsecamente malos. Y tal negación es ciertamente sugerida por el pasaje que analizo en mi último artículo. Por lo tanto, espero con ardor que el Papa, si responde a la pregunta que mi artículo plantea en forma afirmativa, retractará esta afirmación de la AL y de ese modo evitará el derrocamiento de la Humanae Vitae.
MH: Padre John A. Hardon, S.J. (el 30 de diciembre de 2000), el conocido dogmático estadounidense, solía subrayar que la mayoría de las enseñanzas morales de la Iglesia eran infaliblemente enseñadas por el Magisterio ordinario universal, por ejemplo, sin ser enseñadas ex cathedra. ¿Consideras tú mismo la prohibición estricta del uso de cualquier forma de anticoncepción (muchas de las cuales son abortivas) como parte de la enseñanza infalible de la Iglesia? ¿O se le permitiría al Papa Francisco permitir excepciones con respecto a estas enseñanzas?
JS: Lo veo ciertamente como parte de la enseñanza infalible de la Iglesia (aunque no expresada en un dogma). Además, creo que su verdad ética también puede ser conocida por la pura razón y he escrito muchos papeles en defensa de las pruebas filosóficas y evidencias de su verdad.
Ayuda a Infovaticana a seguir informando
Roberto De Mattei y otros muchos lo tenemos clarísimo: Quien se separa de la Iglesia no es precisamente Seifert. ihttp://adelantelafe.com/caso-seifert-quien-se-separa-la-iglesia/
La fuerza argumentativa de JS es impresionante. Ahora veo, luego de leer esta entrevista, la destrucción acelerada de la Iglesia que lleva a cabo el supuesto Papa Francisco.
Porque si un sacerdote es obligado a violentar su conciencia de estar actuando contra la misma Iglesia a que pertenece, dando la comunión a adúlteros, sin dudas, la Iglesia Católica dejará de ser sal terrae. Es decir, dejará de existir. Y va a aparecer la Remanente ya en ciernes.
Otra vez con los remanidos argumentos sin aportar nada nuevo. La Al tiene una sabia interpretación en los Obispos de Argentina. Se le olvida algo tan obvio como la subjetividad del acto moral. La prohibición de matar es un absoluto moral entonces ¿Como está permitido matar en ciertos casos? Si el que mata a una persona puede ser admitido a los sacramentos entonces todo el edificio de la moral cristiana se cae.
Literalmente de acuerdo con Seifert; hasta en los puntos y las comas.
Resulta difícil entender como en vez de estar cubriendo e informando sobre el viaje del Santo Padre la información se concentra en este señor que nada nuevo aporta y si algo novedoso dice es que le da la razón al Obispo en expulsarlo.
Como siempre igual que algún Cardenal alean sale a protestar y a discutir en los medios. Después, con suerte,se callan.
jaja!!! el ignorante marcando la agenda informativa de Infovaticana.
Pero lo realmente preocupante es que el supuesto Papa le marca su agenda totalitaria a innumerables obispos del mundo y éstos a sus sacerdotes y seminaristas como lo describe Josef Seifert. Le falto decir teólogos y, en cualquier momento, hasta los empleados de limpieza en la Iglesia Católico corren riesgo de quedar sin trabajo si no son chupamedias del supuesto Papa, como le pasó a tres colaboradores de Muller en la CDF y luego al mismo Muller.
El proceso mimético de sacrificar gente iniciado desde el Vaticano es así: El ex provincial jesuita argentino despide a Seifert, el arzobispo de Granada despide a Seifert.
No se haga mala sangre, doctor Seifert. El jerarca que le ha echado a usted no hace ni semanas que arrestaba cautelarmente al Crucificado de su pectoral ocultándolo en el bolsillo (que ya se encargan estos eclesiásticos de que las camisas de sus «clergyman» lleven para tal menester esos antiestéticos bolsillos), porque iba a fundirse en un abrazo con el imán de Granada, en comunión de afectos por el fin del sacrosanto Ramadán. Ése es el nivel, profesor.
Me ha impactado profundamente lo que dice, porque lo conoce, que tantos seminaristas son disuadidos de proseguir su camino al sacerdocio conocedores de que van a tener que absolver sin verdadero prpósito de la enmienda y dar la comunión a sabiendas que quien comulga es un pecador público en pecado mortal. Los mejores seminaristas no van a llegar al sacerdocio salvo los dispuestos a un martirio diario que, al final, serán apartados del ministerio sacerdotal. también me ha impactado su afirmación de que tantos sacerdotes están encantados con los nuevos criterios de la misericorditis porque ello les permite tener relaciones sexuales con hombres o mujeres, a discreción, con la excusa del por ahora, de los límites y de que, incluso, es lo que Dios les pide como respuesta generosa. la Iglesia Católica se está desmoronando a un ritmo imparable, salvo una intervención divina de urgencia. Parece que el cisma está cada día más cerca.
¡ Qué decepcion Rocco Buttiglione ! Eleva la ignorancia al rango de categoría para recibir la comunión el adúltero consolidado. Aún en el supuesto hipotético de que un adúltero ignorase que lo es, lo que resulta harto extraño, lo que procede por un pastor de almas no es darle la comunión, que añade pecado sobre pecado, sino refrescarle la memoria para que se percate que es un adúltero y que tiene que convertirse como todo pichichi, sin excepciones ni privilegios.
Alguien pretende que quienes observamos con sumo sufrimiento y criticamos la demolición progresiva de la Iglesia nos distraigamos con un viaje pseudopastoral a Colombia. Lo curioso es que el distraído entre en esta entrada, seguramente para dejar de distraerse inútilmente y abordar los temas serios. ¡ Bienvenido !
Adulterio en defensa propia, por eso no se exige arrepentimiento ni propósito de enmienda, es que dadas las circunstancias no les queda de otra que seguir adulterando. (Nótese el sarcasmo)
La ambiguedad de Adan y Eva trajo concecuencias. Toda la vreacion dejara de estar sometida, tierra, agua, fuego, aire.. gime… avoga por su administrador..
Romanos 8:22
[22]Pues sabemos que la creación entera gime hasta el presente y sufre dolores de parto.
Génesis 1:28
[28]Y bendíjolos Dios, y díjoles Dios: «Sed fecundos y multiplicaos y henchid la tierra y sometedla; mandad en los peces del mar y en las aves de los cielos y en todo animal que serpea sobre la tierra.»
sentir lo que siente un Bebe arrancado del vientre maternal con el poder del viento.. lo que va arrazando una famila sumida en la anomia en el Falso juramento en el templo…
La naturaleza en la desarmonia de los elementos que solonennla base de la familia se logra contener… al verce conteadecida no se detendra… y nos pasara factura… generacion perdida por una falsa obediencia.
Un Carrarra, y por tanto un Seifert, reconfortado por Benedicto XVI. Por eso mismo lo quieren enclaustrado y con la boca cerrada.
Quel conforto che Caffarra riceveva da Benedetto XVI
di Francesco Agnoli
Il cardinale Caffarra con Agnoli, Renzo Puccetti e Flora Gualdani
Caro direttore,
chi ha conosciuto il cardinal Carlo Caffarra e ha goduto della sua compagnia e della sua sapienza, sa di aver avuto un grande privilegio. Ricordo quando lo conobbi per la prima volta, nel 2005. Nello stesso pomeriggio mi furono presentati il cardinal Giacomo Biffi e il cardinal Carlo Caffarra, uno dopo l’altro. In quel giorno benedetto ebbi modo di incontrare due giganti della Chiesa, così simili, nell’ortodossia e nell’amore a Cristo, e così diversi, per carattere e metodo.
Con Biffi, che io apprezzavo molto anche per la libertà con cui si era permesso alcune volte di criticare certe scelte o certe affermazioni sulla storia della Chiesa e sull’ecumenismo di Giovanni Paolo II (ricevendo dal papa polacco plausi espliciti per la profondità delle obiezioni) si parlò di storia del Novecento, di calcio e di Meeting di Rimini. Quell’anno, infatti, ero ospite della kermesse ciellina e insieme ad Angelo Vescovi dovevamo trattare del referendum sulla legge 40/2004 e del suo esito. Biffi era un uomo arguto, simpatico, che sapeva affascinare con la sua intelligenza. A Bologna anche personalità della scienza come il geologo cattolico Giambattista Vai e uomini lontani dalla fede, come Umberto Eco, ne parlavano con ammirazione e simpatia.
Come dicevo, dopo Biffi, incontrai Caffarra. Mi colpì il fatto che mentre il primo aveva parlato a lungo, e scherzato, in particolare sull’Inter e la Juventus (essendo lui interista e juventino il sacerdote che mi accompagnava), Caffarra invece ascoltava. Con il suo viso buono, con i suoi modi eleganti, rispettosi, accoglienti. Lui, gigante della bioetica, ascoltato da Giovanni Paolo II più di ogni altro, interpellato dal cardinal Ratzinger, conosciuto nel mondo per i suoi testi, con somma benevolenza ascoltava i miei raccontini di giornalista in erba e per hobby. Se oggi ci penso, mi vergogno, perché quel giorno chi avrebbe dovuto ascoltare, parlava, mentre chi avrebbe dovuto parlare, taceva.
Poi, dopo quel primo incontro, ho rivisto di nuovo il cardinale, sia a causa di amicizie comuni, sia perché era un lettore abituale della mia rubrica del giovedì sul Foglio di Giuliano Ferrara. Una cosetta da ridere, che però lui apprezzava, forse come opera di un giovane limitato, ma volenteroso. Era nel suo stile valorizzare gli altri, e nascondere se stesso.
L’amicizia si è fatta sempre più serrata negli ultimi anni; ci si vedeva, o si parlava, al telefono, della Chiesa, del Sinodo sulla famiglia, dell’attualità… Ero io, come tanti altri, a tempestarlo di domande, per capire.
Ogni sua frase era un tesoro, da tenere stretto, che ridonava luce in mezzo al buio. Caffarra era un uomo totalmente di Dio: non pronunciava parola o giudizio, senza vagliarlo alla luce della fede, della carità, di una visione soprannaturale delle cose. Se occorreva il giudizio, era sempre per il Bene, per la Verità: senza mai un’ombra di fastidio umano e di risentimento.
Un giorno confidò, a me e al comune amico Lorenzo Bertocchi, che durante il Sinodo sulla famiglia appena concluso, dormiva molto male; che soffriva moltissimo nel vedere che qualcuno tentava di buttare al macero Familiaris consortio, Veritatis splendor ed Humanae vitae: «Avrei voluto prendere il treno – ci disse – e scappare a Bologna, lasciando il Sinodo…».
Lo incalzai chiedendo come fosse possibile che nella Chiesa si discutesse di ciò che non è discutibile (l’indissolubilità matrimoniale) e come si fosse arrivati ad avere cardinali e vescovi favorevoli al matrimonio gay. Era esterrefatto anche lui, ma fiducioso. Ma lei è tranquillo, gli chiesi? «Umanamente no: non vedo una soluzione alla crisi. Dal punto di vista spirituale sono sereno, perché la Chiesa è di Cristo, e Lui non la abbandona».
Sempre in quell’occasione, ci raccontò che durante il Sinodo aveva chiesto un incontro urgente con Benedetto XVI: «Il suo segretario mi ha detto che era impossibile averlo subito, ma io ho insistito. Poi mi ha detto di sì per il giorno dopo, e ho potuto incontrare Benedetto».
Immagini il lettore la nostra curiosità: gli chiedemmo subito quale era il parere del pontefice tedesco sulla piega presa sino a quel giorno da parte dei padri sinodali, Kasper in primis. Ma Caffarra si fermò. Aveva un grandissimo pudore, il riserbo che è naturale nei grandi spiriti. Amava parlare nelle conferenze, nelle catechesi, ma sapeva tenere un autocontrollo incredibile nelle altre occasioni. Eppure il suo volto lasciò trapelare quanto bastava a capire che l’incontro con Benedetto gli aveva dato il coraggio per proseguire nella sua battaglia contro i novatori.
Così, dopo i Dubia e tutto quello che è successo in seguito, a me fu sufficiente tirargli fuori, in un’altra occasione, quasi a forza, un’ammissione: Caffarra ha continuato a vedere Benedetto anche dopo i Dubia. E certamente non è stato «redarguito», anzi!
Quando uscì la notizia dell’udienza negata da Francesco, chiesi a Caffarra come mai il pontefice, che pure non si sottrae né alle telefonate né ai ricevimenti, non avesse ancora incontrato, dopo mesi, 4 cardinali che chiedevano udienza anche a nome di migliaia di sacerdoti e fedeli. Mi sembrava una ben strana mancanza di rispetto. Caffarra mi ricordò soltanto che la Tradizione e la Legge della Chiesa prevedono che i cardinali «non siano solo personaggi che portano le calzette rosse», ma siano chiamati da Dio ad essere «a fianco del papa»: «Per questo abbiamo agito secondo le leggi della Chiesa, secondo modalità non inventate da noi, ma previste, e aspettiamo…». Null’altro.
Concludo rammentando la nostra ennesima chiacchierata al telefono, a commento dell’ultima intervista fatta da Scalfari a Bergoglio, e al proposito di quest’ultimo di beatificare Blaise Pascal. Feci notare al cardinale, da amante del filosofo e matematico francese quale sono, che Pascal era stato molto critico verso il lassismo di certi Gesuiti, e aveva criticato la loro smania di stare alle corti dei principi («Ai re, ai principi, importa essere stimati pietosi; ecco, perchè vengono a confessarsi da voi», Pensieri, 498); che Pascal aveva ricordato il coraggio di sant’Atanasio (Pensieri 455 e 475), il quale aveva subito la condanna di tutti, papa Liberio compreso, e l’accusa di essere un seminatore di discordia e un presuntuoso; che Pascal ribadiva che nessun papa può distaccarsi da una «santa unione» con il Vangelo e la Tradizione dei suoi predecessori.
Certamente Caffarra conosceva quei passi, e capì che il mio intento era dire che se Francesco elogiava Pascal, grande critico dei Gesuiti e del papa del suo tempo, non avrebbe certo dovuto prendersela per i Dubia.
Sorrise soltanto, ma sono certo che se potesse leggere questo mio ricordo, gli piacerebbe che lo concludessi con questo altro pensiero, pieno di speranza: «Fa piacere trovarsi un un battello (la Chiesa) sballottato dalla burrasca, quando si è sicuri che non perirà». Non è solo il pensiero 470 di Pascal, ma anche quello del defunto cardinal Caffarra e quello di Benedetto XVI, in occasione dei funerali del cardinal Meisner: “Ma la cosa che più mi ha commosso è che ha vissuto in questo ultimo periodo della sua vita… sempre di più la certezza profonda che il Signore non abbandona la sua Chiesa, anche se a volte la barca si è riempita fino quasi a capovolgersi…”.
Pues yo voy a repetir mi situacion , en Lugar de separarme Como manda la Iglesia en casos graves, opte por el divorcio, pensando que seria una rapida via para la nulidad… pues el vacio espiritual llego con la decision, y la confusion, con esa idea de que no hacia falta la declaracion de nulidad mientras que Dios omnipotenete me comprenderia si mientras llegaba a un proceso podria sustituir al esposo… lo mismo pensaba mi esposo.
Es decir que la ley civil del divorcio se convirtio para nosotros en una ley moral,,, Dimos por cierto que el matrimonio estaba discuelto… que se habia roto el vinculo.
Poco despues con la crisis de la Iglesia en los sinodos de la familia me di cuentra que le vinculo no se destruia que era indisoluble el matrimonio por las palabras de Cristo y di un paso al frente , deicidiendo guardar castidad, me consagre a Dios mientras que mi esposo tomo mujer sin casarse…
En este estado considere terrible aladulterio de mi esposos por desproteger la unidad ante nuestros hijos y clame a Dios con ayunos y oracion.. confirmando que el mismo antiguo testamento aborrecia el repudio por ORACULO de Dios, por encima de la ley de MOises.
Asi que en suenos descubri por Dios qu Dios estaba muy molesto con las justificaciones de los hombres, que nos mentimos en un minuto… cuando el Papa introdujo el discernimiento con un metodo de justificacion personal para comulgar… Dios estaba muy enfadado conmigo en ese sueno y con los hombres, por la capacidad que tenemos de mentirnos.. me dijo ZO LES DIRE QUE MIENEN EN UN MINUTO+
Luego de semanas de oracion y vistar un santuario Mariano, pensandome que yo era una persona justa y buena y mi madrido y su director espiritual injustos por aceptar el adulterio… tuve otro sueno:
Esta vez Dios estaba muy tranquilo y tuvo la misericordia de iluminar mi alma; me dijo en paz Tu tienes la culpa de que los dos se hayan descaminado… y le crei, estaba enviando a mi esposo a la perdicion….por eso pregunte : Puedo reparar? y la respuesta de Dios fue PODEMOS+ Es decir que entre los dos podriamos, y me dijo Dejate Inundar.
POr eso pedi perdon a mi esposos y le permiti venir a casa todos los dias, disfrutar a mis hijos pues habia cometido una gran injusticia alineandome a la Ley Civil del Divorcio que establece dias de visita y es implacable en la no comunicacion.
MI marido lo agradecio y ha podido disfrutar de sus hijos y ellos de el,,, yo ltambien. SE acabo el silencio, la amargura..
Perro que no es posible que aun deje a esa mujer.
Revise el Evangelio y encontre EL QUE SE DIVORCIA EXPONE AL OTRO AL ADULTERIO.
Por lo tanto la Iglesia aconceja solo la separacion… el divorcio causa graves desordenes en la familia.
Pero la gracia de Dios esta actuando, pues yo recibo Amor y doy Amor a mi esposos frente aq los Ninos, apoyo… y eso hace visible es vinculo esponsal y esa alianya… tambien hace visible el adulterio.
MIentras que la ley civil cauteriya la herida falsamente… el vinculo matirmonial existente sufre , los sufren los hijos al querdarse con un modelo extrano de cuatro padres..que no velan por sus intereses, conviven con el odio indefinido entre los padres.. margura de la separacion.
El vinculo matrimonial debe respetarse porque es el CAmino querido por Dios para alcanyar la VIda Eterna.. que comienya desde esta vida con esa comunicacion esponsal… Amoris Laetitia niega que ese vinculo sea el Camino exclusivo para los esposos para alcanyar la vida eterna.
EWl adulterio nunca sera camino de santidad… ya lo dice Familiaris Consortio.
la Alianza entre los esposos es a la vez una alianza con Dios esa es mi percepcion..
Amoris laetita no es el inicio de una nueva doctrina, sino la consecuencia de ella. El concepto de «Misericordia» del papa Francisco es la consecuencia de una idea que lleva mucho tiempo instalada en la Iglesia: «Dios es amor, por tanto, Dios no puede odiar, Dios perdona siempre, te arrepientas o no, Dios no condena ni puede condenar, por eso siempre estás en comunión con Dios».
Esta idea preside la acción pastoral, no sólo de Francisco, sino que la podemos encontrar presente en otros papas postconciliares. Basta recordar la perplejidad mostrada por SS Benedicto XVI ante los terremotos que asolaron Italia y provocaron infinidad de muertos. «No podemos entender por qué Dios quiere esto». Y, efectivamente, si uno se adhiere a la premisa que he enunciado, es inexplicable. A no ser, claro está, que algo falle en la premisa.
Que Dios «odia» no lo digo yo sino los salmos. Que Dios castiga dan fe las escrituras, desde los homosexuales de Sodoma y Gomorra, penada con la mayor dureza posible, a los cananeos, exterminados hasta en sus ganados, a la muerte de los niños de los egipcios, a la humanidad entera en tiempos de Noé. Dios, pues, castiga.
Que Dios condena, dan fe los textos sagrados. No sólo «se condenan» los que no quieren saber nada de Dios, no sólo se condenan los que eligen voluntariamente el alejamiento de Dios. Dice el Evangelio que en el día del Juicio, muchos creyentes en Jesús, al que siempre han reconocido como Señor, en cuyo nombre han predicado y realizado milagros serán condenados contra su voluntad.
El infierno ha pasado a ser algo tabú en la predicación católica. Cuando se nombra, se apresura a tranquilizar a la feligresía de que o bien ahí no hay nadie, o bien no sabemos quién va ahí, o bien que no tiene nada que temer porque quien quiere a Jesús ya está a salvo.
Amoris laetitia es una consecuencia de estas ideas que se han asentado en la Iglesia católica y ofrece la comunión a personas objetivamente en pecado si así lo considera el sacerdote. Y justamente la lectura del último domingo advierte que si el profeta no denuncia a quien hace el mal, el malvado será condenado, pero su sangre caerá sobre el que no le reprendió.
Es claro que la misericordia de Dios que interpreta Francisco es lo contrario a la Misericordia Divina.
Para anular la condenacion de Dios los falsos profetas y Pastores condenan a Dios, pues recriminando su Palabra recriminan, silencian y ascesinan nuevamente a la Palabra que es Su Hijo Unigenito.
El Discernimiento de Amoris LAetitia estima los deseos y limitaciones del hombre en adulterio COMO SI FUESEN EL BRAZO DE DIOS contraviniendo la Ley Objetiva,, a lo que biblicamente Dios llama LOS CAMINOS que YO LES HE ORDENADO SEGUIR..aunque nos pareycan dificiles de seguir SON VIDA.
QUE diria Dios a AMoris LAetitia al condenar la revelacion divina de CRisto sobre el matrimonio monogamico e indisoluble por entenderla inmisericordiosa con los hombres del 2017, cuando dice que no pueden ser el confesionario un Lugar donde se arrojan piedras y se recomienda la administracion de los Sacramentos Como medicina para los debiles?
JOb 40, 8
CINETE LA CINTURA COMO UN HOMBRE,
YO TE PREGUNTARE Y TU ME INSTRUIRAS
?es que vas a anular mi derecho?
?Vas a condenarme para quedar tu justificado?
Tienes tu un brazo como el de Dios?
POr otro lado no parece reconocer Amoris LAetitia la santidad del matrimonio, cuya alianza debe respetarse hasta la muerte por la dignidad de esa alianza que tambien es figura de la Alianza del matrimonio de Cristo con su Iglesia.
Justamente los votos a Dios son algo absolutamente sagrado, desde el Antiguo Testamento Dios mismo nos da las reglas para el hombre que hace votos a Dios y era Mediante sacrificios de suave holor a Dios, no Como los savrtificos del pecado o de reparacion.
Los sacrificios de comunion o votos eran algo suave y agradable a Dios.
Dios nos ensena tambien que podemos Hacer votos y promesas particulares y cumplir nuestros votos con penitencia, Dios establece Como Hacer esa penitencia a los varones, a las viudas lo cual nos dignifica mucho. En el Deuteronomio Dios deja ver la SACRALIDAD del matrimonio, cuando una mujer desposada para cumplir sus votos ofrece penitencia a Dios pero su marido puede anular esa penitencia sin que se ofenda a Dios, descubro Dios ama tanto la boda de cada dia de un matrimonio, esa festividad , que el marido puede evitaar que su esposa sufra limitacion y pierda alegria los dias de penitencia, Dios se alegrqa igualmente y cumple los votos aun cuando no exita ese pago con penitencia.
Resulta que en el Nuevo Testamento los fariseos y discipuos de Juan ayunaban y estaban muy disconformes porque los discipulos de Cristo no ayunaban… Y AQUI CRISTO CONTESTA UNA COSA HERMOSISIMA, DICE QUE MIENTRAS ESTE ESPOSO CON LOS DISCIPULOS NO AYUNARAN, y cuando les sea arrebatado el esposos entonces ayunaran.
Estaba hablando de su relacion esponsal con la IGLESIA, nos esta elevando a la categoria de esposa de Cristo, de Dios++++ y eso significa una GRAN FIESTA ESPONSAL, una boda diaria mientras esta con nosotros, un banquete cada dia,
POr esto piuenso que inicia su vida publica con su bendicion a un MATRIMONIO, LAS BODAS DE CANA
Pues he aqui que el Matrimonio es el CAmino de Fiesta para un esposo y una esposa, LA BIBLIA DICE QUE DIOS ESCONDIA SU RTOSTRO AL QUE QUEBRANTABA LA ALIANZA, DIOS EVITABA SU PRESENCIA EN SU PUEBLO CUANDO SE DEVIABAQN DE LOS CAMINOS QUE DIOS LES HABIA ORDENADO.
El adulterio es un gran pecado que se relaciona con la idolatria.
El Divorcio se relaciona con la desviacion del camino, salirse de un camino, cada dia de un divorciado no arrepentido y en abierta recomposicion con su esposo, es un dia de divorcio, de repudio, de Guerra, es un dia fuera del Camino.
El camino de la esposa es el esposo y el camino del esposo es la esposa.
Un divorciado que no puede convivir con su esposo, debe vivir la fidelidad a ese esposo aun cuando viva en adulterio, y abierto a la fidelidad conyugal.. con su Corazon en el otro aunque no sea posible materialmente ese el Camino establecido en la alianza elevada por Dios de forma sacramental
Ya Santo Tomás enseña que hay circunstancias que pasan a formar parte del objeto moral del acto, porque de por sí tienen una relación positiva o negativa con el orden moral objetivo. Por ejemplo, el que roba en lugar sagrado comete sacrilegio. Y en el mismo sentido, el que mata a un culpable en legítima defensa o cumpliendo con la ley, no comete homicidio. No es una cuestión de que el sujeto influencie el acto, sino de una circunstancia objetiva que cambia el objeto del mismo, en este caso, la circunstancia de que el muerto es culpable, es, por ejemplo, un injusto agresor.
De parte del sujeto hay la intención, por un lado, y los atenuantes, como el miedo o la ignorancia, por otro. La primera no cambia el acto malo en bueno, sí el acto bueno en malo. Es decir, el fin no justifica los medios, pero la mala intención basta para que el acto sea malo. Y los atenuantes o eximentes tampoco hacen bueno el acto de suyo malo.
Josef Seifert: Un grande!!!
Por favor, necesito contactarlo.
Nuestra conciencia sobre actos «intrínsecamente malos» son aquellos para cuya comprensión nos capacita la sindéresis y no la praxis moral según credos, creencias y costumbres adquiridas o impuestas. Así, obviamente, el aborto es intrínsecamente malo como el homicidio de inocentes.