Secuestran a dos sacerdotes en la República Democrática del Congo

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La Conferencia Episcopal Nacional del Congo (CENCO) ha denunciado el secuestro de dos sacerdotes católicos de la parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles de Bunyuka, en la diócesis de Butembo-Beni. Según informa la emisora Radio Okapi, los sacerdotes Pierre Akilimali y Charles Kipasa fueron secuestrados en la noche del domingo.

Según una nota enviada a la Agencia Fides por la CEPADHO, una ONG local por la defensa de los derechos humanos, los dos sacerdotes fueron secuestrados por una docena de hombres armados vestidos de camuflaje que atacaron a la parroquia. Los asaltantes golpearon a algunos seminaristas de la parroquia y robaron dos coches y dos motos de los sacerdotes.

En un comunicado publicado el 17 de julio, los obispos denuncian el clima de inseguridad y piden a las autoridades congoleñas que empleen todos los esfuerzos para liberar a los dos sacerdotes de manos de sus secuestradores y desmantelar la red delictiva que desestabiliza la paz en la región.

En su declaración, los obispos congoleños también piden la liberación de los sacerdotes Jean Pierre Ndulani, Edmond Kisughu y Anselme Wasukundi, secuestrados en octubre de 2012 en el territorio de Beni.

El presidente de la conferencia episcopal, Marcel Utembi, ha recordado que los sacerdotes son hombres de Dios que dedican sus vidas a hacer el bien. «Hacerles daño es dañar a la comunidad a la que sirven», ha asegurado.

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Comentarios
1 comentarios en “Secuestran a dos sacerdotes en la República Democrática del Congo
  1. Es decir, que hay otros dos sacerdotes secuestrados desde hace 5 años y nadie habla de ellos. Verdaderamente, asusta comprobar la indiferencia que se tiene por Africa y por cuanto allí sucede. ¡Dios quiera que liberen a los cuatro sacerdotes sanos y salvos lo antes posible y que nuestro mundo desarrollado empiece a considerar como igual al mundo menos desarrollado; menos desarrollado en cuanto a economia y tecnología se refiere, porque a nivel humano, los subdesarrollados somos nosotros. Yo he escuchado hablar a los misioneros de Africa y todos comentan que, siendo mucho más pobres que nosotros , son mucho más felices, pues se ayudan entre sí y comparten lo poco que tienen, por lo que nadie se siente sólo. Por eso es una maldición que la ONU y los supuestos filántropos, estén dando tanto dinero para pervertirlos mediante la anticoncepción y el aborto, porque conseguirán quitarles la felicidad profunda y verdadera que tienen y que nace de vivir serenamente según la ley natural de Dios.

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