El escritor, biógrafo del Papa, se ha constituido en francotirador que señala y abate a los que él considera enemigos del Papa. Su penúltimo desliz en Twitter, celebrar la «purga» en la Pontificia Academia por la Vida, con malas palabras.
SPOILER: Para una aclaración de por qué usamos la palabra «chupamedias», ir al final del artículo.
El británico Austen Ivereigh es escritor, periodista, comentarista y autoproclamado defensor de las reformas de Francisco. El co-fundador de Catholic Voices es también el autor de la biografía El gran reformador: Francisco, retrato de un Papa Radical, que aborda las raíces de la visión reformista del actual pontífice en su propia vida y que es, por cierto, una gran biografía, imprescindible para conocer y entender la figura de Francisco.
Ivereigh estudió en la escuela benedictina Worth Abbey y más tarde en la Universidad de Oxford, donde realizó un doctorado sobre la Iglesia y la política en Argentina. Fue en esa época cuando empezó a tener un contacto más estrecho con la Compañía de Jesús, hasta decidir en el otoño de 1998 ingresar en el noviciado de los jesuitas, que abandonaría pocos meses más tarde.
En una entrevista a Project SJ, Ivereigh confiesa que debe a los jesuitas su despertar espiritual y habla de su experiencia del amor incondicional, la misericordia y el perdón de Dios, al tiempo que defiende que «esta experiencia del amor misericordioso de Dios abre el corazón y la mente a la conversión, en lugar de doctrinas e ideas».
A lo largo de su trayectoria profesional, Ivereigh ha sido director adjunto de la revista católica The Tablet y asesor de comunicaciones del cardenal arzobispo de Westminster Cormac Murphy-O’Connor. En la actualidad colabora con el medio católico Crux, que cuenta con una generosa aportación de 350.000 dólares anuales de los Caballeros de Colón, según la información recogida en un extenso artículo del «National Catholic Reporter».
En sus colaboraciones con Crux, la revista América y otras publicaciones, Ivereigh se caracteriza por su salir con frecuencia en defensa de las palabras y obras del Papa Francisco. También por señalar a todos aquellos que, en su opinión, actúan «en contra» del pontífice.
Por ejemplo, en un artículo publicado en Crux, el biógrafo del Papa acusa a «cuatro cardenales jubilados» de encabezar y legitimar «una revuelta anti-Francisco» y de «desafiar» y «amenazar» al Papa. El articulista se refiere a los purpurados Walter Brandmüller, Raymond Burke, Carlo Caffarra y Joachim Meisner que presentaron sus «dudas» al Papa sobre algunos puntos de la exhortación apostólica Amoris Laetitia.
Los cuatro cardenales y las «dubia» han sido objetivo de las críticas de Ivereigh, también a través de las redes sociales. «Tratan de echar abajo el fruto de dos sínodos y un importante documento papal», escribía en Twitter hace pocos días.
Naturally, the pope won’t answer the so-called dubia; they seek to overthrow the fruit of the HS in two synods & a major papal document.
— Austen Ivereigh (@austeni) 20 de junio de 2017
La afirmación «Son los obispos diocesanos los que importan aquí, ellos son los que implementan la AL, no los cardenales jubilados» es sólo un ejemplo de cómo Ivereigh ha tratado de desautorizar a quienes plantearon sus “dubia” al Papa Francisco motivados por una profunda preocupación pastoral.
it’s diocesan bishops that matter here — they are the ones who implement AL, not retired cardinals.
— Austen Ivereigh (@austeni) 2 de febrero de 2017
The 2nd version of Dubia is horrified by inconsistent implementation of Amoris, but is silent about same in respect of Laudato Si. Odd!
— Austen Ivereigh (@austeni) 21 de junio de 2017
Row over Amoris illustrates tendency of Catholics to believe that doctrinal development was frozen at some point earlier in their lifetimes.
— Austen Ivereigh (@austeni) 21 de junio de 2017
Cardinals’ letter «is a very grave scandal, which could even lead the Holy Father to take away their red hats» https://t.co/WQMh0ftuGj
— Austen Ivereigh (@austeni) 30 de noviembre de 2016
La utilización de las redes sociales para arremeter contra quienes no comparten las propias ideas puede traer complicaciones, sobre todo si se quiere borrar el rastro de lo que se ha afirmado. Bien lo sabe Ivereigh -y también el jesuita Antonio Spadaro– después de que un usuario de Twitter rescatara uno de sus «tuit». En la publicación eliminada, el escritor celebraba que «fanáticos y fundamentalistas» habían sido «purgados» de la Pontificia Academia para la Vida.
Aquellos que se han atrevido a criticar algunos de los nombramientos de la Pontificia Academia para la Vida también han sido señalados por Ivereigh. Es el caso, por ejemplo, de Luke Gormally, señalado por calificar de «escandalosa» y «chocante» la afirmación de uno de los nuevos miembros de la Academia, Nigel Biggar, que en una entrevista dijo que se inclinaba a trazar la línea para el aborto en las 18 semanas después de la concepción.
En un artículo en Crux, Ivereigh defiende el nombramiento de Biggar y acusa a los críticos de querer una Academia para la Vida que sea un «enclave de los ideológicamente puros». «La nueva composición de la Pontificia Academia por la Vida representa un intento de Francisco y Paglia de liberarse del dominio de un activismo pro-vida estrechamente ligado a tradicionalistas y conservadores», asegura. Este artículo ha sido compartido por el arzobispo Vincenzo Paglia, presidente de la Academia para la Vida, en Twitter:
Positive responses to balanced analysis of @PontAcadLife vision by @austeni Austin Ivereigh continue. Thank You.https://t.co/m7DZRVx4ZC
— Archbishop Paglia (@PagliaTW) 21 de junio de 2017
Los chupamedias
El Papa Francisco daba hace unos meses una advertencia a los aduladores que le rodean, y usaba, como siempre sabe hacer, palabras muy visuales: «Tengo alergia a los ‘chupamedias’.
Tengo alergias a los aduladores. Me viene natural. Porque adular a otro es usar a una persona para un fin, escondido o visible, pero para obtener cualquier cosa para sí mismo. Es indigno», afirmó el máximo Pontífice en un anticipo de una entrevista con la cadena TV2000, con motivo del cierre del Jubileo Extraordinario de la Misericordia.
«En Buenos Aires, en nuestro argot porteño a los aduladores los llamamos ‘chupamedias’ y la figura es propia de quien chupa las medias a otro. Es feo masticar las medias de otro, es un nombre bien hecho», añadió.
Comenzamos con Austen Ivereigh una serie de perfiles de los «chupamedias» del Papa, aquellos que le rodean, le adulan, y actúan de francotiradores contra quien ose ya no disentir sino sencillamente preguntarle.
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