El alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, se muestra igual de preocupado por realizar nuevos documentos oficiales empleando el «género neutro» que por satisfacer las necesidades básicas de los zaragozanos sin recursos.
Las prioridades del Gobierno municipal de Zaragoza, encabezado por Pedro Santisteve -de Zaragoza en Común-, están más que claras. A finales de 2015, Santisteve creó la llamada «Oficina Técnica de Transversalidad de Género», una unidad adscrita a la concejalía de Educación -dirigida por Arantza Gracia-, y destinada a velar por los «derechos LGTB».
Dicha entidad cuenta con la misma partida de gastos que la destinada a financiar, por ejemplo, el Banco de Alimentos de la capital aragonesa -entidad social que garantiza la recogida y distribución de alimentos para personas sin recursos-, o a los presupuestos municipales destinados a la «atención al chabolismo».
Tal y como recoge el diario ABC, la Oficina Técnica de Transversalidad de Género cuenta con 10.000 euros para poder realizar su actividad, la misma cantidad de dinero empleada para dar de comer a quienes no tienen recursos.
Esta unidad cuenta además con personal propio y está liderada por Laura Mateo Gregorio, que este miércoles ha presentado la llamada «nueva guía de estilo» del Ayuntamiento de Zaragoza, que pretende “visibilizar e integrar a aquellas personas que no se sienten identificadas con los géneros tradicionales masculino-femenino: transexuales, transgénero o intersexuales”.
Para ello, el gobierno municipal de Zaragoza (Podemos-IU) utilizará el llamado como “tercer género” en sus escritos oficiales para “no ofender” a todo aquel que no se sienta ni mujer ni varón. Esta normativa trae consigo numerosos costes debido a que se deberán elaborar nuevos impresos y solicitudes en los que no aparezca ninguna palabra que haga referencia a hombres o mujeres, con el único objetivo de no “ofender” al colectivo LGTB.
Así las cosas, el alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, se muestra igual de preocupado por realizar nuevos documentos oficiales empleando el «género neutro» que por satisfacer las necesidades básicas de los zaragozanos sin recursos.
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No me cabe ninguna duda de que, además de odio y sectarismo, el alcalde de Zaragoza padece algún tipo de demencia. Ojalá puedan quitárselo de encima cuanto antes.