Francisco recuerda que uno de los peligros más graves en la Iglesia es el clericalismo

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El Santo Padre vuelve a advertir acerca del clericalismo en su mensaje a los participantes en el Capítulo General de la Orden de los Clérigos Regulares de la Somasca.

En la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico Vaticano, el Papa Francisco recibió en audiencia a los  participantes en el Capítulo General de la Orden de los Clérigos Regulares de la Somasca.

En el discurso que dirigió a los presentes durante la audiencia, Francisco les animó a ponerse “en salida» para ir hacia la humanidad herida y descartada. El pontífice quiso hacer hincapié en los nuevos “medio huérfanos”: emigrantes, chicos, niños, que vienen solos a nuestras tierras y necesitan encontrar paternidad y maternidad.

El Papa también animó a los presentes en la audiencia a prestar atención a las diferentes formas de marginalidad en las periferias geográficas y existenciales y afrontar la transformación de las estructuras, que, en algunos casos, «dan una falsa protección y obstaculizan el dinamismo de la caridad y del servicio al Reino de Dios».

Asimismo, el Santo Padre advirtió que «uno de los peligros más graves, más fuertes hoy en la Iglesia es el clericalismo» e invitó a trabajar con los laicos para que «tengan el valor de ir adelante».

A continuación, el discurso del Papa Francisco a los participantes en el Capítulo General de la Orden los Clérigos Regulares de la Somasca difundido por la Oficina de Prensa de la Santa Sede:

Queridos hermanos,

Me complace daos la bienvenida y os saludo cordialmente, empezando por el Superior General, a quien agradezco sus palabras. El tema que habéis elegido para vuestro Capítulo General: «Pasemos a la otra orilla junto con nuestros hermanos con los que queremos vivir y morir”, está inspirado en las palabras de Jesús (cf. Lc 8,22) y se refiere a un pasaje crucial de la historia de vuestra institución para comprender su valor profético. Efectivamente, a partir de 1921, un pequeño grupo de Somascos dejó las costas europeas para desembarcar en las riberas lejanas del continente americano. Fue una apertura misionera decisiva, que dio un nuevo impulso y amplias perspectivas apostólicas a vuestra familia religiosa.

Ahora os proponéis redescubrir las motivaciones ideales de aquel empuje evangelizador para actuarlas en el hoy en la Iglesia y en la sociedad, fieles al carisma de vuestro fundador y teniendo en cuenta los cambios de las condiciones sociales y culturales.

En este discernimiento os sostienen los frutos espirituales del Jubileo somasco 2011-2012 que han hecho y todavía hacen tanto bien a vuestras comunidades. En aquella circunstancia significativa, en la que  conmemorasteis con gratitud el quinto centenario de la fundación de vuestra Orden, mi predecesor Benedicto XVI os envío un mensaje en el que os instaba a seguir el ejemplo luminoso de San Girolamo Emiliani, preocupándoos por “cada una de las pobrezas de nuestra juventud, morales, físicas, existenciales, y sobre todo la pobreza de amor,  raíz de todos los problemas humanos «(20 de julio de 2011).

El ideal que movió a Girolamo Emiliani fue la reforma de la Iglesia a través de las obras de caridad. Su proyecto era el de reformarse primero a sí mismo en la fidelidad al Evangelio, después a la comunidad cristiana y a la sociedad civil, que no pueden ignorar a los pequeños y a los marginados, sino socorrerlos y promover su desarrollo humano integral.

También yo os animo a permanecer fieles a la inspiración original y a que os pongáis “en salida» para ir hacia la humanidad herida y descartada, con opciones evangélicamente eficaces que surgen de la capacidad de ver el mundo y la humanidad con los ojos de Cristo. El rasgo característico de vuestra vocación es, ante todo, el cuidado de los últimos, especialmente los huérfanos y jóvenes abandonados,  según el método educativo de vuestros fundador, fuertemente centrado en la persona, en su dignidad, en el desarrollo de sus capacidades intelectuales y manuales.

Y hablando de huérfanos, hay nuevos “medio huérfanos”: esos emigrantes, chicos, niños, que vienen solos a nuestras tierras y necesitan encontrar paternidad y maternidad. Me gustaría hacer hincapié en esto: en los barcos muchos vienen solos y eso es lo que necesitan. Esto y otras cosas son tarea vuestra.

Para que vuestro servicio al Evangelio se adhiera más a las situaciones concretas de la vida de las personas, estáis elaborando nuevos métodos de cumplir vuestra misión. En particular, a partir de la realidad actual de vuestra Orden, os enfrentáis a la cuestión de su fisonomía internacional e intercultural en relación con el servicio a los pobres y a los últimos.

Os animo a prestar atención a las diferentes formas de marginalidad en las periferias geográficas y existenciales. No tengáis miedo de «dejar los odres viejos», afrontando la transformación de las estructuras cuando sea útil para un servicio más evangélico y en consonancia con el carisma original. Las estructuras, en algunos casos, dan una falsa protección y obstaculizan el dinamismo de la caridad y del servicio al Reino de Dios. Quisiera reiterarlo: Las estructuras, en algunos casos, dan una falsa protección y obstaculizan el dinamismo de la caridad y del servicio al Reino de Dios. Pero detrás de estos procesos siempre está la experiencia de un encuentro gozoso con Cristo y de la consagración a su persona, está la exigencia gozosa de la primacía de Dios y de no anteponerle nada así como a las «cosas» del Espíritu, está el don de manifestar su misericordia y su ternura en la vida fraternal y en la misión.

Para ofrecer un servicio adecuado en el campo del malestar infantil y juvenil, tenéis la oportunidad de involucrar a los laicos somascos, de cara a un compromiso más consistente en el ámbito social del carisma. Los derechos humanos, la protección de los menores, los derechos de la infancia y de la adolescencia, la protección del trabajo infantil, la prevención de la explotación y de la trata de personas, son temas que deben ser abordados a través de la fuerza liberadora del Evangelio y, al mismo tiempo, con adecuadas herramientas operativas y competencias profesionales.

San Girolamo Emiliani, un contemporáneo de Lutero, vivió con sufrimiento la laceración de la unidad católica; cultivó y promovió en Italia la reforma de la Iglesia, «sua ardentissima sete», con las obras de caridad, la obediencia a los pastores, la contemplación del Crucificado y de su misericordia, la enseñanza del catecismo, la fidelidad a los sacramentos, el culto de la Eucaristía, el amor a la Virgen María. ¡Que su ejemplo y su intercesión os empujen a consagrar vuestras fuerzas al anuncio de la salvación en Cristo, para que pueda llegar a las personas y a las comunidades de las naciones donde estáis presentes y a sus tradiciones!; así  progresa la inculturación, condición necesaria para el enraizamiento de la Iglesia en el mundo.

En particular, os animo a continuar vuestra labor de formación de catequistas, de animadores laicos y del clero. Uno de los peligros más graves, más fuertes hoy en la Iglesia es el clericalismo. Trabajad con los laicos, que sean ellos los que lleven adelante, que tengan el valor de ir adelante, y vosotros sostenedlos y ayudadlos como sacerdotes, como religiosos. Este es un servicio muy valioso para las Iglesias locales, en comunión con los Pastores y en unión con toda la Iglesia y su tradición viviente.

También el diálogo ecuménico merece vuestra contribución. El camino hacia la unidad plena es largo, requiere la escucha paciente de lo que el Espíritu dice a las Iglesias, y hoy en particular, a las comunidades eclesiales de África y Asia, en las que trabajáis con ardor apostólico. La colaboración posible entre todos los bautizados y la búsqueda de una mayor fidelidad al único Señor son directamente parte de la misión. El Señor apoyará vuestros esfuerzos en este sentido.

Queridos hermanos, ante vosotros está la tarea de continuar y desarrollar la obra inspirada por Dios a San Girolamo Emiliani, declarado por el Papa Pio XI Patrón universal de los huérfanos y de la juventud abandonada. Un renovado ardor misionero os empuje a dedicaros al servicio del Reino de Dios a través de la educación de los jóvenes, para que crezcan fuertes en la fe, libres y responsables, valientes en el testimonio y generosos en el servicio. Os animo a proseguir con vuestro camino de secuela y celo apostólico, rico en numerosas obras y siempre abierto a nuevas expresiones, de acuerdo con las necesidades más urgentes de la Iglesia y de la sociedad en diferentes momentos y lugares. Fieles al carisma del Instituto y unidos a los pastores, continuaréis dando una contribución fecunda a la misión evangelizadora de la Iglesia. Pido al Espíritu Santo, con la intercesión maternal de la Virgen María, que os ilumine en vuestros trabajos capitulares, y os imparto de corazón la bendición apostólica.

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Comentarios
17 comentarios en “Francisco recuerda que uno de los peligros más graves en la Iglesia es el clericalismo
  1. El si que es clerical, no quiso ir la Vaticano y pretendía ser un primus inter pares y se ha convertido en Luis XIV, y no sólo eso se mete en todo en lo que es de Dios y lo que es del César, al menos Luis XIV era hijo y nieto de reyes, pero este con la elección de unos cuantos cardenales pretende gobernar el mundo entero a su antojo.

  2. Francisco, no ha condenado el golpe de Estado dado en Venezuela su amigo Maduro. Ha quedado retratado, de cuerpo entero, como clericalismo, ateo, masón, comunista, populista…

  3. El término «clericalismo» es hoy, y desde hace tiempo, muy equívoco. El Santo Padre tendría que aclararnos que entiende él por clericalismo. Personalmente, me gusta cierta descripción de Castellani, que si bien escrita hace muchos años ya, encaja bastante bien hoy:
    «Esta pregunta espinosa se puede satisfacer con una distinción muy sencilla: anticlerical que va en contra del clero, NO; anticlerical que va en contra del clericalismo, SÍ. Wicleff, de Oxford, fue anticlerical en el primer sentido; Chaucer, de Oxford, su contemporáneo y condiscípulo (1340-1400) sólo en el segundo. Y lo mismo podemos decir del Papa Gregorio XI, que respondió a los que acusaban al poeta inglés de ir «contra los religiosos»: «Quodsi improbis et idiotis adversatur, et ego adversor.» («Pero si se opone a los perversos y a los idiotas, también yo me opongo»)
    Clericalismo es «el descenso de una mística en política», como lo definió muy bien Charles Peguy. No es simplemente un cura que se vuelve político, como el P. Filippo o el Cardenal Cisneros, eso no tiene «décalage» –vale decir, cuando los fines específicos del sentimiento religioso se desvían a metas terrenales. Nuestros padres llamaron «santulones» a los que sufren de este desorden, cuando son gentecilla; cuando son Jerarcas, la cosa tiene otro nombre más feo, procedente del Evangelio.
    Clericalismo ha habido siempre, y el de hoy no es invisible. Por ejemplo, cuando un Jerarca de la Iglesia se creé más infalible de lo que es, y aun más que el Padre Eterno, eso es alto-clericalismo; cuando un súbdito afecta creerlo, bajo-clericalismo. Hoy día es más castigado el que se atreve a decir que un Jerarca se equivocó, aunque eso sea patente, que el que dijera que la Santísima Trinidad tiene cuatro personas: Padre, Hijo, Espíritu Santo y el Obispo. A este último son capaces de condecorarlo los Canónigos Lateranenses, como a Constancio Vigil. Tal como anda hoy el mundo, por lo menos en este país, un mínimo de anticlericalismo es necesario para la salvación eterna».
    No creo que sea en este sentido que lo usa nuestro Papa.

  4. El papa jesuita practicando su deporte favorito: el charla que te charlarás…
    Nunca se cansará de pronunciar una palabra hueca tras otra, esquivando los temas realmente trascendentes, como el golpe de estado que acaba de ejecutar su amigo Nicolás Maduro en Venezuela.
    Siempre charla que te charlarás…

    (Johnny-Gin)

  5. Clericalismo es que los clérigos se ponen a hacer de laicos y los laicos a hacer de clérigos; un no estar cada cual en su sitio y en sus tareas propias.

  6. «NO HACE MUCHO TIEMPO UN CONGRESO HABRÍA SIDO IMPENSABLE»
    El Papa recibe a los participantes del Congreso en Roma sobre Lutero
    El papa Francisco recibió este viernes en el Vaticano a los participantes en el Congreso Internacional de Estudios organizado por el Comité Pontificio de Ciencias Históricas, con motivo del V Centenario de la Reforma luterana (1517-2017) sobre el tema: Lutero 500 años después.

    31/03/17 6:58 PM
    (Zenit) La reunión de historiadores que se reunieron en Roma del 29 al 31 de marzo, quiso dar así una perspectiva histórica y eclesial de la Reforma luterana, que iniciando intenciones positivas acabó provocando una fractura de de la cristiandad.

    El Santo Padre en la Sala Clementina del Palacio Apostólico, les dirigió unas palabras en las que expresó gratitud a «esta loable iniciativa del Comité Pontificio de Ciencias Históricas», acompañado «de un cierto asombro ante la idea de que no hace mucho tiempo un congreso de este tipo habría sido del todo impensable».

    Francisco consideró que «hablar de Lutero, protestantes y católicos juntos, por iniciativa de un organismo de la Santa Sede», son «frutos del Espíritu Santo, que supera todas las barreras y transforma los conflictos en oportunidades para el crecimiento en la comunión».

    Y recordó que el título del documento de la Comisión Luterana-Católica romana, en vista de la conmemoración común del quinto centenario de la Reforma de Lutero es «Del conflicto a la comunión».

    «Los análisis serios -prosiguió el Santo Padre- sobre la figura de Lutero y su crítica contra la Iglesia de su tiempo y del papado contribuyen indudablemente a superar ese clima de desconfianza mutua y de rivalidad que durante demasiado tiempo caracterizó en el pasado las relaciones entre católicos y protestantes».

    Así el «estudio cuidadoso y riguroso, libre de prejuicios y polémicas ideológicas, permite a las Iglesias, hoy en diálogo, discernir y asumir aquello que de positivo y legítimo había en la Reforma, y distanciarse de los errores, las exageraciones y los fracasos, reconociendo la pecados que llevaron a la división».

    «Todos somos conscientes de que el pasado no se puede cambiar», constató el Papa, «sin embargo, hoy, después de cincuenta años de diálogo ecuménico entre católicos y protestantes, es posible hacer una purificación de la memoria, que no consiste en realizar una corrección inactuable de lo que ocurrió hace quinientos años, sino en «contar esta historia de una manera diferente».

    En sus palabras el Pontífice aseguró que «hoy, como cristianos, todos estamos llamados a liberarnos de los prejuicios hacia la fe que otros profesan con un acento y un lenguaje diferente, a intercambiarnos mutuamente el perdón por los pecados cometidos por nuestros padres y a invocar juntos de Dios el don de la reconciliación y de la unidad».

    El Papa concluyó señalando que acompaña con la oración este trabajo de investigación histórica e impartió su bendición.

  7. El sr. Bergoglio tiene por costumbre proyectar en la Iglesia y sus hijos lo que no son sino sus propias vergüenzas. Critica un supuesto «clericalismo» que nadie sabe dónde está en un mundo en que la realidad es totalmente la contraria, la de un poder civil y político que pretende meter las narices en la autonomía y libertad de la Iglesia, como en aquellos países donde se ha impuesto la herejía de su idolatrado Lutero. Ha convertido un pobre heresiarca de muy pocas luces y mucha agresividad en el faro, guía y referente de su iglesia, que no es la verdadera, la Católica.

  8. Echenique, no sé para qué nos obsequias con los exabruptos que lanza contra la Iglesia el señor Bergoglio. Si queremos leerlos ya acudiremos a las fuentes.

  9. El colmo del clericalismo es que el clérigo se ponga en lugar de Dios y consigan que los fieles le traten como si fuera Dios. Es lo que hizo Escrivá de Balaguer, que se hacía llamar como Dios –“El Padre”, “Nuestro Padre en el cielo”- y manipulaba a sus socios para hacerles creer que todo lo que él hacía era “Obra de Dios”.

    Blasfemia y herejía que es tanto clerical como laical en el Opus. Hacen creer a sus socios, con insondable brujería, que todo lo que les mandan los directores, laicos, proviene de Dios y que estos tienen “gracia de estado”.

    Por eso aparecen personajes delirantes por aquí que pretenden darle órdenes al Papa y como este no les obedece quieren echarle. Los tipos se creen que por obedecer al Opus tienen “gracia de estado” y son superiores a todos.

  10. Rafael, veo que vas atrasado de noticias. El actual Opus está entusiasmado con el sr. Bergoglio. Le recuerdo que el Papa está obligado a servir a la Iglesia como el resto de fieles, cosa que no hace, por eso, por respeto a la Iglesia Católica, se critican las torpezas del sr. Bergoglio

  11. Chimo Vice. Una cosa es lo que se dice en público y otra lo que se hace. El Papa hace poco ha hablado de los que «tiran la piedra y esconden la mano»

    Es el Opus quien está detrás de los ataques al Papa. Porque les ha quitado su indebido poder. Si les diera poder le harían palmas con las orejas.

  12. Creo que lo peor que le puede pasar a la Iglesia no es el clericalismo sino que se sustituya el mensaje de Cristo por uno nuevo a gusto de cada uno,humildad no es poner cara tierna ni quitar las partes que no nos convienen ,humildad es adherir a Cristo integramente obviamente con su ayuda ,porque su evangelio es exigente, no se que es el clericalismo pero no me suena que sea eso lo peor que le pase a la Iglesia saludos y gracias!!

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