Miguelianos: La escabrosa declaración que echa por tierra la defensa del Brujo Miguel

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Ante la campaña emprendida por un medio que se ha empeñado en calificar de «cacería mediática» el relato de los sucesos acontecidos en el seno de la desmantelada Orden y Mandato de San Miguel Arcángel y de las acciones de su líder, InfoVaticana ofrece en exclusiva la declaración de una de las imputadas en el caso Miguelianos».

Advertimos a nuestros lectores que algunos de los detalles recogidos en la declaración pueden resultar altamente obscenos y pueden herir su sensibilidad. 

Una declaración ante el juzgado de instrucción dio la vuelta al caso Miguelianos. Si quedaba alguna duda sobre la culpabilidad del Brujo Miguel, una imputada que quiso cambiar su declaración, voluntariamente, relató punto por punto lo que describe una conducta inicua y criminal del líder de la secta.

La declarante, que en un primer momento habló en favor de Miguel Rosendo, líder de la organización, decidió cambiar su declaración ante la necesidad de contar la verdad y para que no volviera a reproducirse lo sucedido en la Casa Madre en Oia Mougás. Preguntada sobre si había recibido presiones previas a su anterior declaración, aseguró que no y reveló que existía un pacto de silencio anterior para proteger al fundador de la Orden y Mandato de San Miguel Arcángel.

En su nueva declaración, esta mujer cuenta que en el año 1995, estando en la consulta de Miguel Rosendo, éste la abrazó mientras le repetía «entra dentro de mí», quedando tan cerca de ella que pudo notar que tenía una erección e intentó separarse de él. El líder de los «miguelianos» le preguntó si tenía miedo y al contestar ella que sí, él intentó tranquilizarla asegurando que era un «médico espiritual».

En el año 2001, en una convivencia con el grupo en Lalín, la declarante asegura que al manifestar que estaba mal del estómago, Miguel Rosendo le dijo que fuera al baño, que llenara la bañera y que echara un limón en el agua, que se metiera en la bañera, rezara un poco y no cerrase la puerta del baño por dentro. Al poco tiempo, él habría entrado en el baño y cuando la mujer encogió las piernas por pudor, éste le habría espetado: «¿Qué haces? No temas. Debes verme como un médico espiritual, si piensas mal de mí, me ensucias.»

Según esta misma fuente, a continuación, Miguel Rosendo cogió un cuchillo, le dijo a la declarante que separara las piernas e hizo unas cruces en el fondo de la bañera y en las piernas de la mujer, para después decirle que saliese de la bañera y permaneciese desnuda en el baño. La declarante sostiene que el líder de los «miguelianos» se puso frente a ella, le pidió que levantara los brazos y la abrazó conminándole a entrar dentro de él. La declarante asegura que ella en aquel momento no ofrecía resistencia activa, pero sí que se sentía bloqueada y no decía nada por miedo y vergüenza.

La declaración continúa con otro episodio acontecido en un campamento de convivencia en Salamanca. En este lugar, había una ermita con un albergue colectivo, sin habitaciones, y había un único cuarto separado del espacio común. La declarante relata que el Brujo Miguel pasó una de las noches en ese cuarto con ella y varias personas de la organización y que empezó a acariciarle el pelo y la cara y a meterle los dedos en la boca hasta que ella gritó y él se detuvo.

El día después de este suceso, según este testimonio, el líder de los «miguelianos» habló con ella en privado y «muy enfadado» le recriminó: «¡Cómo piensas mal de mí!». La declarante afirma que entonces sintió vergüenza por haber desconfiado de Miguel Rosendo, que él decía que le ensuciaba con esos malos pensamientos y que la reprimenda fue «severa». Según esta declaración, el Brujo Miguel tenía un carácter horrible, era iracundo, fácilmente irascible y voluble, pasando de un estado a otro con facilidad en el mismo día.

El relato de esta ex miembro de los «miguelianos» continúa con otro episodio que habría tenido lugar en Mougás en el año 2003. La declarante afirma que, cuando se iban a retirar a descansar, Miguel Rosendo le pidió que se quedara con él y le habló de que ella tenía un alto nivel de espiritualidad y grandes capacidades, para después solicitar uno de los habituales abrazos en los que pedía que «entrara dentro de él».

En un momento dado, según este relato, el Brujo Miguel la puso de espaldas a él e intentó tener acceso carnal por vía anal con ella. La declarante asegura que se resistió y le apartó y que él le dijo que lo había hecho muy bien, pero que no podía «ensuciarle» percibiendo algo sexual en lo sucedido, sino que se trataba de algo espiritual, de «un trabajo» cuyo fin era sacarle sus males y demonios porque ella era una elegida.

A partir de este suceso, la declarante señala que se despertaba por las noches gritando, que tenía pesadillas y que soñaba que Miguel Rosendo intentaba forzarla. En su declaración, la mujer indica que en un primer momento no sabía si los «trabajos» que ella padecía eran los mismos que los que padecían otras personas de la organización, pero que lo supo posteriormente cuando pasaron a ser colectivos y se generalizaron en la hora de la siesta y en la sala contigua al despacho del Brujo Miguel.

Preguntada durante su declaración por qué cuando Miguel Rosendo le pedía que le acompañara a hacer un «trabajo» no se negaba, ella responde que al líder no se le podía cuestionar y cuenta que, en otro de los episodios en los que el líder de los «miguelianos» le pidió hacer un «trabajo», en todo momento él le decía que era un ángel, lleno de espiritualidad y que «no se quedara encerrada en su cuerpo».

Esta ex miembro de la Orden y Mandato de San Miguel Arcángel revela, asimismo, que Miguel Rosendo le explicó un día el concepto de «rueda»: él aseguraba ser el eje de una rueda espiritual que busca la transmisión de energía para luchar contra los demonios, que era como San Miguel y que su misión era acabar con el demonio de la iglesia.

La declaración prosigue con relatos de orgías -denominadas «trabajos colectivos»- en las que participaban varias mujeres pertenecientes a la organización bajo la dirección de Miguel Rosendo. Después de uno de estos «trabajos», el Brujo Miguel le preguntó a la declarante si le pasaba algo y ella reaccionó rompiendo a llorar, al igual que otra de sus compañeras. Entonces, según este testimonio, el líder de los «miguelianos» se puso a gritar «como un loco» y reprochó a las mujeres que fueran unas «guarras» por no pensar que lo que acababa de pasar era un «acto de espiritualidad».

Otro de los episodios relatados en esta declaración habría tenido lugar en Mougás, en el momento de la siesta. La declarante sostiene que Miguel Rosendo le dijo que tenía que hacer un trabajo junto a otra de las mujeres de la organización. Según este testimonio, los tres se desnudaron, fueron al sofá, se acostaron de costado y Miguel Rosendo cogió la mano de la declarante para que le tocase sus genitales y, después, indicó a una de las mujeres que tocara a la otra y que practicaran sexo oral mientras él se masturbaba.

La declarante también habla de otro suceso en el que habría participado el Brujo Miguel y tres mujeres de la Orden. Según su relato, los cuatro se desnudaron, se metieron en la cama y Miguel Rosendo comenzó a dirigir a las mujeres diciéndoles que tuvieran sexo oral entre ellas mientras él penetraba por vía anal a una de ellas. La declarante sostiene que él en todo momento estaba pendiente de lo que hacían hasta el punto de decir frases como «No le metas un dedo, métele más». A continuación, el Brujo Miguel habría conducido la cabeza de la declarante para que le practicase una felación y habría pedido a una de las mujeres que se pusiera a cuatro patas.

En medio de la orgía, la declarante asegura que le dieron arcadas e intentó disimularlo, al tiempo que hacía que Miguel Rosendo eyaculase con su felación. Manchada de semen, tuvo el acto reflejo de limpiarse con la sábana y una de las mujeres le recriminó: «¿Qué estás haciendo? Que es de Totó».

Paralelamente a estos «trabajos colectivos», la mujer afirma que estaba sometida a «trabajos individuales», que solían tener lugar después de que el líder de los «miguelianos» se le acercara, le tocara el culo y le susurrara frases como «Te deseo».

La declarante subraya que estos hechos repercutían de forma negativa en la vida sexual con su marido, ya que a menudo le sobrevenía el llanto. Cuando le comentaba esta situación a Miguel Rosendo, él se sonreía y le decía que era normal porque con estos actos ayudaba a su esposo a través de ella.

Respecto a la noche en la que dos miembros de los «miguelianos» -Sandra y Esteban- dejaron el grupo, la declarante señala que le contaron que Esteban habló con Rosendo y le preguntó si mantenía relaciones sexuales con «los bastones» y que éste lo negó con rotundidad. Cuando las implicadas llegaron y fueron preguntadas, una respondió que «jamás» y otra, sin embargo, dijo que no podía mentir y que era verdad.

Según este relato, Esteban reprochó al brujo Miguel que coaccionaba continuamente y le preguntó si había mantenido relaciones sexuales colectivas y éste respondió que sí y pidió ayuda a Esteban y le dijo que fuera su director espiritual. Finalmente, Esteban anunció que se marchaba y Sandra se fue con él.

Con este escabroso relato ante la juez de quien había sido uno de los apoyos fundamentales del Brujo, se desmoronó toda a estrategia de defensa del lider de la secta.

Mientras tanto, los  sacerdotes adeptos de la secta,  en un comportamiento errático, han confiado toda su defensa a un conocido ex sacerdote que trabaja hoy de periodista sin ningún prestigio profesional,  y que ya se enfrenta a una querella criminal por insultar a un sacerdote para defender al brujo.

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Comentarios
6 comentarios en “Miguelianos: La escabrosa declaración que echa por tierra la defensa del Brujo Miguel
  1. Lo que describe esa señora es un delito de abusos sexuales y la legislación española es de la de países de la OCDE de las que más protege a la mujer.
    Está en buenas manos en manos de los jueces que saben lo que tienen que hacer

  2. Esta super claro que lo tienen que encarcelar sin más pq hay pruebas suficientes y que enseñen a estas señoras quien es Jesús y a quien defendía y como fue su vida para que vean donde se mete.

  3. No entiendo como la gente se deja engañar, La biblia es clara, todos líder religioso que predique o practique lo que la biblia condena, es un farsante.

  4. Todo lo del lado oscuro siempre se presenta con un halo de seducción .Por eso se cae en la trampa Son espíritus. Dios los reprenda que arrastran y como no se tenga fortaleza en Dios se sucumbe. Por eso rezamos …..Señor libranos de todo mal. Fundamental es la Santa Misa el Rosario Confesarse, leer la Biblia y hacer ayuno.Si de entrada parece que e puede ser mucho hacerlo rogresivamente empezar con la misa y el Rosario

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