Siete almas (Seven Pounds)

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Un sinónimo olvidado de la palabra “amor” es “sacrificio”. Por desgracia, la entrega que el amor conlleva se ha relegado hoy a un mero sentimiento de bienestar. Afortunadamente, continúa habiendo películas que nos recuerdan que no existe un verdadero afecto, si no está acompañado por el deseo de la entrega. Como afirmaba el clásico, “amar es buscar el bien del amado”.

Ben Thomas es inspector de Hacienda en Los Ángeles. Pese a la mala reputación de su trabajo, él pretende hacer el bien a las personas que debe investigar. Con este fin, profundiza en la vida privada de cada una de ellas y procura solucionar sus problemas. Sin embargo, esta cadena de favores se interrumpirá cuando conozca a una mujer de la que se enamora, pero que padece una severa enfermedad de corazón.

La película supuso la segunda colaboración artística entre su director, Gabriele Muccino, y el famoso intérprete Will Smith. La primera de ellas había sido En busca de la felicidad, un tierno relato sobre la paternidad y la superación personal. En ambas, pues, los dos cineastas acometieron la empresa de resaltar los valores humanos de los que hoy adolece nuestra sociedad. Concretamente, en el film que nos ocupa, intentaron demostrar que el amor y la entrega por lo demás son el motor de la auténtica dicha.

Como hemos afirmado arriba, es un largometraje que hace suya la máxima clásica acerca del afecto. Por ello, no duda en ofrecer situaciones complejas, exageradas e incluso lacrimógenas con la intención de evidenciarla. Aunque por este motivo generó algún debate cuando se estrenó, especialmente por su tramo final, no deja de ser una buena película sobre el verdadero sentido del amor.