Francisco recuerda que los homosexuales no pueden ser admitidos al Seminario y a las Órdenes Sagradas

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«La Iglesia, respetando profundamente a las personas en cuestión, no puede admitir al Seminario y a las Órdenes Sagradas a quienes practican la homosexualidad, presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas o sostienen la así llamada cultura gay», se afirma en el documento El Don de la vocación presbiteral – Ratio Fundamentalis Institutionis Sacerdotalis.

La Congregación para el Clero ha publicado el documento El Don de la vocación presbiteral – Ratio Fundamentalis Institutionis Sacerdotalis, sobre la formación de los presbíteros (Lea-aquí-el-don-de-la-vocación-presbiteral).

Han pasado ya treinta años desde que, el 19 de marzo de 1985, la Congregación para la Educación Católica, entonces competente en esta materia, actualizó la Ratio fundamentalis institutionis sacerdotalispromulgada el 6 de enero de 1970.

La nueva Ratio fundamentalis, aprobada por el Papa Francisco, describe el proceso formativo de los sacerdotes desde los años del Seminario y presenta la formación como única, integral, comunitaria y misionera. La formación inicial y permanente, comprendida en una visión integral, deberá tener en cuenta las cuatro dimensiones propuestas por la exhortación apostólica post-sinodal Pastores dabo vobis de San Juan Pablo II.

En el nuevo documento la formación inicial se articula en cuatro etapas: propedéutica, de los estudios filosóficos o discipular, de los estudios teológicos o configuradora, pastoral o de síntesis vocacional. Respecto a la Ratio fundamentalis de 1970, el proceso formativo presenta algunos avances: después de la fase experimental, iniciada con el Sínodo de los Obispos de 1990, la «etapa propedéutica» es presentada como necesaria y obligatoria.

En relación a las personas con tendencias homosexuales que se acercan a los Seminarios, o que descubren durante la formación esta situación, la presente Ratio fundamentalis recoge que, en coherencia con el Magisterio, «la Iglesia, respetando profundamente a las personas en cuestión, no puede admitir al Seminario y a las Órdenes Sagradas a quienes practican la homosexualidad, presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas o sostienen la así llamada cultura gay».

«Dichas personas se encuentran, efectivamente, en una situación que obstaculiza gravemente una correcta relación con hombres y mujeres. De ningún modo pueden ignorarse las consecuencias negativas que se pueden derivar de la Ordenación de personas con tendencias homosexuales profundamente arraigadas», se recoge en el documento.

Asimismo, en nota a pie de página se hace referencia a la Instrucción sobre los criterios de discernimiento vocacional en relación con las personas de tendencias homosexuales antes de su admisión al seminario y a las órdenes sagradas de 2005.

En el documento se recuerda que, como signo de la entrega total a Dios y al prójimo, la Iglesia Latina considera especialmente conveniente para el sacerdocio «la continencia perfecta en el celibato por el Reino de los Cielos». De esta forma, consagrados al servicio del Pueblo de Dios en el celibato, los presbíteros se «unen más fácilmente a Cristo con un corazón no dividido, se dedican más libremente al servicio de Dios y de los hombres y así se hacen más aptos para aceptar en Cristo una paternidad más amplia».

«Sería gravemente imprudente admitir al sacramento del Orden a un seminarista que no hubiese madurado una afectividad serena y libre, fiel en la castidad celibataria, a través del ejercicio de las virtudes humanas y sacerdotales, entendida como apertura a la acción de la gracia y no sólo como esfuerzo de la voluntad», se señala.

El decreto indica también la importancia del conocimiento y la familiaridad con la «la realidad femenina» y que las redes sociales formen parte de la vida cotidiana del Seminario a través de un uso vigilante, sereno y positivo.

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Comentarios
8 comentarios en “Francisco recuerda que los homosexuales no pueden ser admitidos al Seminario y a las Órdenes Sagradas
  1. Por desgracia o no, esa no es la realidad en los seminarios, y he conocido varios, donde frecuentemente hay varios homosexuales. Que no practiquen y no hagan lobby quizás podría ser, pero su tendencia es evidente en muchos casos. Estos datos que hablo son de la época de Benedicto XVI, donde esta indicación supuestamente ya estaba vigente.

  2. Normas como esta se aprueban o confirman para contentar a los católicos, pero se inaplican, como se vienen inaplicando, para contentar al lobby gay, tan arraigado, lamentablemente, en todas las esferas eclesiales. La Amoris y sus difuminados y suaves contornos y contoneos son otra concesión al lobby.

  3. Hace bien el Santo Padre, pero también debería obviar a cualquier persona con cualquier tendencia sexual. La pederastia, la concupiscencia, los abusos sexuales, etc etc participan de AMBAR sexos, elegir querubines o eunucos es la perfección. Aunque pensándolo bien no sería la condición lo que dispone a un sacerdocio sino la DISPOSICIÓN en la voluntad de transmitir el mensaje de Xto, cuya madre es la de Dios.

  4. Si se tratase, en cambio, de tendencias homosexuales que fuesen sólo la expresión de un problema transitorio, como, por ejemplo, el de una adolescencia todavía no terminada, ésas deberán ser claramente superadas al menos tres años antes de la Ordenación diaconal.(ESTOS SI SERÍAN ADMITIDOS)

  5. Esto, y la práctica homosexual… Es más que una simple opinión o parecer de los hombres.
    La homosexualidad es una abominación ante los ojos de Dios, y que es castigada con la muerte.
    Por tanto, no es un condición o una aceptación que deberá de quedar en manos del hombre que defeca en hediondez y en repugnancia, sino que ya esta dicho por nuestro amado Dios YAHVEH, quien nos advierte claramente en Su Sagrada Palabra, que estos hombres que tienen esta inclinación «NO serán admitidos en el reino de Dios»

  6. El católico al catolicismo, salvaguardando La Sagrada Palabra de Dios, sin tergiversar La Palabra por medio de la falsa interpretación de Los Textos Sagrados «La Sagrada Palabra de su hijo Jesucristo.
    Y el hombre de Dios proclamará La Sagrada Palabra de Dios entre los suyos, y los suyos le escucharán y obedecerán, y pobre de aquel que la tergiverse, por que aquel será abominación ante los ojos de Dios.
    .
    Y el ateo al ateísmos, y entre los suyos hablará, y su vos no se escuchara.

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