‘El papa Francisco, en las cuestiones sociales y económicas, es un ortodoxo defensor de la doctrina católica’

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Lea a continuación el artículo de Juan Manuel de Prada titulado «Sembrando cizaña».

Afirmaba Chesterton que, al entrar en una iglesia, se nos pide que nos quitemos el sombrero, no la cabeza. Esta máxima es la que me ha animado, durante los últimos años, a discrepar en algún artículo de ciertas declaraciones, ‘gestos’ o poses del papa Francisco, al que sin embargo he aplaudido en otros artículos. Me ha llamado mucho la atención que, cada vez que he discrepado del Papa, mis artículos han sido difundidos interesadamente, mientras que los artículos en los que lo he defendido han sido concienzudamente silenciados. Además, he podido comprobar que muchos hipócritas que me felicitan privadamente por los artículos en los que (con el sombrero entre las manos, pero con la cabeza sobre los hombros) denuncio ciertas delicuescencias papales se afanan luego en utilizarlos para estigmatizarme en círculos oficialistas católicos. Pero todas estas vilezas las sobrellevo con paciencia, pues tengo bien identificada a la chusma que las promueve, formada por falsos y puritanos creyentes que necesitan demonizar al creyente sincero, pero pecador, para medrar y cuspidear en aquellos ámbitos eclesiásticos donde se mueven el dinero y las influencias. Y, además, ser estigmatizado por esta chusma constituye un timbre de gloria.

Tengo las espaldas anchas y he quemado todas las naves. Sin embargo, no soporto que mis críticas puntuales al Papa sean metidas en el mismo saco que los alevosos y torticeros ataques que el Papa recibe por oscuras razones ideológicas, o por sórdidos intereses económicos. Pues mis críticas son las de alguien que estaría dispuesto a derramar hasta la última gota de sangre en defensa de Francisco; mientras que estos ataques están urdidos por gentes que no solamente odian a Francisco, sino también y sobre todo a la institución de la que es cabeza visible, que -como nos enseñaba Chesterton- guarda en sus cimientos la única dinamita que puede cambiar el mundo. Y lo más triste es que muchos católicos chorlitos se están dejando pastorear por estos sembradores de cizaña, que odian al Papa por razones ideológicas y anhelan conducir a estos católicos chorlitos hasta su redil ideológico.

Así, por ejemplo, en una entrevista reciente, Eugenio Scalfari afirmaba que el mandato evangélico de amor al prójimo «es el programa del comunismo»; a lo que el Papa respondía muy pertinentemente que en todo caso «son los comunistas los que piensan como cristianos» en este punto, precisando que «Cristo ha hablado de una sociedad donde los pobres, los débiles, los excluidos puedan decidir; no los demagogos ni los barrabases». Resulta evidente que el Papa pretendía distinguir entre el mandato evangélico y la ideología comunista (a cuyos propagadores llama implícitamente «demagogos» y «barrabases»); pero de inmediato los sembradores de cizaña propagaron que el Papa había afirmado que católicos y comunistas piensan lo mismo, para que los católicos chorlitos reaccionaran paulovianamente y juzgasen al Papa un peligroso comunista.

Pero lo cierto es que el papa Francisco, en las cuestiones sociales y económicas, es un ortodoxo defensor de la doctrina católica. Lo ha sido también, recientemente, en un discurso pronunciado en el Encuentro Mundial de Movimientos Populares, donde ha denunciado que el dinero gobierna «con el látigo del miedo, de la iniquidad, de la violencia económica, social, cultural y militar», imponiendo una «dictadura terrorista» y levantando «muros que encierran a unos y destierran a otros». Lo ha sido, desde luego, cuando ha lamentado que se destinen sumas escandalosas para evitar la bancarrota de los bancos y ni siquiera se destine una milésima parte para evitar la «bancarrota de la humanidad», que se encarna en tantos millones de personas que sufren guerras, éxodos y exclusión. Y, por rebelarse contra el ídolo del dinero, «que reina en lugar de servir, que tiraniza y aterroriza a la humanidad», por proclamar desde la más rigurosa ortodoxia católica estas verdades del barquero, el Papa escandaliza a los sembradores de cizaña, que lo tildan de «rojo», porque saben que en sus palabras se contiene la única dinamita que puede renovar el mundo, la única dinamita que puede arrojar al vacío cósmico toda la basura ideológica con la que estos moscones han envenenado a tantos católicos chorlitos.

Seguiremos entrando en una iglesia con el sombrero entre las manos y con la cabeza sobre los hombros. Y seguiremos, mientras nos dejen, señalando a los sembradores de cizaña que quieren descabezar a los católicos con una doble estrategia. denigrando burdamente al Papa y atiborrando nuestras cabezas de alfalfa ideológica.

Publicado en el XL Semanal de Vocento el pasado domingo

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Comentarios
13 comentarios en “‘El papa Francisco, en las cuestiones sociales y económicas, es un ortodoxo defensor de la doctrina católica’
  1. La diferencia abismal entre un comunista y un cristiano, en dos palabras, es que, mientras el comunista dice ” lo tuyo mío “, de ahí la lucha de clases, que acaba con la riqueza y no reparte ni la pobreza, el cristiano dice y practica ” lo mío tuyo “, de ahí el ejercicio de la caridad personal, en los bienes económicos, culturales, sociales, espirituales y la proliferación de multitud de instituciones católicas al respecto. Por eso es un error de bulto, típico bergogliano, decir que son los comunistas quienes piensan como los cristianos, cuando son la antítesis, pues les mueve el materialismo ateo y el odio y no la caridad.. Esta vez creo que De Prada no afina del todo, con todo mi aprecio, que es mucho.

  2. Bueno, es eso, la opinión de Juan Manuel de Prada. Si a él le consta que el Papa Francisco es ortodoxo en esos temas, hay gente, como yo y muchos otros, a quien no nos consta. Y no por eso somos católicos chorlitos. El Papa Francisco, ya desde su época de cardenal, cree en el sistema partidocrático, con todos sus vicios y corruptelas. Es más, ya como pontífice, ha apoyado y sigue apoyando a un partido, el peronismo, famoso por su pudrición moral y por haber llevado a la ruina a la Argentina. Yo no creo que eso sea ortodoxia desde el punto de vista de la doctrina social de la Iglesia. Por más que lo diga de Prada.

  3. Cuando el Papa dijo que los comunistas pensaban como los cristianos lo hizo en referencia a una pregunta. El mínimo sentido común exige entren entenderlo así. El Papa dice que no son los comunistas sino Jesús y por tanto los cristianos quienes han proclamado el amor al prójimo (incluso al enemigo). Y que por ello en su caso serian los comunistas los que pensarían como los cristianos. Es cierto que podría haber afirmado más indicando que eso no es lo que han hecho comunistas como Stalin, Mao y Pol Pot. También que muchas veces los cristianos escandalizamos aun los de Misa diaria porque no cumplimos ese punto básico de nuestra fe. Pero entonces se le criticaría por enrollarse y porque nos da un capón a los creyentes

  4. Sr. De parda, Vd es el menos indicado para esas furibunda críticas. Dado que ha levantado la liebre, veremos quien lleva la cabeza en el brazo. Su segundo matrimonio fue por motivos reproductivos, por placer o por aparentar. Sigue comulgan do.

  5. El comunismo es ideología violenta y de odio al prójimo.
    El cristianismo es pacífico y de amor al prójimo.
    El Papa es a veces poco reflexivo en sus opiniones personales y no se le debe tener muy en cuenta. Cuando se refiera a Jesucristo, y su ejemplo basado en el amor y la libertad, le debemos escuchar y analizar.
    La vehemencia del Papa en asuntos sociales es aprovechada por los enemigos de la Iglesia, que en su mayoría pasan del cristianismo, con una finalidad política.

  6. Las causas de la pobreza en el mundo son variadas, pero quien más contribuye a su erradicación son los países capitalistas con libertades políticas y económicas, regidas por un estado de drechos. El papa es un ortodoxo de la teología de la liberación, pues sólo ataca y ve el mal en el dinero y pone a la persona como víctima del capitalismo. La ortodoxia católica y Jesús Cristo reprende a ambos por igual. La pobreza del mundo se fundamenta en el pecado y éste es practicado por ricos y pobres. Espero y deseo no confunda la cabeza con el sombrero. Aunque se le acabe el fondo de armario, siempre le quedarán más cabezas y sombreros.

  7. El Catecismo de la Iglesia Católica -que no se escribió bajo el actual pontificado- dice textualmente:

    2425 La Iglesia ha rechazado las ideologías totalitarias y ateas asociadas en los tiempos modernos al “comunismo” o “socialismo”. Por otra parte, ha rechazado en la práctica del “capitalismo” el individualismo y la primacía absoluta de la ley de mercado sobre el trabajo humano (cf CA 10. 13. 44). La regulación de la economía por la sola planificación centralizada pervierte en su base los vínculos sociales; su regulación únicamente por la ley de mercado quebranta la justicia social, porque “existen numerosas necesidades humanas que no pueden ser satisfechas por el mercado” (CA 34). Es preciso promover una regulación razonable del mercado y de las iniciativas económicas, según una justa jerarquía de valores y con vistas al bien común.

  8. Gracias De Prada…. estoy totalmente de acuerdo, como siempre. Hay demasiado miedo en webs como esta donde no se mira a Cristo, sino al pecado.

  9. El papa, de diez intervenciones, terrestres o aereas, en entrevistas o de motu proprio, como son sus videos mensuales, ocho son heterodoxas y las dos restantes ambiguas o confusas. Y lo minimo que se le pide a un guia de 1200 millones de personas es que sea muy claro en todo lo que dice

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