¿Cumplió la Compañía de Jesús con el Cuarto Voto?

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Los jesuitas profesan un voto específico de obediencia al Papa. Recién retirado Adolfo Nicolás, conviene recordar lo que Benedicto XVI les ordenó al ser elegido el español como padre general de la Compañía de Jesús.

Fue el 19 de enero de 2008, cuando Nicolás, recién elegido, acudió a reunirse con Benedicto XVI para presentarle su obediencia. En el encuentro, según reveló en aquel momento un comunicado de prensa emitido por la orden religiosa, «el Santo Padre recibió con agrado la noticia de la formación de un comité para estudiar la carta que Su Santidad envió al padre Peter-Hans Kolvenbach, el anterior Superior General».

En la misiva, el Papa consideraba que «podría resultar muy útil que la Congregación General reafirmara, en el espíritu de san Ignacio, la propia adhesión total a la doctrina católica», en particular sobre puntos neurálgicos hoy fuertemente atacados por la cultura secular, como, por ejemplo, la relación entre Cristo y las religiones, algunos aspectos de la teología de la liberación y varios puntos de la moral sexual, sobre todo en lo que se refiere a la indisolubilidad del matrimonio y a la pastoral de las personas homosexuales.

«Deseo vivamente que esta Congregación general reafirme con claridad el auténtico carisma del fundador, para alentar a todos los jesuitas a promover la verdadera y sana doctrina católica», escribía Benedicto en la carta, que pueden leer íntegra aquí.

El 25 de enero siguiente el prepósito general, Adolfo Nicolás, de la Compañía mantuvo un encuentro con los periodistas recordó que «la Compañía de Jesús ha estado siempre, desde su comienzo, en comunión con el Santo Padre y siempre lo estará. La Compañía quiere colaborar con la Santa Sede, obedecer al Santo Padre. Esto no ha cambiado y no cambiará».

El «cuarto voto», la obediencia al Papa, es un punto central en el espíritu de los seguidores de san Ignacio de Loyola.