El actual arzobispo de Mérida, Baltazar Porras, se ha erigido como uno de los principales opositores del gobierno dentro de la Iglesia venezolana. Tras la muerte del presidente Chávez -a quien comparó con Hitler-, los enfrentamientos con los dirigentes oficialistas no han cesado.
Conocido por ser uno de los mejores historiadores de Venezuela, el futuro cardenal se ha erigido como uno de los grandes críticos del gobierno bolivariano.
Tensa relación con Chávez
Cabe recordar que Hugo Chávez -con quien mantuvo una tensa relación-, lo vinculó con el golpe de Estado de abril de 2002, a lo que el futuro cardenal contestó que se trataba de una «burda manipulación».
En el año 2006, Porras acusó a Chávez de «buscar desviar la atención de los problemas fundamentales del país», como la pobreza, la inseguridad y el desempleo, incluyendo en sus discursos un lenguaje religioso con intención de mantener a los ciudadanos de su lado. En otra ocasión, el arzobispo comparó a Chávez con Fidel Castro, Adolf Hitler o Benito Mussolini.
En el año 2010, Wikileaks lo acusó de haber solicitado ayuda a Estados Unidos para «contener las aspiraciones» de Hugo Chávez, lo que Porras definió como un «guión cinematográfico de ciencia ficción”.
Tras la muerte del presidente Chávez, los enfrentamientos entre Baltazar Porras y los dirigentes oficialistas han continuado. En noviembre de 2014, Diosdado Cabello aseguró que el arzobispo guardaba 10.000 dólares en un banco de Panamá.
Juventud y carrera episcopal de Baltazar Porras
Baltazar Porras nació en 1944 en Caracas. Después de sus estudios de Filosofía en el Seminario Interdiocesano de Caracas, fue enviado a la Universidad Pontificia de Salamanca, España, donde obtuvo una licenciatura en teología en 1966. Más tarde (1977) en el Instituto Superior de Pastoral de la misma Universidad se doctoró en Teología Pastoral.
Ordenado sacerdote en 1967, fue vicario cooperador, párroco, asistente diocesano de cursillos, profesor en seminario y en otros institutos públicos y privados; director del Colegio Ntra. Sra. Del Rosario y profesor de la IUT de los Llanos. En Caracas fue vicerrector del Seminario interdiocesano y Director de Estudios (1978-1979); también ocupó el cargo de Rector del Seminario de San José del Hatillo, 1979-1983.
Designado obispo titular de Lamdia y auxiliar de Mérida en 1983, recibió la consagración episcopal el 17 de septiembre del mismo año.
En 1991 el Papa Juan Pablo II le nombró arzobispo de Mérida, tomando posesión de la diócesis el 5 de diciembre.
Desde marzo de 1998 hasta junio 1999 fue también administrador apostólico sede vacante de la diócesis de San Cristóbal.
Ha ocupado numerosos cargos en la Conferencia Episcopal Venezolana, de la que fue presidente durante dos mandatos consecutivos a partir de 1999 y 2006, después de haber sido durante mucho tiempo el vicepresidente.
Primer Vicepresidente del CELAM 2007-2011, sigue siendo miembro del Consejo Especial para América del Sínodo de los Obispos (1997).
‘No hay derecho a dejarnos robar la esperanza, la alegría y la fraternidad’
En numerosas ocasiones, el cardenal electo ha arremetido contra el gobierno de Nicolás Maduro y advertido sobre la situación del país sudamericano, que empeora cada día más por falta de medicamentos, alimentos y violencia, mientras que «las autoridades están ausentes».
«Queremos la paz y eso únicamente se logra con el diálogo (…) y no con ese lenguaje permanente de violencia y de rechazo que se manifiesta en lo verbal pero que, lamentablemente, tiene una expresión en la violencia física que nos hace ser, en este momento, el país con mayor número de muertes violentas en la región», dijo Porras en una entrevista concedida a Notimex.
«Llama mucho la atención que toda la publicidad oficial nos presenta un mundo que no existe. La vida es el valor supremo, por encima de cualquier poder y cualquier ideología. El enfrentamiento produce sólo males», insistió el futuro cardenal.
El cardenal electo ha pedido en reiteradas ocasiones que los venezolanos se «echen el país al hombro, aunque cargar con algo canse, duela y provoque desánimo». «Cada uno de nosotros debe estar consciente de que somos protagonistas y que no hay derecho a dejarnos robar la esperanza, la alegría y la fraternidad. En medio del dolor y de todo lo que genera el parto, es la alegría de una nueva vida que tenemos que cuidar y esa nueva vida es la que tenemos que cuidar todos los venezolanos», dijo Porras.
Sobre la carta del Papa a Maduro
El futuro cardenal Baltazar Porras defendió que el gobierno se ha hecho «el sordo y el mudo» porque «ni siquiera confirmó haberla recibido».
Reconoció que los obispos desconocen el contenido exacto de la misiva, pero imaginan «que no va más allá de un llamado al entendimiento, al diálogo, a actuar para buscarle solución a los problemas».
«No es fácil, sobre todo cuando se tiene un control absoluto de los poderes y cuando existe una amenaza que produce miedo en la gente, pero también hay coraje y un deseo de que las futuras generaciones puedan tener una vida mejor de la actual», defendió el arzobispo.
El micrófono de Hugbel Roa
El pasado jueves 14 de octubre, el Parlamento venezolano, controlado por la oposición al Gobierno de Nicolás Maduro, suspendió el derecho de palabra del diputado chavista Hugbel Roa por golpear con un micrófono a un parlamentario opositor en medio de un debate.
La discusión se dio cuando los parlamentarios debatían un acuerdo para celebrar el nombramiento por el Papa Francisco como nuevo cardenal de monseñor Baltazar Porras. Roa perdió el control y lanzó el micrófono directamente contra el diputado Marcos Bozzo cuando éste cuestionaba los argumentos del diputado chavista para descalificar al recién designado cardenal en su intervención en el pleno.
El parlamentario oficialista acusaba a Porras de haber actuado en contra del también cardenal venezolano Jorge Urosa, igualmente crítico del Gobierno, cuando en 2006 fue nombrado como purpurado de la Iglesia católica. Según Roa cuando se produjo aquella designación Porras «actuó de forma baja» pidiendo que se impidiera la designación de Urosa «por poseer conducta homosexual». En ese momento Bozzo replicó desde su silla la intervención de su compañero, lo que desencadenó la reacción de Roa que inmediatamente le lanzó el micrófono pidiéndole que se callara. «Te callas, te callas», le gritó Roa antes de lanzarle el aparato a la cara al diputado opositor, un incidente que interrumpió la sesión durante varios minutos mientras varios diputados intentaban contener a Roa.
«Reglamentariamente se le suspende el derecho de palabra al diputado Roa (…), basta de intolerancia», indicó el vicepresidente de la Cámara, el opositor Enrique Marquéz, que recordó a los legisladores que el debate tenía por objeto celebrar el júbilo de los venezolanos por la designación del nuevo cardenal. El acuerdo finalmente fue aprobado con el voto de los opositores, que ocupan tres cuartas partes de los escaños de la Cámara.
Ayuda a Infovaticana a seguir informando
