En Al Rojo Vivo, la tertulia política de mediodía de La Sexta, el profesor del CEU y político socialista Antonio Miguel Carmona arremetió contra los obispos que sí defienden la doctrina católica.
En la tertulia de mediodía de La Sexta de ayer, Al Rojo Vivo, se dedicó buena parte del espacio a despellejar y crear odio contra los obispos católicos que defienden el Evangelio, especialmente Antonio Cañizares y Demetrio Fernández.
En la introducción, la redactora de La Sexta relataba, plagada de inexactitudes, las palabras de Demetrio Fernández en INFOVATICANA, calificando la ideología de género de ‘bomba atómica’, y las del cardenal Cañizares alertando contra el imperio gay.
Uno de los analistas presente en la tertulia, Antonio Miguel Carmona, profesor de la Universidad San Pablo CEU, que la Asociación Católica de Propagandistas tiene en Madrid, arremetió con especial dureza contra los prelados, con expresiones como «algunos, sobre todo si quieren defender la fe, deberían estar más calladitos».
«Es tan bárbaro, hace tanto daño…», lamentaba Carmona sobre las palabras de los obispos, mientras la casualidad quería que las imágenes de fondo retrataran al presidente de la Asociación Católica de Propagandistas, Carlos Romero Caramelo, acompañando al Cardenal Cañizares en diferentes ocasiones.
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Carmona quiere el poder no la verdad, ergo tampoco la libertad.
¿Cuál es el fundamento jurídico para obligar por ley a aceptar los principios de la ideología de género? Las opiniones o sentimientos no son materia de la educación básica o universitaria y el sujeto legal de la enseñanza obligatoria son los padres. Seguramente, ése es el motivo por el cual se ha introducido a través de las Comunidades Autónomas y no por un decreto del Estado.
Por no tener, no tiene ni carácter consuetudinario por aquello del Derecho de Costumbre ni existe clamor social (más bien lo contrario). Negar la evidencia abre todo un abanico de «posibilidades legales» en otros campos que nos pone a un tris de la locura colectiva. Esta ideología y el modo en que se ha legislado es el primer paso para algo, que está por venir, muchísimo peor.
La política es la búsqueda de un punto de equilibrio en lo social que, respetando el ámbito de lo individual, permita alcanzar ese clima donde ciertos valores no se pongan en entredicho. No puede uno quedarse corto ni pasarse de listo por gregario. Los suizos no se integraron en la UE, estando en su centro geográfico, y les va perfectamente.
El CEU. Esto es en lo que se ha convertido, cueva de ateos y anti-católicos, cueva de amorales que atacan la moral de la Iglesia, la doctrina y el magisterio de la Iglesia y… enseñan así destruyendo la fe, la moral y la virtud de los pobres estudiantes que allí van a de-formarse, de-construirse. Habrá algún padre que todavía piensa que pagando una universidad con el marchamo de católica CEU todavía garantiza una educación católica a sus hijos una educación católica. Pobres ilusos.
Jamás llevaré a mis 6 hijos al CEU, ni colegios ni universidades, porque quiero que sean católicos.
Son las 20:30 horas y el gran canciller de las tres universidades del CEU, Carlos Romero Caramelo, todavía no ha hecho públicas disculpas, cese del profesor o apoyo expreso al cardenal arzobispo de Valencia ante los ataques de socialista Carmona, que fue candidato a la alcaldía de Madrid.
¡Ah! Es que Romero, como siempre, ni está ni se le espera.
Ni de espantapájaros.
Ya vendrán encisas y guillenes a echar paja para que el establo huela menos. Y hasta la siguiente.
¡Un profesor del CEU «san Pablo»! Estos modernos iluminados nos quieren imponer una “verdad” ideológica, sin importarles nada lo que ha dicho realmente el obispo, ni lo que dijo Francisco, ni siquiera lo que han dicho médicos y juristas sobre la ideología de género y las leyes que la fomentan. Han decidido que las desviaciones sicológicas de tipo sexual no existen, y punto; del pecado ya ni hablamos. Y si un niño o una niña se siente lo contrario, pues se le hormona y se le hace una operación de camuflaje, aunque este demostrado que tras la pubertad un 98% de los niños con disforia de género, y un 88% de las niñas, acepten su sexo biológico; y si luego no les gusta, que se fastidien por ser unos traidores a la causa, por no apreciar el tener un sexo distinto al que han nacido. ¿Qué les importa que la tasa de suicidios entre quienes han recibido esos tratamientos hormonales y cirugía de reasignación de sexo sea veinte veces superior a lo normal? No pueden reconocer por eso que el problema está en la mente y no en el cuerpo, pues si lo hicieran echarían abajo su idolatrada ideología.
Me pregunto cómo ven los católicos de esta web las declaraciones del Papa, donde recoge el amor hacia todos los humanos sean heterosexuales o de otro tipo de sexualidad.
La ACdP, tan valiente y tan de «Católicos y vida pública» no defenderá a Cañizares, no.
¿Un comunicado en defensa del cardenal Cañizares? ¿Romero Caramelo? Ni está ni se le espera. Como siempre.