San Lorenzo

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San Lorenzo es un mártir de la Iglesia Católica, víctima de la persecución ordenada por el emperador Valeriano en el año 258.

La tradición ubica el nacimiento de San Lorenzo en la provincia romana de Hispania, sin saberse a ciencia cierta si fue en Huesca o en Valencia. Fue hijo de los santos Orencio y Pacencia, ambos de origen oscense. En el siglo III, fue ordenado diácono de la Iglesia en Roma, siendo uno de los siete que sufrieron el martirio durante la persecución de Valeriano, en la cual obispos, sacerdotes y diáconos, incluidos el Papa Sixto II, fueron ejectuados, y los cristianos laicos fueron exiliados y despojados de sus bienes.

En el año 257, San Lorenzo fue comisionado por el Papa para administrar los bienes de la Iglesia y el cuidado de los pobres. Debido a su labor como archivista y tesorero, San Lorenzo es considerado el patrono de los bibliotecarios.

Según la tradición recogida por San Ambrosio de Milán, San Lorenzo se encontró con el Papa Sixto II camino a su martirio, donde le dijo: «¿A dónde vas, querido padre, sin tu hijo? ¿A dónde te apresuras, santo padre, sin tu diácono? Nunca antes montaste el altar de sacrificios sin tu sirviente, ¿y ahora deseas hacerlo sin mí?». A lo que el Papa respondió: «En tres días, tú me seguirás». 

Tras la ejecución del Papa Sixto II, el alcalde de Roma mandó llamar al diácono Lorenzo, debido a su cargo como tesorero, para que le entregase las riquezas de la Iglesia. San Lorenzo pidió que se le dieran tres días para recolectarlas, durante los cuales pidió a los pobres, viudas y enfermos a los que la Iglesia ayudaba que le acompañasen. Al tercer día, el diácono los presentó al alcalde de Roma diciendo: «ellos son los verdaderos tesoros de la Iglesia». A lo que el alcalde respondió: «Osas burlarte de Roma y del Emperador, y perecerás. Pero no creas que morirás en un instante, lo harás lentamente y soportando el mayor dolor de tu vida».

Ese mismo día, el diácono Lorenzo fue llevado al Campo de Verano, de Roma, donde se preparo una hoguera sobre la cual se puso una parrilla, y al diácono sobre ella. Según las narraciones de San Ambrosio de Milán, mientras estaba siendo quemado en la parrilla, San Lorenzo exclamó: «Assum est, inqüit, versa et manduca«, que se traduce como «asado está este lado, dame la vuelta y come».

La devoción al mártir San Lorenzo se difundió rápidamente en Roma. El emperador Constantino I el Grande mandó construir un oratorio en su honor, sitio que pronto se convirtió en un importante centro de peregrinación. Un siglo más tarde, el Papa Dámaso I construyó una basílica en el lugar de su martírio, llamada Basílica de San Lorenzo Extramuros, a la que se le sumó la Iglesia de San Lorenzo Panisperna, construida en el lugar de su martirio.

En España, la devoción a San Lorenzo también se extendió ampliamente, especialmente en épocas del Rey Felipe II, quien mandó construir un monasterio en su honor, agradeciéndole por la victoria en la Batalla San Quintín, obtenida el 10 de agosto de 1557, día de la festividad del santo. Por ello, el Real Monasterio de San Lorenzo del Escorial fue construido en la forma de una parrilla, y es este instrumento el símbolo principal del escudo del pueblo y el monasterio.

 

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Comentarios
7 comentarios en “San Lorenzo
  1. Parece ser que San Lorenzo cuando le estaban asando en la parrilla, estilo barbacoa, le dijo al verdugo:» Ya estoy asado de este lado, puedes ya volverme del otro cuando quieras» o «asado está este lado, dame la vuelta y come.» !Señor, que no nos falte nunca el sentido del humor, incluso entre los mayores tormentos, como le sucedió al glorioso mártir cuya fiesta celebramos hoy gozosamente¡ Si hemos de morir en el tormento concédenos morir con la sonrisa puesta.

  2. Hay algo yo creo bastante importante a reseñar sobre San Lorenzo
    Era un diacono del papa San Sixto 2 San Sixto fue martir bajo la persecucion de Valeriano
    Cuando apresaron al papa Sixto vieron que Lorenzo era una persona importante para ellos Corria el rumor que el papa guardaba tesoros Apresaron a Lorenzo y le pidieron que les monstrase los tesoros El accedio y los llevo a un barrio pobre y les dijo Ahi teneis los tesoros de la iglesia

  3. Perdón, pero toda la tradición coincide en que San Lorenzo natural de Huesca. Ese fue el motivo por el que, cuando se inicia la persecución y para preservar el Santo Cáliz, lo envía a Huesca donde tenía familiares y amigos que lo protegerían. Santo Cáliz que, con la llegada de los musulmanes, nuevamente se envió a San Juan de la Peña

  4. Una reseña mas de San Lorenzo tomado de las visiones de la beata Ann Katherine Enmerick.
    Los padres del santo le concibieron luego de cierto tiempo de abstinencia y de fervientes oraciones, de allí que desde pequeño san Lorenzo contó con numerosas gracias extraordinarias, la mas llamativa de todas, un amor ferviente por la eucaristía, contaba con el don de ver a Nuestro Señor allí presente, incluso cuando el sacerdote o diácono le llevara oculto.
    La beata cuenta que una vez, siendo jovencito San Lorenzo, siguió al sacerdote que llevaba la eucaristía y la daba a un leproso, por motivo de la enfermedad, el mismo leproso vomitó la sagrada forma, el sacerdote no sabía que hacer para rescatar el cuerpo de Cristo de todo aquello, el santo que veía toda la escena y de rodillas adoraba al Señor, no lo dudó ni un instante, se arrojó sobre el vómito para consumir directamente en su boca y desde el suelo el Cuerpo de Cristo cubierto con aquella inmundicia y hacer reparación.

  5. Con el tiempo, movido por su fervor, marcha a Roma, allí pronto destaca en medio de la comunidad cristiana, siendo elegido por el Papa San Sixto uno de los siete diáconos de la iglesia romana.
    Cuando el Papa que iba camino a su martirio le ordenó repartir los recursos materiales de la iglesia, San Lorenzo, envió a sus padres en Hispania el sagrado caliz con el cual Nuestro Señor celebró la ultima cena, este caliz, llevado a Roma por San Pedro, había sido usado por todos los pontifices hasta en tiempos de San Sixto II, es la razón por la cual, España luego de muchas vicisitudes conserva dicho caliz, otra prueba de los hechos es el canon romano de la misa, el cual dice literalmente: » y tomando este caliz» a diferencia de las otras liturgias que dicen «tomando un caliz» la particula «este» implica que el verdadero caliz estaba en Roma, y atestigua la antiguedad del canon romano, pues al tener dicha palabra, implica que la mayor parte del texto del canon romano, es anterior al año 250.

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