El acto tendrá lugar este sábado 25 de junio a las 20.30 horas en el Templo del Sagrado Corazón de Jesús del Tibidabo.
Este sábado, 25 de junio de 2016, a las 20:30h tendrá lugar en el Templo del Sagrado Corazón de Jesús del Tibidabo, un acto de desagravio a la Santísima Virgen María, en sus advocaciones de Montserrat y Desamparados, por las ofensas dirigidas a Nuestra Madre con la difusión de un cartel blasfemo para convocar a los actos del «orgullo gay».
Ante la ofensa a la Virgen, en sus advocaciones de Montserrat y Desamparados, el grupo Jóvenes de San José ha convocado una oración como acto de desagravio.
El obispado de Barcelona, a través de su página web, se ha hecho eco de la iniciativa y ha emitido una nota invitando a todos los fieles a acudir al acto de desagravio «motivado por los hechos, lastimosos, desgraciados y poco respetuosos con la fe y la devoción mariana, ocurridos recientemente en Valencia».
El pasado 16 de junio, miles de personas se congregaron en la plaza de la Virgen de Valencia para asistir al rezo del rosario y la Santa Misa por las ofensas a la Virgen. Estos miles de fieles fueron convocados por el arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, que organizó el acto de desagravio a la Virgen de los Desamparados.
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Don Joan Josep, después de leer las numerosas comunicaciones que le comparan con el obispo de Valencia, al fin ha decidido mojarse, un poquito. Este héroe de la traición convoca a destiempo un acto de desagravio. Sabemos perfectamente que en Cataluña se registra el menor índice de cruces a favor de la Iglesia Católica en la declaración de la Renta; de modo que en este caso «Catalunya ens roba» porque los fondos de la Iglesia Española (perdón, don Joan Josep, Esglesia espanyola) sufragan por parroquias, aunque tengan tres fieles en una aldea perdida del Empordá. Y luego nos viene a dar doctrina de desagravio y de que los políticos no se mojan en la cosa esa de Dios; sí se mojan, sí se mojan, porque son ustedes, con el Procés. Es usted un fantoche y recogerá el mismo fruto que Montilla: le llamarán, después de que haya consumado la obra estúpida de demolición, «botifler». Pero cobrará una paga segura vitalicia y, con este papa, hasta es posible que luzca la filetata roja. Rojo ababol, claro.