
A partir de ahora, sacerdotes, religiosos y laicos que participen en actividades pastorales con menores en la diócesis deberán presentar el Certificado Negativo del Registro Central de Delincuentes Sexuales.
El obispo de Lérida, Salvador Giménez Valls, ha firmado un decreto por el cual se obliga a todos los que trabajen con jóvenes y niños en actividades pastorales de la diócesis a obtener un certificado antipederastia.
A partir de ahora, en todas las parroquias, comunidades y delegaciones, quienes participen en actividades pastorales con niños y jóvenes deberán haber presentado ante la Secretaría General del Obispado de Lérida el Certificado Negativo del Registro Central de Delincuentes Sexuales.
Esta norma obliga a todos los que participen en actividades con menores de entre 0 y 17 años, ya sean profesionales o voluntarios sin discriminar tampoco entre sacerdotes, religiosos y laicos.
El obispo de Lérida ha firmado el decreto tras la publicación en el BOE el pasado 28 de julio de 2015 «de la modificación del sistema de protección a la infancia y a la adolescencia» que obliga a todas las personas, profesionales y voluntarios, que trabajen con menores a demosntrar que no han sido condenados, con sentencia firme, por algún delito de naturaleza sexual.
Los sacerdotes, religiosos y laicos afectados por la nueva norma tendrán de plazo hasta septiembre de 2016 para presentar el certificado antipederastia en el obispado.
La medida afectará a 500 personas, según informa el diario Segre, entre monitores de tiempo libre, catequistas, voluntarios y profesionales de la diócesis en contacto habitual con menores.
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