Pentecostés

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Pentecostés (del griego Πεντηκοστή (ημέρα), Pentekosté (heméra) («el quincuagésimo día») describe la fiesta del quincuagésimo día después de la Pascua y pone término al tiempo pascual.

A los 50 días de la Pascua, los judíos celebraban la fiesta de las siete semanas (Ex 34:22), que en sus orígenes tenía carácter agrícola. Se trataba de la festividad de la recolección, día de regocijo y de acción de gracias (Ex 23:16), en que se ofrecían las primicias de lo producido por la tierra. Más tarde, esta celebración se convertiría en recuerdo y conmemoración de la Alianza del Sinaí, realizada unos cincuenta días después de la salida de Egipto. No hay registros de la celebración de esta fiesta en el siglo I con connotaciones cristianas. Las primeras alusiones a su celebración se encuentran en escritos de san Ireneo, Tertuliano y Orígenes, a fines del siglo II y principios del siglo III. Ya en el siglo IV hay testimonios de que en las grandes Iglesias de Constantinopla, Roma y Milán, así como en la Península Ibérica, se festejaba el último día de la cincuentena pascual.

Durante Pentecostés se celebra la venida del Espíritu Santo y el inicio de las actividades de la Iglesia. Por ello también se le conoce como la celebración del Espíritu Santo. En la liturgia católica es la fiesta más importante después de la Pascua y la Navidad. La liturgia incluye la secuencia medieval Veni, Sancte Spiritus.

El fondo histórico de tal celebración se basa en la fiesta semanal judía llamada Shavuot (fiesta de las semanas), durante la cual se celebra el quincuagésimo día de la aparición de Dios en el monte Sinaí. Por lo tanto, en el día de Pentecostés también se celebra la entrega de la Ley (mandamientos) al pueblo de Israel.

En las Iglesias ortodoxas existen además la celebración de las Tres Divinas Personas o de la Santa Trinidad. Las Iglesias occidentales celebran para esta ocasión desde el siglo XIV su propia fiesta llamada Trinitatis (la fiesta de la Santísima Trinidad) una semana después del Pentecostés. La solemnidad de Pentecostés es una fiesta móvil, lo que significa que no se fija en relación al calendario civil, sino que se celebra en fecha variable, según el año y el rito en cuestión.

El color de las vestimentas litúrgicas es rojo, que simboliza el amor del Espíritu Santo o de las lenguas de fuego. Anteriormente los tribunales de justicia no funcionaban durante la semana entera y se prohibían los trabajos serviles. El Concilio de Constanza (1094), limitó esta prohibición a los primeros tres días de la semana. El descanso de martes fue abolido en 1771, y en muchos territorios de misión también el del lunes; este último fue abrogado para toda la Iglesia por el Papa San Pío X en 1911. Todavía, como en Pascua, el rango litúrgico de lunes y martes de Pentecostés es un doble de primera clase.

En Italia era costumbre esparcir pétalos de rosas desde el techo de las iglesias para recordar el milagro de las lenguas de fuego; de ahí que el domingo de Pentecostés es llamado Pascha rosatum en Sicilia y en otras regiones italianas. El nombre italiano Pascha rossa proviene de los colores rojos de las vestimentas usadas en Pentecostés. En Francia era costumbre el toque de trompetas durante el servicio divino, con el objeto de recordar el sonido del poderoso viento que acompañó el descenso del Espíritu Santo.

En Inglaterra, la nobleza se entretenía con carreras de caballos. En la actualidad el festival de “Whitsun Ales” o jaranas está prácticamente obsoleto en Inglaterra. En estas jaranas de Pentecostés se representaban dramas. En las vísperas de Pentecostés, en las Iglesias Orientales se realizaban servicios extraordinarios de genuflexión, acompañados por largas oraciones poéticas y Salmos . Para los festejos de Pentecostés, los rusos llevan flores y ramas verdes en sus manos.

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Comentarios
2 comentarios en “Pentecostés
  1. Una corrección fraterna: Ha empeorado mucho el disegno de esta pagina web, no se encuentran los blogs, noticias repetidas, disculpen, pero es un poco caótica, antes era todo mucho mas claro

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