
Los obispos de Getafe y Alcalá han firmado una carta en la que explican por qué la aprobación de la Ley de transexualidad en la Asamblea de Madrid es «un hecho grave», cumpliendo así con su responsabilidad de orientar y proteger a los fieles ante los ataques contra la libertad. Osoro se niega a firmar el documento.
El Obispo de Alcalá de Henares, Mons. Juan Antonio Reig, el obispo de Getafe Mons. Joaquín Mª López de Andújar, y su obispo auxiliar Mons. José Rico, han hecho públicas unas reflexiones pastorales sobre la «Ley de Identidad y Expresión de Género e Igualdad Social y no Discriminación de la Comunidad Autónoma de Madrid» aprobada el pasado día 17 de marzo.
Los obispos consideran que la aprobación de esta ley es un hecho grave y afirman que «se trata, en su esencia, de una ley injusta y, por tanto, a nadie obliga en conciencia». En el Artículo 4 de la mencionada ley, titulado Reconocimiento del derecho a la identidad de género libremente manifestada, leemos lo siguiente: «Toda persona tiene derecho a construir para sí una autodefinición con respecto a su cuerpo, sexo, género y su orientación sexual».
Los obispos consideran que este “supuesto derecho” es una expresión ideológica del legislador que choca frontalmente con la antropología cristiana que ha dado sustento y soporte a lo que se ha venido en llamar civilización cristiana u occidental.
Además de estas cuestiones fundamentales, los obispos desarrollan los siguientes epígrafes: ciencia y técnica con conciencia, la ideología de género y sus derivados, nihilismo posthumano, todo está relacionado, derivación en el campo educativo y sanitario, derecho de los niños y de los padres, libertad religiosa, emergencia cívica de los católicos y una conclusión.
Asimismo, los obispos de Alcalá de Henares y Getafe recuerdan, particularmente, el siguiente texto del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Agentes Sanitarios: «No se puede violar la integridad física de una persona para el tratamiento de un mal de origen psíquico o espiritual. En estas circunstancias no se presentan órganos enfermos o funcionando mal; así que su manipulación medicoquirúrgica es una alteración arbitraria de la integridad física de la persona. No es lícito sacrificar al todo, mutilándolo, modificándolo o extirpándole una parte que no se relaciona patológicamente con el todo. Es por esto que no se puede correctamente asumir el principio de totalidad como criterio de legitimación de la esterilización antiprocreativa, del aborto terapéutico y la medicina y cirugía transexual» (Carta de los Agentes Sanitarios, en español n. 66 y nota 148).
Lea a continuación el Documento íntegro: Reflexiones sobre Ley identidad Genero Madrid