El sacerdote Christopher Hartley Sartorius lleva 10 años como misionero en Gode, una de las regiones más áridas y peligrosas de Etiopía. Desde la misión en el país africano, el padre Christopher cuenta a INFOVATICANA la difícil situación por la que pasan sus habitantes debido a la escasez de agua. La humildad, la más pura bondad y la entrega sin límites han guiado al sacerdote y misionero Christopher Hartley Sartorius a lo largo de toda su vida. Ingresó en el seminario menor con tan solo 15 años y, desde entonces, supo que lo dejaría todo para entregar su vida a los demás. Tras doctorarse en Teología, sirvió a la comunidad hispana en El Bronx de Nueva York durante 13 años. También colaboró durante muchos años con la Madre Teresa en una de las zonas más pobres de la India, en Calcuta.
Violencia y luchas tribales
En la región de Oromía -una de las nueve divisiones étnicas más grande de Etiopía- los oromos, sus habitantes, están expulsando de sus tierras a los somalíes debido a la escasez de agua. “Estos habían convivido siempre en paz y armonía, pero la sequía ha hecho que los oromos se hayan visto obligados a expulsar a los somalíes porque no tienen suficiente agua para compartir. Les han echado de sus tierras la forma más violenta; amenazándoles, violando a las mujeres e incluso asesinándoles”, explica el misionero Christopher. Estos somalíes, que a diferencia de los habitantes de Gode, son sedentarios, llegan a la misión sin “prácticamente nada”. Se trasladan hasta Gode como refugiados, “donde son expuestos a numerosas enfermedades y obligados a vivir bajo condiciones muy precarias, ya que al no haber agua, no hay tierra para cultivar”. Es aquí donde la Iglesia hace su labor. El padre Christopher, junto a otras tres misioneras de la Fundación Misión de la Misericordia,movilizan a las instituciones locales para que colaboren con estos refugiados, construyen escuelas para los cientos de niños de las familias que llegan sin apenas nada, organizan y distribuyen los campamentos de refugiados y, con la ayuda del Programa mundial de alimentos de las Naciones Unidas, les le suministran lo necesario para vivir, sobre todo les entregan bidones de agua para que al menos tengan un lugar donde almacenar la poca agua de la que disponen. «Hemos tratado de salir al encuentro de la última oleada de refugiados repartiendo bidones de agua, movilizando más de veintinueve toneladas de alimentos y construyendo una primitiva escuelita para niños que me decían que no sabían ni escribir su nombre porque jamás han asistido a escuela alguna», cuenta Hartley.
Primeros brotes de cólera
La escasez de agua expone a los habitantes de Etiopía a graves enfermedades. Hace apenas unos días, el Ministerio de Salud de Etiopía ha confirmado la aparición de brotes epidémicos de cólera en zonas de los Estados regionales Oromía, Somalí y Naciones del Sur. A este escenario se le suma, además, la inseguridad nacional debido a la guerra entre Etiopía y Somalia. La situación que están viviendo estas personas en Etiopía es extremadamente grave y, lo peor de todo, es que la comunidad internacional todavía parece no ser consciente, “nadie está haciendo nada”. Sus habitantes se están muriendo porque no tienen agua para beber, ni para regar la tierra que les da de comer. «Como consecuencia de la sequía hay muchas luchas tribales a causa del acceso a las pocas fuentes de agua que quedan servibles para las gentes y los ganados, mientras que las cosechas se van muriendo irremisiblemente convirtiéndose todo este desolador paisaje en un inmenso erial», denuncia el padre Christopher.
Titular: Fundación Misión de la Misericordia Entidad: BANKINTER Número de Cuenta: 0128-0014-73-0100029293 Iban: ES0801280014730100029293 Código SWIFT o BIC: BKBKESMMXXX
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Que Dios lo siga bendiciendo Padre y no se olvide de Rep. Dominicana.