Santos Inocentes

|

Recordemos aquel trozo de pequeña historia política: ante el reyezuelo Herodes aparecieron un día tres sabios, preguntándole, incautos como buenos sabios, dónde estaba el rey que acababa de nacer. Herodes, disimulando el terror para utilizarles a ellos mismos como manera de cortar el peligro, convocó doctores que le dijesen dónde anunciaban las profecías el nacimiento del futuro rey redentor—»liberador», diríamos modernamente—, y se dispuso a luchar con los presagios y con los profetas. Aquellos sabios, sin infundir sospechas por su misma buena fe, le servirían para descubrir el escondrijo del niño.

(Mercaba.org)- Pero—ya lo recordáis—los sabios, avisados en sueños, volvieron por otros caminos hacia su patria. Y Herodes contó los días, nervioso, irritado consigo mismo por su estupidez. Al fin se decidió a explorar, y se convenció de la decepción: se habían ido. Su remedio fue frío, feroz, burocrático, con estilo del siglo XX: calculó los tiempos, la tardanza del viaje de los Magos, la ida a Belén. la espera; añadió un «margen de seguridad», redondeó; salían dos años.

Entonces decretó: que murieran todos los niños de esa comarca nacidos en los últimos dos años. Fue como una leva militar, dos «reemplazos» de niños para morir, arrancados a sus madres; algunos ya andando, diciendo sus primeras palabras balbucidas: otros muertos sobre los pechos maternos. Que dentro de unos años se notara un extraño fenómeno —un vacío de edad entre los mozos, menos brazos para la siega, una escasez de novios para las muchachas—, esto era un detalle administrativo sin importancia. Lo que importaba era durar en el mando, no ser depuesto del trono. Todavía, tiempo después, algún espía herodiano recorrería la región sonsacando, preguntando por los niños, preguntando si alguien confiaba en un futuro rey, si tal vez, ahora mismo… Pero había un vacío tranquilizador. El baño de sangre parecía haber borrado el peligro.

Esos son los Santos Inocentes, los mártires sin culpa. Pero—nos dice nuestro instinto respondón—también sin mérito. Tendemos a pensar que la bienaventuranza es sólo el pago debido a trabajos y sufrimientos conscientes y voluntarios, y que el niño pequeño todavía no es quién para la gloria. «Angelitos al cielo», decimos como fórmula hueca de consuelo, pero nos resistimos a pensar que allí sean, no cabecitas tontas con alas, no juegos inconscientes, sino personas enteras, que acaso gozarán de Dios mejor que muchos sabios y muchos grandes hombres.

Pero ¿es que cuenta tanto la diferencia del crecer, si no es a los tristes efectos de ser más responsables de nuestras maldades? «El que no se haga semejante a uno de estos pequeños no entrará en el reino de los cielos.» ¿Acaso hemos ido mucho más allá del niño en comprender a Dios, en saber por qué hacemos lo que hacemos en la vida? A veces es al contrario; hemos enredado, con nuestro orgullo de creer que sabemos explicarlo todo, la clara simplicidad del mundo que teníamos al llegar, donde todo era tan natural y tan enterizo, risa y miedo, cariño y horror, y el sentir que dependemos de algo, al fondo de la vida, nunca bien visible.

Desde ellos, casi continuamente, de vez en cuando, la historia ha dado «inocentes al cielo». Cada vez que en el mundo hay una guerra o una matanza por las cosas de Dios, hay mártires inconscientes, involuntarios, que mueren revestidos, sin saberlo, de la sangre de Cristo. Basta que no estén enemistados con Dios: un bombardeo, un fusilamiento en masa, convierte en héroes de gloria incluso a quienes, preguntados uno por uno, tal vez se hubiesen acobardado. Tienen derecho al titulo de compañeros de Cristo en su martirio, a través de los siglos, y no se les negará sólo porque ellos no lo hayan pedido. Ocurre lo mismo con la patria: tan héroe es el que dio su sangre acudiendo a alistarse voluntario como el que fue quizá de mala gana, porque tocaba su turno. Sus nombres no se distinguen en las listas y las lápidas.

Publicado en Mercaba.org.

Ayuda a Infovaticana a seguir informando

Comentarios
12 comentarios en “Santos Inocentes
  1. Herodes mandó matar a unos, ¿30, 40? niños,,,,, Ahora Herodes tiene muchos clones, ¿cuántas mujeres abortan? Las que lo hacen por no aceptar la vida que les va a cambiar la vida. Igual que a Herodes.
    En aquel tiempo llegaron con una espada, y de un tajo los mataban,,, ahora que la ciencia ha avanzado,,, se matan dentro del útero,,, con pinzas para irlos arrancando poco a poco, con sustancias que lo queman solo a él, con aspiradora para succionarlo,,,,!! Y antes eran tiempos crueles, tiempos de oscurantismo!! Si, cómo no.
    Ahora son millones.
    Cuánto hemos avanzado.

  2. La tumba de Rey Herodes –
    El Herodión
    P. José de Jesús Aguilar Valdéz.______________
    Ahí se pueden informar aquellos que niegan la evidencia, que generalmente son, o ignorantes ó ignorantes mal intencionados. 😁

  3. Los enemigos de la fe quieren negar la historicidad de las cosas que cuentan los evangelios por una perversa intención de atacar la religión. Pero hay numerosos datos históricos que confirman la realidad histórica de muchas de las afirmaciones de los evangelios.

    1. Como dice Klaus Berger en su comentario de 2011 al Nuevo Testamento;: «Aún en el caso de un único testimonio. ..hay que suponer, mientras no haya prueba en contra, que los evangelistas no pretenden engañar a los lectores. «

        1. Es igual que con lo de la fecha del 25 de diciembre, que aunque hay numerosos datos históricos para afirmar que en ese día nació Nuestro Señor, sin embargo algunos siguen empecinados en negar la realidad de esa fecha.

  4. No era que Francisco iba a renunciar según información y ahora va a contestar las dubias les faltó decir a Info que la inocencia te valga.

    1. Pues si quiere una fe de adulto empiece por mirar todo desde los ojos de Dios y para hacerlo debe situarse en su presente eterno y desde allí entenderá que no sólo son hechos históricos sinó también actuales y presentes en nuestras vidas porque la Biblia sucede en nosotros, ahora y siempre, y si no consigue que el Esp.Santo le revele esto va a ser usted el que se quede con una fe para niños.

      Siento mucho ser tan clara pero le veo a usted muy perdido entre el tiempo y la razón.

      Un saludo fraterno

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 caracteres disponibles