El autor de Avaricia afirma tener en su poder «una serie de mensajes de Vallejo Balda que demuestran que era él quien me buscaba a mí y no yo a él». El periodista Emiliano Fittipaldi, autor del libro Avaricia, ha concedido una entrevista a TVE en la que ha relatado el proceso abierto por la Justicia vaticana contra los responsables de la publicación de documentos privados de la Santa Sede que revelan aspectos hasta ahora desconocidos de la gestión de las finanzas vaticanas. Fittipaldi se encuentra imputado en este proceso junto con el autor del libro Via Crucis, Gianluigi Nuzzi, el prelado español Vallejo Balda y la ex relaciones públicas Francesca Chaouqui. El autor de Avaricia se enfrenta a una posible condena de cuatro a ocho años de cárcel por un delito de revelación de secretos, aunque el imputado se ha mostrado tranquilo ante la improbabilidad de que un juez italiano decida extraditarle para que cumpla la pena en la Santa Sede: «Creo que Italia me defenderá en caso de condena». El periodista justifica su asistencia al proceso de la Justicia vaticana: «Si yo no hubiera asistido al proceso, ellos me habrían procesado en rebeldía. Al menos puedo ir allí, presentar mi testimonio y evitar que se destruya mi imagen». Asimismo, ha negado que el Vaticano pueda tener pruebas contra él y afirma tener en su poder «una serie de mensajes de Vallejo Balda que demuestran que era él quien me buscaba a mí y no yo a él». «No esperaba esto, es increíble lo que está pasando, es kafkiano y ahora mismo no puedo prever lo que pueda llegar a suceder», explica Fittipaldi al tiempo que denuncia que si él ha desvelado que el cardenal Tarcisio Bertone, ex secretario de Estado de la Santa Sede, recibió 200 mil euros para reformar su casa de una fundación que debía ayudar a los niños enfermos, sea él el que está imputado por la Justicia vaticana y no el prelado. A pesar de su denuncia del modo en el que se está llevando a cabo el proceso judicial, Fittipaldi ha querido defender durante su entrevista al pontífice: «Estos documentos demuestran que el Papa Francisco está mucho más solo de lo que nosotros pensamos y mucho más solo de lo que cuenta la propaganda vaticana». En opinión de este periodista, la reforma que pretende el Papa Francisco está lejos de poder producirse a causa de la oposición de los miembros de la curia romana: «Hay cardenales que viven en 500 o 600 metros cuadrados, lo que quiere el Papa Francisco no es lo que quieren los cardenales de la curia y para ellos el Papa Francisco es un enemigo«. «Lo importante es que gracias a lo publicado en el libro el Papa no esté solo y reciba un apoyo importante en su reforma», ha sostenido el autor de Avaricia, defendiendo la teoría de que el escándalo de este nuevo Vatileaks ha servido para reforzar la figura del Papa Francisco. Fittipaldi ha defendido, además, que las filtraciones recibidas por parte de Vallejo Balda han sido mínimas y sólo han dado para «cinco páginas» de su libro. La mayor parte de la información ha provenido de «docenas de fuentes italianas y vaticanas, laicas y eclesiásticas» que aseguraban querer «una auténtica reforma y una Iglesia pobre para los pobres». Estas fuentes han proporcionado los documentos oficiales que han configurado Avaricia, un libro que trata, en palabras de su autor, sobre «el enorme tesoro del Vaticano y sobre todo cómo se gestiona ese tesoro». Fittipaldi pide por parte de «las altas esferas» del Vaticano «una mayor coherencia con lo que se nos dice a los fieles católicos y lo que se hace». «No comparto que estos libros hayan hecho daño a la Iglesia, lo que yo publico es lo que el Papa ha denunciado», ha sostenido Fittipaldi al tiempo que denunciado que cuando él se ha atrevido a hablar «con nombres y apellidos de las enfermedades» que Francisco ha criticado lo que el periodista hace es dañar la reforma del Santo Padre. En el libro Avaricia se relata, entre otras revelaciones, cómo el dinero que los fieles envían al Santo Padre para la beneficencia a través del Óbolo de San Pedro no va a parar a manos de los más necesitados, sino a cubrir las necesidades de cardenales. «Este dinero se conserva en un gran fondo secreto que ha llegado a alcanzar los 400 millones de euros y que no está destinado a los pobres», revela Fittipaldi. Asimismo, en el libro se sostiene que la canonización de nuevos santos constituye «todo un negocio» en el que se llegan a invertir hasta 400 mil euros en la causa de algunos de los nuevos beatos y santos. El Vaticano, por su parte, ha asegurado que no llegan informaciones nuevas con la publicación de los libros Avaricia y Via Crucis. Unas declaraciones a las que Fittipaldi ha respondido: «Entonces no entiendo por qué han arrestado a cuatro personas y por qué han imputado a cuatro personas si estos libros y estas informaciones no eran tan importantes».
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El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente. No solo en lo pecuniario.
Me parece que el Papa Francisco, pese a sus buenas intenciones, ha procedido con una gran dosis de imprudencia y falta de liderazgo en su plan de reformar el Vaticano. Un ejemplo de esto ha sido el discurso dirigido a los de la Curia el año pasado en la tradicional ocasión del saludo de Navidad que los papas dirigen a la Curia. En vez de una captatio benevolentiae con la intención de lograr la buena voluntad de sus oyentes, procedió a darles una lección sobre los 15 vicios de los curiales. Difícilmente, a mi parecer, pudo haber procedido de manera más imprudente e inoportuna, máxime en vísperas de Navidad. Este tipo de motivación negativa es nefasta y contraproducente. Por ejemplo, hubiera podido ir a visitar poco a poco cada uno de los dicasterios vaticanos y entablar un diálogo con los que en ellos trabajan, pidiéndoles sus propuestas para una mejor gestión de los asuntos de la curia. Él no ha trabajado allí a diferencia de Pablo VI y Benedicto XVI. ¿Cómo quiere reformar la Curia sin contar con ellos? ¿El tiene alrededor de 80 y ellos saben que su Pontificado no va a ser largo. En vez de ganarles a ellos para la reforma los ha convertido en enemigos y obstáculos de la misma.
Esta idea se está transmitiendo también en casa de los herejes de Religión Digital , y en la casa masónica del diario español El País, en un artículo del retrasado Rubén Amón : Presentar a Bergoglio como inocente víctima.
Ven Señor Jesús.
Misericordia con él, Misericordia. Si es que sus antecesores eran unos incapaces y él lo va a arreglar todo en un pis pas con «ternura».
El Papa algún día morirá como yo, y como todos. Que muchos por el bien de la Iglesia de Dios deseamos que sea cuando sea, pero que no haga más mal del que hace eso es verdad, y no soy de la curia romana, y casi seguro que muchos conmigo, lo oigo, lo presiento, lo olfateo por varios lugares. Francisco ya fue, no puede dar más, porque no tiene un «que» dar. No solo para la curia es enemigo, es para una gran parte de sacerdotes buenos un enemigo declarado. Tenemos que salir ante la bondad del pueblo de Dios ha exetar sus dichos, sus acciones, que son en muchos casos lanzazos contra el clero.