‘Los sirios ven la intervención rusa como un alivio’

María Guadalupe, misionera del Verbo Encarnado, ha comparecido hoy en una rueda de prensa en la sede de Ayuda a la Iglesia Necesitada en Madrid. La religiosa muestra su oposición a las intervenciones unilaterales, como es el ejemplo de Francia o Estados Unidos, que al no apoyar al ejército nacional, “no son nada útiles”.  María Guadalupe es misionera en la ciudad de Alepo, en Siria. Ayuda a los cristianos perseguidos por la guerra desde hace ya cuatro años. Ha venido unos días a España, para contar su testimonio y dar voz a los miles de cristianos que sufren la guerra en Siria cada día. Durante una rueda de prensa en la Sede de Ayuda a la Iglesia Necesitada en Madrid, la hermana ha contado que los sirios no desean huir de sus casas, sino que anhelan el fin de la guerra, poder vivir en paz en su propia tierra. También ha llamado a Occidente a que deje de financiar y entregar armas a estos terroristas. “La oposición moderada no existe”, afirma la hermana. La misionera María Guadalupe explica que solamente cuentan con la defensa del ejército nacional de Bashar al-Asaad y que el único país que ha reforzado este apoyo ha sido Rusia. La religiosa muestra su oposición a las intervenciones unilaterales, como es el ejemplo de Francia o Estados Unidos, que al no apoyar al ejército nacional, “no son nada útiles”. “La intervenciones militares de Rusia en Siria han sido efectivas y positivas, han logrado unos avances que nadie ha podido hacer en todos estos años. Han hecho retroceder al Estado Islámico, provocando que tengan que abandonar lugares estratégicos”, explica Guadalupe. También cuenta como las víctimas de esta guerra “ven la intervención rusa como un alivio, gracias a ellos se han vuelto a tomar el control de carreteras más importantes, lo que supone que a día de hoy puedan entrar más alimentos”. La hermana revive con dolor y también con alegría los más de cuatro años que lleva como misionera en esta guerra. Sostiene que a pesar de que Europa “ha despertado” hace poco, el conflicto lleva ya muchos años. Siria era un país libre, desarrollado económicamente, un país “occidentalizado”. Musulmanes y cristianos vivían en paz, hasta que de un día para otro, comenzó la guerra. Llegaron los tanques y con ellos los bombardeos y las muertes. “No sabíamos cuánto duraría, y pronto los días se convirtieron en meses, y los meses en años. Ya llevamos cuatro años en guerra, y desgraciadamente ya nos hemos acostumbrado. Los asesinatos y el miedo ya forman parte del día a día de los cristianos perseguidos en Siria”. Con tan solo una mirada, la hermana es capaz de transmitir que su experiencia ayudando a los cristianos perseguidos le ha supuesto un enriquecimiento espiritual. “Vivir codo a codo con estos mártires es un regalo de Dios”. Explica que los cristianos sirios no quieren abandonar sus casas, quieren seguir viviendo en su tierra, incluso si eso supone dar la vida por su fe. María Guadalupe afirma que es necesario solucionar el problema en su origen. “La desaparición de los cristianos en Oriente supondría también su desaparición en Occidente” explica la hermana Guadalupe. “Incluso los musulmanes perseguidos no quieren que desaparezca la presencia cristiana, nuestra religión es la base de la cultura de Oriente Medio”. María Guadalupe no recuerda un día en silencio. El ruido de las bombas y los cañones  se han convertido en una rutina. Ha sentido miedo muchas veces, pero cuenta de una manera firme que está donde tiene que estar. “Si me matan, que me maten haciendo lo que tenía que hacer”.