La supresión de la clase de religión, exigencia del laicismo masónico y del marxismo

|

Es la tesis del sacerdote y teólogo Manuel Guerra, que en su última bitácora propone una forma innovadora de enseñar la religión, mediante la introducción de diferentes asignaturas. 

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha anunciado que, si llega al gobierno de España en las próximas elecciones generales, no habrá clase de Religión en las aulas y en el horario lectivo de los colegios públicos, concertados y privados a fin de “promover una escuela laica”, o sea, laicista. En realidad, se trata no solo de “promover”, sino de “imponer”. Así figura en su programa electoral. La asignatura de Religión solamente podrá darse como actividad extraescolar no evaluable.

Es algo que ni Felipe González en sus 14 años de gobierno, ni José Luis Rodríguez Zapatero en siete se atrevieron a plantear. Es una señal más de la progresiva penetración del laicismo en la sociedad española. Otra hizo acto de presencia en el marco admirable por tantos otros conceptos de la entrega de los premios Princesa de Asturias 2015 el 23 de octubre. En ellos no se mencionó a Jesucristo, pero se invocó al masónico Gran Arquitecto del Universo” (Leonardo Padura, Premio de las Letras 2015). Más aún, el filósofo Emilio Lledó (Premio de Comunicación y Humanidades) citó la frase del sofista Protágoras (siglo V a. C.): “El hombre es la medida de todas las cosas”, aunque mutilada: ”El hombre es la medida de todas las cosas, de las que son en cuanto son, de las que no son en cuanto no son”, silenciando la réplica del gran Sócrates (siglo V a. C.): “Dios es la medida de todas las cosas, de las que…” (Platón, Leges 4,716c; Teeteto 152a). El teocentrismo socrático elimina el antropocentrismo de los sofistas y pulveriza su relativismo formulado por Protágoras en el pasaje citado del Teeteto. Protágoras como los sofistas en general, admiten el principio del “homo mensura/medida, o sea, la impresión causada por las cosas en cada uno, cayéndo en el subjetivismo y relativismo. Sócrates, además de eso, admite la realidad objetiva de las cosas, consistente en y por sí misma. La sintonía con el laicismo y el relativismo actual ayuda a entender que se siga a Protágoras y se silencie al gran Sócrates, uno de los “cristianos” antes de Cristo” (san Justino, Apología 1,46,3).

Lea el artículo completo de d. Manuel Guerra aquí.