Santa Ida de Herzfeld

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Santa Ida de Herzfeld es una de las santas fundadoras de la Iglesia en Alemania. Sus obras fueron el punto de partido de la Evangelización de Westfalia. 

Santa Ida nació en el siglo VIII como parte de la Casa Real de los Carolingios, descendientes de Carlos Martel, vencedor del califato islámico en la Batalla de Poitiers. La tradición sostiene que fue una de las hijas del matrimonio entre el rey Carlomán I, hermano de Carlomagno, y su esposa Geberga. Desde pequeña, la princesa Ida se distinguió en grandes virtudes morales, teniendo una inclinación natural hacia la oración y la vida de Fe.

En el año 786, el rey Carlomán arregló su matrimonio con el joven conde Egberto, heredero del ducado de Sajonia. La joven princesa casó en obediencia a su padre, y procuró cumplir con sus deberes familiares y matrimoniales, dando culto a Dios en cada momento. La tradición sostiene que en el vida de Santa Ida no hubo nada que no se orientara hacia Dios, y logró que su vida matrimonial fuera una constante alabanza al Señor.

En el siglo VIII, la Evangelización de los reinos francos y germanos era aún una tarea a medio hacer. Para Ida, ayudar a la propagación de la Fe era una misión personal, con la que se quería comprometer personalmente, pues le preocupaba la salvación de las almas de sus súbditos.

En una ocasión, la santa tuvo un sueño en el que un ángel se le aparecía, diciéndole que debía construir una iglesia en Westfalia, cosa que cumpliría años más tarde. Preocupada por cada uno de los que Dios le había encomendado, procuró que los beneficios de sus propriedades ayudaran a aliviar el hambre de los más necesitados de Sajonia.

En el año 811, la joven duquesa enviudó, teniendo que preparar a su hijo para asumir el trono de Sajonia, y encabezándose como administradora del territorio, así como máxima responsable de su Evangelización. Santa Ida procuró asegurar la construcción de muchos templos, financiados con su bolsillo personal, así como la fundación de monasterios, como el de Herzfeld, por el que sería recordada hasta nuestros días. Santa Ida se encargó de enviar monjes a los puntos más recónditos, hasta el límite de enviar a su propio hijo a predicar más allá de los límites de Sajonia, donde se convertiría en monje y en abad del monasterio de Corvey.

Dos años después, Santa Ida murió por causas naturales, para gran dolor de sus súbditos. Desde su muerte, se le reconoció el rol de promotora de la cristianización de Europa, siendo canonizada en el siglo X. Sus restos aún son foco de sendas peregrinaciones anuales, en las que gente de toda Alemania se desplaza para venerar a la santa.

A Santa Ida se le representa sosteniendo una iglesia, por haber promovido la construcción de muchas, o con un ciervo, símbolizando la manera en la que apaciguó a los francos a través de la Fe. El ciervo hace que a veces sea confundida con Santa Ida de Toggenburg, quien se representa de la misma manera.

Santa Ida de Herzfeld es patrona de las novias y de las viudas.

 

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