Durante el encuentro, el Santo Padre aseguró que había que abordar temas polémicos como el matrimonio o la sexualidad, aunque se ponga en riesgo el ‘consenso ecuménico’. Que la familia, el matrimonio y sexualidad no sean silenciados por temor a poner en peligro el consenso entre los cristianos. Este fue el llamamiento que realizó el Papa Francisco durante su encuentro con una delegación de la Iglesia Evangélica de Suecia, encabezada por la ‘arzobispa’ de Upsala, Antje Jackelen, a quien el Santo Padre dedicó el saludo inicial de su discurso con un afectuoso: «¡Estimada Señora Jackelén, querida hermana!». En su encuentro con la Iglesia luterana sueca, Francisco quiso reiterar su decisión de seguir abordando temas que nunca están exentos de polémica, aunque pueda ponerse en riesgo el consenso ecuménico. «Las temáticas relacionadas con la familia, el matrimonio y la sexualidad no pueden ser silenciadas o ignoradas por temor a poner en peligro el consenso ecuménico ya alcanzado. Sería una pena si sobre estas cuestiones tan importantes se consolidasen nuevas diferencias confesionales», aseguró el Pontífice. Durante su discurso, Francisco hizo referencia al decreto del Vaticano II ‘Unitatis Redintegratio’, en el que se invitaba a todos los fieles católicos a emprender el camino de la unidad para superar la división entre los cristianos, que «no sólo se opone abiertamente a la voluntad de Cristo, sino que es también escándalo para el mundo y perjudica a la más santa de las causas: la predicación del Evangelio a toda criatura». Ante una mujer que ha sido nombrada ‘arzobispa’ y otros miembros de la Iglesia luterana, el Papa quiso hacer hincapié en los elementos que unen a los católicos con cristianos de otras confesiones. «En realidad no deben ser percibidos como adversarios o competidores, sino reconocidos por lo que son: hermanos y hermanas en la fe», se manifestó a este respecto Francisco. La trágica situación de los cristianos perseguidos por la violencia yihadista también fue uno de los temas abordados durante el encuentro. Aliviar a las víctimas de la persecución religiosa es una tarea que une a las distintas iglesias, tal y como reconoció el Santo Padre. En este sentido, ha subrayado que «católicos y luteranos deben buscar y promover la unidad en las diócesis, parroquias y comunidades de todo el mundo» y, en ese sentido, ha mencionado el reciente documento ‘Del conflicto a la comunión. La conmemoración conjunta luterano-católica de la Reforma en el 2017’, publicado por la Comisión Luterano-Católica para la Unidad. «Esperamos sinceramente –ha indicado– que esta iniciativa lleve a dar, con la ayuda de Dios y nuestra colaboración con Él y con los demás, más pasos en el camino de la unidad». A su juicio, la llamada a la unidad también implica «una exhortación apremiante al compromiso común en el ámbito caritativo en favor de todos aquellos que en el mundo sufren por causa de la miseria y la violencia». Concretamente, ha recordado a los cristianos perseguidos. Finalmente, Francisco ha dado las gracias a la Iglesia luterana sueca por haber acogido a tantos emigrantes sudamericanos en tiempos de las dictaduras, un hecho que «hizo crecer a las familias», y por «la delicadeza» con que Antje Jackelén nombró al amigo del Papa, el pastor Anders Root que le ayudó «mucho» en su vida espiritual.
Ayuda a Infovaticana a seguir informando
Dialogar, amar, amarse, perdonar, perdonarse, cooperar, reconciliarse, entenderse…
Está bien. Pero según la doctrina del Magisterio, ¿la Iglesia católica no es la única en la que «subsiste» la comunidad apostólica fundada por Cristo, bajo la guía de Pedro?¿No es por tanto la única en que «en plenitud» están todos los instrumentos para la salvación? Por ende, ¿no es voluntad de Cristo el que todos ,los cristianos «seamos uno» en la unidad desde la legítima diversidad bajo la guía del sucesor de Pedro?
Me invade un problema teológico: ¿ por qué Dios nuestro Señor no se limitó a aceptar la «diversidad» en el Paraiso, el diálogo con Adán y Eva, la misericordia, el perdón y, con una declaración formal de arrepentimiento de nuestros primeros padres asunto arreglado; y se hubiera así ahorrado el sufrimiento, la cruz y la muerte de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo?
¿ Hay o no hay un SÓLO bautismo? Si en esta «arzobispa» el Santo Padre a sembrado la semilla cuyo fruto la devuelva a la Iglesia de Cristo, a «ROMA» pues con patatas nos la comamos quienes no acabamos de entender este modo tan «periodístico» de proceder.
Porque un servidor lee a los Padres de la Iglesia, Santo Tomás, San Atanasio etc., etc. y con lo que estamos viendo hay cosas que…no encajan. Lo siento mucho, pero quien debe no se explica muy bien, porque más que alumbrarnos a todos más bien parece confundir a muchos.
Me congratulo de que se hayan vuelto a abrir comentarios a acciones del Papa y ójala se hagan también a sus «instrucciones santamartenses».
Porque es deber de todo buen cristiano oponerse al error. Viniere de dónde viniere, aún cuando en todo lo demás se siga el principio de obediencia debida.
¿Asistimos a otra acto más dentro de la ceremonia de la confusión? Parece que sí. Y estoy de acuerdo con JuanM, algo o mucho chirría, casi de continuo, entre lo actual y lo enseñado magistralmente en la Iglesia durante siglos por los Santos Padres, por los Santos y por Papas. Y el «riesgo del consenso ecuménico» ¿es como siempre para los católicos, o ahora les toca a los separados dar signos de buena voluntad y acercamiento? «Hermanos y hermanas en la fe» ¿en qué fe?. Será en algunos elementos comunes, porque cuando recitamos el Credo, no se coincide la misma fe, y se nos dice : «Esta es nuestra fe, esta es la fe de la Iglesia que nos gloriamos en profesar». ¿Lo podemos decir juntos? Pues no, porque no coincide. ¿O pretenden manipulándonos poco a poco, para que ahora profesemos otra más «misericordiosa» y «cercana», no según los criterios de Dios, sino del falso humanismo deificado?
Vamos a ver, por mucha buena voluntad que se le eche, es para quedarse ojiplático que el Papa de la Iglesia Católica reciba a una usurpadora del orden sacerdotal y episcopal, ataviada con unas vestimentas sagradas que no le corresponden según la sana y auténtica doctrina católica. Y por si no fuera suficiente, esta señora y su iglesia son defensoras del aborto, del gaymonio, contando entre sus aberraciones una obispesa lesbiana «casada» con otra mujer. Y no creo que haya ido al Vaticano a mostrar arrepentimiento de sus herejías luteranas, sino más bien a ratificarlas. Por tanto, resulta imposible una unión católica con estas iglesias mienmtras persistan en sus errores doctrinales. Porque una cosa es atender educadamente a una persona para hablar de cosas temporales, y otra muy distinta contemporizar con sus herejías pretendiendo una unión imposible, al menos mientras persistan en ellas.
Francisco es capaz de crearla «Cardenala».
Los suecos han apostatado . No creen en Jesucristo y han abandonado en masa el cristianismo gracias a esta pseudoiglesia de arzobispas lesbianas divorciadas y curas sodo-zoo-trans. Las iglesias están cerradas a la oración, a la fe y la trascendecia. Solo a aspectos culturales desprovistos totalmente de trascendencia. Lo malo es que hay católicos que quieren asemejarse a esta nefasta y destructiva corriente.