Un fraile franciscano ha sido encarcelado acusado de cometer abusos sexuales en la provincia de Lugo. El juzgado de Becerreá, ha decretado prisión provisional sin fianza para el religioso, al que se le imputa un delito de abusos sexuales y otro delito relativo a la prostitución. La Guardia Civil detuvo al franciscano después de investigar una denuncia contra él, en la que se le acusaba de haber abusado sexualmente de un discapacitado psíquico. Tras ser interrogado, el juzgado de Becerreá, encargado de la instrucción, decidió encarcelarle. También ha declarado ante las autoridades la persona discapacitada que presuntamente sufrió los abusos. En el ordenador y otros dispositivos informáticos del detenido, las fuerzas de seguridad que investigan el caso han encontrado imágenes en las que el acusado aparece manteniendo relaciones sexuales con una menor. Fuentes judiciales señalan que esta menor también prestó declaración en las dependencias judiciales, acompañada por psicólogos especializados. El fraile residía en la comunidad franciscana instalada en Pedrafita de O Cebreiro y colaboraba en la pastoral de la parroquia. Al parecer, también habría robado dinero del cepillo del santuario de O Cebreiro, por lo que ha sido acusado de un delito de apropiación indebida. El obispado de Lugo ha reaccionado a esta noticia prohibiendo de manera cautelar la presencia del religioso detenido en las parroquias de la unidad pastoral de O Cebreiro, así como «cualquier otro tipo de colaboración pastoral en el territorio diocesano». Asimismo, el obispado ha manifestado en un comunicado de prensa que «este hermano, que no es sacerdote, no tenía encomendado ningún oficio eclesiástico por la Diócesis de Lugo». Por otra parte, en el comunicado se asegura que el obispado no tenía conocimiento de las denuncias contra el religioso, ya que éstas fueron presentadas directamente ante la Guardia Civil. «Deseamos mostrar nuestro dolor, pesar y repulsa por los supuestos delitos denunciados y manifestar nuestra cercanía con las víctimas y personas que pudieran estar afectadas por este pecado y delito, si así se confirma», manifiesta el Obispado en el comunicado, en el que añade que «cualquier abuso es una ofensa a las víctimas y a Dios» y les «produce profundo sufrimiento y vergüenza».
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