El obispado advierte a la Junta de Andalucía que defenderá la libertad religiosa «con todos los medios que la ley le ofrece».
El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, ha denunciado el «acoso sistemático a la clase de Religión Católica», llevado a cabo por la Junta de Andalucía. Después del intento de la Junta de restringir las visitas de Demetrio Fernández a los colegios, el obispado de Córdoba ha publicado una nota de prensa en la que defiende el derecho de los niños que asisten a las clases de Religión Católica a recibir libremente a su obispo. Estas visitas del prelado a los centros educativos, tanto públicos como concertados, están amparadas por el derecho a la libertad religiosa. Los alumnos tienen derecho a recibir a sus representantes religiosos tal y como declara la Constitución, ha recordado el obispo de Córdoba al Gobierno de la Junta. En el caso de que la Junta de Andalucía persista en su acoso al obispo de Córdoba y a la clase de Religión, el obispado ha advertido que «usará todos los medios que la ley le ofrece» para defender el derecho a la libertad religiosa. El obispo de Córdoba ha defendido que en sus visitas pastorales siempre se ha respetado la normativa vigente. En la nota de prensa se asegura que el 9 de noviembre de 2010, la Delegación Provincial de Educación y la Consejería autorizaron todas las visitas que monseñor Fernández realizó posteriormente. Asimismo, las visitas pastorales fueron incluidas en los planes de los centros a comienzo de curso para ser aprobadas por el consejo escolar correspondiente. También se contó con la participación de los padres, que «en todos los casos aplaudieron la visita del Obispo y la han disfrutado junto a sus hijos». Durante el curso 2013-2014, el 90,73% de los alumnos de primaria y el 57,74% de los alumnos de secundaria de la provincia cordobesa, solicitaron matricularse en la asignatura de Religión Católica, según los datos publicados por el obispado de esta diócesis. Estos alumnos recibieron con alegría a Demetrio Fernández y desde el obispado no se entiende por qué la Junta intenta privar a los niños de unas visitas pastorales que sólo pretenden que el obispo conozca más de cerca la realidad de su diócesis.
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